PSOE-Podemos, único pacto decente.
5-2-16
Público
Arturo González
Confío plenamente en un acuerdo PSOE-Podemos. Más allá de las
negociaciones con otras fuerzas, de las inoportunas descalificaciones y de las
informaciones periodísticas fraudulentas.
Si ese acuerdo no se produjera, después
de haber dicho ambos que sus votantes no entenderían una falta de colaboración,
Sánchez e Iglesias me parecerían unos políticos tan nefastos como Rajoy y
quedarían sumidos en la vergüenza y la desafección.
Déjense ya, pues, de artimañas,
elucubraciones y tácticas estúpidas e hipócritas. Ustedes pueden formar un
grupo fuerte de Gobierno, con ayudas no contaminadas, y que nos saque de esta
situación de esquizofrenia política. No sean golfos ni astutos. Sean decentes. Ninguno
de los dos puede prescindir del otro. No sean tercos, inflexibles ni banales.
No se peleen por un quítame allá ese sillón. Si no lo hacen, los dos serán
responsables de la confirmación del neoliberalismo rampante. Serán ustedes unos
miserables políticos y quién sabe si personales. El tren del progreso pasa una
vez cada mucho tiempo. No sean politiquillos ni politicastros. No quieran
levantar solos las pesas de la halterofilia política. No hagan trampas. Se
necesitan. Nadie les perdonará, yo desde luego no, que abandonen a los
españoles a su suerte, sobre todo a los más necesitados. Ustedes tienen una
obligación moral, más allá de la política, de atenderlos. De no hacerlo,
márchense, dedíquense a otra cosa, alguna puerta giratoria encontrarán. Vayan a
la sesión de investidura como amigos y no como enemigos, con los votos que
reúnan, si fracasan, nadie, insisto, les ridiculizará, les denigrará, les
castigará. Al contrario, lo sentiremos, pero con la satisfacción de que han
sido ustedes honrados, esa palabra de oro, quedarán legitimados entre los
españoles de bien, el mundo no se acabará ese día. Y a lo mejor se da la
sorpresa y pueden gobernar Por muy indecentes que sean sus opositores, éstos no
pretenderán que todos, independentistas o no, todos los que ocupan escaños de
representación popular en la Parlamento de la nación voten lo que quieran, no
hay votos espurios, solo hay votos de clase. Ya lo saben, ustedes con los
débiles. Para ser fuertes. Esperamos su decisión, su sentencia. Para admirarles
o para aborrecerles. Para defenderles frente a las fuerzas del mal, las eternas
fuerzas oscuras, cada vez más transparentes e ignominiosas. Y no sean vanidosos
ni egoístas ni rastreros. Tienen la ocasión -¿irrepetible?- de ser decentes.
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