Curas de todo el mundo, entre ellos once
españoles, acusan al Papa de promover un "caos doctrinal"
"La actividad sexual fuera del
matrimonio es un pecado mortal", aseguran en su 'Apelación Pastoral' a los
obispos de todo el mundo
El cardenal Brandmüller: "Quien
defiende la ordenación de mujeres es un hereje y está excomulgado"
Uno de los firmantes es el español Christopher Hartley
Sartorius, que pide a los obispos "ejercer su autoridad apostólica"
frente a Francisco
27/05/2018
eldiario.es
Son apenas 250, una minúscula
parte de los más de 400.000 sacerdotes católicos del mundo, y 11 de ellos son
españoles. Pero la dureza de sus críticas al Papa y a sus reformas revelan la
existencia, ya indisimulada, de un cisma en toda regla provocado por clérigos y
obispos ultraconservadores, que ven como "un caos doctrinal" la
situación que se está viviendo en la Iglesia con las aperturas promovidas por
Francisco.
"Que la Santísima Virgen
y San Miguel Arcángel protejan a la Iglesia Católica de las asechanzas del
demonio, lobos con piel de oveja", concluye el correo en el que el
sacerdote español anima a todos los curas de su entorno a suscribir la
iniciativa, que "existe para alentar a los sacerdotes a dar testimonio del
Evangelio e invitar a los obispos a ejercer su autoridad apostólica".
A
50 años de la Humanae Vitae
En la " Apelación Pastoral a los Obispos
para una Reafirmación Apostólica del Evangelio", los firmantes
denuncian "un enfoque equivocado de la vida moral cristiana que
encontramos con frecuencia y que perjudica gravemente a quienes se dejan
engañar por él".
En la misma, reclaman a los obispos de todo el mundo
-y como tal, al Obispo de Roma- que no permitan la comunión a los divorciados
vueltos a casar, gays y demás personas que "cometen actos objetivamente
malos" pero "se sienten subjetivamente libres de culpabilidad".
La carta se publica a los 50 años de la polémica
encíclica Humanae Vitae, que prohibió el uso de preservativos, el aborto, las
uniones civiles o las relaciones homosexuales, y cuya vigencia reivindican
estos sacerdotes frente a la nueva pastoral defendida por Francisco que, para
los firmantes, resulta "contraria al Evangelio".
Entre otras cosas, los firmantes resaltan cómo
"la actividad sexual fuera del matrimonio es en toda circunstancia gravemente
malo", un "grave mal" que "es un pecado mortal". Para
estos sacerdotes, la conciencia "puede juzgar erróneamente debido a la
deformación que proviene de pecados anteriores".
"Nos damos cuenta, como sacerdotes, de que
muchos clérigos y laicos han sido tan afectados por las mentalidades seculares
y la falsa teología moral de décadas pasadas que ahora ven el testimonio
apostólico de la Iglesia como idealista, anticuado o incluso cruel",
resaltan estos curas, que admiten que la actual situación de la Iglesia de
Francisco resulta "desalentadora para los sacerdotes y podría llevarnos a
evitar ofrecer una presentación clara y auténtica del Evangelio".
"Son
herejes y están excomulgados"
La carta de los curas ultras coincide en el tiempo con declaraciones
como las del cardenal Sarah, el más poderoso de los opositores al Papa
Francisco, pues preside la Congregación para el Culto Divino. Sarah ha
advertido que ordenar sacerdotes a personas casadas "podría tener
consecuencias serias" para la Iglesia, pues supondría "romper
definitivamente con la Tradición Apostólica".
No hay "razones o necesidades pastorales"
para ello, ha dicho el purpurado guineano, ya que la innovación tendría el
efecto desastroso de acabar con el sacerdocio tal y como fue instituido
por Jesucristo.
Por su parte, el cardenal Brandmüller, uno de los
cuatro firmantes de los famosos 'Dubia' contra los divorciados vueltos a casar,
fue más allá, y recalcó que "quien defiende la ordenación de mujeres es un
hereje y está excomulgado".
Temas como "el
sacerdocio femenino, el celibato, la intercomunión, el matrimonio después del
divorcio", o el reciente "'sí' de la Iglesia a la
homosexualidad". Para el cardenal, que se sigan hablando de estas
cuestiones no producirá una "primavera católica", como pretenden
algunos, sino un largo invierno. Al igual que ha sucedido en la Iglesia
evangélica alemana, las innovaciones podrían tener "el efecto de
vaciar las iglesias.
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