Pablo Fra-Casado
Ese
Pablo Casado al que no le gustaron las cargas policiales del 1 de
Octubre
Ignacio
Escolar
0
de febrero de 2021
elDiario.es
Pablo
Casado tiene un rasgo en su carácter que lo define: es muy empático.
Siempre le dice a todo el mundo lo que quiere escuchar. Dependiendo
de con quién hable, Casado cambia, y es liberal, conservador,
reaccionario o progresista en función de lo que piense quien tenga
delante. El líder del PP se adapta a su interlocutor y es muy
simpático en el trato corto. Pero suele ignorar tres principios
fundamentales en la política. 1. No se puede agradar a todo el
mundo. 2. Hay que mantener una mínima coherencia en tu discurso. 3.
En una entrevista en la radio hay más gente escuchando, no solo el
periodista que te hace las preguntas.
El
gran error de Pablo Casado en las elecciones de abril de 2019 fue
consecuencia de este defecto. En su última entrevista de esa
campaña, dos días antes de votar, se fue a la radio de Federico
Jiménez Losantos. Y allí Casado dijo lo que Losantos quería
escuchar: que
daría entrada a Vox en su gobierno si la derecha sumaba.
El
resultado de aquella campaña fue un batacazo histórico para el PP:
66 diputados. En parte por esa entrevista y su empatía con Losantos.
Para la izquierda, fue la constatación de que la derecha y la
ultraderecha se aliarían. Y para los votantes conservadores, fue una
invitación a votar a Vox; total, todo iba a quedar en el mismo
Consejo de Ministros.
Casado
se sienta con Jiménez Losantos y simpatiza con Vox. Y cuando le
entrevista Jordi Basté, Casado también se mimetiza. En los
micrófonos de Rac1 –la radio más escuchada en Catalunya, muy
influyente entre los independentistas– el presidente del PP aseguró
este miércoles que no le gustaron las cargas policiales del 1 de
octubre –"Se
tenían que haber evitado"–. También cuestionó la gestión
de Rajoy de aquella crisis.
"Yo
el 1-O [el 1 de octubre de 2017] era portavoz del PP –dijo en Rac1
Pablo Casado– y decidí no salir a explicar lo que estaba pasando
en Catalunya porque ni estaba de acuerdo con los que decían que allí
se estaba votando de forma homologable ni con los que decían que no
se estaba votando nada".
Como
acostumbra, Pablo Casado no cuenta toda la verdad. No salió el 1 de
octubre en rueda de prensa pero sí lo hizo dos días más tarde, el
3 de octubre, en
una entrevista en TVE.
Y allí no se vio ni sombra de estas críticas contra Rajoy que ahora
desliza. Pablo Casado le dio todo su respaldo al Gobierno del PP por
su gestión –"Estamos en buenas manos, el Gobierno sabe lo que
tiene que hacer"– y a la policía por sus cargas, de la que
responsabilizó a los Mossos –"Espero que paguen por ello los
que pusieron en riesgo a la Policía y Guardias Civiles por su
inacción–. La hemeroteca, que
recupera este artículo de infoLibre,
es bastante clara.
Ante
Jordi Basté, este miércoles, Casado también avaló el derecho de
los partidos independentistas a defender sus ideas. El líder del PP
debería aclararse, o al menos precisar qué planes tiene. Porque en
otras ocasiones ha pedido abiertamente la ilegalización de estos
partidos. Lo
hizo por primera vez el 9 de octubre de 2017,
en una rueda de prensa que también se hizo famosa por profetizar que
Puigdemont acabaría "como Companys".
Un
día ultra. Otro moderado. Y entre un giro de su líder y el
siguiente, el PP se prepara para otro gran fracaso. Vox ha
aprovechado las palabras de Casado sobre el 1 de octubre para golpear
por la derecha, y les está funcionando. Las encuestas hace tiempo
que pronostican un sorpaso claro de Vox, y un resultado nefasto para
el PP catalán. Cuando eso ocurra, la próxima semana, Casado culpará
a la Fiscalía, a Luis Bárcenas o a la herencia recibida.
Dentro
del PP ya se escuchan los sables.