Política, religión, actualidad, cine, opinión, sociedad, humor, cultura, fotogalerías.....corrupción, corruptores, justicia, robos, fraudes, atracos, preferentes, rescate bancario, hambre, paro, miseria, desahucios, hipocresía, la verdad, mentiras y mas mentiras...crisis, ricos, pobres, muy pobres, muy ricos, miseria, niños hambrientos, familias que no pueden llegar a fin de mes, trabajadores esclavos...Santa Pederastia, Sagrada Pedofilia....
Jóvenes
fusiladas por el franquismo por no ceder el turno para coger agua
Con lasalida del
dictador Franco se cierra parte de una inmensa herida y se derriba
un símbolo inexplicable en la Europa democrática. Una imagen, la del Valle de
los caídos con la tumba de Franco omnipresente y en lugar privilegiado se
elimina, Es bueno y sano para la democracia que se conozcan casos concretos que
muestran la terrible tiranía y el carácter sanguinario de quien es hoy solo una
momia pero que en un tiempo fue el responsable directo de la mayor represión
que vivió España.
Lavanderas
con dignidad
Hoy traemos los desgarradores testimonios
desgarradores de los familiares de las hermanas Rufina y Beatriz Úbeda
Palomares, con 24 y 22 años de edad, respectivamente. Ambas jóvenes fueron
condenadas por una de las “señoritas” del pueblo. Eran lavanderas y en ese
momento guardaban su turno, para recoger agua de la fuente de la localidad
manchega de Malagón ¿Su delito? No permitir que la “señorita”,
aquella mujer distinguida y privilegiada pasara delante de ellas.
Como en tantos sitios de España, al día siguiente
fueron detenidas por la Guardia Civil y tras varios meses en prisión, fueron
pasadas por las armas en el cementerio de Ciudad Real. Rompe el corazón
saber cómo antes de morir avisaron a su madre que llevarían consigo un
lazo rojo, para que las reconocieran, si algún día buscaban sus restos en
cualquier fosa de las que se extienden a lo largo y ancho de la geografía
nacional.,
Apaleadas,
encarceladas y asesinadas
Eran las hermanas mayores de una familia de 9 hijos.
Se llamaban Rufina y Beatriz Ubeda Palomares. La “señorita”
perteneciente a una familia franquista de esta localidad de la provincia de
Ciudad Real, las denunció al ayuntamiento de la capital manchega por no
cederles su lugar. 24 horas después ambas fueron detenidas por la Guardia
Civil acompañado de un funcionario del ayuntamiento. Luego recibieron palizas y
estuvieron meses en prisión, Finalmente fueron fusiladas en el cementerio
de Ciudad Real. Antes de ser asesinadas avisaron a a su madre que llevarían
consigo un lazo rojo, al objeto de ser reconocidas si un día sus cuerpos
aparecieran. En un gesto no solo de extrema crueldad sino e rapiña propia de
crueles ladrones, les robaron “las dotes” que poseían para casarse. Su
madre, La madre, viuda y con 9 hijos, también terminó en prisión recluida
durante un año en la cárcel de Málaga acusada de haber dicho expresiones que su
familia niega que comentara. Tras pasar por las cárceles de Ciudad Real y
Málaga volvió a su pueblo, Malagón, tras haber alguien mediado para
que pudiera establecerse de nuevo en su pueblo.
Homenaje
a las víctimas en el día en el que Franco sale del Valle
Es la historia de dos asesinatos que, como todos los
del franquismo, fueron crueles e inhumanos hasta el grado extremo. Es nuestro
pequeño homenaje a todas las víctimas y familiares de los represaliados que hoy
pueden recibir un soplo de dignidad. El dictador, el inductor y conductor de
tantos asesinatos y fusilamientos sale de un lugar de lujo donde reposaban con
pomposidad y honores sus restos. Es lo menos que se podía hacer, mandar su
momia a un cementerio común. Esa es la generosidad de la democracia que
entierra a sus muertos como “Dios manda a sus muertos”, que diría el gran poeta
Gabriel Celaya. Algo que el franquismo no hizo con los españoles que no
pensaban igual: sus cuerpos esparcidos y perdidos por las cunetas.
El maestro, Antonio Benaiges, posa junto a sus
alumnos.
La historia cruel de la represión franquista
durante la Guerra Civil y tras ella, deja capítulos de una inconmensurable
demostración de los nobles sentimientos que anidaban en muchas de las víctimas.
Muchos fueron los casos de personajes vilipendiados, acosados, torturados y
finalmente asesinados por la barbarie fascista. Un sector que destacó por sus principios
generosos, que fueron objeto directo de la represión, fue el de los maestros
republicanos. El franquismo siempre vio en la docencia y en la libre enseñanza
a un enemigo a batir. Ya se sabe que la educación y la cultura hacen a la
persona libre y crea mentes críticas. Y eso es incompatible con el fascismo.
Traemos el ejemplo de un maestro, Antonio Benaiges,
al que la II República destinó en 1934 a un pequeñito pueblo de Burgos,
Bañuelos de Bureba, 200 habitantes, 58 casas y 32 niños en la escuela, carente
de agua, luz y ni tan siquiera caminos. Benaiges, hombre bueno y cabal donde
los hubiera, fue torturado, fusilado y luego arrojado a una fosa común por el
“gran delito” de haberse empeñado en que sus alumnos, sus niños de una
población rural del interior de la Castilla profunda, conocieran el mar.
Métodos pedagógicos
renovadores
Este joven maestro destinado a Burgos desde su
Cataluña natal (Montroig) quiso inculcar a sus alumnos valores de modernidad y
hacerlo además mediante la técnica pedagógica de Célestin Freinet, que mantiene
la participación de los alumnos como eje de la enseñanza diaria y el uso de la
imprenta como material de aprendizaje. Además introdujo también el baile. Para
ambas actividades compró para la escuela pagándolo de su bolsillo un gramófono
y una imprenta. En su revolucionario método pensaba que si los niños “se mueven
en un ambiente de libertades, sutilidades y camaraderías, cargado de estímulos,
provocador, veremos cómo chorrea de la infancia una vida todo hermosuras y promesas.
Esto es la Escuela: ambiente y ocio. Libertad y espíritu”.
Su vida y ejemplo fue llevado a un documental, 'El
retratista', por el fotógrafo Sergi Bernal y el italiano Alberto Bougleaux
en el que entre otras detalles biográficos se recogen testimonios de alumnos
que recuerdan que “lo mataron por enseñar a pensar”. En su colegio el centro de
todo era la imprenta. Los niños y niñas redactaban e ilustraban los cuadernos
convirtiendo el aula en una especie de minúscula redacción periodística y los
cuadernos en diarios que recogían la actualidad. Un testimonio de un ex alumno
recoge que sus alumnos estaban muy satisfechos con el nuevo maestro porque
“cambiaron de un maestro que les pegaba con la vara y les castigaba duramente a
éste que les llevaba de excursión, les enseñaba y hasta les compraba comida”. Y
entre las promesas más bellas y más ilusionantes para la chiquillería, el
compromiso de su maestro de llevarlos a ver el mar.
Su compromiso docente era intenso. Lo definieron
como un “maestro las 24 horas del día” que luego de dar clase a los niños
enseñaba a los agricultores a leer y a escribir, pues la mayoría eran
analfabetos.
Promete
a los niños llevarlos al mar
Se da la circunstancia de que el último cuaderno que
realizaron los alumnos se tituló 'El Mar' y fue publicado en enero del año
del golpismo español, 1936. En un tono emocionante y un estilo plagado de
curiosidad, los niños redactaron cómo imaginaban el mar desde la lejanía
geográfica y su desconocimiento. Los escolares en ese periódico-cuaderno
plasmaron sus ansias y anhelos por ver el mar, algo que aún no habían tenido
posibilidad de experimentar. “El mar es una zona muy alta llena de agua, donde
viven las merluzas y las anguilas”, así tan bellamente ingenuo lo describía uno
de los alumnos.
Los
franquistas se acercan
Al llegar el verano del 36, Antonio renunció a sus
vacaciones en su pueblo natal, Montroig. Se quedó en la comarca burgalesa de
Bureba gestionando el sueño de sus niños y niñas de la escuela: el viaje al
mar. Buscó un autocar para que los llevara a la costa catalana. Era julio de
1936 y el ejército franquista ya había tomado Burgos pero quien nada malo ha
hecho nada malo debe de temer, pensaría inocentemente Antonio al quedarse en la
zona. Pero Antonio tenía enemigos peligrosos. Al cura y a algunos moralistas no
le gustaba que el maestro no se dejase ver por la iglesia y no fuera a misa.
Tampoco a los caciques de la zona les hacía gracia que les hablara a los
niños de igualdad o de libertad. No aceptaban que se llevase a los alumnos a la
montaña a darles clase
Detenido
por los falangistas
El maestro había avisado a su familia para que
preparasen su casa de Les Pobles y cumplir la promesa dada de que los niños
conociesen el mar. Solo un día después del golpe militar franquista, el 19 de
julio de 1936, los falangistas lo detienen en la Casa del Pueblo de
Briviesca. Volvía de las vacaciones tras alquilar el autocar. Su afiliación al
PSOE y el uso de métodos de enseñanza demasiados innovadores y revolucionarios,
lo hicieron sospechoso y “peligroso”. Le
acusaron oficialmente de “rojo, indigno, antisocial, inmoral, vicioso,
comunista, anarcosindicalista”, de no ir a misa y de no dar clase en ocasiones
para oír música en el gramófono y bailar con los niños y niñas.
Torturado
sádicamente
En el tiempo en el que permaneció encarcelado fue
objeto del sadismo de los falangistas del pueblo que, con saña, le sometieron a
torturas, le arrancaron los dientes y en un coche descapotable, le pasearon
desnudo por Briviesca para servir de mofa, además de escarmiento.
Finalmente lo llevaron a en un camión a la Pedraja, la montaña a donde llevaba
a sus niños a dar clase en la naturaleza. Lo acompañaban en ese último viaje
más republicanos y militantes de izquierdas. Todos fueron pasados por las
armas, fusilados tras bajarlos del camión y sus cuerpos echados a un hoyo.
Sus pertenencias relacionadas con la escuela fueron
quemadas. Sus vecinos escondieron o eliminaron objetos que tuvieran relación
con la escuela o con Benaiges para no correr su misma suerte. En 2010 se exhumó
una fosa común en la Pedraja. Hallaron
600 casi cadáveres. Uno, del maestro que cometió el grave delito de querer
llevar a sus alumnos a ver el mar.
El argumento de
parte de la izquierda de que debe ser un recordatorio de lo que fueron los
fascismos suena a broma con la oleada ultraderechista...
Nacho Ruiz
ElHuffPost
El
complejo del Valle de los Caídos es una obra con escaso interés más allá de su
escabrosa relevancia histórica: ni el mérito artístico ni el arquitectónico
deben ser una objeción para demolerlo y convertirlo en otra cosa. Pedro
Muguruza y Diego Méndez, los arquitectos, copiaron un proyecto de tumba
diseñado más de un siglo antes por Isidro Velázquez, cuyo plano se encuentra en
la Biblioteca Nacional con la signatura Dib/15/8/2. Las esculturas de Juan de
Ávalos son muy poco relevantes para la historia del arte, unos gigantes
megalomaníacos, rémoras de ese arte nostálgico que no era tanto arte como puro
aparato. España, tan diferente siempre, ha respetado esta figura anclada en el
pasado de una manera que nadie entendería en Alemania, donde el escultor favorito
de Hitler, Arno Breker, no es más que un residuo estético testimonial del
tiempo del genocidio. Si no fuese porque ni Breker ni Ávalos despiertan el
interés de la historia del arte tendría cierta gracia un estudio sobre la forma
en que el segundo intentó ser el primero.
Ese edificio frío es así porque
no existe la inteligencia, el estilo ni el arte en él. Hubo un proyecto
copiado, una explanada inmensa como recurso barato y teatral para impresionar
al espectador y fuerza para levantarlo, la fuerza gratuita de los esclavos
forzados a edificar la tumba de su país. La ausencia de colores no es
accidental, es la reacción natural a la obra del mal, que no es negro ni rojo,
es gris. Los cadáveres de los 33.832 enterrados contra su voluntad en ese lugar
espantoso se han mezclado, convirtiéndose en un único gigante de dolor
sepultado a la manera de los sátrapas mesopotámicos, que se hacían enterrar con
su séquito, tropas y esposas. Ya es casi imposible, según el CSIC,
individualizar a cada uno de esos hombres que mandaban los alcaldes en cajas
por orden del dictador para que toda España estuviese allí enterrado con él,
pero tengo la certeza de que esa lápida de violencia sorda y muerte no debe ser
el sello a todas esas vidas, cercenadas por las decisiones tomadas por el
dictador de la voz atiplada.
El
argumento utilizado por parte de la izquierda de que debe servir de algo
parecido a un memento, a un recordatorio de lo que fueron los fascismos suena a
broma con la oleada ultraderechista que ocupa hasta gobiernos en muchos países.
No es un recordatorio lo que necesitamos, el fascismo está más presente que
nunca. Es otra cosa, pero un recordatorio de granito no, para eso no tenemos
más que mirar miles de calles en pueblos y ciudades con los nombres de los
golpistas y sus subalternos.
Se abre
aquí un sugerente campo de posibilidades para el que hace falta valor y
decisión. Para empezar, si se tomase la opción de derruir ese templo del horror
se debería estudiar qué se debe salvar. Las esculturas y ornamentos tal vez se
puedan reaprovechar en otros templos donde tengan sentido, o bien compartir el
destino de los cientos de esculturas de Franco como emperador romano que hoy
acumulan polvo en almacenes municipales. El solar podría convertirse en un
cementerio, levantar un museo sobre esa masa de dolor y muerte sería un recurso
conmovedor demasiado dramático como para que el fin de una institución dedicada
al pensamiento, la creación o la educación lo pueda soportar.
El argumento de parte de la
izquierda de que debe ser un recordatorio de lo que fueron los fascismos suena
a broma con la oleada ultraderechista...
Ese cementerio podría ser un
memorial edificado por uno o varios arquitectos. Se debería, de alguna manera,
devolver a los familiares los cuerpos que pudiesen ser individualizados y que
ellos decidiesen, el resto debería tener un lugar de descanso que no
representase para la mayor parte del país la expresión física del mal. Debería
ser un lugar bello, integrado en el paisaje, con una significación de futuro y
amor, de concordia y memoria pero no una fosilización de los elementos que
definieron estéticamente el fascismo español, que aún siendo idéntico al alemán
o al italiano piensa que Hitler y Mussolini eran muy malos y Franco muy
bueno.
La cruz tiene un discurso propio. El
régimen se apropió de los símbolos del cristianismo por deseo expreso de los
obispos españoles. Aquella Iglesia militante en el peor de los sentidos, tan
lejana del verdadero mensaje de Cristo, fue la iglesia solo de la mitad, no
solo por el ateísmo de una parte; también se olvidó de los que, como Bergamín,
eran cristianos y fieles al gobierno democrático español; los desafectos. En la
cruz del Valle de los Caídos no está Cristo, esa cruz es una hilera de piedras
acumuladas en vertical para que, desde bien alto, se vea la vergüenza y el
dolor de un país. La Iglesia debería ser la primera en desear el traslado de
esa cruz de dolor a otro sitio, porque la iglesia verdadera no milita en
Falange ni en ningún otro partido. La Iglesia en que a mí me educaron es una
idea de concordia y futuro, y esa cruz es el símbolo de un pasado de sangre y
muerte. Por otra parte no debemos olvidar que gran parte de los españoles que
nos empeñamos en llamar republicanos no eran cristianos y, en un estado
aconfesional, imponer un símbolo religioso es dudosamente constitucional.
No he ido nunca al Valle de los
Caídos ni iré pero iré a ese nuevo cementerio y llevaré a mis hijos y les
contaré que los españoles, contra viento y marea, conseguimos cerrar el
capítulo más triste y doloroso y que ese lugar por el que pasearemos de la mano
es el respetuoso monumento a un siglo triste pero también la tumba del pasado.
Ese día creeré que una nueva España, libre de odios, rencores y miseria moral,
es posible.
Nota:
Se ha realizado una encuesta “clandestina” donde un
90% preferiría que el Valle se convirtiese en una macro-discoteca con la cruz súper
iluminada para que se viese a muchos kilómetros con el nombre en letras
gigantes: Discoteca Paquito el Chocolatero.
También han coincidido la mayoría en cuanto a la fosa vacía del dictador, donde se
colocarían unos grandes urinarios por el placer de miccionar imaginando que el
sátrapa de atiplada voz todavía permanece en su sepulcro.
Los familiares de Francisco Franco denunciaron que los policías
les habían "intentado registrar" en
el Cementerio de Mingorrubio porque sospechaban que uno de ellos
podía haber grabado al menos parte de la ceremonia de reinhumación del
dictador. Este mismo viernes, 'Vozpopuli' y ''Espejo Público' (Antena 3) publican un extracto de lo grabado, en el que se "¡Esto es una dictadura!", dice uno de los
familiares, a lo que otro añade: "¡Ya está bien hombre, un poquito de
dignidad, después de lo que han hecho¡". Puede oírse también como una de
las mujeres de la familia Franco exclama: "¡Pero déjenos salir por
favor¡". "¡Qué vergüenza!", afirma otro mientras puede verse un
pequeño forcejeo con los responsables de seguridad. En
el Valle de los Caídos la familia había tratado de introducir una bandera
franquista en la basílica, algo que los agentes de la autoridad no permitieron.
"Hubo una esmerada preparación. (...) No nos sentimos en absoluto
acreedores de ningún tipo de queja", ha dicho la ministra portavoz del
Gobierno en funciones, Isabel Celaá.
"Las reglas del juego"
Preguntada
por este vídeo, la ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, ha explicado
que "hubo una cuidada preparación, esmerada preparación" de todo el
proceso de la exhumación de Franco y que "todo el mundo conocía las reglas
del juego". En la rueda de prensa tras el Consejo de ministros, Celaá ha
añadido que "era público lo que se vio en el exterior", mientras que,
tanto en la basílica del Valle de los Caídos como en la cripta de Mingorrubo,
"se hizo un espacio para la privacidad". Por lo tanto, ha
puntualizado, "no nos sentimos, en absoluto, acreedores de ningún tipo de
queja".
Según
la ministra, "lo esencial de ayer fue que la exhumación del dictador y la
reinhumación fueron efectuadas en tiempo y forma", con "toda la
dignidad democrática propia de un país como el nuestro" y "con
respeto a la privadidad de la familia y a los ciudadanos". "Las vivas
de alguna gente están ahí y no vamos a entrar en ellas", ha dicho.
El
cadáver de Francisco Franco dejó este jueves de estar enterrado junto
a sus víctimas, en una basílica dedicada a su victoria en la guerra civil, y
comenzó a ocupar una tumba mucho más modesta en un cementerio
particular, al lado de su esposa. Han tenido que pasar casi 44
años para llegar hasta el momento en el que el féretro dejó su antigua
fosa en el Valle de los Caídos, cerrando así una anomalía de la
democracia española, en la que el cadáver de un dictador podía estar enterrado
con todos los honores, bajo una cruz de 150 metros y al lado de más de
30.000 cuerpos de ambos bandos, en la considerada como mayor fosa común de
España.
·La
fortuna de Francisco Franco ha sido objeto de mucha polémica, por la
dificultad de distinguir su patrimonio personal del de la jefatura de
Estado.
·Por ello, la
titularidad de varios bienes en manos de su familia se está disputando en los
tribunales, como el Pazo de Meirás, en A Coruña, o las obras de arte del
Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago que se conservan en la
propiedad.
·Procedente de una
familia militar, hizo carrera en las guerra coloniales en África y fue una de
las principales figuras del golpe de Estado de 1936 que iniciaría la Guerra
Civil, durante la que se proclamaría dictador bajo el título de
generalísimo.
·Durante la
dictadura, su patrimonio aumentó a base de donaciones, regalos y
expropiaciones hasta sumar unos 20.000 millones de pesetas, equivalentes a
unos 300 millones de euros, según el periodista Mariano Sánchez Soler.
De hecho, la
fortuna de Franco ha dado pie a varios libros e investigaciones que
permiten arrojar algo de luz sobre este tema, teniendo en cuenta la complejidad
de diferenciar su patrimonio personal del de la jefatura de Estado. De
hecho, algunos de los bienes, palacetes y obras de arte que siguen en poder de
su familia están siendo reclamadas ante la justicia como parte de un
expolio a bienes públicos. Estos procesos judiciales
afectan a propiedades como el Pazo de Meirás o la Casa Cornide, en A Coruña, y
a las obras de arte del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, entre
otras. Muchos de estos bienes fueron donados al dictador por sus
seguidores, otros fueron expropiados y en algunos casos, como
las figuras del Pórtico, no está claro como acabaron en sus manos. Esa línea
tan borrosa entre los bienes de Franco y el patrimonio del Estado
durante la dictadura, además de la opacidad de sus descendientes, han
dificultado la labor de historiadores e investigadores que han
intentado arrojar luz sobre este tema. De hecho, no existe consenso sobre a
cuánto ascendía su fortuna, aunque sí se ha desvelado que sus herederos tienen un total de 500
millones de euros en su haber. Parte de
esa fortuna de los herederos del dictador procede de la venta
de propiedades que recibieron de él en herencia. Este es el caso del Palacio del Canto del Pico,
en Torrelodones, del que se deshicieron en 1988 tras años de abandono, de un
terreno en la Colonia El Bosque, en las cercanías de Madrid, o de explotaciones
olivareras en Jaén.
En los últimos años, el
periodista Mariano Sánchez Soler estimó el patrimonio de los
Franco en 1975 en torno a los 20.000 millones de pesetas, que equivaldrían a
unos 300 millones de euros. Otros autores, como Ángel Viñas, elevan
ese montante a unos 400 millones, incluyendo sueldos de empresas como
Telefónica o el cobro de suscripciones nacionales a los ciudadanos. Los
descendientes del dictador lo niegan.
A continuación, todo
lo que se sabe del dinero que tenía el dictador. Así vivía y gastaba su
fortuna Francisco Franco.
Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde nació
en Ferrol (A Coruña) en 1892, en pleno casco
histórico de la ciudad departamental Franco nació
en la madrugada del 4 de diciembre de 1892 en el número 108 de la calle Frutos
Saavedra de Ferrol, en lo que
actualmente es el 136 de la calle María, en pleno casco histórico de la
ciudad.
Desde 1928,
una placa en su fachada conmemora su nacimiento y el de su hermano Ramón por
sus méritos militares en las guerras coloniales en África.
Sus padres procedían de familias de tradición militar.
Su padre, un capitán de la Armada famoso por su afición al juego y el alcohol,
se fugó con su amante cuando Franco tenía 15 años
La infancia
de Franco se describe en las biografías como un periodo marcado por su
padre, Nicolás Franco y Salgado-Araújo, un militar con experiencia en Cuba y
Filipinas y al que se le atribuye una vida disoluta y un comportamiento
autoritario y violento.
El hombre
abandonaría a su familia para trasladarse con su amante en Madrid en 1907, el
mismo año que Franco es aceptado en la Academia Militar de Infantería de
Toledo.
Rechazado por la Escuela Naval de la Armada, se gradúa
en Infantería de forma mediocre. Consigue ser destinado a África, donde se
convierte en el general más joven de Europa
Franco intentó
entrar en la Marina siguiendo los pasos de su padre y su hermano mayor. Al
ser rechazado, ingresa en la Academia Militar de Infantería, donde sufriría
novatadas y burlas por su baja estatura y su timbre de voz. Se graduó en el
puesto 251 de 312 y, tras 2 años de intentos, consiguió ser destinado a Melilla
a combatir los levantamientos rifeños.
Tras dirigir
a una tropa de mercenarios locales y participar en la represión militar de la
huelga general de 1917 en Asturias, participa en la fundación de la Legión
y en varias campañas de las guerras de África, donde es herido varias veces y asciende
con rapidez hasta convertirse en 1926 en el general más joven de Europa, con 33
años.
En 1923, se casa en Oviedo con Carmen Polo, una rica
heredera asturiana. Su fortuna empieza a fraguarse.
Franco
procedía de una familia acomodada, pero su matrimonio con Carmen Polo y
Martínez Valdés en 1923 supuso un empujón considerable a sus finanzas.
Ambos se
conocieron en Oviedo en 1917, mientras Franco estaba destinado en Oviedo entre
campañas en África. Él acababa de ascender a comandante con 25 años y ella
estaba a punto de convertirse en la única heredera de una rica familia
asturiana.
En julio de 1936, pese sus reticencias iniciales, se
suma al golpe de Estado contra la República. 2 meses después, es nombrado
generalísimo en Burgos
Franco
tocaría techo en el escalafón militar en 1934, cuando es ascendido a general de
división por la II República y posteriormente a comandante en jefe de las
tropas de Marruecos tras la represión de la Revolución de Asturias de 1934, en
la que Franco participó con sus tropas magrebíes. Pese a sus
reconocimientos, tomaría parte en las conspiraciones militares contra la
República, aunque sin demasiada convicción.
En julio de
1936 huiría de Canarias a Marruecos para reunirse con sus tropas y sumarse al
golpe de Estado del 18 de julio, liderado por el general Sanjurjo. Tras su
muerte en un accidente de aviación, Franco es nombrado generalísmo en una
reunión de los generales sublevados en Burgos. Ostentaría el título durante
casi 4 décadas.
"Cuando Franco se hace millonario es en la guerra
[civil española]", según ha declarado el historiador Ángel Viñas a la BBC
Ángel Viñas
asegura en su libro La otra cara del Caudillo, publicado en 2015, que
Franco se apropió de las llamadas "suscripciones patrióticas",
que eran campañas de recogidas de fondos que se realizaban en la zona bajo
control de los sublevados para dar financiar a sus tropas.
Viñas
asegura que, apenas 3 semanas después de su nombramiento, el nuevo jefe de
Estado comenzó a desviar fondos de esas suscripciones a cuentas a su nombre.
Tras la Guerra Civil, Franco inicia una política de
autarquía que, según Paul Preston, le sirvió para hacer negocio con las
licencias de importación
Durante la
posguerra, Franco mantiene su alianza con la Alemania nazi y la Italia
fascista, que habían apoyado a las fuerzas sublevadas durante la Guerra Civil,
pero sin romper la neutralidad durante la II Guerra Mundial. La asistencia
alemana, italiana, portuguesa y brasileña sirvió de apoyo a la maltrecha
economía española, que recurrió a la autarquía para su subsistencia.
Paul
Preston, catedrático de Historia Contemporánea de la London School of
Economics & Political Science y reconocido hispanista, asegura que,
durante este periodo, el dictador y sus allegados aprovecharon la restricción
de las importaciones para hacer negocio concediendo licencias. Además, asegura
que, en plena hambruna en 1940, Franco decidió vender varias toneladas de
café brasileño que había recibido como ayuda humanitaria.
Durante esa misma época, Franco recibió todo tipo de
regalos, desde un Mercedes Benz de Hitler al Pazo de Meirás
En los
primeros años del franquismo, el dictador recibió todo tipo de regalos. Con motivo de su 48 cumpleaños, el
líder nazi Adolf Hitler le regaló un Mercedes Benz de
6 ruedas con capilla portátil. Poco antes, en 1938, el conde de
Fenosa, Pedro Barrié de la Maza, promueve entregarle el Pazo de Meirás,
una casa solariega de la familia Pardo-Bazán en la localidad coruñesa de Sada. El Pazo
protagoniza actualmente una disputa judicial entre la Xunta de Galicia y la
familia del fallecido dictador. Los Franco habrían puesto Meirás en venta por 8
millones de euros, mientras que el Gobierno autonómico declaró el Pazo bien de
interés cultural. Sin embargo, el complejo sufrió un incendio en 1978 y se
desconoce el estado de conservación del pazo y las obras de arte que contiene.
Poco
después, la familia Franco también se haría con la Casa Cornide, en el casco
histórico de A Coruña, en una adquisición que el investigador Carlos Babío ha
calificado de "irregular" en unaentrevista
con la cadena británica BBC. También de forma irregular se
habrían hecho con el conjunto de estatuas del Pórtico de la Gloria de la
Catedral de Santiago que el ayuntamiento local había comprado en 1947.
Además de regalos, la llegada al poder supuso a Franco
un importante aumento de sueldo. En 1935 cobraba 2.493 pesetas y, tras ser
nombrado jefe de Estado, ascendió a 50.000. Poco después, se triplicaría.
Franco
percibía una asignación mensual como jefe de Estado de 50.000 pesetas tras ser aclamado generalísimo en
Burgos. Sin embargo, tras la contienda, esa cantidad alcanzaría las 150.000
pesetas (unos 900 euros al cambio actual o unos 53.000 euros teniendo en
cuenta la inflación, según la actualización de rentas del INE).
Además, Franco
recibía un sueldo de 10.000 pesetas mensuales de la compañía Telefónica,
que equivaldrían a unos 114.200 euros de 2010, según Ángel Viñas.
Junto a sus coches blindados de lujo, uno de los
caprichos más lujosos del dictador era el yate Azor
Una de las
imágenes icónicas de la dictadura franquista es la del yate Azor, el barco en
el que Franco, según mostraba la propaganda del régimen en el noticiario
audiovisual No-Do, se entretenía pescando, jugando con sus nietos
o recibiendo a personalidades.
En
realidad se trató de 2 barcos, uno más pequeño que utilizó hasta 1949, que hace
unos añosestaba a la venta en los Países Bajos, y el más conocido, que tras
la muerte de Franco pasó por diversos avatares hasta acabar siendo reciclado
como esculturas.