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viernes, 18 de marzo de 2016

¿En Semana Santa los curas que abusan sexualmente de los niños son redimidos?



Gonzo ha viajado a Londres para entrevistar a Miguel Ángel Hurtado, un hombre que fue víctima de abusos sexuales cuando tenía 16 años. El ahora psiquiatra, explica cómo fue su pesadilla que comenzó cuando entró a formar parte de una comunidad religiosa de la que estaba a cargo un delincuente sexual.



Gonzo entrevista a Miguel Ángel Hurtado, un hombre que sufrió abusos sexuales cuando tenía 16 años, por parte de un religioso. Hurtado explica cómo actúan estos criminales sexuales, cómo lo hacen las instituciones, e incluso el propio Vaticano, que “da órdenes de que los casos se tienen que tapar y no denunciar”.
SER
Miguel Ángel Hurtado, una víctima un cura pederasta, ha iniciado una campaña que se ha convertido en la de mayor crecimiento por minuto en la historia de Change.org. En menos de cuarenta y ocho horas ha conseguido reunir más de 200.000 firmas.
#Nohayperdón pide que los delitos sexuales contra menores no deben prescribir nunca en España. Miguel Ángel fue víctima de abusos sexuales cuando tenía 16 años. El pederasta fue un sacerdote. Cuando se armó de valor para denunciarlo, a los 22 años, no pudo hacerlo porque el crimen ya había prescrito.
La campaña coincide con el escándalo de los Maristas en Barcelona y la petición fiscal de archivar por prescripción trece denuncias contra el pederasta confeso Joaquín Benítez. Solo salva tres denuncias de los exalumnos de este colegio religioso.
Miguel Ángel Hurtado comprende perfectamente la frustración y el sufrimiento de las víctimas porque han tenido la valentía de denunciar y no obtienen justicia. A él le ocurrió lo mismo. Miguel Ángel es psiquiatra y vive en Londres done ha rehecho su vida. Dice que allí estos delitos no prescriben y se protege mucho más a los menores.
Esta es la petición que ha lanzado en la plataforma en línea Change.org
"Como muchos españoles, he seguido con horror y preocupación los recientes casos de pederastia que han aflorado en nuestro país.
Las víctimas que han denunciado han demostrado una gran valentía al acudir a los tribunales para evitar nuevos casos. Lamentablemente es muy posible que su esfuerzo y sufrimiento sea en balde porque en demasiados casos el juez ha desestimado los cargos por prescripción del delito.
Desgraciadamente conozco en primera persona la impotencia que deben estar sintiendo muchas víctimas. Yo también sufrí abusos sexuales a los 16 años a manos de lobo con piel de cordero, el sacerdote responsable del grupo de jóvenes católicos al que acudía. También en mi caso, tarde años en poderme armar de valor y vencer la sensación de vergüenza y culpa que me silenciaba. Para entonces, aunque solo tenía 22 años, ya era tarde, el delito había prescrito. Mi abusador murió hace un par de años sin pasar un solo día en prisión. Mientras tanto yo llevo diecisiete años cumpliendo una condena por un crimen que no cometí.
Mucha gente no entiende por qué las víctimas tardamos años en denunciar. Es sencillo, el abuso sexual a menores es siempre un abuso de poder. Los pedófilos saben cómo elegir a víctimas vulnerables. Muchas veces se esconden tras una fachada de personas respetables o bien buscan refugio en instituciones con prestigio donde saben que van a ser protegidos. Las víctimas tardamos años en recuperarnos del daño causado, en sentirnos lo suficientemente fuertes como para poder enfrentarnos a nuestros verdugos. Para entonces, muchas veces ya es tarde y el delito ha prescrito.
Aunque los delitos sexuales contra menores son una lacra importante en nuestra sociedad (cuatro de cada diez denuncias por delitos sexuales afectan a menores de edad); en España seguimos teniendo unos tiempos de prescripción excesivamente cortos que varían entre los 3 años para los delitos más leves y 15 años para los más graves.
Esto no tiene por qué ser así, es producto de un Código Penal injusto que de forma irresponsable continua creyendo ciegamente en la quimera del pederasta arrepentido sacrificando los derechos de las víctimas y poniendo en peligro a nuevas generaciones.
En Inglaterra, una de las democracias más antiguas y consolidadas del mundo y el país en el que actualmente vivo; la ley intenta proteger al débil e indefenso y los delitos sexuales contra menores no prescriben. Por este motivo, 1.433 figuras del entretenimiento, el deporte, la clase política o responsables de instituciones que teóricamente están al cuidado de los más pequeños están siendo investigados por la policía.
Algunos dirán resignados que “Spain is different”. Yo pienso que si suficientes personas de bien unimos nuestras voces para demandar que cambien las cosas podemos cambiar leyes injustas y crear una sociedad un poco más decente.
Por eso te pido que te unas a esta campaña para pedirle al futuro Gobierno que durante la próxima legislatura modifique el Código Penal para que los delitos sexuales contra menores no prescriban. Solo así podremos conseguir que en España no haya paz para los malvados.

Gracias por tu ayuda".



Gonzo ha viajado a Londres para entrevistar a con Peter Saunders, fundador de la Asociación Nacional de Personas que sufrieron abusos en la Infancia. Saunders fue víctima de abusos cuando era menor, y aunque ha sido capaz de lidiar con ellos, confiesa que todavía tiene que ir a terapia, a pesar de haber podido rehacer su vida, y formar una familia, por la que, si sufriera lo que él, "mataría".


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