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sábado, 6 de febrero de 2016

PSOE-Podemos único pacto decente

PSOE-Podemos, único pacto decente.
5-2-16
Público
Arturo González

Confío plenamente en un acuerdo PSOE-Podemos. Más allá de las negociaciones con otras fuerzas, de las inoportunas descalificaciones y de las informaciones periodísticas fraudulentas.
Si ese acuerdo no se produjera, después de haber dicho ambos que sus votantes no entenderían una falta de colaboración, Sánchez e Iglesias me parecerían unos políticos tan nefastos como Rajoy y quedarían sumidos en la vergüenza y la desafección.
Déjense ya, pues, de artimañas, elucubraciones y tácticas estúpidas e hipócritas. Ustedes pueden formar un grupo fuerte de Gobierno, con ayudas no contaminadas, y que nos saque de esta situación de esquizofrenia política. No sean golfos ni astutos. Sean decentes. Ninguno de los dos puede prescindir del otro. No sean tercos, inflexibles ni banales. No se peleen por un quítame allá ese sillón. Si no lo hacen, los dos serán responsables de la confirmación del neoliberalismo rampante. Serán ustedes unos miserables políticos y quién sabe si personales. El tren del progreso pasa una vez cada mucho tiempo. No sean politiquillos ni politicastros. No quieran levantar solos las pesas de la halterofilia política. No hagan trampas. Se necesitan. Nadie les perdonará, yo desde luego no, que abandonen a los españoles a su suerte, sobre todo a los más necesitados. Ustedes tienen una obligación moral, más allá de la política, de atenderlos. De no hacerlo, márchense, dedíquense a otra cosa, alguna puerta giratoria encontrarán. Vayan a la sesión de investidura como amigos y no como enemigos, con los votos que reúnan, si fracasan, nadie, insisto, les ridiculizará, les denigrará, les castigará. Al contrario, lo sentiremos, pero con la satisfacción de que han sido ustedes honrados, esa palabra de oro, quedarán legitimados entre los españoles de bien, el mundo no se acabará ese día. Y a lo mejor se da la sorpresa y pueden gobernar Por muy indecentes que sean sus opositores, éstos no pretenderán que todos, independentistas o no, todos los que ocupan escaños de representación popular en la Parlamento de la nación voten lo que quieran, no hay votos espurios, solo hay votos de clase. Ya lo saben, ustedes con los débiles. Para ser fuertes. Esperamos su decisión, su sentencia. Para admirarles o para aborrecerles. Para defenderles frente a las fuerzas del mal, las eternas fuerzas oscuras, cada vez más transparentes e ignominiosas. Y no sean vanidosos ni egoístas ni rastreros. Tienen la ocasión -¿irrepetible?- de ser decentes.


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