El Museo
de la Vagina existe y desmonta décadas de mitos y tabúes
La
exposición, en pleno mercado londinense de Candem, pretende ser un centro
cultural y educativo sobre la vagina y eliminar el estigma y el tabú
en torno a la sexualidad y el cuerpo
"A la
gente que tiene vagina se le ha enseñado a no decir la palabra vagina",
señala Sarah Creed, conservadora del museo
El proyecto
se ha financiado con la aportación de más de 1.000 donantes que han ayudado a
recaudar cerca de 50.000 libras en una campaña de crowdfunding
22/11/2019
Cristina
Puerta - Londres
eldiario.es
Entre las tiendas 'vintage' y
los olores de los puestos de comida callejera, se encuentra el primer Museo de
la Vagina del mundo. Un esclarecedor y orgulloso letrero anuncia la presencia
de tan enigmático museo, emplazado dentro del icónico mercado de Candem. El
nombre atrae irremediablemente las miradas inquisitivas de turistas y
visitantes locales, que aminoran el paso al leer el título.
Se adentran en las
instalaciones con una mezcla de curiosidad y diversión, después de que una
chispa de interés prenda en sus ojos al captar la palabra 'vagina'. Un término
que se ha sexualizado, tal y como señala Sarah Creed, conservadora del museo
señala.
"A la gente que tiene
vagina se le ha enseñado a no decir la palabra vagina, sino 'flor' o 'parte
delantera inferior'. Inmediatamente están colocando un estigma –en el uso de la
palabra vagina– y haciéndoles sentir que no es correcto. Es un estigma real y
tenemos que deshacernos de él", defiende Creed. "Es como decir
'nariz' o 'boca'. Lo que pasa es que, históricamente, el término se ha
sexualizado", añade.
El museo abrió sus puertas por
primera vez el pasado sábado 16 de noviembre, eligiendo para ello uno de los
días más ajetreados del famoso mercado. Esto permitió un flujo de visitantes
constante durante todo el día, determinante para una inauguración exitosa.
Hasta el centro se acercó un público de lo más variado; desde jóvenes
adolescentes, hasta parejas adultas y de la tercera edad, pasando por grupos de
mujeres jóvenes.
Su directora, Florence
Schechter, se propuso abrir un centro cultural enfocado en dicho órgano tras
descubrir que existía un museo dedicado al pene en Islandia. "Nuestro
museo es más informativo y educacional", explica matizando la diferencia
con el museo dedicado al órgano genital masculino. En este último, se pueden
ver esculturas de diferentes tamaños del pene, mientras que el museo de la vagina
tiene un marcado carácter informativo.
Una de las asistentes al
museo, Francesca, ha estado en diferentes museos de temática sexual en otros
países, pero ninguno como éste. "Hay uno en Ámsterdam, y otro en
Dinamarca, por ejemplo. Están bien, pero están enfocados en los órganos
masculinos y no son educacionales. Tienen muchas esculturas de carácter sexual
pero no hay nada de corte informativo", señala Francesca.
Mitos en torno a la vagina
El cálido y espacioso local
está presidido por un tampón gigante, simulando estar manchado con fluido
menstrual y custodiado por dos copas menstruales.
La exposición, que se denomina Muff Busters; Vagina Myths and How To Fight
Them (Muff Busters; Mitos sobre la Vagina y Cómo Combatirlos), recoge
algunas de las creencias más aceptadas en torno a la anatomía ginecológica. Son
un puñado de mitos y bulos que se reafirman a través de internet y de la
cultura popular. Los mitos giran en torno a temas como la higiene íntima, el
sexo, la contracepción, el género o el ciclo menstrual.
A través de una serie de
paneles, cada mito ofrece una explicación pormenorizada sobre la veracidad o
falsedad de cada afirmación. "Me esperaba cuadros y pinturas", admite
Javier, un joven español que ha acudido a la exposición. Cecilia Gállego, una
de las visitantes, destaca la necesidad de este tipo de centros, puesto que
estas afirmaciones "son cosas que la gente va diciendo por la calle, que
dan por hechas, pero no saben cuál es la evidencia científica que hay
detrás".
Al otro lado de la sala, en la
esquina contraria al gigantesco tampón, se expone un maletín lleno de productos
para el cuidado de la higiene íntima. Es un ejemplo más de las falsas
afirmaciones que la sociedad ha asumido sobre el cuidado vaginal.
La publicidad bombardea
constantemente nuestras pantallas, incitando el uso de este tipo productos.
"Lo de la higiene ha sido una de las cosas más chocantes. Que no es
necesario lavar en profundidad con tantos productos la zona íntima, porque
llega a ser más perjudicial para la salud de la vagina", apunta José Luis,
compañero de Cecilia y Javier.
¿Podemos evitar el embarazo no
deseado si nos aclaramos la zona íntima con especial consideración tras
mantener relaciones sexuales? ¿Dónde está el clítoris? ¿Se agrandan los labios
vaginales tras meses manteniendo relaciones con penetración? ¿Beber
Coca-Cola evitará que te quedes embarazada? Estos son tan solo algunos de los
mitos que la exposición desmiente.
Por sorprendente que parezca,
muchos de los visitantes muestran su incredulidad al conocer la verdad sobre
creencias que habían aceptado. O diversión ante creencias inverosímiles, pero
aceptadas hoy en día, como el uso de productos gaseosos como contraceptivo. Es
el caso de Gállego, que ha admitido que el museo es "bastante informativo.
Hay muchas cosas que personalmente no sabía, todo lo de la higiene femenina.
Siempre he pensado que era algo recomendando por médicos. No sabía que era algo
completamente innecesario".
La educación para romper el tabú
Tanto los asistentes como el
personal directivo del museo coinciden que hay un largo camino por recorrer en
materia de educación sexual. "Algunas escuelas son muy liberales, hablan
de todo. Hablan del colectivo LGTBI, anatomía, emociones, sentimientos y
relaciones. Y otras escuelas solo enseñan cómo poner un condón; y a la gente
que tiene el ciclo menstrual, que pueden sangrar. Eso es todo", explica
Creed.
Eso va a cambiar a partir de
septiembre de 2020, cuando las escuelas tendrán que adaptar su programa en
materia sexual y cubrir una base educativa estipulada por el Gobierno.
Añade, además, que
"existe la asunción de que hay que llevar a las jóvenes a un aula separada
para enseñarles como poner un condón, pero ellas pueden sentirse atraídas por
otras mujeres y entonces ¡no van a tener que usar nunca un preservativo! Hay
una asunción de que chicas son chicas y chicos son chicos y eso es educar
exclusivamente desde un punto de vista del género", explica Creed. "Hay
mucho más que eso" añade. El programa educativo tiene que adaptarse a
ello.
"Hay un largo camino por
recorrer" señala Francesca. "Todavía hay miedo y cierta incomodidad a
hablar sobre estos temas en público. Una vez que se abran conversaciones de
este tipo, la gente empezará a sentirse más cómoda para hablar de ello".
De hecho, jóvenes como Cecilia, Javier o José Luis reconocen que su
conocimiento a través de las herramientas de las que
disponen las escuelas apenas cubren una enseñanza básica.
Schechter, la directora del
Museo de la Vagina señala que "las escuelas no tienen los recursos para
hacerlo apropiadamente, especialmente las escuelas públicas, solo tienen, con
frecuencia, al profesor de Biología. Y el profesor de Biología no es
necesariamente la persona adecuada para hacerlo".
Cecilia, por ejemplo, fue a un
colegio católico y la educación sexual era un tema tabú. "Me sentía
bastante desinformada cuando acabé la secundaria. Con el tiempo, aprendí por mi
cuenta. Pero creo que en la educación secundaria debería ser más importante
porque es entonces cuando empiezas a conocer este tema".
El Museo de la Vagina de
Londres pretende ser un centro cultural y educativo de reunión, un lugar seguro
donde poder hablar de este tipo de temas sin temor ni culpa y con una
perspectiva inclusiva a todos los géneros y rangos de edad. Por ello, están
trabajando en desarrollar una programación continua con un club de lectura,
talleres educativos para escuelas, charlas y juegos.
El objetivo es eliminar
el estigma y el tabú en torno a la sexualidad y el cuerpo. El Museo de la
Vagina ha sido posible gracias a la aportación de más de 1.000 donantes que han
ayudado a alcanzar alrededor de 50.000 libras (58.370 euros) gracias a una
campaña de crowdfunding.
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