Estremecedor: los testimonios de los chicos
abusados en el Instituto Próvolo
Ignacio de
la Rosa (especial para Infobae)
15 de diciembre de 2016
Más cerca
del infierno que del cielo. Muy probablemente así se hayan sentido los 25
chicos y adolescentes hipoacúsicos o sordos que en algún momento de
sus vidas pernoctaron en el Instituto Antonio Próvolo, ubicado en
Luján de Cuyo, Mendoza.
Llorando,
denunciaron haber sufrido abusos sexuales perpetrados por dos curas
y tres empleados del establecimiento.
Durante las
últimas horas el listado de víctimas creció de 22 a 25 y el
fiscal de la causa, Fabricio Sidoti continúa realizando Cámaras Gesell
a los denunciantes y testigos.
Según
consignó el procurador de la Corte mendocina, Alejandro Gullé, aún
restan una quincena de procedimientos y allí podrían aparecer nuevas víctimas.
Si bien oficialmente se habla de 23 damnificados –un chico abusado por 4 de
los imputados es el único que se agrega a la lista-, en la causa se
incluirían a otros 2 como víctimas de "corrupción de
menores", pero aún resta la oficialización.
Detalles del
horror
Los detalles
de los actos a los que eran sometidos y forzados a realizar los menores también
remiten a una postal digna del averno. Durante una de las Cámaras Gesell
realizada el martes, un chico hipoacúsico que había estado en el instituto,
y quien fue citado por Sidoti en calidad de testigo, terminó por
quebrarse y relatar que también había sido abusado y atacado por 4 de los
imputados. La historia no sólo sorprendió al fiscal y a los peritos
presentes, sino que también conmocionó a su madre quien tomó
conocimiento del episodio cuando su hijo abandonó la sala.
Durante la
misma jornada -y en otra de las sesiones-, una chica (también no oyente) indicó
que una amiga le había confesado haber sido abusada por el cura Nicola
Corradi (82) -quien era la máxima autoridad del instituto-, aunque
resaltó que con ella los curas "eran buenos".
Al terminar
el testimonio ocurrió un hecho que llamó la atención: cuando la
joven salió el recinto se encontró con un compañero del instituto y al
saludarlo una de las intérpretes observó cómo la menor le decía, mediante
lenguaje de señas, que también declarara que los curas "eran
buenos". De este incidente se dejó constancia en la
instrucción.
Otra de las
denuncias que da forma a los cuatro cuerpos del
expediente cuenta cómo los chicos eran permanentemente
obligados a practicarse sexo oral entre sí o a los imputados, todo ante la
vista de sus compañeros.
De hecho, la
denuncia que fue presentada en 2008 -y en la que la Justicia nunca avanzó-
también se refiere a un episodio similar. Un chico de 9 años había
dibujado a una persona practiándole sexo oral a otra, y varios ojos rodeaban la
escena. La madre, sobresaltada, radicó la denuncia pero la causa nunca se
movió. Luego de que el 25 de noviembre saltara el escándalo, la víctima (que
hoy tiene 17 años) y su madre volvieron a la dependencia judicial. Allí,
conmovido, el adolescente amplió su declaración y manifestó que las
autoridades del albergue lo obligaron a practicarle sexo oral a un compañero, y
que éste luego fue obligado a abusar de él.
Otras
declaraciones, en tanto, hacen referencia a cómo los abusadores les quitaban
los audífonos al momento de abordarlos y detallan que muchos ataques sexuales
transcurrieron en la cocina.
Incluso,
cuentan como una chica fue atada a unas rejas para que no oponga
resistencia alguna mientras era violada.
Cuando el
fiscal y los asistentes psicológicos creyeron haber escuchado todas las
aberraciones posibles, los sacudió un terrible testimonio de uno de los
denunciantes. En la Cámara Gesell contó que uno de los
administrativos que hoy está en prisión tuvo relaciones con un perro, con los
chicos que dormían en la pensión como testigos.
Por estas
denuncias se encuentran detenidos en la cárcel mendocina de Boulogne
Sur Mer los curas Nicola Corradi (82) y Horacio Corbacho (56), además
de los administrativos Jorge Bordón (50, quien era presentado como diácono y
oficiaba de monaguillo), José Luis Ojeda (41) y Armando Gómez (46) -estos 2
también son hipoacúsicos-.
Todos están
imputados por "abuso sexual con acceso carnal agravado por la
guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con
corrupción de menores". Además, los dos sacerdotes están siendo
investigados por abusos sexuales que se habrían cometido en la sede del Próvolo
de La Plata mientras ellos habrían estado asignados al lugar.
Piden que la
orden se vaya de Mendoza
El titular
de la Defensoría de Personas con discapacidad, Juan Carlos González, anunció que
la entidad se ha presentado como querellante en la causa y es el fiscal Sidoti
quien debe determinar ahora si se la acepta o no como tal.
Además,
González indicó que presentará un petitorio formal solicitando a la Casa
Generalicia en el país de la Congregación Compañía de María para la educación
de niños sordos -que tiene como razón social al instituto Antonio Próvolo-
que se retire de Mendoza y que haga entrega del establecimiento y el
predio de 6 hectáreas al Ejecutivo provincial.
"El
instituto ha perdido autoridad moral y si bien no tiene la obligación legal (de
entregarlo), entiendo que tienen justamente una obligación moral.
Claramente esta acción no repara los daños ya hechos, pero dejaría de ocasionar
nuevos. No queremos llegar a la expropiación por parte del Estado, ya que esto
implicaría que lo tengamos que pagar todos los mendocinos", destacó el
funcionario, quien estuvo acompañado por la vicegobernadora, Laura
Montero.
En 2016
fueron 90 los chicos y adolescentes hipoacúsicos o no oyentes que pasaron por
las aulas del instituto, y entre 10 y 15 pernoctaban en el albergue de lunes a
viernes. Una vez que salieron a la luz las primeras denuncias, la Justicia
dispuso que las clases se reanudaran con una orden de restricción para los
religiosos y administrativos que dependieran de ellos (no podían ingresar al
lugar). No obstante, muchos padres optaron por no volver a mandar a sus hijos
al instituto.
Si bien las
clases culminaron la semana pasada, el futuro de los chicos que aquí estudian
es incierto ya que no existe otro establecimiento similar en Mendoza. Por este
motivo es que ahora el gobierno apoya también el pedido que hará la Defensoría
a la orden religiosa.
Ayuda
psicológica para las víctimas
El miércoles
por la mañana, los Padres Autoconvocados de chicos, jóvenes y adultos con
discapacidad del Instituto Próvolo mantuvieron una reunión con Elizabeth
Liberal, responsable del área de Salud Mental de la provincia.
Preocupados solicitaron que el gobierno articule el trabajo de los equipos
interdisciplinarios que deben asistir y acompañar a las víctimas del
Próvolo y a sus familias.
"Pedimos
que haya dos profesionales rotativos presentes en todo momento durante las
cámaras Gesell, porque los chicos salen muy golpeados anímicamente de
la sala. El hospital Notti tiene recursos para asistir a víctimas de
maltrato, pero la causa lleva más de 20 días y no nos ha atendido nadie. Por
suerte, la reunión ha sido muy positiva y se han comprometido a ayudar a las
víctimas", destacó la presidenta del grupo, Alejandra Berlanga.
"Los
padres están mal. Muchos de ellos se sienten golpeados porque sus
hijos durante mucho tiempo les transmitieron su deseo de no ir más al
instituto y ellos los siguieron mandando. Se sienten angustiados y
culpables y también necesitan ayuda", destacó una
profesional que acompaña a las familias en este difícil momento.
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