Jorge Fernández Díaz:
un ministro del Interior con antecedentes
Un completo repaso por sus ocurrencias y conversaciones grabadas en la
intimidad de su despacho
Los Genoveses
Jue, 23 Jun
2016
La famiglia:
castrense y de sacristía
Nació en
Valladolid un 6 de abril, allá por 1950, ciudad en la que estaba destinado su
padre, Eduardo Fernández Ortega, militar navarro, nacido en Fitero
(Navarra), que poco a poco fue ascendiendo durante la dictadura del general
Franco hasta llegar a Teniente Coronel de Caballería. Con el paso de los años,
acabó en Barcelona como Subinspector Jefe de la Guardia Urbana, ciudad a la que
se trasladó con toda su prolífica familia. Falleció en el 2003.
Jorge
Fernández Díaz es el segundo de 10 hermanos. Casado con María
Asunción Cárcoba Garitaonandía, mantienen separación de sus bienes
terrenales. Tienen 2 hijos, Jorge y María, y dos nietos, Alejandra y
Hugo. Es
propietario de “Lolita” una perra de raza china, Shih Tzu.
Estudió
ingeniería industrial. Es Inspector de Trabajo y Seguridad Social e Ingeniero
del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Se cuenta con
razón que en el año 1979, cuando Jorge Fernández era el
Delegado de Trabajo en Barcelona, se dedicó a colocar a tantos
parientes como pudo: dos hermanas (Isabel y Carmen), un hermano
(Francisco José), a tres cuñadas, a su propia esposa (Asunción Cárcoba) y a una
prima de esta.
Católico,
Apostólico, Romano y Supernumerario
Según el
susodicho en 1991 en un viaje a EEUU organizado por el Departamento de Estado
acabó visitando Las Vegas y fue allí donde inició un camino de
reconversión desde su fe de católico no practicante a la de practicante
compulsivo. Entre entre rosarios y oraciones su “transformación” duró cerca de
7 años llegando a la conclusión, según sus propias palabras, “que la
convicción plena de que mi vida sólo tenía sentido a la luz de Dios. A partir
de ese momento, Él empezó a tener más presencia en mi vida. Es en este sentido
en el que hablo de conversión”.
Es Supernumerario
del Opus Dei: “Digamos que mi plan de vida está muy próximo a
la espiritualidad del Opus Dei: ir a misa todos los días, rezar el Rosario,
hacer un rato de oración, otro de lectura espiritual...”
Su centro de
operaciones para los rezos extras, mas espirituales y de meditación, el coche
oficial le transporta a la Abadía del Valle de los Caídos, muy
cerca de donde reposan 35.000 cadáveres de la Guerra Civil por orden del
dictador.