El durian, la fruta de olor sulfuroso que levanta odios y pasiones en Asia
Debido a su
fuerte olor se prohíbe con frecuencia en taxis, vuelos, habitaciones de hotel y
otros lugares cerrados en el Sudeste Asiático
EFE
ue, 7 Jun
2018
Es posible que Adán y Eva no
hubieran cometido el pecado original si, en lugar de una manzana, hubieran sido
tentados con un durian, una fruta de olor sulfuroso y un sabor que ha sido
comparado al de una cebolla podrida.
No obstante, el durian
(también llamado durio o durión) también tiene su cohorte de incondicionales,
quienes elogian la riqueza de su sabor, que aglutina un gusto afrutado con una
textura más o menos cremosa y un final entre amargo y fermentado. El
intenso perfume esta fruta tropical, rancio para unos y aromático para otros,
provoca que se prohíba con frecuencia en taxis, vuelos, habitaciones de hotel y
otros lugares cerrados en el Sudeste Asiático.
Cubierta de espinas y de un tamaño
que puede igualar al de una sandía, el durian es considerado el "rey de la
fruta" en Tailandia (el mangostino es la "reina") y su
consumo ha aumentado vertiginosamente en los últimos años debido a la demanda
desde China.
El año pasado, Tailandia, uno de los
mayores productores, exportó más de 600.000 toneladas, un 13 por ciento más
que en 2016, y la demanda sigue aumentando sobre todo gracias al comercio
electrónico. El pasado abril, se vendieron más de 130.000 durianes en un
minuto en el portal Tmall del grupo chino Alibaba durante un acto de promoción
en Bangkok en el que participó el presidente del gigante del comercio
electrónico, Jack Ma.
¿Cómo es el durian?
Existen unas
treinta especies del árbol del durian, pero el más común es el "Durio
zibethinus", del que en Tailandia existen más de 200 variedades que
producen "kan yao", "chanee" o "mon thong", que
significa "almohada dorada" y copa el 90 por ciento del mercado
tailandés.
La temporada alta de esta fruta, que
llega a pesar unos tres kilogramos, comienza en abril en el norte y centro del
país y se alarga hasta finales de año en las zonas meridionales.
Yud, que regenta una tienda de
durianes en el norte de Bangkok, afirma que sus precios al kilo oscilan entre
los 280 bat (más de 8 dólares o más de 7 euros) y los 500 bat (unos 15 dólares
o 13 euros), dependiendo de la variedad y la temporada.
Lindsay Gasik, una experta
estadounidense en esta fruta que organiza rutas para amantes de esta fruta por
el Sudeste Asiático, compara la textura del durian al aguacate y opina
que su sabor incluye rasgos de la vainilla y un amargor parecido al café o el
chocolate, pero por su parte, el escritor culinario Richard Sterling ha
descrito su olor como "mierda de cerdo, aguarrás y cebollas guarnecidas en
un calcetín usado".
Científicos singapureses localizaron
el año pasado los genes que causan el intenso olor provocado por una mezcla de
sulfuro, etileno y lípido en el durian, rico en carbohidratos y vitaminas A, B
y C. Está demostrado que comer durian y beber alcohol incrementa los
efectos de la embriaguez, aunque para Gasik el problema más grave son los
productos químicos que se usan en algunas plantaciones no orgánicas.
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