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jueves, 12 de marzo de 2015

Acojonados porque PODEMOS levantará la alfombra cuando gane las elecciones.

Los españoles no quieren ser monigotes
Público
Arturo González
11-3-2015

Nos lo creamos o no y por muy pesimistas que seamos, la posibilidad-probabilidad de cambio a través de Podemos es real y va tomando cuerpo. Pese al ataque furioso y sistemático de toda la constelación política y mediática española. La presentación de Manuela Carmena para la candidatura a la alcaldía de Madrid, y la impresionante subida en las previsiones para las elecciones andaluzas confirma tal hipótesis. Carmena es la opción soñada, óptima, como persona íntegra, seria y competente. Con ella, los designios municipales, al menos, abandonará la trivialización de la política española que el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, sostiene. Ya sé que apenas me queda crédito pero si alguno que quedara voten ustedes a Carmena. Es una necesidad democrática. ¿La acusará Esperanza Aguirre, será tan ruin, estará tan detenida en el tiempo, de haber militado en el Partido Comunista en el 75, al igual por ejemplo que Pablo Picasso, Rafael Alberti, Antonio Gades o Juan Antonio Bardem, y olvidando su impecable y admitida trayectoria en todas las instituciones judiciales y democráticas? El más que posible ascenso de Podemos en Andalucía, – comenzaron otorgándole 14 escaños y ya apuntan a 25 – muestra también la confianza que los andaluces depositan en un partido todavía en organización.
En todo caso nada será ya igual en el desarrollo político de España y gane o no gane Podemos en las diversas convocatorias electorales, su influencia será decisiva. Se acabaron las mangancias y los apaños. Por mucho que PSOE y PP se apoyen, la perspectiva de Podemos estará presente impidiendo enjuagues, desmanes y consabidas maniobras. Todo será nuevo desde el próximo día 22 y hasta y desde el final del año. Para vender su libro, José Bono afirma que el PSOE del 82 generaba ilusión mientras que Podemos produce miedo. Será a él, viejo elefante, pero no parece que vaya a ser el caso de los españoles, hartos de que todo siga igual y los convierta en los monigotes de los que hablaba Esperanza Aguirre. Sí, los españoles no quieren ser monigotes por más tiempo. Ni va a arder Troya ni templos ni va a ser una revolución violenta ni una hecatombe económica. Sencillamente va a ser la revolución social que se necesita. Sin guillotinas ni venganzas, aunque los extremistas lo deseasen. La política dejará de ser una broma de mal gusto, un chanchullo corporativo, un degradante más de lo mismo, y se convertirá en una actividad pulcra y seria. Podemos ya ha ganado. Frente a las calumnias y amenazas, en medio de tanta resignación, la conciencia de los españoles ha despertado y la razón política comienza a hacerse realidad. Sin negar el pasado de la transición, aun con esta Constitución incumplida, una nueva transición se ha puesto en marcha frente a los viejos elefantes de todo tipo y signo. Es la llamada Rebelión de los monigotes. Los españoles retoman su confianza en lo político. Ésa es la verdadera revolución que, con gente como Manuela Carmena en Madrid y Teresa Rodríguez en Andalucía, tenemos al alcance.



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