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miércoles, 3 de julio de 2019

El Gobierno, el Vaticano, Franco y Rodríguez el arzobispo de Toledo, primado de España.


Gobierno y Vaticano

 El Arzobispo de Toledo pide dejar tranquilo a Franco para "no dar vueltas a algo que pasó hace 40 años"

Braulio Rodríguez ha señalado que "no se puede amenazar", en referencia a que Calvo anunció, tras las declaraciones del Nuncio, que el Gobierno iba a enviar una queja formal al Vaticano por la "injerencia" de Fratini.

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El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, ha calificado de "impresentable" la respuesta de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, a las declaraciones del Nuncio del Vaticano, Renzo Fratini, que afirmó que el Ejecutivo español pretende "resucitar a Franco" con su exhumación. Sobre este asunto ha pedido "no dar vueltas siempre a algo que sucedió hace más de 40 años", pues el país "tiene problemas más grandes".

Por ello, Rodríguez ha señalado que "no se puede amenazar", en referencia a que Calvo anunció en la Cadena Ser, tras las declaraciones del Nuncio, que el Gobierno iba a enviar una queja formal al Vaticano por la "injerencia" de Fratini.


En este sentido ha añadido que la forma de reaccionar de la vicepresidenta del Gobierno es "anticuada", ya que, a su juicio, a quien se "amenaza" es a los ciudadanos y a todas las personas que forman la Iglesia.
Además, Rodríguez ha señalado que España tiene problemas que "son muy grandes", por lo que ha abogado por no estar "dando vueltas siempre a algo que sucedió hace más de 40 años", ya que hay que tener en cuenta el esfuerzo que hicieron los ciudadanos para que hubiera una "reconciliación verdadera" en España tras la Dictadura.


Las mujeres y la episiotomía


¿Por qué se sigue cortando la vagina a las mujeres en el parto?

Las episiotomías continúan siendo una práctica común en nuestro país.

·          

ElHuffPost

·         Por Catherine Pearson

03/07/2019


Cuando Rachel comenzaba a empujar para dar a luz a su primer hijo, su ginecóloga se dirigió a un médico en prácticas que la acompañaba para decirle que iba a llevar a cabo una episiotomía.  

“Básicamente, dijo: ’Sabemos que va a ser un bebé grande, así que no vamos a arriesgarnos a que se quede atascado”, recuerda Rachel, que prefiere usar seudónimo por motivos de privacidad. “Fue como: ’Espera, ¿qué?”.

La doctora le hizo un corte en la pared vaginal, mientras Rachel chillaba entre la confusión y el dolor. Sintió de todo. En ese momento, el efecto de la epidural que le habían puesto horas antes ya había desaparecido.

Después de que Rachel diera a luz a una niña, su ginecóloga le dio unos puntos de sutura. Rachel no notaba mucho el dolor, llegados a ese punto, distraída por el bebé de 4,2 kilos que intentaba agarrársele al pecho.

Pero los siguientes días y semanas sí lo sintió. De hecho, no dejó de sentirlo. Orinar le quemaba tanto que Rachel lloraba cada vez que iba al baño y tenía que echarse espray para el dolor en la vagina. Sentarse resultaba atroz. Después de cinco meses, las cosas volvieron relativamente a la normalidad. Pero estuvo un año entero sintiendo dolor cada vez que mantenía relaciones sexuales con su marido.

“Fue horrible”, confiesa a la edición estadounidense del HuffPost.


Los médicos creían que cortar a las mujeres las libraba de sufrir desgarros más serios en el futuro, y que además las ayudaba con el parto. Pero nada de esto era cierto



Durante décadas, los ginecólogos han practicado episiotomías de forma rutinaria en cada parto, cortando el tejido entre la apertura vaginal y el ano para dar más espacio a los bebés al salir. Los médicos creían que cortar a las mujeres las libraba de sufrir desgarros más serios en el futuro, y que además las ayudaba con el parto. Al ejercer ese tipo de control sobre los desgarros, también creían que daban al suelo pélvico de la mujer más facilidades para lograr una completa recuperación.

Pero nada de esto era cierto en realidad. Aunque la episiotomía puede tener sentido en casos en los que el hombro del bebé está encajado detrás del hueso pélvico de la madre, por ejemplo, o cuando hay que utilizar ventosa o fórceps, los médicos al final se dieron cuenta de que no había pruebas que demostraran que ayudara al parto en general. El cuerpo de la mujer ya está de por sí lo suficientemente adaptado para dar a luz y, la mayoría de las veces, no es necesario cortar la pared vaginal para facilitar el proceso.  

Por tanto, hace 15 años, el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) actualizó sus directrices, señalando por primera vez que no se recomendaba practicar episiotomías.

Desde entonces, los datos disponibles más fiables sugieren que el porcentaje de episiotomías ha descendido mucho en Estados Unidos. En 2000, el 33% de los partos vaginales incluía episiotomía. En 2012, la cifra era más cercana al 12%. Pero hay diferencias significativas entre las personas a las que se les practica. Por ejemplo, un estudio de 2015 descubrió que las mujeres blancas eran más propensas a ser sometidas a episiotomías que las negras.

En España, en cambio, las cifras son mucho más altas. Según una encuesta realizada por la Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), en 2006 la tasa de episiotomía en el parto normal fue del 54,08% y en los partos instrumentales (con fórceps, ventosa, etcétera), del 92,62%.

La imagen que sugieren los datos es que la episiotomía es mucho menos habitual que hace décadas, pero sigue ocurriendo. ¿Demasiado a menudo? ¿Sólo cuando es necesario? Con tan pocos datos y sin saber cuál sería el porcentaje ideal, es difícil responder a estas preguntas. Muchas veces, la experiencia de una mujer está totalmente conformada por el profesional que la ha tratado y el centro donde da a luz.


Las mujeres deberían pedir información a sus médicos sobre la tasa habitual de episiotomías, del mismo modo que se pregunta el porcentaje de cesáreas



Historias como la de Rachel sugieren, sin embargo, que hay ginecólogos que siguen practicando episiotomías de forma rutinaria.

“Como paciente, quieres tener conversaciones honestas con tus médicos”, señala Barbara Levy, vicepresidenta de políticas sanitarias de ACOG. “¿En qué circunstancias se puede practicar una episiotomía? ¿Tendré la posibilidad de tomar esa decisión con los médicos? ¿En qué circunstancias se consideraría una situación de urgencia en la que se llevaría a cabo sin mi consentimiento?”. Las mujeres deberían pedir información a sus médicos sobre la tasa habitual de episiotomías, del mismo modo que se pregunta el porcentaje de cesáreas, recomienda la experta.  

Porque esto no es cuestión de que la episiotomía sea mala y que dejar que la mujer se desgarre de forma natural sea bueno. 

En algunos casos, una episiotomía con parto con fórceps puede evitar una cesárea, y puede ser una decisión que la mujer y el médico tomen juntos en ese momento, en función de las circunstancias particulares y de los deseos de la paciente, apunta Levy. Otras veces, como cuanto el hombro del bebé está atascado, el médico puede tomar la decisión de practicar una episiotomía al instante y sin pedir opinión. En ese caso, no sería un “tema de debate”, sino una urgencia.

Por tanto, “estas cosas deberían hablarse con antelación, y por eso es importante que la mujer tenga una buena relación con sus doctores”, recalca Levy.

Porque, como descubrió Rachel, la recuperación puede ser dura. Las heridas necesitan tiempo para curarse y, como todos los cortes, hay riesgo de infección. Las investigaciones también demuestran que la episiotomía puede incrementar el riesgo de incontinencia anal de una mujer.

“Esa es la mayor preocupación”, confirma la ginecóloga Amy Rosenman, experta en medicina pélvica. “Las mujeres pueden desarrollar problemas de esfínter y empezar a tener pérdidas de heces. Por desgracia, no hay ninguna solución buena para esto. Es algo que dura para toda la vida”.

Rosenman hace hincapié en que lo más común es que el cuerpo de la mujer se recupere lentamente en un período de varias semanas o meses. Pero incluso en el mejor de los casos, se añade una capa más de dolor y complicación al posparto, que ya de por sí es bastante intenso.   

En una revisión con su ginecobstetra, Rachel sacó a relucir su episiotomía y lo dolorosa que le estaba resultando la recuperación.

“Básicamente, me dijo: ’Vivirás y se curará”, cuenta Rachel. “Y tenía razón. He sobrevivido y se ha curado. Pero fue traumático”.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ EEUU y ha sido traducido y adaptado del inglés por Marina Velasco Serrano

martes, 2 de julio de 2019

Sin piedad ni caridad


Sin piedad ni caridad

Mal asunto para la Iglesia católica y su defensa de los derechos humanos.

Gaspar Llamazares

ElHuffPost

02/07/2019
Piedad: Sentimiento de compasión o misericordia.

Caridad: Actitud de ayudar a los demás y en especial a los más necesitados.

Cuando todo parecía haberse dicho, y cuando algunos lo dan todo por atado y bien atado ante la decisión democrática de exhumar los restos de Franco, el nuncio del Estado Vaticano en España, haciendo gala de un relativismo moral escandaloso, dice terciar cuando decide que más vale no meneallo y que al dictador solo le juzgue Dios. Largo me lo fiáis.

La verdad es que algunas reacciones a la decisión de exhumación no me han sorprendido. Sobre todo, a la luz del fascismo redivivo en Vox y su delicado pastoreo durante décadas en el propio seno del PP. Un interés electoral evidente en no desvincularse de un pasado, aún con ganas de imponer el presente, a pesar del denodado blanqueo constitucionalista de las derechas y sus medios sobre Vox como derecha dura o ‘iliberal’, que resulta más pijo.

Al parecer, los elogios a la dictadura y el correspondiente oprobio a la República legítima y a sus defensores es solo una legítima opinión, aunque los historiadores digan lo contrario. También la intención de excluir del juego democrático a los partidos no constitucionalista confesos a conveniencia de las derechas es perfectamente democrática.

La voluntad de amputar el título octavo relativo al modelo de Estado de las comunidades autónomas y la ordenación territorial con la supresión del Estado de bienestar y de liquidar el sistema fiscal que lo sostiene no afecta a los pilares constitucionales. Y la negación de la igualdad de género y los derechos de las minorías con discursos estigmatizadores y de odio entrarían dentro del nuevo constitucionalismo de un solo Dios, una sola patria, un solo tipo de familia y un rey, a ser posible mandón, si no absoluto.

Tampoco me han sorprendido los remilgos del nuevo centro derecha de Ciudadanos al traslado del dictador, que ha preferido utilizar los errores de gestión del Gobierno para atizarle a Sánchez y con ello a poner más piedras de derecha que de centro a la decisión de exhumar. Es así como la oscura obsesión de Rivera desde que éste le arrebatara el liderazgo en las encuestas con la moción de censura parece haberse convertido en una fobia incapacitante.

Mal asunto para la Iglesia católica y su defensa de los derechos humanos, así como también para la Iglesia española y su relación con los principios democráticos.

Incluso entiendo, aunque no comparto en absoluto, el alineamiento del Tribunal Supremo con la familia y su alienación histórica en la Enciclopedia Rubio. Es lo que pasa cuando un poder del Estado democrático se cree eterno y omnipotente, más allá incluso de la decisión popular y de los historiadores, cuando no mira y así no ve a las víctimas del franquismo, que como cualesquiera otras exigen respeto justicia y reparación.

La despedida a la francesa del nuncio sí que me ha parecido sorprendente, porque no parece compatible con la diplomacia vaticana aplicada al asunto hasta ahora, y porque es un ejercicio de relativismo moral extraño en el nuevo papado de Francisco. Deduzco de ella, sin embargo, que la Iglesia católica, y no sólo la española, ha estado jugando al gato y al ratón con el Gobierno, pero que en definitiva su adhesión a la cruzada permanece y no le importa su imagen entre los demócratas.

No es que no haya visto la necesidad de pedir perdón al tiempo que de homenajear legítimamente a sus mártires, poniendo con ello una vela a cesar y otra al Dios en la mejor tradición vaticanista. Es que sigue alineada con quienes, para no aparecer como franquistas, prefieren el debate sobre mover o no mover los restos, como cortina de humo para no ver tampoco a las víctimas, en vez aplicar con ellas la piedad y la caridad cristianas.

Mal asunto para las derechas y para el Tribunal Supremo. Mal asunto para la Iglesia católica y su defensa de los derechos humanos, así como también para la Iglesia española y su relación con los principios democráticos. Mal asunto.








La lista de Schindlers


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Título original
Schindler's List
Año
Duración
195 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Steven Zaillian (Novela: Thomas Keneally)
Música
John Williams
Fotografía
Janusz Kaminski (B&W)
Reparto
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Productora
Universal Pictures / Amblin Entertainment
Género
Drama | Nazismo. Holocausto. Basado en hechos reales. II Guerra Mundial
Sinopsis
Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, gracias sobre todo a su gerente Itzhak Stern (Ben Kingsley), también judío. Pero conforme la guerra avanza, Schindler y Stern comienzan ser conscientes de que a los judíos que contratan, los salvan de una muerte casi segura en el temible campo de concentración de Plaszow, que lidera el Comandante nazi Amon Goeth (Ralph Fiennes), un hombre cruel que disfruta ejecutando judíos. (FILMAFFINITY)
Premios
1993: 7 Oscars incluyendo mejor película y director. 12 nominaciones
1993: 3 Globos de Oro: Película: drama, guión, director. 6 nominaciones
1993: 7 Premios BAFTA, incluyendo mejor película y director. 13 nom.
1993: National Board of Review: Mejor película. Mejores 10 películas del año
1993: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película, actor sec. y fotografía
1993: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película, fotografía y diseño de prod.

Críticas