Por qué
rechazamos la infiltración de la sanidad pública por las empresas privadas y
los grandes magnates
Nuevatribuna.es
08 de Junio de
2017
A las empresas no les interesa la Atención Primaria, la promoción de la
salud, ni la mejora de los hábitos de vida para disminuir la incidencia de
cáncer, sino el diagnóstico con equipos de alta tecnología y el tratamiento con
costosos fármacos
Las redes y los medios de comunicación han ardido debido al rechazo de
Asociaciones de profesionales (FADSP) de varias CCAA a la donación de Amancio
Ortega, para la compra de equipos de Alta Tecnología.
Llevo más de 30 años ejerciendo mi profesión de radióloga en la sanidad
pública, y trataré de explicar mi opinión sobre lo que está pasando, centrando
el tema en mi comunidad, Galicia, la que más conozco, y la que recibió la
primera donación de Amancio Ortega, también gallego.
En esas fechas (octubre de 2015) publiqué un artículo en
Nuevatribuna solicitando que se aclarase como era posible que Amancio Ortega donara 17
millones de euros para comprar equipos de Radioterapia y Mamógrafos que ya
habían sido previamente comprados por Philips y la Multinacional Estadounidense
Varian Medical y por los que el Sergas pagaba un alquiler (11 millones de euros
al año durante 8 años), sin que tan siquiera se redujera dicho alquiler: ¿a
dónde han ido a parar esos 17 millones de euros?
Los profesionales que defendemos el Sistema Sanitario Público estamos muy
preocupados por su deriva privatizadora, especialmente en Galicia, donde su
I+D+i se encuentra privatizado y en manos de un oligopolio de empresas, algunas
imputadas por corrupción y todas con estrategias para eludir impuestos. ¿Le
gustaría a Amancio Ortega que los profesionales del Sergas gestionáramos el
I+D+i de Inditex? ¿lo permitiría? Claro que no.
La Xunta de Feijóo junto a Inditex, Abanca y otras empresas gallegas han
formado un fondo de capital riesgo. Estas empresas acceden a datos de la
Administración, e investigadores públicos trabajan para generar sus patentes.
En Galicia, Indra gestiona la Historia clínica, con todos los datos
sanitarios de los pacientes, a los que próximamente se unirán los datos
sociales (maltrato, recursos económicos de la población etc). Indra cede esos
datos a los hospitales privados, concertados o no concertados, mientras los
profesionales del Sergas no podemos acceder a la información sanitaria de los
hospitales privados, ni disponemos de herramientas para explotar los datos de
nuestros pacientes y así auditar nuestros resultados. Si hacemos las cosas mal
hechas, mal quedan.
En Galicia, el Centro Oncológico de A Coruña, el registro de los pacientes
con cáncer y los ensayos clínicos, está en manos de la AECC, que se presenta
como la gran valedora de la defensa de los pacientes con cáncer, aunque
realmente está dirigida por Inés Entrecanales (Acciona), la Banca March
y la Fundación Garrigues.
Las empresas tecnológicas gestionan la alta tecnología del Sergas y el
control de calidad de los equipos, aparatos que imparten altas dosis de
radiación, y que se utilizan 30%-50% más de lo necesario según muchos estudios
realizados. Sin embargo, los radiólogos podemos hacer poco para adecuar las
exploraciones, ya que las empresas verán mermados sus beneficios si los estudios
por sala se reducen a partir de un porcentaje, según el contrato firmado con la
Xunta de Feijóo. Por ello los estudios crecen y crecen más y más, incluyendo
los realizados a los niños, y de forma especial en el sector sanitario privado,
donde no existe transparencia ni control, incumpliendo el principio
internacional ALARA “las exploraciones que aplican radiaciones ionizantes
deberán disminuirse al mínimo posible”.
¿Son necesarios 290 equipos nuevos en el SNS? Probablemente no, al menos no
tantos. Muchos de los existentes pueden actualizarse únicamente modificando su
Software, que además permite disminuir las dosis de radiación aplicada. Pero
claro, los beneficios empresariales disminuirían drásticamente.
¿Son mejores los mamógrafos con tomosíntesis regalados por Amancio Ortega?
En primer lugar no disminuyen la radiación aplicada, sino que por lo contrario
la incrementan discretamente. Por otra parte, según las empresas se identifican
un 42% más de lesiones, tan pequeñas que son “casi invisibles al ojo humano” y
muchas con significado desconocido. En muchos casos se descartará cáncer en
nuevos controles, tras meses de angustia, en otros casos se tratarán de forma
agresiva (con sus efectos secundarios incluidos), lesiones dudosas que en un
20% de los casos no representan realmente cáncer.
Según datos de la OMS en España la incidencia de cáncer de mama se
incrementó un 68% en una década, en parte por este sobrediagnóstico y en parte
por el empeoramiento de las condiciones de vida de la gente, y aunque es verdad
que mejora el ratio de supervivencia, no así la mortalidad absoluta de las
mujeres. Así que es muy importante actuar contra los determinantes del cáncer.
Sin embargo el gobierno se niega a marcar los alimentos poco saludables y
los coches fraudulentos que contaminan hasta 70 veces más siguen circulando por
nuestras carreteras ¿que pasará en el futuro con los pulmones de nuestros
hijos?
Por otra parte, a las empresas no les interesa la Atención Primaria, la
promoción de la salud, ni la mejora de los hábitos de vida para disminuir la
incidencia de cáncer, sino el diagnóstico con equipos de alta tecnología y el
tratamiento con costosos fármacos. Son empresas, son magnates, pretenden
incrementar sus beneficios. No los culpo, pero no comparto sus objetivos ni su estilo
de vida, y no nos interesan en nuestra sanidad pública. Que se dediquen a
fabricar ropa o a la construcción de puentes. “Zapatero a tus zapatos”.
Además, no es la falta de equipos de AT sino la falta de personal para
utilizar esos equipos lo que aumenta las listas de espera para los pacientes
con cáncer u otras enfermedades en el Sergas, un equipo sin dotación adecuada
de profesionales es como un avión sin pilotos.
La mayoría de nuestros equipos de diagnóstico no funcionan los sábados ni
por supuesto los domingos, y algunos ni tan siquiera las tardes de diario, a
no ser para urgencias, mientras que se derivan los estudios a los centros
privados con su maquinaria al 100%. En Madrid ya se señaló en 2014 que los
equipos de resonancia magnética de los centros públicos solo funcionaban al
64%, al final ¿no resultara que tendremos más aparatos sin utilizar?, es decir
negocio para los fabricantes ninguna ventaja para los enfermos.
Por una sanidad pública y de calidad para todos, financiada por impuestos
al 100%, a través de una hacienda libre de amnistías fiscales, sin donaciones,
mecenas, magnates ni multinacionales en su seno, con profesionales dedicados al
sistema público y con control de su I+D+i como cualquier empresa que se precie
¿no les parece, Sra Entrecanales y Sr Amancio Ortega?
No hay comentarios:
Publicar un comentario