Por qué las parejas deben irse a la cama a la vez todos los días
Llega la noche y tú eres todo un búho mientras que tu media naranja está
muy cansada y se va a dormir. ¿Afecta esto a tu relación amorosa? Lee con
atención
A.López
23/09/2019
Cuando tienes una relación amorosa estable a veces la convivencia
se vuelve un desastre. Compaginar los horarios laborales, el ocio,
los niños, el gimnasio, las visitas familiares y todas las actividades
rutinarias es difícil y puede hacer mella en cualquier
pareja.
Llega la hora de dormir y mientras que uno está hiperactivo y con
ganas de hacer cosas con su media naranja, el otro lo único que
quiere es descansar. ¿Eres el que se queda solo viendo la tele o el que
se va a la cama? Estés en una u otra posición, tenéis los horarios
descompensados y ninguno de los, seguramente, dé su brazo a torcer.
Muchos matrimonios no se acuestan al mismo tiempo. Algunas personas
son noctámbulas y prosperan por la noche y existen las que son alondras
matutinas, más enérgicas a primera hora. Esas preferencias son las que más determinan los patrones de sueño compartido,
también conocidos como modelos diádicos. La sincronización puede tener un
impacto significativo en la relación, pero a diferencia de los supuestos
comunes, estos efectos pueden ser tanto negativos como positivos y,
a menudo, son una combinación de los dos.
A la vez, ¿sí o no?
Hay personas que prefieren irse a la cama a la vez por
el mero hecho de que les encanta quedarse dormidas en un abrazo.
Les resulta físicamente reconfortante. Además, tener el mismo tiempo de sueño
representa que tu relación está en un buen
lugar. Estar solo entre las sábanas provoca que el individuo se
sienta ansioso porque asocia la ausencia de su pareja como
un signo de conflicto o evitación, lo que conduce a la tensión.
Si bien ese podría ser el caso a veces, probablemente también ocurra tras una
discusión en la que uno decide no dormir con el otro sin mucha
explicación. Sentirse inquieto cuando nuestra pareja se queda
despierta hasta tarde, es signo de desconfianza.
Estas tensiones pueden ser una señal de un problema psicológico más profundo.
Se pueden manejar las
diferencias a la hora de acostarse, pero se necesita comunicación para resolver
los problemas que surjan
Diferentes estudios vinculan este tipo de
sentimientos de ansiedad al "apego" que cada persona tiene por el
otro. La experiencia con nuestros
padres impacta en las expectativas que tenemos con respecto a
la capacidad de nuestra pareja de ser consistentemente cálidos, cariñosos y
receptivos a lo que necesitamos. La falta de cariño puede hacernos sentir deseosos cuando el otro está presente
y conducir a que le exijamos más tranquilidad de lo que las circunstancias
podrían sugerir.
Dejando a un lado los
problemas de afecto, para muchos matrimonios dormir separados es la norma
y no refleja el estado de su relación. Además de las preferencias circadianas
de cada uno, los hábitos de sueño a menudo son solo eso,
rutinas que desarrollamos por una variedad de razones diferentes. En la mayoría
de los casos, descansar cada uno cuando quiera es simplemente el resultado de
tratar de controlar su tiempo,
como cuando un miembro de una pareja ronca, tiene piernas inquietas o hace
frecuentes viajes nocturnos al baño, o cuando una persona tiene insomnio y
encuentra la facilidad para abrazar a Morfeo estando
solo en la cama. Y dada la importancia para la salud y el
funcionamiento cognitivo general, dormir bien
es una prioridad sólida e importante.
Tiene ventajas
"Mi marido y yo dormimos separados desde hace
años. Al principio me pareció una traición.
Es cierto que tengo una máquina puesta por la apnea del sueño y tengo piernas
inquietas, pero en mi cabeza no concebía no estar en la misma cama. Después lo
entendí", asegura Soledad de 54
años a El Confidencial.
"El ruido y mis movimientos tampoco le dejaban descansar a él. Ahora lo
pienso y me resulta egoísta haberme enfadado por aquello, pero dormir bien es primordial para todo. Hasta el
humor se resiente", añade. Y es que descansar en colchones diferentes
tiene beneficios: puedes valorar el tiempo que pasas solo mientras el otro
sueña, si tienes niños puedes rotar las horas de dormir, el mero hecho de un sueño reparador...
Para muchos matrimonios, dormir
separados es la norma y no refleja el estado de su relación. Los hábitos de
sueño son a menudo son solo eso
Lo que debes valorar es cómo afecta a tu relación y
discutir formas para abordar cualquier problema que pueda
surgir si se da este acontecimiento. Quizá tengas que mantener una conversación
y preguntaros si
ese es el único momento del día en el que podéis compartir vuestras cosas, si
es cuando tenéis relaciones sexuales, cuando necesitas
intimidad o simplemente es la forma de pasar tiempo juntos.
Se pueden manejar las
diferencias a la hora de acostarse, pero se necesita comunicación para
establecer unas expectativas mutuas y resolver problemas que surjan cuando podáis relajaros juntos antes
de dormir. Establece un tiempo para hablar y trabajar a la vez para ponerse en la misma onda.