SemiDios, profundo sacrilegio.
Paco Arenas
Hoy 27 de septiembre, que no se nos olvide lo que fue el franquismo
Hoy, 27 de septiembre, cincuenta años después de los últimos fusilamientos del régimen, conviene recordar que no fueron «treinta y seis años de paz», sino treinta y nueve de hambre, miedo y represión. La memoria duele porque, lo que aquí sigue no son números fríos, habla de personas concretas y solo de cifras aproximadas, pero abrumadoras.
Hambre y enfermedad:
En la posguerra, el exceso de mortalidad dejó en torno a 200.000 muertos entre 1939–1942, con un rebrote de unas 20.000 muertes en 1946.
Cárceles:
En la inmediata posguerra fallecieron decenas de miles de reclusos —las estimaciones rondan los 70.000— por hambre, enfermedad o «accidentes».
Represión letal:
La maquinaria represiva franquista asesinó a alrededor de 150.000 personas (entre guerra y primer franquismo), a los que hay que sumar, como «desaparecidos» entre 100.000 y 114.000, repartidos en miles de fosas. Unas 58.000 víctimas han sido exhumadas o registradas.
Pena de muerte «legal»:
En el tardofranquismo se ejecutó a 70 personas (1952–1975) por sentencias firmes.
Exilio:
En 1939, la «Retirada» llevó a 440.000–450.000 españoles a cruzar a Francia, más los que salieron por Portugal, Alicante u otros pasos.
Emigración económica:
«Con Franco había trabajo»:
millones lo buscaron fuera. Entre los años 60 y primeros 70, más de 2,6 millones de españoles emigraron a Europa; en total llegaron a vivir fuera casi cuatro millones fuera de nuestras fronteras, que tuvieron mucho que ver en lo que el franquismo llamaba como el «milagro español».
Torturas de hombres mujeres y violaciones de mujeres, incluso de niñas:
Las hubo por miles en comisarías, cuarteles y la DGS; hay testimonios y causas, pero sin cifra consolidada, pero podemos decir que fueron miles.
Defenestrados y muertes bajo custodia:
No hay recuento fiable; quedan nombres como Enrique Ruano (1969) o Julián Grimau (1963), y testimonios como el de José Luis Cancho (1974).
Bebés robados:
Entre 1940–1990, miles de familias denunciaron sustracciones y entregas irregulares; en 2011 ya había más de 2.500 denuncias en fiscalías. Las cifras que circulan son dispares; lo cierto es que no hay dato cerrado y los casos siguen aflorando.
Abusos a menores en la Iglesia:
El Defensor del Pueblo (2023) estima que el 1,13 % de la población adulta sufrió abusos en entornos católicos (≈440.000 personas); lo reconocido oficialmente por la Iglesia es una fracción de esa realidad.
Vivienda:
Y, en cuanto a la vivienda, las grandes ciudades se poblaron de millones de chabolas en condiciones insalubres y miedo constante.
Esto fue el franquismo: hambre, prisiones, tiros, fosas, exilios, emigraciones forzadas, torturas y silencios. Contarlo no es abrir heridas; es reconocerlas para que cierren con verdad. Las heridas se cierran curándolas, no tapándolas.
Cuando Isabel Díaz Ayuso o Miguel Tellado, hablan de guerras civiles y de abrir fosas, están diciendo todo esto que nunca se debería repetir.
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