01/08/2019
Por qué las vacaciones siempre acaban siendo una puta mierda
Un año
planeando todo... para esto.
ElHuffPost
¡Ay! Este es el sonido de un suspiro, de un lamento. Un año preparando estas
vacaciones, concretamente desde que acabaron las anteriores, con el
propósito de que las siguientes fueran mejores... Y volvemos a repetir los
mismos errores.
No,
las expectativas nunca se cumplen. Somos unos exigentes. No nos conformamos con
tumbarnos en la arena y escuchar el sonido del mar, siempre tenemos que sacarle
el máximo partido a todo y, claro, eso genera hasta un poquito de ansiedad,
cuando se supone que el objetivo es todo lo contrario, descansar y
desconectar.
Que
si este tiene que ser el viaje de nuestras vidas, que menuda pasada de
fiestones nos vamos a pegar con los amigos, que si por fin voy a poder lucir un
verdadero cuerpo fruto de la operación bikini, que si lo voy a petar en Instagram y
voy a despertar mucha, pero que MUCHA envidia (aunque el filtro me tenga que
ayudar a trampear un poco la historia)... Todo suena tan idílico que el chasco
de después es casi mortal.
Eso sí, todo
tiene su parte positiva, solo es cuestión de buscarla —aunque en este caso haya
que ponerle mucho empeño, porque encima nos hemos dejado una pasta—: la vuelta
al cole no se hará tan dura, porque estás deseando dejar atrás ese infierno.
Seguro
que alguna vez te has encontrado en alguna de estas 25 situaciones. No esperes
que sigan un orden cronológico, no hace ninguna falta. Pueden ocurrir en
cualquier momento del verano. Y si ya estás de vacaciones, ponte en guardia.
Estás a puntito de vivirlas (nuevamente):
Así
has imaginado tus vacaciones... ¡JA!
1. El viaje empieza
GENIAL. Has decidido viajar en avión y te han perdido la maleta.
2. Desde el mismo momento en el que pones un pie
en la playa, la dura operación bikini que empezaste una semana antes ha perdido
todo su sentido. No hay mucho que ver bajo tanta crema de factor 50.
3. Hay que armarse de paciencia. Más vale que no
discutas en vacaciones, mucho menos si viajas en pareja... Si lo haces tendrás
que ir solo a la playa con todos los artículos de primera necesidad: el móvil, la
tablet, el libro electrónico, las gafas de sol de marca... y el calor que no te
deja pensar en ningún truco para que no te roben. Bueno sí, tienes uno, que TU
PAREJA que no te acompaña lo vigile. El regreso a casa pinta mal.
4. Probar todas las nuevas experiencias que tanto
te emocionaban puede que no mole tanto. Lo peor de bucear no es quedarte sin
oxígeno y morir bajo el agua, es meterte en el neopreno.
5. Meses buscando el traje de baño perfecto y
horas pensando en una estrategia para hacer la mejor foto del verano de
Instagram... y no cuentas con que la naturaleza posiblemente esté más viva que
tu mente enajenada por el postureo.
6. Hay modas nuevas y otras que, por desgracia,
nunca desaparecen. No hay piscina en la que no te encuentres con el niño que
salpica. Parece que les paguen para que estén siempre ahí.
7. Cuidado con querer ser el rey de la costa, con tanto
contoneo. El ridículo nos acecha, y eso es un hecho.
8. Olvídalo de una vez, vacaciones no es sinónimo de NO
madrugar. El buffet libre tiene HORARIOS que están pensados para joder,
aunque no descartamos que algún día llegue una petición a Change.org que haga
entrar en razón a los hoteleros.
9. Qué viejuno llevar las chanclas en la playa...
La arena quema, ¡¿vale?!
10. Si viajas con alguien de la vieja escuela o lo haces
en familia (esto incluye madres), cuídate el doble de quemarte con el sol.
Muchos siguen creyendo en los trucos de abuelas contra las quemaduras solares,
y querrán frotarte con vinagre. Creen que el after sun no es más que un body milk, no te esfuerces.
11. ¿Creías que tus vacaciones iban a ser así?
Seguramente cuando estés leyendo esto seguirás buscando un hueco en primera
línea de playa para tu sombrilla. No lo niegues, en España seguimos haciéndolo.
12. Las puñeteras modas deportivas no se han quedado en
los runners. Ahora todo el mundo hace snorkel. Meterse en el mar es como sentirse víctima de un
ritual de una nueva especie acuática.
13. No creas que tu objetivo en vacaciones, si tienes
hijos (hermanos, primos o lo que sea), es tomar el sol y descansar. Ingenuo.
Los vas a tener que entretener con todo tipo de juegos hasta que se aburran.
14. Si vives en otra ciudad, tus vacaciones se complican
MUCHO: tu familia espera que las pases de visita en tu pueblo, con ellos, y tú
no sabes cómo decirle que te vas a Ibiza con tus amigos y que no te llamen
porque tendréis horarios de sueño muy diferentes. Cuando vayas el último fin de
semana del verano a casa, las escenas familiares de Agosto se quedarán muy cortas.
15. ¿Pero el apartamento que alquilamos no incluía las
TOALLAS?
16. Como has decidido ahorrar con los colegas y meterte
en un piso del tamaño de un ascensor (pero al ladito de la playa), ya puedes
ser avispado para pillar el mejor sitio en la cola al baño. Vas a pasar mucho
tiempo con arena en el cuerpo antes de poder darte una ducha. Y más vale que el
agua medianamente templada no tenga un límite...
17. Veranear en un hotel tampoco es fácil. Proponerse
seguir una dieta en la que controlar las calorías es factible hasta que pasas
por el buffet. El comedor es la trampa del turista. Hay tantos
tipos de lácteos que encontrar la leche desnatada se convierte en una expedición
a la Atlántida. De perdidos al río: ¡bah, todo lo que pilles!
18. Nadie se resiste al chiringuito y una vez que pillas
la postura... ¡buah! Despegarse de esa silla con el calor húmedo requiere mucha
habilidad después de un buen rato acomodado.
19. Has consultado todas las listas de internet sobre
los libros que tienes que leer este verano sí o sí. Y entre tantos, has
escogido ese que te dan ganas de despedazar para alimentar a los peces del mar.
Los 20 euros que te has gastado te duelen como una patada en los...
20. El momento surrealista: empieza a llover en la playa
y todos los abuelos gritan ‘¡Niño, sal del agua!’... ¿Por qué? ¿Por si se mojan?
21. ¿Por qué nadie me avisó de que esta playa no era de
arena, sino de piedras? Como si a pie de playa existiesen puestecitos en los
que comprar escarpines. Los malabares nunca salen bien. Vas a acabar con los
pies como si hubiesen pasado por las manos de Jason Voorhees.
22. Carga las sombrillas, las sillas, las toallas,
la cámara, los juguetes del niño, los bolsos, la merienda, la esterilla, la
crema... y la maleta de Julie Andrews, por favor.
23. 1.500 horas haciendo la maleta y planchando ropa, y
cuando llegas a tu destino y la abres parece que todas las camisas han pasado el filtro de FaceApp... ¡DIOS!
24. No es fácil lidiar con la humedad. Es el peor
enemigo de quienes viajan con la plancha del pelo casi en el bolso. ¿Por qué a
mí?
25. Eso sí, coger el avión puede ser un mal
presagio. ¿Nadie ha visto Los padres de ella, o qué? Hay mucho personaje que descubrir.
2.
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