Gracias Verónica
Ya estoy aquí. Ya he
regresado.
El pasado 16 de marzo sufrí una caída tonta (todas
lo son) y me fracturé el tobillo.
Un problema de coagulación de la sangre impidió a
los facultativos operar inmediatamente por lo que estuve una semana ingresado
con un tratamiento hasta visitar el quirófano. El resultado fue una placa
metálica y un tornillo…durante mes o mes y medio.
Y aquí estoy con la pata escayolada hasta la rodilla
escribiendo estas líneas.
Evidentemente quiero reanudar el Blog pero cada día
nos desayunamos tantas noticias que nos desbordan. Las iremos recuperando.
Con estas líneas solo pretendo reivindicar una vez
más la Sanidad Pública que con las privatizaciones y tanto recorte este
gobierno la quiere convertir en un lucrativo negocio para unos pocos. Muy pocos
países en el mundo son capaces de tener una Sanidad Pública como la
nuestra. La están empobreciendo con
tanto recorte y en consecuencia repercutiendo en la calidad tan alta que había
alcanzado.
No voy a enumerar una vez más los graves problemas
de nuestra Sanidad tan conocidos por todos: colapsos en urgencias,
masificaciones, camas en los pasillos, etc…etc…prefiero resaltar el alto grado
de ética y profesionalidad de todo el personal sanitario que pese a la
dramática situación se esfuerzan denonadamente en paliar sus efectos.
Mi agradecimiento a la enfermera Vero así como al
resto de sanitarios que a lo largo de estos días me hicieron más soportable mi
estancia en la 6ª planta de La Fe con su amabilidad y gran profesionalidad.
El sábado 21 de marzo me llevaron al quirófano de
urgencias que son los que están operativos los fines de semana. La primera
sensación fue la de cierto desorden mientras un grupo entre diez o quince
personas (hombres y mujeres) se movían con mucha precisión. Después de sentarme
en la mesa de operaciones me fueron colocando cables por todo el cuerpo
mientras una atractiva joven que se presentó como mi anestesista, me hacía
preguntas.
Asustado y tapado con varias mantas (en este
quirófano hace un poco de frío, me dijo alguien) noté una agradable sensación
hasta dormirme. A los pocos minutos (había un reloj digital en la pared que
estaba a mi alcance) noté ciertos movimientos que me parecieron algo bruscos
pero ninguna otra sensación. Pasaban junto a mi cabeza en un ir y venir diría
que frenético aunque no podría precisarlo. Notaba la lengua pesada y que las
palabras no me salían con total claridad cuando les preguntaba como iba el
evento. Me contestaban inmediatamente con aquello de que todo iba bien y su tono
de voz me lo confirmaba. Pasó otra hora.
Me encontré de nuevo en la camilla: ahora te haremos
otra radiografía ¿vale? Claro que vale.
Mientras me sacaban del quirófano levanté los brazos
agitando las manos diciéndole adiós a todo el personal y dándoles las gracias
por el tratamiento del que había sido
objeto.
Radiografía, reanimación y de nuevo a la planta 6ª.
Me llamó la atención que casi todo el personal
llevase en la solapa una chapa con la leyenda: POR UNA SANIDAD PUBLICA.
Nota: Gracias Amparo, gracias MariAngeles…y a mis amigos
Dani, Ana, Visan, Euge, Boti, Ana, Jose, Wendy…
No hay comentarios:
Publicar un comentario