17 junio 2017
Una mente prodigiosa
Una de
las cosas que más detesto de la izquierda española es su ingenuidad; un candor
que no es tanto inocencia como infantilismo y falta de inteligencia para
presentar batalla en el tablero político. Al menos el coletas sabe mover las
piezas, pero le falta agresividad en su juego. O quizá lo tiene, pero teme que
si da la orden de cargar, su tropa le deje cabalgando en solitario hacia las
filas enemigas.
Hay muchas cosas que no le
puedo perdonar a la izquierda española. Una de ellas fue permitir que coronasen
impunemente a Felipito, sin presentar batalla legal sobre la ilegitimidad de la
sucesión. La Constitución es muy clara al respecto de los derechos dinásticos:
el heredero es el primer hijo varón. Y existen suficientes indicios de que el
primer hijo varón no es Felipe Bourbon sino el ciudadano catalán Albert Solà. De confirmarse este punto, Felipe debería
perder automáticamente la corona, y conduciría a la monarquía a un callejón sin
salida.
Sin embargo, la puta
izquierda, cuyo ideólogo principal es Espinete, dejó pasar la oportunidad de
impugnar la coronación al menos mientras no se despejen las dudas sobre la
primogenitura. En el mejor de los escenarios para la monarquía, que el test de
paternidad diese negativo, habría sufrido un fuerte desgaste al evidenciarse de
la forma más cruda que su justificación depende de algo tan absurdo como la
arbitrariedad del cromosoma y las veleidades sexuales de un vividor. Y no hay
ninguna organización que pague una investigación a algún miembro de la familia
real para conseguir material genético que mandar analizar, y filtrar los
resultados a los tabloides ingleses, alemanes…
Ya no se trata de leer a Maquiavelo
o poner en práctica los consejos de Sun Tzu, basta con tener la malicia de un
niño de secundaria, y la inteligencia de uno de primaria. Si el enemigo deja
desguarnecido un costado, es donde primero se debe golpear, aprovechando las
debilidades del rival. Analizar la situación y planificar el ataque para que
sea efectivo, me da igual que estemos hablando de ajedrez, de fútbol o de
política, en todo proyecto humano en que enfrentas una oposición, debe existir
una mínima capacidad estratégica.
Hay monarquías que ha costado
mucha sangre derribarlas, sin embargo el ensuciarse las manos con un test de
paternidad le parece demasiado a nuestra seráfica izquierda. Pero para
apuñalarse entre ellos, no hay tantos miramientos.
Yo realmente creo que, en su
subconsciente, tienen mucho miedo de ganar la batalla. Les delató su reacción
(su no-reacción) en aquel Septiembre del 2008.
Y ahora vamos a otra de las
cuestiones en las que, para mi perplejidad, la izquierda española pasa de
puntillas, asumiendo que el rey está vestido.
Todos estamos al tanto de las
capacidades intelectuales de nuestro querido presidente del gobierno
(pontemierdés hasta la médula, antes dejaría que le cortasen un brazo a que lo
sorprendieran hablando en el idioma del pueblo). El otro día nos deleitó con
una verdadera exhibición de su verbo florido.
Bueno,
sí, claro que lo digo con recochineo. Sin embargo, El País es capaz de editorializar así sin que se le escape ni una risita.
Semejante grado de adulación (o cinismo) sería comparable a un ABC en los ’40,
ensalzando la viril voz del Caudillo. Lo que amansa tener que enfrentarse a la refinanciación de una deuda que es varias veces del
tamaño de la propia empresa.
Pero dejemos hundirse a PRISA
en paz, y volvamos a Raxoi (insisto, es correcto escribir Rajoy, según la
grafía medieval, lo que es incorrecto es pronunciarlo como si fuera un apellido
castellano, con /x/ y no con /ʃ/).
Se nos ha hecho creer que hubo
un momento en la vida de Mariano en el que Dios le infundió sabiduría y cometió
la hazaña, casi sobrenatural, de sacar una plaza como Registrador de la
Propiedad con 24 años. Es decir, en los ratos libres, mientras se sacaba el 5º
curso de carrera, preparó con éxito un examen que la élite de la profesión
tarda años en superar, los pocos que lo consiguen.
Yo no sé si estáis al tanto de
lo que significa un examen así, así que os copio algunos párrafos para que os hagáis una idea:
Se trata de una oposición
de elevada exigencia, que combina un importante esfuerzo de aprendizaje teórico
con una elevada carga memorística -dos primeros ejercicios- con la comprensión
y aplicación práctica de lo aprendido –tercero y en menor medida cuarto
ejercicio-. Se compone de cuatro ejercicios: los dos primeros, teóricos y
orales; los dos últimos, prácticos y escritos. El tiempo medio aproximado que
se estima necesario para aprobar la oposición es de unos cinco o seis años, si
bien este promedio esconde grandes diferencias entre unos opositores y otros:
mientras que el tiempo mínimo necesario -salvo supuestos excepcionales- se
puede cifrar en tres años, a menudo el tiempo real dedicado a la oposición se
acerca o supera los diez años.
El programa se compone de un
total de 372 temas: 223 el primer ejercicio y 149 el segundo ejercicio. Los
temas del primer ejercicio se reparten de la siguiente manera: 124 temas de
derecho civil divididos en cinco bloques: parte general, derechos reales,
obligaciones y contratos, derecho de familia y derecho de sucesiones; 61 temas
de derecho mercantil, 19 temas de derecho administrativo y 19 temas de derecho
procesal. A su vez los temas del segundo ejercicio de reparten del modo
siguiente: 82 temas de derecho hipotecario, 49 temas de derecho fiscal y 18
temas de derecho notarial.
Por ponerlo en relación, unas
oposiciones a Secundaria son 75 temas y, para maestro de Primaria, 25. Si me
creo que Raxoi aprobó este examen preparándolo en sus ratos libres, también
puedo creerme que Aznar ha ganado el concurso de mates de la NBA. Y no sé yo
qué sería más factible.
Entonces, nos creemos que el
hasta entonces mediocre Raxoi, se le apareció la Virgen y todos los santos en el
examen y fue capaz de sacar plaza de registrador, el más joven de la historia.
Si fuera verdad, un joven que mientras acaba sus estudios se prepara para el
que quizá sea el examen más exigente, al menos en capacidad memorística, este
joven sería necesariamente un prodigio humano, una memoria excepcional que
excedería cualquier medida.
Pero este Superman sólo se
puso los calzoncillos por encima del pantalón el día del examen, el resto de su
existencia la pasó de incógnito disfrazado de Clark Kent. ¿Un estudiante
mediocre, que un día explota como una supernova para volver a sumergirse en la
mediocridad más absoluta? ¿De verdad tengo que creerme eso? El asunto huele muy
mal.
Y huele muy mal porque veo el Raxoi de hoy, pusilánime, un cobarde intelectual, mediocre y vulgar,
y también se me hace imposible creer que consiguiera semejante hazaña sin ayuda
espuria.
Y es que
me resulta muy difícil reconocer como poseedor de una memoria superdotada al
que no es capaz de levantar los ojos del papel que le han escrito sin caer en
el ridículo. Quien en su día se estudió de memoria, en un tiempo récord, miles
y miles de páginas de un temario infumable, no es capaz de prepararse un
discurso, dejando anotado sólo las ideas principales (como, por ejemplo, sí que
hace Iglesias). Difícil de explicar, y por lo tanto de creer.
Pero es que también me resulta
increíble que, quien ha demostrado semejante don de la naturaleza, luego tenga
tantos problemas para hablar siquiera un idioma extranjero (aquí incluiríamos
sin duda el gallego). Recapitulemos. Mariano ha sido ministro desde el año 96,
Vicepresidente desde el 2000 y candidato a presidir el gobierno desde el 2004.
Es presidente desde el 2011. Y, sin embargo, ha sido incapaz de, en más de dos
décadas, alcanzar el nivel de inglés que se le exige a un niño al terminar la
secundaria (B1).
Harto de ver ofertas de
trabajo que, para un puesto de mileurista, piden bilingüe en inglés y nivel
alto en otro idioma (y de ahí para arriba), y hay quien cree estar preparado
para un puesto de evidente proyección internacional como es dirigir la décima
economía del planeta no sabiendo más que balbucear una lengua extranjera.
Cuando se supone que semejante portento intelectual debería poder aprender a la
misma velocidad de vértigo que se preparó el examen de Registrador. En la
Escuela Oficial de Idiomas, en 5 años puedes obtener el B2 partiendo de cero.
El C1 en otro año más. Muchos adolescentes, que nacieron cuando Raxoi era ya
ministro, se sacan el Proficiency (C2) antes de llegar a la universidad. Y la
mayoría de ellos, no son ningunos genios.
¿No es un poco extraño?
Como también es extraño saber
que, si Mariano Raxoi es el registrador más joven de España, quién es el
segundo registrador más joven. Un tal Enrique Raxoi, a la sazón hermano del
anterior.
Raro. Pero raro, raro, raro.
Pero es que luego vino María
de las Mercedes Raxoi, que también sacó la plaza de registradora. Y finalmente
Luis Raxoi, que cambió por la de notario.
¿?¿?¿?¿?¿?
Esto es como la sonriente
fortuna de Carlos Fabra, que le tocó varias veces la lotería. Las
probabilidades que eso ocurra son tan remotas, que es mejor que me llames
imbécil a la cara directamente.
¿Qué tienen en común estos
cuatro hermanos, además de la asombrosa capacidad memorística? Evidentemente a
su madre… y a su padre, Mariano Raxoi Sobredo, presidente de la Audiencia
Nacional de Pontevedra. Precisamente el magistrado que presidía el tribunal del
Caso Redondela, un caso de contrabando de aceite en el
cual estaba implicado un tal Nicolás
Franco Bahamonde. No sé si os suena el apellido. A pesar de
haber muertos de por medio, el magistrado se apresuró a dar carpetazo al caso, quedando el régimen en deuda por
los servicios prestados. Tres años más tarde, su retoño sacaba la plaza de
registrador de la propiedad en tan meritorias circunstancias, siguiéndole sus
hermanos menores.
Vale. Podemos creer que
Mariano es un prodigio intelectual, con una memoria sobrehumana… o que es
corrupto desde joven, y le viene de familia. ¿Cuál de las dos opciones te
parece más plausible? ¿Aprobó ese examen limpiamente o hubo ayuda (he escuchado
que casualmente el presidente del tribunal era su tío, pero no he encontrado
fuentes que lo corroboren)? ¿Es un genio, o un niñato enchufado?
Sin embargo, como en el caso
de la sucesión de la Corona, la izquierda ha considerado que ambos son asuntos
privados (y un braguetazo lo es, excepto cuando esos braguetazos implican el
acceso a la Jefatura del Estado, pero nunca el amaño de un examen oficial) y
que no es digno rebajarse a escarbar en ellos. Sin embargo, vemos cómo la prensa
del régimen rebusca hasta en los pañales del personaje de la izquierda que
quieren ajusticiar y, si no encuentran nada, se lo inventan.
¿Por qué demonios la izquierda
es incapaz de entablar combate cerrado y le concede aire al rival? ¿Acaso
espera recibir el mismo trato de la derecha?
Si consiguiésemos demostrar
que ese examen estuvo amañado…. bueno, supongo que no tendría mayor repercusión
porque esto es España. Los motivos por los que un Jefe de Estado europeo dimite (yo dimito, tú dimites,
él dimite, nosotros…), no merecerían ni comentario en rueda de prensa (sin
preguntas y con plasma) en España.
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