¿El
franquismo tuvo lugar?
Por Iñaki Urdanibia
4-9-2018
KAOSENLARED
Un pestoso manifiesto con inequívocos
tintes azules…cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras
« Dicen
que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay
que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están
perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el
subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la
verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La
memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas,
hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado».
(
Juan GELMAN)
« Plantear la actualidad de
derechos pendiente es hablar de justicia, es reconocer que se cometió una
injusticia en el pasado que pide justicia porque no ha prescrito [ …] si la
memoria es un acto de justicia ,entonces no podemos frustrar a las víctimas, ofreciéndoles,
por ejemplo, una justicia retórica…La mirada de la víctima es la de la
solidaridad con quienes siempre fueron privados de sus derechos, invitación a
una mirada fraterna con las nuevas víctimas de la historia »
(Reyes Mate)
« Sólo en el tiempo más
reciente los historiadores se han decidido a preguntar a las víctimas, a los
silenciosos y a los invisibles, pero su rostro la narración pueden salvarlos
»
(J.Jiménez Lozano)
Es una obviedad la que se expresa en el título de este
artículo, del mismo modo que es un enorme descaro amalgamador, la vuelta de
tuerca , a la inversa, a que someten la historia y el modo de recordarla los
variopintos firmantes de un estrambótico manifiesto que es firmado por personas
de la extrema derecha en unión con gente que ocupó puestos de responsabilidad
institucional y partidista tanto del PSOE, del PP y también del partido de
Alberto-todo-por-España, junto a una serie de dichos intelectuales que en su
fetidez parecen confundir la mierda con la pomada (¡con perdón!). Ahí están en
ese río revuelto, impulsado y promovido por la Fundación Francisco Franco, los Federico Jiménez Losantos, Pío Moa,
Jaime Mayor Oreja, Alberto Ruiz Galllardón, Joaquín Leguina, Eduardo Uriarte
Romero, Jon Juaristi, María San Gil, Fernando Savater, Carlos Moya, Antonio
Escohotado, Félix Ovejero, André Trapiello o Fernando Sánchez Dragó, y no
sigo ya que quien quiera conocer las firmas del fétido manifiesto lo podrá
encontrar por ahí, enterándose así, al menos de las doscientas cinco primeras
firmas – de ellas diecisiete mujeres-, y del contenido del engendro. Hablan de
que han reunido ya 22.000 firmantes, de modo y manera que creyéndoles, que por
qué no, sería el doble de las once mil vírgenes de cuya existencia dudasen,
vacilando, Guillaumme Apollinaire o Enrique Jardiel Poncela; justo el doble.
Curioso resulta ver en el mismo manifiesto unidos a quienes eran en su momento
enemigos irreconciliables: el althusseriano embistiendo con toda su furia
contra el de contra el todo, y el Estado y sus criaturas.
O tempora, o mores! Tal vez es que se han
hecho mayores, y los rebeldes de antaño se han tornado borregos de hogaño, no
sé; sea como sea, ellos siempre han de estar como la espuma, arriba: cuando
afirman A o cuando dicen Z.
En
la presente ocasión sí que parece necesario distinguir entre forma y contenido
aunque la verdad sea dicha, casan como un guante en linda, o fea, manita.
Cuando menos llama la atención el tono perlado de gruesos términos como historicidio,
totalitarismo, soviets, checas…que
hace deducir un par de cosas: a) que sin ser adivino el redactor bien puede ser,
por ejemplo Pío Moa –célebre ex-Grapo-, reconvertido en revisionista de pro- o
algunos de los otros firmantes que son dados a emplear este lenguaje
distorsionado ad nauseam, y b) que habrá que pedir al Altísimo
que, a los ilustres firmantes, les conserve la vista ya que la tienen
ciertamente extraviada, cierto que unos más que otros, como salta a,
precisamente, la vista. Sólo faltaba, aunque casi lo dejan insinuado, que la Comisión
de Verdad va a ser un tribunal con Andreï Vychinski incluido…tras unos
buenos interrogatorios a manos de Billy el Niño, que diga
de Lavrenti Beria.
Hay
dos cosas, por resumir, que se confunden , no puede atribuirse más que a la
mala fe, mezclándolas para que así salgan las cuentas a favor de la
reivindicada libertad de opinión, de expresión…La historia de lo
sucedido en España y los derechos de la Historia como disciplina, que según
cuentan ha de dejarse en manos de los especialistas como si de un coto cerrado,
vedado y exclusivo se tratara; la reivindicación que provoca el manifiesto es
la libertad de opinar, con unas tonalidades tan abiertas y relativistas que pueden
traducirse como un todo vale en el cualquier postulado puede
defenderse, aunque contradiga la verdad de los hechos…[ antes de seguir quisiera
incidir en una serie de recientes ideas expresadas por destacados personajes
que dan idea de cómo está su patria:
va el uno, Arturo Pérez Reverte, académico él, y viene a decir , historiando la
guerra civil, que todos fueron unos hijos de puta (igualando víctimas y
verdugos); va el otro, juez y
ministro él, Fernando Grande-Marlaska y dice que no hay más verdad que la
judicial…de lo que se deduce que lo que no ha sido juzgado no es verdad: por
ejemplo, los crímenes del franquismo…y ahora, éstos que encendidos alertan de
la llegada, poco menos que, del Gulag ¿será muestra todo esto de la
problemática relación con la verdad de la idiosincrasia].
Todo da por pensar, aunque la verdad no sé…, que alguien ha rizado el rizo y ha
recordado el manifiesto firmado, en 2005, por insignes
intelectuales franceses ( Jean-Pierre Azéma,
Elisabeth Badinter, Jean-Jacques Becker, Françoise Chandernagor, Alain Decaux,
Marc Ferro, Jacques Julliard, Jean Leclant, Pierre Milza, Pierre Nora, Mona
Ozouf, Jean-Claude Perrot, Antoine Prost, René Rémond, Maurice Vaïsse,
Jean-Pierre Vernant, Paul Veyne, Pierre Vidal-Naquet et Michel Winock)
en el que se reclamaba la libertad de la historia
y que las leyes no impidiesen investigar ( en tal escrito en síntesis se
mantenía que la historia no es una religión, que no es una moral, que no es
esclava de la actualidad, que no es solamente memoria y que no es un objeto
jurídico); esto no quita para que en Francia, y en otros países de la mima área
geográfica y política, se considere delito expresar afirmaciones racistas, o se
persigue por ley a quienes niegan
el exterminio de los judíos, los Faurisson et compagnie,
a los que, por cierto, uno de los firmantes del texto al que aludo, se refería
como asesinos de la memoria.
Los firmantes de por acá han oído alguna campana y se han juntado a la copla,
usando un poco el calzador y el tubo de vaselina para que la cosa funcione.
Es claro y distinto, por decirlo en cartesiano, que Francia es Francia
y España es España, y ni la historia, ni la memoria de ambos estados pueden ser
los mismas y las coyunturas políticas de las que se habla nada tienen que ver
como para aplicar, con una lógica sicut papagallum,
las propuestas de un lugar al otro, pues uno tenía una democracia asentada
mientras que el otro sale del trauma de una dictadura sanguinaria; y me
explicaré.
En España hubo una dictadura fascista,
con las singularidades propias del caso, que se impuso tras una guerra civil
que ellos desataron, luego vinieron los años de paz (de la paz
de los cementerios se hablaba), y nadie se ha
inventado los fusilamientos, los escarmientos, el aceite de ricino y las
cabezas rapadas… los encarcelamientos, los campos de trabajo forzado, los niños
quitados a sus madres, la falta de libertades y la persecución de quienes
pretendían ejercerla…Puestos a
reivindicar la máxima libertad, la total, habrá quienes mantengan que Franco
fue una bendición, que levantó el país y tumbó a quienes se lo merecían por ser
parte de la anti-España, judíos, masones y…vaya usted a saber. El manifiesto de marras
no se anda por las ramas: «equiparando el franquismo con diversos
regímenes totalitarios, son solo el envoltorio sentimental y manipulador de una
ofensiva contra la libertad de los españoles, contra la democracia y contra la
verdad histórica»; ¿Osease, que lo de las simpatías, las estrechas y
fluidas relaciones con los regímenes de Hitler o Mussolini, y las coincidencias
ideológicas, son puro invento del rojerío manipulador? (¡Ay Gernika!). Vaya por
dios, uno que creía que eso era algo público y notorio, pues nada, que es un
engaño urdido por los enemigos de España y de la libertad…la nueva historia
abre otras puertas interpretativas, como más guays,
no sé. Cuánto tenemos que aprender sobre lo que pasó por acá y lo que pasa
todavía, ya que es una historia que no pasa en la medida en que en su momento
no se pusieron las bases para acabar con el régimen anterior, el de la
dictadura franquista que no cabe asimilar con otras ya que …España es diferente.
Todo es opinable: aquí no hubo dictadura, aquí se vivía como dios (comodidad que
subrayaba sin rubor, el sobrino de Marcelino Oreja), todo lo de la represión,
todo lo de la asfixiante educación nacional-católica, mentira podrida; vale
igual un golpista que un luchador por la libertad y contra la agresión
impulsada por los cruzados…y las cifras de muertos, torturados, refugiados…pura
filfa.
Quieran o no quieran todo esto existió: hubo una
dura dictadura ( no vale el enredo de entrar en calificaciones exactas para
despiste de profanos, y de especialistas, también: que si autoritaria, que si
fascista, que si totalitaria, que si falangista – como peculiar invento
hispano- ) de la que se salió (?) de un modo tramposo
(según cómo se interprete: cobarde, con increíbles
concesiones por parte de unos con respecto a los amenazantes poderes fácticos)
y bajo la amenaza de los sables, sin tocar algunos asuntos que al no ser
tratados entonces siguen vivitos y coleando. En los tiempos del tardofranquismo,
toda, repito toda, la oposición- desde la más radical a la más timorata- unidas
en la Junta Democrática y en la Plataforma de Convergencia Democrática, luego
unidas en la denominada Platajunta,
mantenían en su programa, me limito a tres condiciones sin las que el régimen
anterior no daría pasos a una auténtica democracia: disolución de los cuerpos
represivos ( GC., PA.BPS…), referéndum para elegir la forma de gobierno:
monarquía o república, y derecho de autodeterminación de las nacionalidades
oprimidas (Catalunya, Euskadi y Galiza)…Pues
bien, nada de aquello se llevó adelante, y…de aquellos polvos, estos lodos.
La modélica transición pasó de largo con respecto
a estos asuntos nombrados, los responsables de la represión…quedaron liberados
de culpa alguna con la campaneada Ley de Amnistía de 1977 que al fin y a la
postre fue una ley de punto final, ya que quienes, supuestamente, fuimos
amnistiados no habíamos cometido delito alguno, a no ser que el luchar contra
la dictadura y a favor de la libertad, fuese delito (que entonces lo era). Aquí
no se juzgó a nadie, los responsables de la dictadura andan tan campantes o
reconvertidos en demócratas de toda la vida…las reiteradas recomendaciones de
la ONU con respecto a las víctimas del franquismo, a la labor del gobierno para
rescatar los cadáveres de las cuentas, la exigencia de responsabilidades de los
tribunales argentinos…no son más que maniobras de rojos, masones y demás gente
de mal vivir, envidiosos y revanchistas. Ante todo esto, nada dijeron los ahora
firmantes modernos o veteranos, ni exigieron al gobierno anterior que no
hiciese apología, poco más o menos, o menos más, en actos públicos de rancios
resabios franquistas, o filo, con presencia institucional, ni pío ante las
reclamación al Estado español por parte de la ONU, de que trabajase para
recuperar los cadáveres de las víctimas, cuya reparación y justicia era
necesaria…ni pamplona dijeron.
Aunque resulte vomitivo, permítaseme reproducir,
in extenso, algunas de las afirmaciones incendiarias del desmedido manifiesto:
«Legislar sobre la historia o contra la
historia es, simplemente, un signo de totalitarismo. Y es antidemocrático y
liberticida…Pese a ello, el Partido
Socialista pretende ahora, en una vuelta de tuerca más, que se apruebe una
nueva y espuria “Ley de Memoria Histórica”, con la intención de ilegalizar
cualquier asociación o fundación que sostenga puntos de vista diversos y
plurales sobre los hechos acaecidos en el último siglo de la Historia
Contemporánea de España…una checa de pensamiento
único, al imponerse por la fuerza y la violencia del Estado.». Ante el tono
y la mezcolanza de niveles y registros que se hace en este burdo escrito, uno
que ya hace tiempo que no se sorprende de casi nada, después de todo lo visto,
sí que se siente como acojonado por la forma solapada, al tiempo que con
descaro, en que se mezcla la libertad de cátedra y de investigación, con la
libertad de hacer apología del franquismo, de la dictadura, de ostentar
símbolos del fascio redentor, con la gallina
incluida, bandera pre-constitucional y , sin exagerar, anti-constitucional ¿A
todo eso se refieren con la libertad de cátedra, investigación y la pluralidad
de versiones? ¿Es exigible cierto rigor en el terreno de la libertad de
cátedra, o se puede afirmar – como sucede con frecuencia –
que uno suelte andanadas racistas, u homófobas, o…de apología de la dictadura y
el dictador, pongamos por caso?
Dos cosas más quisiera señalar, antes de
concluir, la cosa daría para más pero la verdad es que comienzo a sentir cierto
malestar, ya tampoco es eso: por una parte, está el tema de la versión: se
quiere una «única
versión quiera imponerse por la fuerza del Estado, al ser incapaz de sostenerse
en un debate de investigación, serio, libre e independiente. Su capcioso velo
jurídico, invocando a modo de pantalla la dignidad de las víctimas de solamente
una parte o equiparando el franquismo con diversos regímenes totalitarios, son
solo el envoltorio sentimental y manipulador de una ofensiva contra la libertad
de los españoles, contra la democracia y contra la verdad histórica.» ¡Anda la
osa! La imposición de una versión es pecado de totalitarismo, de sovietismo y
de todos los –ismos que
se quiera, pero si miramos a Euskadi, la
cosa cruje en sus flagrantes contradicciones: hay una versión única, la buena,
la de los que se dicen vencedores, y cualquier otra versión no es que esté
desechada sino que corre el riesgo de ser perseguida por la ley…pues nada, son
precisamente quienes muestran semejante espíritu libertario – casi diría
libertino – y defienden a capa y espada la sacrosanta libertad de cátedra,
quienes en el caso vasco se muestran más feroces por imponer un relato único,
negando cualquier libertad a otras expresiones de lo sucedido por acá. Dos
varas, dos medidas: terrorismo no, de ninguna de las maneras, terrorismo de
Estado (léase franquismo u otras expresiones posteriores, GAL, etc.); dos
apologías la primera es mala, la segunda ha de ver preservados sus derechos de
expresarse sin limitaciones. Si lo anterior me provoca perpleja perplejidad –por
su exageración y su recurso al cambalache amalgamador- lo que ya me deja con
los pelos como escarpias es la alerta que lanzan ante el peligro de una nueva lucha
fratricida (¿dónde? ¿quién? ¿mande?): leo, «una
ley de tipo soviético que no debería ser
propuesta por ningún partido, ni individuo, que respete la convivencia
democrática en paz y en libertad, que solo sirve para reabrir viejas
heridas que todos creíamos ya
cicatrizadas y que, desde luego, nunca debería ser aprobada en una nación como
España…Resultaría dramático para
la convivencia de los españoles que ochenta años después del final de la Guerra
Civil, y de haber transcurrido más de cuarenta tras la extinción del
franquismo, se intente anular la libertad de pensamiento de los españoles, y
reinstalar en la sociedad los mismos odios que condujeron a aquellos
calamitosos acontecimientos.»
En fin, yo debo vivir en
otro país, pues desde luego no veo que las cosas se asemejen de ninguna de las
maneras con los años treinta –no sé, como algunos de ellos son historiadores y
saben…seguramente tendrán razón, además de que con título seguramente tendrán
incluido el título de apocalípticos Isaías-, no sé…yo por mi parte, por si las
mocas, como un huidizo Arquíloco que se precie, escribo desde Hendaia.
La cosa suena a defensa del franquismo, de sus
derechos a seguir haciendo propaganda, suena a montañas
nevadas, y yo
tenía un camarada…[ dejo
de lado la acusación de servirse de las víctimas, y de discriminarlas, que se
vierte en el dichoso manifiesto…por parte de quienes se han servido de ellas de
manera perversa y continuada para alimentar, aquí en Euskadi, el
enfrentamiento, la tensión y los palos en las ruedas de la pacificación
/reconciliación;]
Dicho sea al pasar ¿Es lo mismo ser yunque o ser martillo, por
emplear los términos de la disyunción goetheana? ¿Es igual quien desencadena
una guerra, contra la legalidad establecida, que quien se defiende del ataque? ¿Es igual el torturador que el torturado?
Y es claro que en algunos de los firmantes no
cruje ya que va en sus esencia, en los otros- que no es creíble que hayan sido
engañados, tiendo en cuenta su lúcida y lucida sapiencia- parece que si no en
su, voluble, esencia, se cumple en su existencia. Se me ocurre, como hipótesis
débil, que tal vez este aparente descarrile de algunos sirva de muestra
inequívoca de la honda, profundísima, huella que la educación del
nacionalcatolicismo – FEN, incluida- ha dejado en no pocas mentes, por lo que
se ve hasta en las más despejadas.
En fin, que los historiadores, revisen,
reescriban, lo que les rote…que historien, perfecto, pero que quienes se
dedican a la apología de la dictadura franquista, de las FET y las JONS, vean
que se limite su acción, y su discurso, por medio de la ley, no parece
discutible, ni fruto de ningún tipo de manejo soviético, chequista, totalitario…sino
meramente democrático. ¿En países
europeos, en los respectivos, no se limita el elogio y la apología de Adolf
Hitler o Benito Mussolini, por poner los dos ejemplos más obvios? El quid
reside que en tales países los dictadores y su obra fueron derrotados, y sus
responsables-con sus más y sus menos- juzgados, en el caso hispano-una vez más
queda demostrado que España es diferente–
el dictador murió en la cama agarrado al brazo incorrupto de la santa de Ávila,
y sus acólitos, familiares y demás parientes de sangre y/o de ideología…fueron transitados,
sin abandonar su orgullo militante, y de vencedores en la guerra pasaron a la
nueva etapa sin ser perdedores.
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