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jueves, 21 de febrero de 2019

Los campos de exterminio nazis y los guetos judíos.


Toda la verdad sobre el dinero del Holocausto

Los campos de exterminio nazis y los guetos judíos contaban con un sistema de cupones y monedas propias con los que los prisioneros trataban de sobrevivir día a día

19/02/2019

Ada Nuño


"Considerad si es un hombre quien trabaja en el fango, quien no conoce la paz, quien lucha por la mitad de un panecillo, quien muere por un sí o por un no", con estas palabras comienza 'Si esto es un hombre', del químico judío italiano Primo Levi, que vivió en sus propias carnes la deportación a Auschwitz y narró su experiencia en este libro. Como tantos otros judíos que fueron perseguidos durante el Holocausto, Levi acabaría suicidándose, tirándose por el hueco de la escalera de su casa.

Hay un pasaje en el libro que relata cómo, a pesar de sentirse poco menos que un animal (porque ¿es realmente un ser humano alguien al que le han quitado sus pertenencias una a una? ¿Alguien que ni siquiera conserva una fotografía?, se pregunta) el autor cada día se lava concienzudamente la cara para recordar que, a pesar de todo, sigue siendo una persona. Es interesante también cómo menciona el hecho de que en ese microcosmos del terror que era Auschwitz ('Arbeit match frei', señala aún su entrada, el trabajo os hará libres) existía el dinero. Una sociedad con sus normas y reglas, como todas.

El trueque os hará libres


No es el único que menciona algo así. 'Maus' de Art Spiegelman, coincide en muchos puntos con la biografía de Levi. Esta obra, que consagró a su autor con un Pulitzer, relata la historia de sus padres, judíos polacos dibujados como ratones, deportados también a Auschwitz por los nazis, representados como gatos. "Morir es fácil, tienes que luchar por vivir", le explica Vladek, padre del dibujante, a su esposa. Ella, terminada la guerra, también terminaría suicidándose. Vladek, que sobrevive por completa casualidad (y eso es algo en común que tienen todos los judíos supervivientes, el afán por señalar que no existía ninguna diferencia sustancial entre vivos y muertos y que todo se debía más bien a una cuestión de azar) le cuenta a su hijo las reglas que existían en el campo. Si almacenabas, por ejemplo, diez cigarrillos, podías adquirir una botella de alcohol utilizando la forma de economía más rudimentaria creada por el hombre: el trueque.


Como en cualquier microcosmos, las reglas de trueque en Auschwitz estaban claras: diez cigarros podían intercambiarse por alcohol

Mientras que Spiegelman no lograba recordar la música que sonaba en el campo de exterminio, Primo Levi explica que es algo imposible de olvidar. Este último menciona algo más esclarecedor, lo que él denomina cupones de premios, que él y otros prisioneros intercambiarían por tabaco o pan barato. Describe cómo estos cupones, distribuidos por los oficiales del campo nazi "circulan en el mercado en forma de dinero, y su valor cambia en estricta obediencia a las leyes de la economía clásica". Continúa relatando cómo el valor de estos cupones fluctúa al azar, y como algunos días "el cupón del premio valía una ración de pan, otros un cuarto o un tercio. Hubo un día que fue cifrado en una ración y media". El austriaco Victor Frankl, deportado al mismo campo de exterminio en septiembre de 1942, coincide en ello.

Todo lleva a Auschwitz. Ahora bien, existen además de él otros nombres que también inspiran terror: Dachau, Mauthasen, Sachsenhausen, Chelmno, Belzec, Majdanek, Sobibor, Treblinka. ¿Se llevaba a cabo el mismo procedimiento en todos estos campos? ¿Realmente hay, a estas alturas, cuando prácticamente todos sus supervivientes murieron hace tiempo, una manera de saberlo? La existencia de monedas confiscadas por el Tercer Reich y reemplazadas para manipular a la población parece una posibilidad factible, pero rara vez se ha estudiado. Hasta ahora. En la primavera de 2015, una colección de billetes y monedas fueron enviados al Centro Strassler para Estudios de Holocausto y Genocidio en la Universidad de Clark en Worcester, Massachusetts. Habían sido donados por Robert Messing, un alumno de Clark y un numismático aficionado.

Lo relata en 'Topic': fue durante un viaje a Israel en 1959 cuando se interesó por la colección de monedas. Volvió a la Tierra Prometida en muchas otras ocasiones tras esa primera vez, pero no fue hasta 2009 cuando hizo un descubrimiento que cambiaría su vida, durante una exhibición de monedas estadounidenses. "Iba caminando por los pasillos cuando de repente encontré algo fuera de lo común, que no había visto nunca. Observé que en un papel está inscrita la frase 'campo de concentración Dachau'. Fue así como descubrí que los campos de concentración, así como algunos guetos, tenían su propio dinero".


La moneda del gueto


Durante los siguientes años, Messing continuó visitando exhibiciones de monedas y recorriendo Internet, participando en subastas en línea y frecuentando los sitios web de otros coleccionistas, acumulando su propia colección de billetes y monedas impresos por el Tercer Reich y distribuidos a los judíos internos durante la guerra. No es una colección muy amplia, avisa, debido a que una vez se liberaron esos campos de concentración, se destruía todo. Incluido el dinero. Son solo el vestigio de una época ya extinta.

Lo hemos visto en infinidades de películas de Hollywood. En 'El pianista', por ejemplo, la familia debate si esconder dinero y joyas en los muebles, dejarlosa la vista pública o, la opción que acaba ganando, introducirlos en sus propios instrumentos musicales. La confiscación de posesiones fue solo el comienzo. Antes de marchar a los campos de concentración o exterminio, los judíos habían pasado por el gueto, desposeidos de todos sus bienes. En 1940, cuando llegaban a estos lugares, lo hacían con las manos vacías, aislados y vulnerables, y, por tanto, más fáciles de controlar.


Una vez dentro de los guetos los comandantes nazis solían emitir cupones o tokens, que eran una fracción del valor de la moneda de su país solo canjeable dentro del propio reducto. Trabajaban, pero los salarios eran lamentables y se compensaban con estos cupones, que podían cambiarse por alimentos, ropa o cigarrillos. "El trabajo os hará libres". Esos mismos judíos que, gracias a la propaganda y al 'Mein Kampf' eran considerados avaros usureros desde hacía cientos de años, ahora tenían que sobrevivir sin aquello que les había dado poder dentro de la sociedad. Al restringir a un grupo determinado de ciudadanos su propia moneda, estos se convertían en exiliados dentro de su propio país, presas de una situación de vulnerabilidad.

Los judíos llegaban al gueto sin ninguna posesión, y el poder contar con dinero, aunque fuese falso, proporcionaba un aura de normalidad

El Tercer Reich imprimía y distribuía monedas únicas en la mayoría de los guetos en sus territorios ocupados, las cuales incluían el nombre del gueto, un valor monetario y, por lo general, la Estrella de David. Tenían una función clara: presentar la ilusión de normalidad entre sus gentes. Esta sensación de seguridad evitaba que la gente quisiera escapar. Había teatro, conciertos, eventos deportivos y moneda, un micromundo en el que podían sentirse más seguro que en el exterior, donde, a pesar de que huyesen, seguían sin tener posesiones para sobrevivir. Así fue, por ejemplo, en Theresienstadt, que funcionaba como zona de tránsito antes de ser enviados a los campos de exterminio para "la solución final" y que trató de "embellecerse" antes de la visita de delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja, atraídos por los rumores sobre las terribles condiciones de hacinamiento. De repente, el gueto se convirtió en un lugar donde se vivía de una manera "normal", igual que habían vivido, separados del resto de la población, siglos antes. Todo con tal de mostrar a la opinión mundial la vida aparentemente tranquila que se llevaba en aquellos lugares.

Al igual que en los guetos, cuando las víctimas marchaban a los campos de concentración o de exterminio, continuaban con un sistema monetario completamente artificial. Muchas víctimas del Holocausto no llegaron a conocer la moneda de Auschwitz, pero por una razón muy sencilla: era la última parada del viaje, un lugar donde los judíos llegaban para ser rápidamente ejecutados. El profesor de física Steve Feller, coleccionista, ha conseguido más de 200 divisas del campo en cuestión, y asegura: "El dinero emitido por los nazis era ridículo, pues le daba a su propietario poco valor real. Era solo una forma de desalentar la resistencia y mantenerlos encerrados (tanto en el gueto como posteriormente en el campo de concentración).

Por tanto, es correcto. Auschwitz, Dachau, Westerbork, Buchenwald y otros tantos campos de exterminio y concentración repartidos por toda Europa tenían sus propios sistemas monetarios. Algunos han sobrevivido al paso del tiempo y se exhiben en Museos del Holocausto. En concreto, el Museo en Memoria del Holocausto de los Estados Unidos en Washington DC posee una de las colecciones más grandes de estas divisas, albergando más de 1.500 billetes y monedas de los campos de concentración y guetos. Casi todas han sido donadas por los propios supervivientes o sus familiares, que las guardaron al salir de los campos, cuando no tenían ninguna otra posesión. Económicamente hablando no valían nada, pero les servía para recordar su propia historia. A sus descendientes, a su vez, les mostraba lo que algún día se vivió. Cuando algún día el rastro de todas estas personas se extinga de la faz de la tierra, la muestra del horror continuará en pie.

¿Cuántos de estos cupones y monedas han sobrevivido? Del gueto de Lodz, establecido en la Polonia ocupada, queda una colección especial en la Universidad de Clark que se puede comprar a 7 euros aproximadamente la moneda. Una prueba material del terror, quizá indignante para los negacionistas. Una prueba del trabajo forzoso y una herramienta para el genocidio, algo que las entidades privadas y las corporaciones no solo permitieron sino que además se lucraron de ello, poniendo las divisas en circulación. Explica la doctoranda Marisa G. Natale: "Al mantener a las personas en un estado de inanición y prometiendo un futuro mejor con el dinero y los bonos, el régimen y las empresas que cooperaron con sus objetivos obligaron a sus víctimas a trabajar hasta la muerte".

Quizá la clave está en entender el cómo. Cómo pudo suceder. Cómo pudo permitirse. Cómo no se enfrentaron a ello. El dinero y los bonos se mostraban como un incentivo para no escapar y para que sirviera de algo el alienante trabajo por parte de aquellos que tuvieron la suerte de no acabar en las cámaras de gas, víctimas de esa solución final o cuestión judía que también terminaría con las vidas de homosexuales, gitanos o discapacitados físicos. O quizá, como decía Primo Levi, que aseguraba que si había sucedido una vez podría volver a ocurrir: comprender es imposible. Recordar, sin embargo, es necesario.





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Foto: Luis Viadel

miércoles, 20 de febrero de 2019

Abusos sexuales en Colegio Salesiano de Deusto: “Estábamos en manos de un monstruo)...


Abusos sexuales de un profesor del Colegio Salesiano de Deusto (Estábamos en manos de un monstruo)

Carta abierta al indecente periodista Arcadi Espada


Sr. Arcadi Espada: ¿Cuánto tengo que pagar por la vida de mi hija?



Publicado el 18 de febrero de 2019


Director Adjunto en Suma Intermutual




Anoche le vi en el programa de Chester, hasta que el Director decidió echarle. Me pareció que me miraba Usted a los ojos cuando nos decía aquello de que “los padres a los que el sistema público de salud nos había avisado de los graves daños con los que nacería un hijo nuestro, de seguir adelante, deberíamos asumir nuestra responsabilidad moral y por supuesto nuestra responsabilidad económica; y que llegado el caso, Usted –además- entendería legítimo que nuestros hijos nos demandaran como mínimo en vía penal, por lo que a su juicio es una inmoralidad por nuestra parte”.  

Voy a saltarme las consideraciones que me merecen sus opiniones porque como gracias a Dios, Usted tiene más o menos la misma importancia que yo en nuestra sociedad y en nuestro tiempo, no superarán nunca la categoría de opiniones de bajo alcance y de muy mal gusto.

Me preocupan, sin embargo, los números… no sea que algo quede en el sustrato de la conciencia colectiva, y cale la idea de que las personas con Síndrome de Down suponen una carga inasumible para el “Sistema”.

Veamos, Sr. Espada; en la actualidad en nuestro país viven aproximadamente 32.000 personas con Síndrome de Down. Todos ellos consumen y pagan su IVA al hacerlo, miles de ellos trabajan por cuenta ajena o (y alguno por cuenta propia) y tributan y cotizan al sistema, como pueda hacerlo yo mismo, y quiero pensar que Usted.

Pagan en el metro, en el cine, y si quieren un caprichito… pues también se lo pagan. Pagan, y pagan, y vuelven a pagar cada cosa que les toca, porque es el sino del ciudadano de nuestro tiempo… y ellos los son.

Como entiendo que habrá entendido el capítulo de ingresos para el “Sistema”, me voy al de los gastos que le suponen a éste, ya que me parece que es el que más le preocupa a Usted de cara a prepararme la “factura social”, que Usted mismo -y sospecho que con mucho gusto- me girará al final de la vida de mi hija, por la irresponsabilidad manifiesta de haberla dejado nacer.

Como Usted argumenta sobre la base de los costes que le supone mi hija a la sociedad, vamos a comenzar por aliviarme la carga en aquellas partidas en las que ella nunca generará coste social… si la forma de ser y actuar de las personas con Síndrome de Down se mantiene durante unos años.

Mire, mi hija nunca irá a la cárcel, porque ella nunca será acusada ni condenada por delitos de corrupción, de falsedad, de robo, de hurto, de acoso, de calumnias… Mi hija no inflará presupuestos, ni malversará fondos públicos; no generará fake news, ni copiará en un examen, y ni mucho menos en una tesis. Mi hija no matará nunca.

Mi hija no dejará las calles asquerosas después de un botellón, ni quemará jamás un bosque. La presencia de mil como ella en un campo de futbol no hará que el partido sea delarado de alto riesgo. No rodeará el congreso, ni tirará botellas, mecheros y piedras a los representantes del pueblo, sean los que sean. No cortará el tráfico, no acosará a nadie en RRSS, no consumirá drogas, no conducirá bebida, no cometerá imprudencias al volante, y no mentirá para hacer daño a otro.

¿Sigo Sr. Espada? ¿O quizás con la rebaja que se infiere de todo lo anterior, me va a ir perdonando mis deudas de padre inmoral, Sr. Espada?

Venga, hago un último esfuerzo a ver si le convenzo. Mi hija vivirá menos tiempo que la media de los españoles, mucho menos. Eso hará que Usted no tenga que soportar sobre sus espaldas de cotizante ni sus 20 años de pensionista, ni todos los gastos tan vinculados a la dependencia de nuestros mayores a día de hoy.

Yo creo que ahora sí. ¿Lo dejamos estar así?

No creo que Usted sea mala persona, Sr. Espada, ni le tengo por un idiota. Sencillamente, creo que Usted no ve más allá de Usted mismo, y que carece de la capacidad intelectual suficiente como para entender el valor que las personas con Síndrome de Down, y en general las personas con Discapacidad Intelectual, le aportan a nuestro mundo.

Cuando quiera, estaré encantado de explicarle mi punto de vista.

El corrupto


El Trifachito


La Iglesia ante el espejo.



Iñaki Gabilondo

La Iglesia, ante el espejo

Con dos mil años de historia y la eternidad como referencia se comprende que la Iglesia Católica mida los tiempos con criterios propios, por eso necesita décadas o incluso siglos para reconocer errores, cuando lo hace. Por eso adquiere carácter histórico una reunión que hubiera debido celebrarse mucho antes y que solo será posible por la determinación del papa Francisco y la avalancha de escándalos desvelados recientemente.

Desde mañana y hasta el domingo se reúnen en el Vaticano los presidentes de las Conferencias Episcopales de 130 países en una cumbre histórica sobre pederastia y abusos a menores en la iglesia, convocatoria que ha provocado desgarrones en la institución.

"Es la hora la verdad, aunque nos de miedo y nos humille", dijo el obispo de Malta en línea con la petición de Francisco de que la reunión sea operativa. Pero para que de verdad sea la hora de la verdad es imprescindible que la conferencia además de orar y de pedir perdón salte esa barrera con la que nunca se atrevió la del encubrimiento, una práctica deleznable que protege a la organización escondiendo los culpables en rincones discretos lejos de los focos y que abandona a las víctimas más frágiles, los niños. Para eso bastaría la proclamación solemne de una obviedad, que las violaciones no son pecados que pueda redimir la penitencia en un confesionario, son delitos y los delincuentes tienen que ser entregados a las autoridades civiles. Sin ese paso cuánto ocurra desde mañana hasta el domingo no pasará de música celestial.


El Generalísimo, Criminalisimo Franco por la Gracia de Dios, y sus plumas rosas


EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Franco protagoniza el cartel de carnaval del distrito de Nou Barris (Barcelona)

La alcaldesa Ada Colau ha retuitado el cartel al que Franco pone cara, con los labios y los ojos pintados, al torso de una 'vedette' de revista que lleva en la cabeza un gran tocado de plumas rosas.

antena3noticias.com | Madrid | 18/02/2019

El dictador Francisco Franco protagoniza el cartel de las fiestas de carnaval del distrito barcelonés de Nou Barris, que organiza la Coordinadora Cultural 9 Barris y en las que colabora el Ayuntamiento y la fundación La Roda. En el cartel que ha ganado el concurso convocado por la entidad, Franco pone el rostro, con los labios y los ojos pintados, al torso de una 'vedette' de revista que lleva en la cabeza un gran tocado de plumas rosas.

La alcaldesa Ada Colau ha retuitado en su cuenta en Twitter un apunte en que se muestra el cartel, diseñado, según indica la Coordinadora Cultural de 9 Barris en su web, por Sandra Carcasona. Fuentes municipales han indicado que este "es el cartel de una entidad" y que el consistorio "colabora" con este carnaval como con otros que se organizan en la ciudad.


Estos son los mayores escándalos de abusos sexuales en la Iglesia Católica



Estos son los mayores escándalos de abusos sexuales en la Iglesia católica

A partir del jueves se desarrolla en el Vaticano una cumbre sobre los casos de abusos cometidos por religiosos. La reunión genera expectativa mundial

martes, 19 de febrero de 2019

Por Deutsche Welle

elnuevodia.com
Se trata de una cumbre como no la ha habido nunca, al menos en esa forma: el papa Francisco ha invitado a los dirigentes de las conferencias episcopales de todo el mundo para afrontar el tema de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica. "¡Por fin!”. "¡Demasiado tarde!”. Las reacciones que se han visto hasta ahora han sido inequívocas. Igualmente, algo es seguro: hay mucho de qué hablar. 
Lo último en entrar en el foco mediático fue el abuso sexual a monjas. El papa Francisco reconoció que hubo eclesiásticos que cometieron abusos. Pero esta controversia no es un problema únicamente del jerarca. Aquí, una panorámica de los escándalos contemporáneos que han llenado los titulares.

Estados Unidos:

Ya en julio de 2018, el papa Francisco despidió a Theodore McCarrick del puesto de cardenal. Ahora, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado culpable a este antiguo clérigo estrella. El órgano de mayor jerarquía de la Iglesia católica, que se ocupa de los delitos contra la fe, y que, además, es responsable de tratar los casos de abusos sexuales, le recrimina a este religioso, que ahora tiene 88 años, comportamientos sexuales ilícitos contra menores y adultos, junto con abuso de poder. Pocos días antes de la cumbre sobre los abusos, el papa Francisco también le retiró el sacerdocio. Esta es la mayor pena que contempla el Derecho Canónico.

El caso de McCarrick, quien entre 1970 y 1990 indujo a novicios tener relaciones sexuales y habría abusado al menos de dos menores, es solo uno entre cientos. Los expertos sostienen que la cifra de víctimas en EE.UU. está por encima de las 100,000 personas. Solo en el estado federado de Pennsylvania, más de 300 sacerdotes habrían abusado de menores. Los niños abusados en los setenta se contarían por miles. También el sucesor de McCarrick en el arzobispado de Washington, Donald Wuerl, tuvo que dimitir en 2018. Wuerl habría sabido de los crímenes de McCarrick, pero no hizo nada al respecto.

Chile:

En Chile, la justicia lleva alrededor de un año ocupada con el escándalo de abusos en la Iglesia católica. Se están investigando 148 casos contra trabajadores de la Iglesia, según informan medios locales citando a fuentes de la fiscalía. Y habría más de 250 víctimas. También habría sacerdotes implicados en el escándalo. Las víctimas acusan al cardenal Ricardo Ezzati de haber conocido los abusos y haberlos encubierto.

El religioso, de 77 años, niega las acusaciones y pidió ser sobreseído, pero la Justicia chilena rechazó el sobreseimiento. Las investigaciones aún no se han cerrado, según el juez.
Otro caso de este país sudamericano lleva a Alemania: el antiguo arzobispo Francisco Cox Huneeus lleva tiempo enfrentando acusaciones de abusos sexuales a menores. El chileno de 85 años se había retirado a la Congregación de los Padres de Schönstatt, en el estado federado alemán de Renania-Palatinado. Sin embargo, en 2004 habría abusado de un joven de 17 años en Alemania, aunque la narración de los hechos no pudo cimentar una querella. El papa Francisco lo expulsó del sacerdocio el pasado mes de octubre por abusos sexuales. A mediados de este mes de febrero, Huneeus volvió a Chile para comparecer ante los investigadores.

Alemania:

En Baviera, el tribunal de Deggendorf condenó hace aproximadamente un año a un sacerdote a ocho años y medios de prisión, tras los que tendrá que ingresar en un psiquiátrico. El tribunal estaba convencido de que el hombre habría cometido graves abusos sexuales contra cinco jóvenes en más de 100 ocasiones desde mediados de la década de los noventa. El hombre, que se ganaba la confianza de los menores como "padre Thomas”, estuvo ya en prisión entre 2003 y 2009 por delitos sexuales. En 2008 le fue retirado el 

sacerdocio.



Pero este caso no es ninguna excepción en Alemania. Un estudio de la Conferencia de Obispos reveló que, entre 1946 y 2014, al menos 1,670 clérigos habrían abusado de 3,600 menores. En 2010, el escándalo del Colegio Canisio de Berlín acaparó una enorme atención. Un jesuita hizo públicos casos de abusos sexuales, lo cual llevó a que víctimas de todas Alemania alzasen la voz.



Irlanda:


Sacerdotes y hermanas religiosas maltrataron y abusaron de niños y mujeres durante décadas. Numerosos obispos tuvieron que dimitir en un país tan católico como Irlanda. El mismo papa Francisco pidió perdón a las víctimas durante su visita a la isla el año pasado.

En los años noventa se dieron a conocer las primeras informaciones sobre casos de abusos en territorio irlandés. En 2009, una comisión establecida por el gobierno publicó un amplio informe (conocido como "informe Ryan”). Entre otras cosas, el documento revelaba cómo los menores habían vivido como prisioneros y esclavos en instalaciones religiosas.


Francia:

En Lyon, el arzobisto Philippe Barbarin y otros seis religiosos están en pleno juicio, acusados de no haber denunciado abusos que tuvieron lugar durante los setenta. El veredicto debería llegar a principios del próximo mes de marzo, si bien la Fiscalía se pronunció en enero contra una condena de este cardenal de 68 años. "Una parte de los delitos han prescrito, y para los que no han prescrito no se puede verificar el delito”, fue citada una fiscal. La prescripción de los crímenes es uno de los principales problemas con los que se encuentran las víctimas. Por eso, a menudo solo pueden confiar en un tribunal religioso.



Australia:


Los expertos calculan que la cifra de víctimas de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica australiana asciende a 60,000. No solo en instalaciones religiosas, también en colegios o en organizaciones deportivas. Sin embargo, las informaciones sobre los procesos abiertos contra religiosos escasean en Australia. La razón: está en vigor un bloqueo mediático dentro del territorio australiano. El objetivo de este embargo es evitar que las informaciones periodísticas influyan en el veredicto del jurado. Los periodistas que, pese a esto, informen sobre estos casos pueden ser perseguidos por la ley.

Galería

Foto: Luis Viadel

martes, 19 de febrero de 2019