Fusilar
al humorista: cuando el franquismo condenó a muerte al director y al dibujante
estrella de 'La Traca'
Vicent
Miguel Carceller y Carlos Gómez Carrera 'Bluff' fueron ejecutados en la tapia
del cementerio de Paterna el 30 de junio de 1940 por la publicación de viñetas
satíricas sobre el dictador en una revista que triunfó en la época de la
República
Miguel Giménez
- Valencia
28/12/19
eldiariocv.es
Una de las caricaturas del dictador Francisco Franco publicadas en el semanario 'La Traca'. Colección Rafael Solaz
El 10 de junio de 1940, pocos
meses después de que finalizara la Guerra Civil, un consejo de guerra dictaba
sentencia de muerte contra Vicent Miguel Carceller y Carlos Gómez Carrera
('Bluff'), una pena que fue ejecutada el 28 de ese mismo mes en las tapias del
cementerio de Paterna, el conocido como 'Paredón de España', donde se encuentran enterrados los restos
de 2.238 represaliados por el franquismo. Su delito, haber publicado viñetas en
las que aparecía caricaturizado –y travestido– el dictador Francisco Franco, o
sobre una esvástica aplastando España y a sus ciudadanos con el lema: "El
sueño del führer español". Carceller (50 años) y Gómez Carrera (37) habían
sido el director y el dibujante estrella de la revista satírica valenciana 'La
Traca', "la más polémica, la más jocosa, la más leída" de España.
La sentencia, dictada por un
tribunal militar, recoge que 'La Traca', semanario propiedad de Carceller,
"se dedicaba de la manera más baja, soez y grosera a insultar a las más
altas personalidades representativas de las España Nacional, de la dignidad de
la Iglesia y los principios informantes del Glorioso Movimiento Salvador de
Nuestra Patria, aprovechando la popularidad adquirida en años anteriores, en
beneficio de la subversión marxista", y condena a la pena de muerte a
Carceller y Gómez Carrera "como autores del calificado delito de adhesión
a la rebelión militar". También se destruyó su obra. Mejor suerte corrió
el también dibujante José María Carnicero, condenado a treinta años de prisión.
La Traca,' que empezó a
publicarse en 1884 de la mano de dos valencianos republicanos, Manuel Lluch
Soler y Luis Cebrián Mezquita, cerró en 1938. Carceller se había incorporado a
la publicación en 1909 y fue su director en la época de mayor éxito de la
revista: llegó a vender más de medio millón de ejemplares durante la Segunda
República.
El
general Franco en la portada del número 1.227 de 'La Traca', publicado en 1938.
Colección Rafael Solaz
Poco
después de ser ajusticiados en Paterna, Teresa de Escoriaza, escritora y cuñada
de 'Bluff', recordaba sobre la muerte de Gómez Carrera que este solo tenía las
manos manchadas "de carboncillo" y no de sangre: "Era un
dibujante y nada más", que no había hecho durante la guerra más que
"dibujos satíricos" con el objetivo de conseguir unos ingresos fijos
con los que "subsistir. Nunca hizo otra cosa".
Relata también cómo, después
de trasladarse a Madrid, un grupo de falangistas se presentó en su casa en Valencia
a detenerle "arrancándole de los brazos de su hijita" y lo tuvieron
más de un año en prisión sin procesarle "pues la verdad era que no había
nada de qué acusarle". Sin embargo, acusado de ser autor de unas
"historietas caricaturescas" se le "sentenció a la pena capital
y fue fusilado enseguida".
La transgresión como norma
En 2016, la Universitat de
València realizó en el Centre Cultural la Nau una exposición sobre
esta revista satírica ('La transgresión como norma')
en la que se repasaba su historia de "lucha contra el poder" a través
de "la risa, la sátira y la inteligencia", tal y como destacaron
entonces los comisarios de la muestra, Antonio Laguna y Francesc Andreu
Martínez. En referencia a las ejecuciones de Gómez Carrera y Carceller, quien
"en cualquier ciudad normal tendría un par de monumentos" pero a
quien "no conoce ni su madre" en València, los comisarios
sentenciaron: "Se fusiló la risa".
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