Neoliberalismo: propaganda de
la violencia sexual. (1) Feminismo y Sexualidad
TRIBUNA FEMINISTA
Feminista
Radical y activista. Madrileña rebelde que lucha por acabar con la violencia
hacía las mujeres.
La sexualidad de las
mujeres sigue estando en poder de los hombres, ellos durante milenios han
ejercido su voluntad sobre nuestra sexualidad hasta la actualidad. La violación
de mujeres ha sido y es, un privilegio de los hombres y una herramienta de
control hacia las mujeres.
Como indica Alicia
H. Puleo “La violencia sexual contra las mujeres sigue existiendo en las
sociedades occidentales contemporáneas y funciona como un toque de queda para
el colectivo femenino. Limita sus desplazamientos, confirmando la asignación de
los espacios doméstico y publico según el sexo”.
Las
feministas radicales en la década de los 70 consiguieron grandes logros para
las mujeres.
Logros muy relacionados
con nuestra sexualidad. Entre ellos encontramos: acabar con la doble moral
sexual hacia las mujeres, desvincular la sexualidad de la reproducción
impulsando así los centros de planificación familiar y la lucha por el derecho
al aborto. Visibilizar los casos de abusos, acosos y violaciones que sufrían
las mujeres, rompiendo de ésta manera una ley del silencio que había durado
demasiado tiempo en nuestra historia como colectivo. Siguiendo esta línea hoy
en día tenemos casos como el de Weinstein y la respuesta feminista #Metoo. Sin salir de nuestro país hemos vivido
recientemente el caso de la violación en grupo de “la
Manada” y hemos observado como las
mujeres se han levantado al unísono durante las manifestaciones feministas en
contra del tratamiento a la víctima en el juicio #YoSiTeCreo y posterior a la sentencia #NoEsAbusoEsViolacion. Las imposiciones de la heterosexualidad obligatoria, la prostitución y pornografía fueron también desafiadas por las feministas radicales.
En la década de los 80 algunas feministas lesbianas
inician alianzas con los hombres gays, desvinculándose de las feministas
radicales.
Carisa R.
Showden argumenta que las
feministas auto-declaradas sexo-positivo creen que incluso cuando la sexualidad
está impregnada de dominio y poder, sus significados pueden ser disputados y
puede ser un sitio esencial de agencia de las mujeres. Las feministas
sexo-positivo argumentan que las mujeres tienen una gama de deseos. De esta
manera hacer y distribuir pornografía, o participar en el llamado trabajo
sexual o BDSM, pueden ser formas para que las mujeres reclamen agencia sexual.
(De Miguel, A. Y Favaro, L. 2017)
En su libro “La
Herejía Lesbiana” Sheila
Jeffreys argumenta que dicha posición “depende de la aniquilación de toda discusión política
sobre la construcción del placer sexual […]”. Quienes se
autoproclamaban progresistas sentenciaban que la crítica de cualquier forma de
expresión sexual suponía rendirse a las oscuras fuerzas de la represión, de la
iglesia católica, de la inquisición y del puritanismo”. Silenciando de esta
manera el análisis.
Llevando a cabo tal
conclusión, Jeffreys declara: “La revolución sexual lesbiana […] Está impregnada de la
misoginia propia de los anticuados valores patriarcales”. Esto incluye la aceptación de la cosificación de
las mujeres y la idea de que la actividad sexual es “un factor esencial para la
salud humana”. Otros conceptos de una lista más larga donde Jeffreys critica el
auto-declarado feminismo pro-sexo: El imperialismo sexual se refiere a la idea de
que el sexo no debe someterse a un análisis político, y que la práctica sexual
es una cuestión totalmente individual y privada, completamente neutra
políticamente hablando. Jeffreys añade: “A quienes pensamos que el
sexo debe someterse a un análisis feminista riguroso, como cualquier otro campo
de actividad humana, se nos considera enemigas del sexo, incluso de la
liberación de las mujeres”.
La erótica de la
desigualdad para Jeffreys en este movimiento se ha “asumido por completo el
principio sexológico de que la igualdad nunca puede resultar excitante” […] y
se califica “de mojigatas y pusilánimes a las mujeres que se resisten a aceptar
cualquier práctica sexual”.
Cultura de la pornografía
Cultura de la pornografía
La revista Playboy comienza a tener un gran éxito a
inicios de los 70, ese mismo año surgen nuevas editoriales que introducen en el
mercado revistas pornográficas como Penthouse o Hustler, dirigida por Larry Flynt conocido como el rey del porno. Mientras Playboy normalizaba la
sexualización de cualquier mujer, un ejemplo es la portada de 1980 donde el
título que aparece es: “Las
mujeres del Gobierno de Estados Unidos”, eran mujeres integrantes de
la marina estadounidense las que aparecían posando en esta edición, mujeres con
carreras militares que habían desafiado el propio ejército, pero que cualquier
hombre tuvo acceso a sus cuerpos. Hustler
ofrecía imágenes de pornografía dura explicita y normalizaba la violencia
sexual hacia las mujeres.
Penthouse seguía una línea más
similar a Playboy hasta finales de los 90
donde comienza a cambiar su línea editorial y empieza a mostrar imágenes
pornográficas duras y rebaja a sus modelos a nivel de mascotas, apodando a las
modelos como Penthouse Pets (mascotas de Penthouse).
La influencia de este
tipo de revistas se hegemoniza en la década de los 80, donde revistas de moda
para mujeres como Vogue, Elle o Cosmopolitan emulan el estilo de las portadas
de Playboy y cambian la línea editorial incluyendo mayoritariamente artículos sobre
sexo y sexualidad. Era necesario que las editoriales para mujeres comenzaran a
ofrecer una mujer sexualizada y normalizar la pornografía. Las revistas como
Playboy o Hustler habían conseguido que la mayoría de hombres consumieran
pornografía. Pero debían generar a las mujeres el deseo por la violencia sexual
que se muestra en la pornografía, este articulo muestra el cambio de la portada
y como la revista Cosmopolitan pasó a mostrar solo artículos sobre sexo, Six
Decades Of Cosmo Covers.
El siguiente boom surge
con la edición de novelas eróticas, 50 sombras de grey es el reflejo actual,
donde incluyen la sumisión como parte del “deseo” femenino, mujeres
predispuestas a encontrar hombres que las seduzcan, relaciones con violencia
física y psicológica como única forma de liberación sexual. Paginas
feministas por ejemplo feministas.org o Leticia Dolera referente para jóvenes
recomiendan como lectura “feminista” la Teoría de King Kong de Virgine
Despentes, una magnífica reclutadora para la pornografía y prostitución, en
cualquier librería es más fácil encontrar su libro en la sección de feminismo,
que obras tan importantes como el Segundo sexo de Simone de Beauvoir. Esta
parte es importante puesto que el feminismo auto- declarado sexo-positivo como
podemos encontrar en libros de Elisa Glick o anteriormente Judith Butler , indican
que la liberación sexual es transgredir los límites morales, la pornografía intenta constantemente
normalizar cualquier tipo de violencia sexual, cuando te acostumbras a ver
imágenes de mujeres estranguladas para excitarte necesitas te faciliten nuevas
formas de “excitación”, lo que llaman transgresión
es la normalización social de incluir más violencia en la sexualidad, los
consumidores de pornografía modifican los comportamientos de consumo.
Toda la literatura y
revistas de masas se centran en el coito centrismo y violencia sexual, nos
dicen como disfrutar de posiciones para ser penetradas, sexo sin placer para
las mujeres buscando satisfacer a los hombres, incluso Teen vogue en Julio del 2017 publicó un
artículo sobre sexo anal, se refiere a las mujeres como “personas sin próstata”
es decir centrado en la sexualidad masculina y su biología. No incluían en sus
ilustraciones el clítoris, pero la ilustración masculina estaba completamente
detallada, desinformando a las adolescentes para practicar sexo anal sin
placer.
Mientras nos hablaban de penetraciones, puntos G,
posiciones de Kama Sutra, depilaciones y cirugías de rejuvenecimiento de
genitales femeninos, implantes mamarios, liposucciones, maquillaje, ropa, nos
iban animando a mutilar nuestros cuerpos para el deseo masculino sin
preocuparse realmente de la sexualidad y genitalidad femenina.
La publicidad, medios de
comunicación, cine, televisión, influyen en el comportamiento de los personas,
la publicidad cambia los hábitos de consumo, la televisión puede influir
incluso en las votaciones presidenciales de un país, las películas fomentan los
deseos personales y cambios sociales. Las investigaciones de Mc Combs y Shaw (1976), las personas
más activas políticamente son las que menos televisión ven porque al verla
mucho, esa actividad es sustituida por la televisión.
En Noviembre de 2016, Yolanda Domínguez en su articulo “Muertas y dispuestas: así nos muestran los medios“ critica como la cultura de violación se ha ido
normalizando en los medios de comunicación audiovisuales: “Ingres,
Tiziano, Goya y muchos otros artistas retrataron a las mujeres como cuerpos desparramados,
sumisos, disponibles y blandos. A golpe de lienzo sentaron las bases
visuales de lo femenino originando un patrón que se ha ido repitiendo en
nuestra cultura a lo largo de los años. En las campañas de moda, publicidad,
cine y televisión seguimos
viendo las mismas figuras femeninas débiles y desmoronadas que no sólo no
ofrecen resistencia sino que además lanzan una invitación: boca entreabierta,
mirada perdida y piernas separadas parecen decir “haz conmigo lo que quieras,
estoy a tu disposición” ¿Por qué entonces la pornografía debería ser
diferente?
Neoliberalismo y cultura de la violación: Pornografía
y violencia (2)
14/6/18
Andrea Dworkin en Pornography: The New Terrorism indica: “La
pornografía es la propaganda del fascismo sexual. La pornografía es la propaganda del terrorismo sexual.
Las imágenes de mujeres atadas, magulladas y mutiladas prácticamente en cada
esquina, en cada estante de una revista, en cada farmacia, en un cine después
de un cine, en vallas publicitarias, en carteles pegados en las paredes, son
amenazas de muerte para una población rebelde. La rebelión de las
mujeres contra el despotismo sexual de los hombres, la rebelión de las mujeres
contra la autoridad sexual de los hombres, es ahora una realidad en todo el
país. Los hombres, al encontrarse aterrorizados ante la rebelión de las
mujeres, cuelgan imágenes de cuerpos femeninos mutilados en cada lugar
público.”
Analizando varias páginas más visitadas de pornografía
que se autodenominan como amateur. Nos damos cuenta de varios factores. Este
porno que pretende hacerse pasar por aficionado o casero, está producido por
grandes compañías pornográficas. Utilizando esta estrategia para tener mínimo coste
de producción, aparentan no tener interés económico o normalizar la violencia
sexual (pornografía mainstream) y obtienen más beneficios. PornHub recibe 75
millones de visitas al día en 2017, el mayor proxeneta es el propio sistema,
las políticas económicas de nuestro siglo se sostiene en una gran parte
por la industria del sexo, el porno solo en Estados Unidos generaba en 2006 más
de 8.000 millones de euros, diez años después se muestra que a nivel mundial
unos 88.000 millones de euros y más del 10% sigue siendo de Estados Unidos, en
plena crisis mundial la industria no solo no ha tenido pérdidas sino que
incrementa beneficios.
Rosa Cobo en La prostitución en el corazón del
capitalismo indica: “es
economía criminal, como la prostitución se encuentra en tres sistemas de poder,
el capitalismo, el patriarcal y el cultural/racial.” Las productoras
tienen sus acciones en bolsas internacionales, que compran empresas, bancos
internacionales y medios de comunicación que obtienen beneficios a través de la
industria sexual. Los estados reciben los impuestos por pornografía, la
industria del sexo no es solo lo que se muestra en la web, es un imperio
económico que es rentable para gobiernos, empresas hoteleras, bancas, turismo o
transportes privados.
FakeTaxi la página más buscada en Enero de 2018, es
una página que se ofrece como reality desde 2013. Ha ganado premios como mejor
web dentro de industria pornográfica, una página web que muestra mujeres que
viajan en un taxi, le indican al conductor (el cual nunca muestra su rostro)
que no pueden pagar su viaje y para pagarlo acaban teniendo sexo con el.
Normalizan la prostitución y casos de violaciones de taxistas a mujeres: Taxista viola a una clienta que se durmió
(Madrid-España), fue violada por un taxista en 2015 sigue prófugo (Villa
del Parque – Buenos aires – Argentina), 5 mujeres de 20 años fueron violadas por taxista
(Barcelona- España), Mujer fue violada por taxista (Miraflores
-Perú) y son cientos las denuncias en todo el mundo.
En la pornografía son títulos constantes de violencia
hacia las mujeres y pedofilia: “solo
tiene 18 años”, “castigada
por su padrastro“, “engañada
por su hermano”, “chantajeada”,
“atada”, “follada duramente”, “azotada”, “puta”, “guarra”, “zorra”, “adolescente
con coletitas”, “despierta
a su hermana con su polla”.
Los vídeos de “adolescentes” extremadamente aniñadas,
parecen menores de edad con ropa infantil, los escenarios son habitaciones
infantiles, juguetes de niñas o incluso están mirando películas de Disney en
los televisores cuando son abordadas o chantajeadas. Los hermanos amenazan,
engañan, emborrachan o chantajean a sus hermanas, las espían mientras se duchan
o se reúnen con amigas, padres que mantienen relaciones sexuales con sus hijas
mientras las madres duermen en la misma cama, apología la violación de menores
o relaciones incestuosas. El contenido de todos los vídeos es violento hacia
las mujeres y “niñas”: estranguladas,
golpeadas en cara y cuerpo, las inmovilizan agarrándolas del pelo o brazos,
penetraciones dolorosas y brutales. El hombre sin embargo no existe, sin rostro
y a veces sin cuerpo, solo es un pene.
Un ejemplo es el vídeo Insane Orgasm Leaves Her Braindead – Maryjane Auryn
con más de 8 millones de visitas, se dificulta creer que la “actriz” que
aparece es mayor de edad, permanece siempre pasiva y sometida al hombre (sin
rostro y cuerpo) mientras es penetrada grita y llora, golpea su cara y le
tapa con la mano la boca o le pone en la cara una almohada ordenándola
callarse. Las imágenes son perturbadoras y violentas, una “niña” con mirada
perdida y a veces aparece semiinconsciente.
Los menores y adultos
acceden a este tipo de vídeos donde se simula la violación de menores muy
cercanas al entorno familiar. En España aumentaron de 3.502 en 2015 a
4.056 en 2016, según los datos del Ministerio del Interior. El informe de
Savethechildren “Ojos que no quieren ver” indica entre un 10 y un 20% de la
población en España ha sufrido algún tipo de abusos sexuales durante su
infancia.
Los
menores de edad están accediendo cada vez a más temprana edad a la pornografía
a través de sus teléfonos móviles, la edad promedio es de 8 años, es la
“educación sexual” que reciben y normalizan actualmente.
El postfeminismo o feminismo liberal, defiende el
concepto de porno “ético” o “feminista”, como otra alternativa a la pornografía
“destinado a las mujeres”. Los vídeos que este tipo de industria generan son de
mayor presupuesto, con calidades altas en escenografías y vestuario, la mayoría
de páginas son de pago y solicitan registro, no es de libre acceso como el porno
mainstream, sin embargo se puede visualizar igualmente en las mismas páginas
mainstream de forma gratuita. Como bien indicaba Sheila Jeffrey, en el “porno feminista” siguen
afianzando la sexualidad violenta y dominación patriarcal, no hay diferencia en
el contenido o forma de representar a las mujeres, muestran el BDSM
como un deseo femenino de ser sometidas sexualmente, las mujeres siguen siendo
penetradas de forma brutal, los hombres que si aparecen como cuerpos completos
suelen aparecer excepcionalmente como “sometidos” o “violentados”. Precisamente
este porno suma excepciones que confirman la normalidad de la violencia sexual
en cualquier tipo de pornografía.
Neoliberalismo y cultura de la violación:
Kajsa Ekis Ekman en El ser y la mercancía: prostitución, vientres de alquiler y disociación hace un análisis sobre el neoliberalismo: “Al igual que todos los sistemas que aceptan las desigualdades, el orden neoliberal odia a las víctimas. Hablar de una “persona vulnerable” hace pensar en la ausencia y en la necesidad de una sociedad justa y de una red de protección social. Al convertir el debate sobre las víctimas en tabú se da un paso importante hacia la legitimación de las divisiones entre las clases y las desigualdades entre los géneros.
Kajsa Ekis Ekman en El ser y la mercancía: prostitución, vientres de alquiler y disociación hace un análisis sobre el neoliberalismo: “Al igual que todos los sistemas que aceptan las desigualdades, el orden neoliberal odia a las víctimas. Hablar de una “persona vulnerable” hace pensar en la ausencia y en la necesidad de una sociedad justa y de una red de protección social. Al convertir el debate sobre las víctimas en tabú se da un paso importante hacia la legitimación de las divisiones entre las clases y las desigualdades entre los géneros.
Este proceso transcurre en dos etapas:
Primero se nos dice que la víctima es, por definición,
débil, pasiva e indefensa. Pero como en realidad las personas vulnerables crean
diversas estrategias para enfrentar su situación, se “descubre” que la idea de
la víctima es falsa. La persona vulnerable no es pasiva, sino todo lo
contrario: fuerte, valiente y desenfadada. Como resultado de ello, el
victimismo debe ser abolido. Se deduce, pues, que debemos aceptar el orden
social existente —incluidas la prostitución, la sociedad clasista, las
desigualdades generales— si queremos evitar que se tilde a las personas de
pasivas e indefensas.
Lo
que caracteriza la definición neoliberal es que ser víctima se ha convertido en
un rasgo de carácter, en victimismo. Significa que una persona es débil. Que
las personas somos o bien víctimas pasivas o sujetos activos. No podemos ser ambas cosas. De esta forma, la víctima es representada de
manera negativa para después poder deshacerse del concepto completamente.
En lugar de la persona vulnerable (por ahora convertido en tabú), se crea la ilusión de la persona
invulnerable –la que, por definición, no puede transformarse en víctima.
No puede colocarse la etiqueta de “subyugado” a nadie —ni siquiera a las
mujeres, los toxicómanos, las víctimas de la trata, los pobres, los inmigrantes
sin papeles o los niños que no tienen más remedio que hurgar en la basura en
busca de alimentos. El ideal del superhombre o la súpermujer se convierte en
condición natural de la especie humana.“
El neoliberalismo normaliza la cultura de la
violación, si una mujer se muestra pasiva es porque consintió, ya que para ser
víctima debe defenderse de la agresión o abuso, mientras que las mujeres en
pornografía y prostitución tampoco son víctimas de la violencia sexual ya que
no son débiles o pasivas, sino que al realizar un intercambio económico tienen
libertad de elección. Eliminando
por completo factores como la violencia simbólica en publicidad y medios de
comunicación que transforman a la mujer en objeto y la deshumanizan o
la violencia económica
según datos de Naciones Unidas, el 60% de las personas que pasan hambre en el
mundo de forma crónica son mujeres y niñas y sólo un 50% de las mujeres en edad
de trabajar tienen un empleo. Por lo tanto el neoliberalismo no contempla la
discriminación de las mujeres social, política y económicamente, impone que
solo puedan sobrevivir económicamente a través de algún tipo de prostitución y
que sean los propios estados los que se beneficien de ello. La pornografía y
prostitución se muestra como “un trabajo como cualquier otro”, sin tener en
cuenta que la mayoría de consumidores son casi exclusivamente hombres y las
prostituidas, casi exclusivamente mujeres (las estadísticas de PornHub indican
que solo un 37% de mujeres consume porno, estos son datos de la propia
industria, mientras que la mujeres no son consumidoras de prostitución,
prácticamente un mito urbano).
Generan un falso relato en el cual la pornografía es “fantasía”,
algo irreal, por lo tanto la mujer deja de ser una persona que piensa, siente y
actúa, se la deshumaniza anulando que exista violencia hacia ella,
desvinculan la pornografía de la prostitución argumentando que quien ejerce la
violencia sexual es un “actor”, de esta manera eliminan socialmente la
pornografía como una prostitución regularizada, ya que el actor también recibe un
“beneficio económico”, ignorando que el actor recibe dinero por ejercer
violencia hacia las mujeres, mientras que las mujeres reciben una transacción
económica para “consentir” legalmente sufrir violencia sexual, psicológica y
física. La industria del sexo está muy interesada en que la
pornografía no sea señalada como prostitución.
Muchas actrices han denunciado que los supuestos
actores suelen ser consumidores
que pagan una cantidad de dinero para poder tener sexo con ellas en las
grabaciones, por eso la mayoría de vídeos no muestra los cuerpos de hombres y
sus rostros, incluso los productores, cámaras o amigos invitados al
“rodaje” intentan forzarlas para que mantengan relaciones con ellos, claramente
en la pornografía y prostitución no es una “libre elección” de las mujeres, más
bien es una libre disposición de los hombres ejercer violencia sexual contra
las mujeres.
La pornografía y prostitución es violencia hacia las
mujeres (violencia de género), la mujeres en la industria del sexo son víctimas
de violencia sexual, no solo debemos incluir a las mujeres víctimas de trata,
también a las actrices porno, escort o prostitutas que son víctimas directas de
la violencia simbólica. A primeros de año han fallecido 5 actrices porno en extrañas
circunstancias en menos de dos meses, todas con problemas de adicción y
depresión o ansiedad, son víctimas invisibles de violencia de género.
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