PP
y PSOE por fin enseñan la patita.
2-12-14
Arturo
González
Público.es
Con
las declaraciones de Sánchez ayer y de hoy de Cospedal, va tomando cuerpo la
intención y posibilidad de que PP y PSOE formen coalición tras las elecciones
para garantizar la gobernabilidad y estabilidad del país. Es decir, con IU o
con Podemos o con los demás grupos con representación parlamentaria, incluidos
los nacionalistas, no existe tal garantía de gobernabilidad: son necios,
malvados, traidores, antisistema y antidemócratas. Quedan establecidas, pues,
la guerra y la frontera. Los que siempre han gobernado quieren seguir
haciéndolo por pura generosidad y se alían para conseguirlo. Por cierto, asco de PSOE.
No importa que nos hayan llevado a vivir peor porque nos han obligado a vivir
en la resignación. No importa que ellos hocen en la mierda. Ellos, y solo
ellos, tienen la titularidad y el monopolio de la felicidad democrática. La
izquierda queda marcada con el estigma de la incompetencia, el deshonor y la
ruina. Esperemos que el PSOE tenga un último rasgo de vergüenza y nunca más se
proclame de izquierda. Se ha pasado con armas y bagajes a lo más rancio y
retrógrado. Su credibilidad es cero y la posibilidad de recuperarla nula. Ya
forma un pack, un tándem, con la otra derecha. Son ecos de una misma voz.
Consigues un puesto de trabajo, como si ganaras una oposición a Registrador de
la propiedad, te pones contento y te humillan en el tiempo y en el salario.
O ni siquiera lo consigues y te eternizas echando currículos y o emigras o
subsistes con prestaciones sometidas a caducidad.
Te dicen que ya estamos saliendo del pozo, pero tú ni los tuyos respiráis.
Los grandes almacenes ya dan crédito para comprar la cena de Nochebuena.
Los hinchas del fútbol se matan en las calles y la Policía no aparece y nadie
responde ni dimite.
Al juez Ruz le quieren cortar las manos para que no culmine los sumarios de la
corrupción.
Los medios de comunicación se atrincheran en la insidia, la calumnia y lo
establecido. Televisión española, la televisión de la vergüenza es su nuevo
nombre.
Catalunya es un polvorín ignorado.
Los curas pederastas y los arzobispos encubridores rellenan el paisaje de
sucesos.
Tenemos los reyes más elegantes y mejor vestidos del mundo.
El nepotismo invade las universidades que reciben fondos públicos.
Sigue el mismo ritmo de desahucios.
Los sindicatos son una reliquia, con razón corrupta y mancillada.
Los empresarios no cejan.
El Consejo General del Poder Judicial quiere cambiarle el nombre a los
imputados por uno más dulce que no suene tan duro, pero no se atreven a ponerle
el de golfos, que es mucho más simple y comprensible.
Mariano Rajoy, futuro socio de Sánchez, dictador consentido que ya dijo hace
tiempo, recordemos, que la desigualdad es lo normal y esencial del ser humano,
qué gran tipo y demócrata.
Cultura naufraga en la zafiedad.
Sí, la resignación es nuestra nueva seña de identidad. Ya solo esperamos no
vivir peor, no a vivir mejor. Los dados del destino están trucados, los ha
tirado y ha salido el 135. Vivimos mejor porque, de momento, vivimos.
Surge una posibilidad, una esperanza de decencia y la machacan estos demócratas
de salón, acusándola de extremismo populista. Todo, menos Podemos. Podemos,
pero menos.
Ahora sí que hay dos Españas: la compinchada para perpetuarse en el poder y en
el turnismo, y la que aspira a salir de la resignación, el oprobio y la
injusticia. La indecente y la decente. Ya está claro a quién hay que votar.
Esto es la Aviación contra la Marina, Roma contra Cartago, la democracia contra
la impostura. Guerra a muerte al PP y al PSOE, falsificadores de la lealtad
democrática.
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Gota ISABEL: ¡Qué tía más mala era Isabel la Católica!
¡Ésa sí que fue una herencia recibida siglo tras siglo!
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