Buscar este blog

lunes, 17 de septiembre de 2018

El honor del dictador


La Fundación Franco se querella contra Wyoming, Dani Mateo y laSexta por "vulnerar el honor" del dictador


¿De qué honor hablan?



     Y parece que fue ayer pero hace ya muchos años que murió el dictador en una cama de la Seguridad Social sufriendo una interminable agonía que su yernísimo el señor Martínez junto con la aquiescencia de políticos, médicos, la iglesia católica y estómagos agradecidos alargaron al máximo mientras esperaban un milagro que no se produjo. Creían que era inmortal  y se resistieron todo lo que pudieron para que subiese al cielo rápidamente. Algunos esperan que pueda resucitar, otros lo quieren hacer santo. Ahora yace bajo una losa de más de mil kilos en un mausoleo faraónico que mandó construir a su imagen y semejanza.
   Antes de convertirse en el “Enviado de Dios” era un ambicioso militar que, como hizo durante toda su vida, nadaba y guardaba la ropa. Se sublevó en nombre de la República (a la que había jurado fidelidad) con una carta al Presidente, ambigua y llena de posibles interpretaciones futuras, para el hipotético caso de que fallase la sublevación, poder decir donde dije digo, digo Diego... Rizar el rizo de la felonía.
Las cosas salieron a pedir de boca cuando la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana le proporcionó el Nihil Obstat y santificó su guerra, pasando a llamarse desde ese momento La Cruzada de Liberación, prohibiendo el término Guerra Civil. De Glorioso Alzamiento pasó a ser Glorioso Movimiento, porque alzamiento es un eufemismo de traición y ese era el delito y a la vez indignante paradoja, por el que fusilaba a los republicanos en cuyos certificados de defunción (cuando existían) los médicos diagnosticaban infarto o derrame cerebral, según lo destrozado que quedaba el cadáver. (La muerte de Federico García Lorca quedó inscrita en el Registro Civil de Granada en 1.940: “…a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra.”)
      Fue ascendido a Excelentísimo Caudillo de España por la Gracia de Dios, Generalísimo (General Superlativo) de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Su Excelencia el Jefe del Estado entrando en las iglesias bajo palio, dejando en la puerta la fantástica, espectacular y colorista guardia mahometana montada a caballo, como sacada de un cuento de las Mil y Una Noches, lo que no producía la menor alteración en su innata y súper alabada (por sus hagiógrafos) modestia. Se comprende que los obispos, la Iglesia católica, aceptase, o hiciese la vista gorda mirando hacia otro lado ante semejante parafernalia, que no dejaba de ser una incongruencia y una paradoja, considerándolo un simple pecado venial (¿de soberbia o complejo de inferioridad?) pero que alimentaba la tremenda egolatría del dictador. Ahora, después de tantos años que murió el general rebelde, en plena democracia, con una Constitución que el militar sátrapa nos robó, salen a la calle a pedir, (¡nada más ni nada menos!) libertad. Entre otros calificativos menos cristianos, eso se llama Santa Desvergüenza señores obispos.
Su controvertida figura fue engalanada durante cuarenta años por los turiferarios y hagiógrafos que en un afán desmedido por elogiarle no dudaron en blasfemar, ni en utilizar todos los adjetivos grandilocuentes habidos y por haber.
     A lo largo de su vida se le comparó con el arcángel San Gabriel, con Alejandro el Grande, con Julio César, con Carlo Magno, con el Cid, con Carlos V, con Felipe II, con Napoleón, Fernando el Católico, el Gran Capitán, Agamenón (?), Almanzor, Federico II de Prusia, Recaredo...
Sus detractores tampoco dudaron en adjudicarle algunos epítetos que han pasado también a la historia (Enano Mantecoso), aunque, quizás, no tan duros como los de sus propios compañeros de armas: Paca la Culona (en un escrito se lo atribuí erróneamente al general Yagüe pero parece ser que este calificativo se lo puso el también traidor  general Queipo de Llano) Franquito, Miss Islas Canarias, Franquito el Cuquito, Doña Francisquita...  
 

Dijo:

Si es necesario mataré un millón de españoles”.



Y en otra ocasión añadió:

¡Mi   mano   no   temblará!

Galería


Foto: Luis Viadel

domingo, 16 de septiembre de 2018

Confirmado: Albert Rivera es lo que nos temíamos


El máster que dice tener Albert Rivera no es oficial

Esade reconoce que se trata de un título privado, exclusivamente otorgado por ellos




Domingo, 16 de septiembre de 2018

ElPlural


El  máster en Derecho del que presume Albert Rivera en su currículum no es oficial. Así lo ha desvelado el periodista y profesor universitario Antón Losada.

“Estoy en condiciones de confirmaros que el supuesto máster en derecho de Albert Rivera es un título privado que daba Esade, no la universidad, con la licenciatura en derecho. No cumple los requisitos de un máster universitario oficial”, ha publicado Losada en Twitter.
Acto seguido, y para disipar cualquier tipo de dudas, Losada ha subrayado que ha sido la propia Esade quien le ha confirmado que “se trata de un título privado, exclusivamente otorgado por ellos, no por la universidad

¿El franquismo tuvo lugar?



¿El franquismo tuvo lugar?


4-9-2018

KAOSENLARED

Un pestoso manifiesto con inequívocos tintes azules…cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras

« Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado».

                                             ( Juan GELMAN)

« Plantear la actualidad de derechos pendiente es hablar de justicia, es reconocer que se cometió una injusticia en el pasado que pide justicia porque no ha prescrito [ …] si la memoria es un acto de justicia ,entonces no podemos frustrar a las víctimas, ofreciéndoles, por ejemplo, una justicia retórica…La mirada de la víctima es la de la solidaridad con quienes siempre fueron privados de sus derechos, invitación a una mirada fraterna con las nuevas víctimas de la historia »

                                             (Reyes Mate)

« Sólo en el tiempo más reciente los historiadores se han decidido a preguntar a las víctimas, a los silenciosos y a los invisibles, pero su rostro la narración pueden salvarlos »

                                          (J.Jiménez Lozano)

 


Es una obviedad la que se expresa en el título de este artículo, del mismo modo que es un enorme descaro amalgamador, la vuelta de tuerca , a la inversa, a que someten la historia y el modo de recordarla los variopintos firmantes de un estrambótico manifiesto que es firmado por personas de la extrema derecha en unión con gente que ocupó puestos de responsabilidad institucional y partidista tanto del PSOE, del PP y también del partido de Alberto-todo-por-España, junto a una serie de dichos intelectuales que en su fetidez parecen confundir la mierda con la pomada (¡con perdón!). Ahí están en ese río revuelto, impulsado y promovido por la Fundación Francisco Franco, los Federico Jiménez Losantos, Pío Moa, Jaime Mayor Oreja, Alberto Ruiz Galllardón, Joaquín Leguina, Eduardo Uriarte Romero, Jon Juaristi, María San Gil, Fernando Savater, Carlos Moya, Antonio Escohotado, Félix Ovejero, André Trapiello o Fernando Sánchez Dragó, y no sigo ya que quien quiera conocer las firmas del fétido manifiesto lo podrá encontrar por ahí, enterándose así, al menos de las doscientas cinco primeras firmas – de ellas diecisiete mujeres-, y del contenido del engendro. Hablan de que han reunido ya 22.000 firmantes, de modo y manera que creyéndoles, que por qué no, sería el doble de las once mil vírgenes de cuya existencia dudasen, vacilando, Guillaumme Apollinaire o Enrique Jardiel Poncela; justo el doble. Curioso resulta ver en el mismo manifiesto unidos a quienes eran en su momento enemigos irreconciliables: el althusseriano embistiendo con toda su furia contra el de contra el todo, y el Estado y sus criaturas. O tempora, o mores! Tal vez es que se han hecho mayores, y los rebeldes de antaño se han tornado borregos de hogaño, no sé; sea como sea, ellos siempre han de estar como la espuma, arriba: cuando afirman A o cuando dicen Z.


En la presente ocasión sí que parece necesario distinguir entre forma y contenido aunque la verdad sea dicha, casan como un guante en linda, o fea, manita. Cuando menos llama la atención el tono perlado de gruesos términos como historicidio, totalitarismo, soviets, checas…que hace deducir un par de cosas: a) que sin ser adivino el redactor bien puede ser, por ejemplo Pío Moa –célebre ex-Grapo-, reconvertido en revisionista de pro- o algunos de los otros firmantes que son dados a emplear este lenguaje distorsionado ad nauseam, y b) que habrá que pedir al Altísimo que, a los ilustres firmantes, les conserve la vista ya que la tienen ciertamente extraviada, cierto que unos más que otros, como salta a, precisamente, la vista. Sólo faltaba, aunque casi lo dejan insinuado, que la Comisión de Verdad va a ser un tribunal con Andreï Vychinski incluido…tras unos buenos interrogatorios a manos de Billy el Niño, que diga de Lavrenti Beria.


Hay dos cosas, por resumir, que se confunden , no puede atribuirse más que a la mala fe, mezclándolas para que así salgan las cuentas a favor de la reivindicada libertad de opinión, de expresión…La historia de lo sucedido en España y los derechos de la Historia como disciplina, que según cuentan ha de dejarse en manos de los especialistas como si de un coto cerrado, vedado y exclusivo se tratara; la reivindicación que provoca el manifiesto es la libertad de opinar, con unas tonalidades tan abiertas y relativistas que pueden traducirse como un todo vale en el cualquier postulado puede defenderse, aunque contradiga la verdad de los hechos…[ antes de seguir quisiera incidir en una serie de recientes ideas expresadas por destacados personajes que dan idea de cómo está su patria: va el uno, Arturo Pérez Reverte, académico él, y viene a decir , historiando la guerra civil, que todos fueron unos hijos de puta (igualando víctimas y verdugos); va el otro, juez y ministro él, Fernando Grande-Marlaska y dice que no hay más verdad que la judicial…de lo que se deduce que lo que no ha sido juzgado no es verdad: por ejemplo, los crímenes del franquismo…y ahora, éstos que encendidos alertan de la llegada, poco menos que, del Gulag ¿será muestra todo esto de la problemática relación con la verdad de la idiosincrasia]. Todo da por pensar, aunque la verdad no sé…, que alguien ha rizado el rizo y ha recordado el manifiesto firmado, en 2005, por insignes intelectuales franceses ( Jean-Pierre Azéma, Elisabeth Badinter, Jean-Jacques Becker, Françoise Chandernagor, Alain Decaux, Marc Ferro, Jacques Julliard, Jean Leclant, Pierre Milza, Pierre Nora, Mona Ozouf, Jean-Claude Perrot, Antoine Prost, René Rémond, Maurice Vaïsse, Jean-Pierre Vernant, Paul Veyne, Pierre Vidal-Naquet et Michel Winock) en el que se reclamaba la libertad de la historia y que las leyes no impidiesen investigar ( en tal escrito en síntesis se mantenía que la historia no es una religión, que no es una moral, que no es esclava de la actualidad, que no es solamente memoria y que no es un objeto jurídico); esto no quita para que en Francia, y en otros países de la mima área geográfica y política, se considere delito expresar afirmaciones racistas, o se persigue por ley a quienes niegan el exterminio de los judíos, los Faurisson et compagnie, a los que, por cierto, uno de los firmantes del texto al que aludo, se refería como asesinos de la memoria. Los firmantes de por acá han oído alguna campana y se han juntado a la copla, usando un poco el calzador y el tubo de vaselina para que la cosa funcione.

Es claro y distinto, por decirlo en cartesiano, que Francia es Francia y España es España, y ni la historia, ni la memoria de ambos estados pueden ser los mismas y las coyunturas políticas de las que se habla nada tienen que ver como para aplicar, con una lógica sicut papagallum, las propuestas de un lugar al otro, pues uno tenía una democracia asentada mientras que el otro sale del trauma de una dictadura sanguinaria; y me explicaré.

En España hubo una dictadura fascista, con las singularidades propias del caso, que se impuso tras una guerra civil que ellos desataron, luego vinieron los años de paz (de la paz de los cementerios se hablaba), y nadie se ha inventado los fusilamientos, los escarmientos, el aceite de ricino y las cabezas rapadas… los encarcelamientos, los campos de trabajo forzado, los niños quitados a sus madres, la falta de libertades y la persecución de quienes pretendían ejercerlaPuestos a reivindicar la máxima libertad, la total, habrá quienes mantengan que Franco fue una bendición, que levantó el país y tumbó a quienes se lo merecían por ser parte de la anti-España, judíos, masones  y…vaya usted a saber. El manifiesto de marras no se anda por las ramas: «equiparando el franquismo con diversos regímenes totalitarios, son solo el envoltorio sentimental y manipulador de una ofensiva contra la libertad de los españoles, contra la democracia y contra la verdad histórica»; ¿Osease, que lo de las simpatías, las estrechas y fluidas relaciones con los regímenes de Hitler o Mussolini, y las coincidencias ideológicas, son puro invento del rojerío manipulador? (¡Ay Gernika!). Vaya por dios, uno que creía que eso era algo público y notorio, pues nada, que es un engaño urdido por los enemigos de España y de la libertad…la nueva historia abre otras puertas interpretativas, como más guays, no sé. Cuánto tenemos que aprender sobre lo que pasó por acá y lo que pasa todavía, ya que es una historia que no pasa en la medida en que en su momento no se pusieron las bases para acabar con el régimen anterior, el de la dictadura franquista que no cabe asimilar con otras ya que …España es diferente.


Todo es opinable: aquí no hubo dictadura, aquí se vivía como dios (comodidad que subrayaba sin rubor, el sobrino de Marcelino Oreja), todo lo de la represión, todo lo de la asfixiante educación nacional-católica, mentira podrida; vale igual un golpista que un luchador por la libertad y contra la agresión impulsada por los cruzados…y las cifras de muertos, torturados, refugiados…pura filfa.


Quieran o no quieran todo esto existió: hubo una dura dictadura ( no vale el enredo de entrar en calificaciones exactas para despiste de profanos, y de especialistas, también: que si autoritaria, que si fascista, que si totalitaria, que si falangista – como peculiar invento hispano- ) de la que se salió (?) de un modo tramposo  

(según cómo se interprete: cobarde, con increíbles concesiones por parte de unos con respecto a los amenazantes poderes fácticos) y bajo la amenaza de los sables, sin tocar algunos asuntos que al no ser tratados entonces siguen vivitos y coleando. En los tiempos del tardofranquismo, toda, repito toda, la oposición- desde la más radical a la más timorata- unidas en la Junta Democrática y en la Plataforma de Convergencia Democrática, luego unidas en la denominada Platajunta, mantenían en su programa, me limito a tres condiciones sin las que el régimen anterior no daría pasos a una auténtica democracia: disolución de los cuerpos represivos ( GC., PA.BPS…), referéndum para elegir la forma de gobierno: monarquía o república, y derecho de autodeterminación de las nacionalidades oprimidas (Catalunya, Euskadi y Galiza)…Pues bien, nada de aquello se llevó adelante, y…de aquellos polvos, estos lodos.

La modélica transición pasó de largo con respecto a estos asuntos nombrados, los responsables de la represión…quedaron liberados de culpa alguna con la campaneada Ley de Amnistía de 1977 que al fin y a la postre fue una ley de punto final, ya que quienes, supuestamente, fuimos amnistiados no habíamos cometido delito alguno, a no ser que el luchar contra la dictadura y a favor de la libertad, fuese delito (que entonces lo era). Aquí no se juzgó a nadie, los responsables de la dictadura andan tan campantes o reconvertidos en demócratas de toda la vida…las reiteradas recomendaciones de la ONU con respecto a las víctimas del franquismo, a la labor del gobierno para rescatar los cadáveres de las cuentas, la exigencia de responsabilidades de los tribunales argentinos…no son más que maniobras de rojos, masones y demás gente de mal vivir, envidiosos y revanchistas. Ante todo esto, nada dijeron los ahora firmantes modernos o veteranos, ni exigieron al gobierno anterior que no hiciese apología, poco más o menos, o menos más, en actos públicos de rancios resabios franquistas, o filo, con presencia institucional, ni pío ante las reclamación al Estado español por parte de la ONU, de que trabajase para recuperar los cadáveres de las víctimas, cuya reparación y justicia era necesaria…ni pamplona dijeron.

Aunque resulte vomitivo, permítaseme reproducir, in extenso, algunas de las afirmaciones incendiarias del desmedido manifiesto: «Legislar sobre la historia o contra la historia es, simplemente, un signo de totalitarismo. Y es antidemocrático y liberticida…Pese a ello, el Partido Socialista pretende ahora, en una vuelta de tuerca más, que se apruebe una nueva y espuria “Ley de Memoria Histórica”, con la intención de ilegalizar cualquier asociación o fundación que sostenga puntos de vista diversos y plurales sobre los hechos acaecidos en el último siglo de la Historia Contemporánea de España…una checa de pensamiento único, al imponerse por la fuerza y la violencia del Estado.». Ante el tono y la mezcolanza de niveles y registros que se hace en este burdo escrito, uno que ya hace tiempo que no se sorprende de casi nada, después de todo lo visto, sí que se siente como acojonado por la forma solapada, al tiempo que con descaro, en que se mezcla la libertad de cátedra y de investigación, con la libertad de hacer apología del franquismo, de la dictadura, de ostentar símbolos del fascio redentor, con la gallina incluida, bandera pre-constitucional y , sin exagerar, anti-constitucional ¿A todo eso se refieren con la libertad de cátedra, investigación y la pluralidad de versiones? ¿Es exigible cierto rigor en el terreno de la libertad de cátedra, o se puede afirmar – como sucede con frecuencia que uno suelte andanadas racistas, u homófobas, o…de apología de la dictadura y el dictador, pongamos por caso?
Dos cosas más quisiera señalar, antes de concluir, la cosa daría para más pero la verdad es que comienzo a sentir cierto malestar, ya tampoco es eso: por una parte, está el tema de la versión: se quiere una «única versión quiera imponerse por la fuerza del Estado, al ser incapaz de sostenerse en un debate de investigación, serio, libre e  independiente. Su capcioso velo jurídico, invocando a modo de pantalla la dignidad de las víctimas de solamente una parte o equiparando el franquismo con diversos regímenes totalitarios, son solo el envoltorio sentimental y manipulador de una ofensiva contra la libertad de los españoles, contra la democracia y contra la verdad histórica.» ¡Anda la osa! La imposición de una versión es pecado de totalitarismo, de sovietismo y de todos los ismos que se quiera, pero si miramos a Euskadi,  la cosa cruje en sus flagrantes contradicciones: hay una versión única, la buena, la de los que se dicen vencedores, y cualquier otra versión no es que esté desechada sino que corre el riesgo de ser perseguida por la ley…pues nada, son precisamente quienes muestran semejante espíritu libertario – casi diría libertino – y defienden a capa y espada la sacrosanta libertad de cátedra, quienes en el caso vasco se muestran más feroces por imponer un relato único, negando cualquier libertad a otras expresiones de lo sucedido por acá. Dos varas, dos medidas: terrorismo no, de ninguna de las maneras, terrorismo de Estado (léase franquismo u otras expresiones posteriores, GAL, etc.); dos apologías la primera es mala, la segunda ha de ver preservados sus derechos de expresarse sin limitaciones. Si lo anterior me provoca perpleja perplejidad –por su exageración y su recurso al cambalache amalgamador- lo que ya me deja con los pelos como escarpias es la alerta que lanzan ante el peligro de una nueva lucha fratricida (¿dónde? ¿quién? ¿mande?): leo, «una ley de tipo soviético que no debería ser propuesta por ningún partido, ni individuo, que respete la convivencia democrática en paz y en libertad, que solo sirve para reabrir viejas heridas que todos creíamos ya cicatrizadas y que, desde luego, nunca debería ser aprobada en una nación como España…Resultaría dramático para la convivencia de los españoles que ochenta años después del final de la Guerra Civil, y de haber transcurrido más de cuarenta tras la extinción del franquismo, se intente anular la libertad de pensamiento de los españoles, y reinstalar en la sociedad los mismos odios que condujeron a aquellos calamitosos acontecimientos.» En fin, yo debo vivir en otro país, pues desde luego no veo que las cosas se asemejen de ninguna de las maneras con los años treinta –no sé, como algunos de ellos son historiadores y saben…seguramente tendrán razón, además de que con título seguramente tendrán incluido el título de apocalípticos Isaías-, no sé…yo por mi parte, por si las mocas, como un huidizo Arquíloco que se precie, escribo desde Hendaia. 


La cosa suena a defensa del franquismo, de sus derechos a seguir haciendo propaganda, suena a montañas nevadas, y yo tenía un camarada…[ dejo de lado la acusación de servirse de las víctimas, y de discriminarlas, que se vierte en el dichoso manifiesto…por parte de quienes se han servido de ellas de manera perversa y continuada para alimentar, aquí en Euskadi, el enfrentamiento, la tensión y los palos en las ruedas de la pacificación /reconciliación;] Dicho sea al pasar ¿Es lo mismo ser yunque o ser martillo, por emplear los términos de la disyunción goetheana? ¿Es igual quien desencadena una guerra, contra la legalidad establecida, que quien se defiende del ataque?  ¿Es igual el torturador que el torturado?


Y es claro que en algunos de los firmantes no cruje ya que va en sus esencia, en los otros- que no es creíble que hayan sido engañados, tiendo en cuenta su lúcida y lucida sapiencia- parece que si no en su, voluble, esencia, se cumple en su existencia. Se me ocurre, como hipótesis débil, que tal vez este aparente descarrile de algunos sirva de muestra inequívoca de la honda, profundísima, huella que la educación del nacionalcatolicismo – FEN, incluida- ha dejado en no pocas mentes, por lo que se ve hasta en las más despejadas.


En fin, que los historiadores, revisen, reescriban, lo que les rote…que historien, perfecto, pero que quienes se dedican a la apología de la dictadura franquista, de las FET y las JONS, vean que se limite su acción, y su discurso, por medio de la ley, no parece discutible, ni fruto de ningún tipo de manejo soviético, chequista, totalitario…sino meramente democrático. ¿En países europeos, en los respectivos, no se limita el elogio y la apología de Adolf Hitler o Benito Mussolini, por poner los dos ejemplos más obvios? El quid reside que en tales países los dictadores y su obra fueron derrotados, y sus responsables-con sus más y sus menos- juzgados, en el caso hispano-una vez más queda demostrado que España es diferente– el dictador murió en la cama agarrado al brazo incorrupto de la santa de Ávila, y sus acólitos, familiares y demás parientes de sangre y/o de ideología…fueron transitados, sin abandonar su orgullo militante, y de vencedores en la guerra pasaron a la nueva etapa sin ser perdedores.