Los españoles no quieren ser monigotes
Público
Arturo González
11-3-2015
Nos lo creamos o no y por muy pesimistas que seamos, la
posibilidad-probabilidad de cambio a través de Podemos es real y va tomando
cuerpo. Pese al ataque furioso y sistemático de toda la constelación política y
mediática española. La presentación de Manuela Carmena para la candidatura a la
alcaldía de Madrid, y la impresionante subida en las previsiones para las
elecciones andaluzas confirma tal hipótesis. Carmena es la opción soñada,
óptima, como persona íntegra, seria y competente. Con ella, los designios
municipales, al menos, abandonará la trivialización de la política española que
el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, sostiene. Ya sé que
apenas me queda crédito pero si alguno que quedara voten ustedes a Carmena. Es
una necesidad democrática. ¿La acusará Esperanza Aguirre, será tan ruin, estará
tan detenida en el tiempo, de haber militado en el Partido Comunista en el 75,
al igual por ejemplo que Pablo Picasso, Rafael Alberti, Antonio Gades o Juan
Antonio Bardem, y olvidando su impecable y admitida trayectoria en todas las
instituciones judiciales y democráticas? El más que posible ascenso de Podemos
en Andalucía, – comenzaron otorgándole 14 escaños y ya apuntan a 25 – muestra
también la confianza que los andaluces depositan en un partido todavía en
organización.
En todo caso nada será ya igual en el
desarrollo político de España y gane o no gane Podemos en las diversas
convocatorias electorales, su influencia será decisiva. Se acabaron las
mangancias y los apaños. Por mucho que PSOE y PP se apoyen, la perspectiva de
Podemos estará presente impidiendo enjuagues, desmanes y consabidas maniobras.
Todo será nuevo desde el próximo día 22 y hasta y desde el final del año. Para
vender su libro, José Bono afirma que el PSOE del 82 generaba ilusión mientras
que Podemos produce miedo. Será a él, viejo elefante, pero no parece que vaya a
ser el caso de los españoles, hartos de que todo siga igual y los convierta en
los monigotes de los que hablaba Esperanza Aguirre. Sí, los españoles no
quieren ser monigotes por más tiempo. Ni va a arder Troya ni templos ni va a
ser una revolución violenta ni una hecatombe económica. Sencillamente va a ser
la revolución social que se necesita. Sin guillotinas ni venganzas, aunque los
extremistas lo deseasen. La política dejará de ser una broma de mal gusto, un
chanchullo corporativo, un degradante más de lo mismo, y se convertirá en una
actividad pulcra y seria. Podemos ya ha ganado. Frente a las calumnias y
amenazas, en medio de tanta resignación, la conciencia de los españoles ha
despertado y la razón política comienza a hacerse realidad. Sin negar el pasado
de la transición, aun con esta Constitución incumplida, una nueva transición se
ha puesto en marcha frente a los viejos elefantes de todo tipo y signo. Es la
llamada Rebelión de los monigotes. Los españoles retoman su confianza en lo
político. Ésa es la verdadera revolución que, con gente como Manuela Carmena en
Madrid y Teresa Rodríguez en Andalucía, tenemos al alcance.
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