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martes, 18 de julio de 2017

El día que nació Franco su padre estaba en una casa de putas

'Generalísimo' para sus adeptos, “paquita” y “marica” para su padre
"Perdió un testículo" y “el sexo no le interesaba, sublimaba sus deseos en el ansia de poder”, narra el médico del dictador en el libro ‘Franco confidencial’, de Pilar Eyre


Sáb, 9 Nov 2013 
ElPlural
El hombre que sometió a España durante casi 40 años era víctima de un “complejo de Edipo” y del “maltrato” durante su infancia por parte de su padre, que le llamaba “paquita” y “marica”. Francisco Franco era un hombre frío “con una vida sexual inactiva que después de engendrar a su hija no volvió a tener relaciones sexuales ni con su mujer ni con nadie”, según le describió Pilar Eyre al dictador en su nuevo libro Franco confidencial.


Franco tenía un solo testículo
La autora cita al médico de Franco: “Lo sé con total certeza, porque Franco perdió un testículo en África, pero además hay un detalle de su anatomía que nadie conoce y que explica su idiosincrasia: tenía una fimosis muy acentuada, el prepucio muy cerrado, lo que me permite deducir, por mi larga experiencia en estos casos, que su vida sexual fue inactiva”.



El sexo no le interesaba
El médico asegura que “se le aconsejó” a Franco “una operación muy sencilla”, pero éste “se negó” porque “el sexo no le interesaba, sublimaba sus deseos en el ansia de poder y pudo permanecer casto toda su vida. ¡La ambición, en su caso, sustituyó al orgasmo!”, precisa el doctor en la narración de Pilar Eyre, que adelanta hoy El Mundo.

El día que nació Franco, su padre estaba en una casa de putas
Detrás de cada dictador, es seguro que hay una personalidad retorcida con una infancia poco feliz. Franco no fue la excepción: “Cuando nació, su padre, el iracundo y alcoholizado Nicolás Franco Salgado, estaba en una casa de putas”, narra la autora de Franco confidencial.


Paquita y marica
Su padre lo tildaba de "marica" por su voz. “Su madre, que lo vio enclenque y llorón, lo acogió con un amor desmesurado y excluyente. Las paredes de la casa de la calle María escondieron el secreto de ese padre brutal que llamaba ‘Paquita’ y ‘marica’ a su hijo a causa de su voz atiplada, consecuencia de una sinusitis crónica, que maltrataba a su mujer embarazada y que incluso llegó a romperle el brazo a su hijo mayor al encontrarlo masturbándose

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