Independencia judicial socavada
A Ruz había
que quitarlo metiendo una presión tremenda sobre la instrucción de Gürtel, que
queda a medio terminar
ElPaís
El
Partido Popular forma parte de la trama Gürtel, judicialmente hablando,
al menos desde el auto de conclusión de las investigaciones dictado a finales
del año pasado por el juez Pablo Ruz. El auto de apertura de juicio
oral conocido este jueves cierra el círculo en el que se incluye al PP como
beneficiario.
El hecho de que el partido del Gobierno, el partido
que preside Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, forme parte de esta trama
que él había presentado como una “trama contra el PP”, ¿no debería extremar
hasta la exquisitez la conducta de los ministros y especialmente del ministro
de Justicia al referirse a este caso?
Pues pasa exactamente lo contrario.
El ministro Catalá fue informado a primeros de
noviembre de 2014, cuando llevaba algunas semanas en el puesto, por Carlos
Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal
Supremo, que se pensaba acabar con el juez Ruz. Es decir, que la plaza del
juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional se sacaba a
concurso como parte de las 360 previstas.
No había razón legal alguna. La comisión de servicios
de Ruz vencía, según acuerdo del CGPJ, el 24 de junio de 2015. Pero Lesmes
había decidido aprovechar un concurso amplio para incluir la plaza a pesar de
que el dueño del juzgado, por así decir, está en servicios especiales en
Londres. Porque Miguel Carmona no ha renunciado a su plaza.
Por tanto, una comisión de servicios, la de Ruz, ha
sido sustituida por otra comisión de servicios, la del nuevo juez, José de la
Mata.
Catalá anunció el 2 de diciembre, antes de que la Comisión
Permanente del CGPJ abordara el asunto, que la plaza saldría a concurso.
“Estoy seguro de que el Consejo lo hará con certeza,
proporcionalidad y racionalidad. Hay un sistema de previsión de puestos y
convocatoria de plazas y me consta que el Consejo quiere plantear un concurso
para cubrir las plazas vacantes”, declaró el ministro. Añadió que “el modo de
cobertura de las plazas no debe en absoluto generar desconfianza sobre la
calidad de la instrucción” y ha añadido que el trabajo futuro, “por quien
desempeñe provisionalmente o definitivamente esta plaza, tendrá todas las
garantías”.
Bien.
Lesmes cumplió. Incluyó el juzgado número 5 en el
macroconcurso.
Bien.
Fuentes dignas de crédito señalan que los asesores del
presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo tenían un candidato de mucha
antigüedad. Su nombre: el juez Carlos Valle, titular del juzgado de instrucción
número 14 de los juzgados de Plaza de Castilla. Se trata del magistrado que
últimamente ha sido noticia por intentar sin éxito el archivo de las
diligencias sobre desobediencia de Esperanza Aguirre en la Gran Vía madrileña,
en abril de 2014.
Parece que Valle, persuadido por la mano derecha de
Lesmes, llenó la instancia para presentarse al concurso de la plaza que ocupaba
Ruz. Pero que su empeño –desgaste- en archivar la causa contra Esperanza
Aguirre – que sigue abierta porque el auto de archivo ha sido recurrido en
apelación por la Fiscalía y por el agente de movilidad lesionado – le llevó a
reconsiderarlo y echarse atrás.
Así las cosas, José de la Mata ha ganado el concurso.
Y tomará posesión a primeros de abril próximo del juzgado número 5 de la
Audiencia Nacional.
Y he aquí que Catalá no puede permanecer callado
incluso cuando desde el auto de conclusión de las investigaciones del juez Ruz
sobre la pieza Gürtel
1999-2005, dictado en diciembre pasado, el PP forma parte de esa trama
como beneficiario de dinero usado en campañas electorales.
Catalá ha declarado que su gusto personal hubiera
preferido un juez especializado más que un magistrado elegido por antigüedad.
Ha añadido que si bien De la Mata ha pasado por el Ministerio de Justicia
durante la época del ministro socialista Francisco Caamaño, todos los
magistrados que han salido del macroconcurso cuentan con su “confianza
absoluta” para ejercer de manera independiente sus funciones.
Y ha añadido: “Si no es así, cada uno de ellos sabrá
que consecuencia puede tener en términos de recusación, pero eso son extremos
finales que espero no haya que llegar en ningún caso".
Catalá, pues, ha hecho una advertencia a José de la
Mata.
Las defensas de los acusados han tomado nota. Si el
ministro de Justicia advierte sobre la falta de independencia y la recusación
eso ya es un dato relevante.
A Ruz había que quitarlo metiendo una presión tremenda
sobre la instrucción de Gürtel,
que queda a medio terminar.
Y lo que es importante una presión sobre la pieza
clave de los Papeles de
Bárcenas o Contabilidad B
del PP. A duras penas, Ruz está intentando elaborar el auto de conclusión de la
pieza de sobresueldos a presidentes y secretarios generales del PP, las
donaciones ilegales de empresas, los pagos en negro de las obras de reforma de
la sede del partido y la presunta comisión de 200.000 euros pagada por Sacyr
para financiar la campaña electoral de María Dolores de Cospedal en Castilla-La
Mancha en 2007.
Todo ello cuando tiene todavía pendiente persuadir a
las autoridades suizas para que dejen sin efecto la anulación del permiso para
usar los datos de las cuentas bancarias de Luis Bárcenas en la acusación de
varios delitos fiscales que se le han imputado. Y, cuando tiene causas como la
de Jordi Pujol Ferrusola, en las que está por caer la información de las
cuentas bancarias de Andorra.
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