VIDA Y MILAGROS DE MONSEÑOR ESCRIVÁ DE BALAGUER,
FUNDADOR DEL OPUS DEI
Autor: LUIS CARANDELL
Por cortesía de ¡NOS FUIMOS!
http://www.opusdeilibros.com
INDICE
-Prólogo a la Edición de 1992, página 2
-Prólogo a la Edición de 1975: Andanzas y desventuras de un
biógrafo, página 10
-"Made in Spain" página 16
-Niños, aunque no niñoides, página 21
-"El cura más guapo del mundo", página 25
-Marqués de Peralta, página 31
-Hijos de todas las clases sociales, página 36
-La estética del apellido, página 41
-La ciudad amurallada, página 45
-De hinojos ante el padre, página 50
-La quiebra de "Escrivá, Mur y Juncosa", página 54
-Baños de multitud, página 60
-"La ciudad de Londres", página 67
-Burro de Dios, página 69
-El belén del Opus Dei, página 74
-Torreciudad, página 77
-Flojo en latín, página 80
-Su tío el canónigo, página 83
-La santa cólera, página 86
-El secreto y los escaparates, página 88
-"Es muy santo y tiene que ir a Madrid", página 95
-Los doce apóstoles, página 98
-Educador de tecnócratas, página 102
-"Nos han hecho ministros", página 107
-El "apostolado de la inteligencia", página 109
-"La santa coquetería", página 113
-Días de rosas y espinas, página 118
-Apoteosis, página 121
-Epílogo para 1992, página 123
-Bibliografía, página 129
PRÓLOGO A LA EDICIÓN DE 1992
Luis Carandell
Madrid, 1992
El libro que el lector tiene en las manos fue publicado el primer trimestre de 1975 en vida del
biografiado, el hoy Beato Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, Fundador del Opus Dei. Yo
había venido trabajando en esta, más que biografía, semblanza de Monseñor desde fines de
los años sesenta, cuando la Obra por él fundada adquirió un papel de primera importancia en
el desarrollo político de España. Se había constituido el llamado "gobierno homogéneo" compuesto
por personalidades pertenecientes al Opus Dei o que estaban, cuando menos, como
entonces se decía, "en su órbita". Mi intento era estudiar la vida y la personalidad del Padre y
Fundador con la esperanza de que esto pudiera arrojar alguna luz sobre el comportamiento de
sus "hijos" y de la Obra en su conjunto. La estructura familiar y paternalista del Opus Dei hacía
verosímil la suposición de que el carisma del Padre pesaba y pesa tan decisivamente en la
forma de proceder de sus hijos que se puede decir que "la Obra es el Padre". Difícilmente se
encontraría en la Iglesia otro Instituto, Orden o Asociación de fieles en los que la influencia del
Fundador fuese tan determinante como en el Opus. Sus miembros están convencidos de que
la idea fundacional surge en la mente del Padre por inspiración divina. Nada de lo que él dice o
hace se discute y todos sus actos, por nimios que sean, resultan significativos. Los "hijos" llevan
siempre una fotografía suya en la cartera y, periódicamente, escriben su "carta al Padre".
Monseñor, en vida, se comunicaba con ellos a través de unas circulares que firmaba con su
tercer nombre de pila, Mariano. Sus apariciones públicas eran auténticos baños de multitud,
con aclamaciones de "¡Padre, Padre, Padre!". Personas que en estos años han visitado la cripta
del palacio romano de la calle de Bruno Buozzi, sede generalicia del Opus Dei, donde reposan
sus restos, han contado que los responsables de la Obra obligan a los visitantes a avanzar
de rodillas desde la puerta de la cripta hasta la tumba de mármol verdinegro sobre la que se
lee EL PADRE.
Comencé a trabajar en la semblanza de Monseñor con la idea de que el conocimiento de la
vida, la obra y la personalidad del fundador era el mejor camino para conocer el Opus Dei. Me
encontré entonces con que la Obra no había publicado biografía alguna de Escrivá de
Balaguer. Entre el material de propaganda que el Opus Dei distribuía no había más que una
muy breve semblanza del fundador escrita por don Florentino Pérez Embid para el libro
"Forjadores del mundo contemporáneo" y un Perfil biográfico publicado por el periodista Carlos
Escartín para "Diario de Navarra" y reeditado en un folleto. Ambos trabajos pertenecían más al
género de la hagiografía que al de la biografía propiamente dicha y daban muy pocos detalles
sobre la vida de Escrivá. Se limitaban a reseñar sus datos biográficos más esenciales y se
extendían en cambio en sus rasgos espirituales y en la importancia de su actividad apostólica y
de su obra.
Debo decir que me extrañó esta parquedad informativa sobre el hombre que en la Obra de
Dios lo era todo. Pensé que había en la Obra y en su Fundador cierta voluntad de ocultación,
que quizá para ellos era "santa ocultación", con esa capacidad que el opusdeismo tiene de
santificar las cosas más corrientes; un cierto deseo de mantener alejada y rodeada de un halo
de santidad, la figura del Padre sin entrar en detalles, que debía parecerles "nimios", sobre la
vida terrenal de quien había sido instrumento divino para la gestación del Opus Dei.
Conocí por entonces alguna anécdota de personajes eclesiásticos que demostraba que el
Fundador se ocultaba, santamente quizá, pero se ocultaba. En una ocasión, por ejemplo, el
padre Arrupe, general de la Compañía de Jesús, le preguntó al que por entonces era el Nuncio
de Su Santidad en España, Monseñor Riberi, si había visto a Josémaría Escrivá de Balaguer,
fundador y presidente general del Opus Dei. "No, no", contestó el Nuncio con el gesto de extrañeza
del superior que espera en vano una obligada visita. Y, al parecer, así lo cuentan, el padre
Arrupe ladeó canónicamente la cabeza para decir al oído del prelado en tono de amistosa confidencia:
"Yo, señor Nuncio, a veces dudo de que exista".
FUNDADOR DEL OPUS DEI
Autor: LUIS CARANDELL
Por cortesía de ¡NOS FUIMOS!
http://www.opusdeilibros.com
INDICE
-Prólogo a la Edición de 1992, página 2
-Prólogo a la Edición de 1975: Andanzas y desventuras de un
biógrafo, página 10
-"Made in Spain" página 16
-Niños, aunque no niñoides, página 21
-"El cura más guapo del mundo", página 25
-Marqués de Peralta, página 31
-Hijos de todas las clases sociales, página 36
-La estética del apellido, página 41
-La ciudad amurallada, página 45
-De hinojos ante el padre, página 50
-La quiebra de "Escrivá, Mur y Juncosa", página 54
-Baños de multitud, página 60
-"La ciudad de Londres", página 67
-Burro de Dios, página 69
-El belén del Opus Dei, página 74
-Torreciudad, página 77
-Flojo en latín, página 80
-Su tío el canónigo, página 83
-La santa cólera, página 86
-El secreto y los escaparates, página 88
-"Es muy santo y tiene que ir a Madrid", página 95
-Los doce apóstoles, página 98
-Educador de tecnócratas, página 102
-"Nos han hecho ministros", página 107
-El "apostolado de la inteligencia", página 109
-"La santa coquetería", página 113
-Días de rosas y espinas, página 118
-Apoteosis, página 121
-Epílogo para 1992, página 123
-Bibliografía, página 129
PRÓLOGO A LA EDICIÓN DE 1992
Luis Carandell
Madrid, 1992
El libro que el lector tiene en las manos fue publicado el primer trimestre de 1975 en vida del
biografiado, el hoy Beato Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, Fundador del Opus Dei. Yo
había venido trabajando en esta, más que biografía, semblanza de Monseñor desde fines de
los años sesenta, cuando la Obra por él fundada adquirió un papel de primera importancia en
el desarrollo político de España. Se había constituido el llamado "gobierno homogéneo" compuesto
por personalidades pertenecientes al Opus Dei o que estaban, cuando menos, como
entonces se decía, "en su órbita". Mi intento era estudiar la vida y la personalidad del Padre y
Fundador con la esperanza de que esto pudiera arrojar alguna luz sobre el comportamiento de
sus "hijos" y de la Obra en su conjunto. La estructura familiar y paternalista del Opus Dei hacía
verosímil la suposición de que el carisma del Padre pesaba y pesa tan decisivamente en la
forma de proceder de sus hijos que se puede decir que "la Obra es el Padre". Difícilmente se
encontraría en la Iglesia otro Instituto, Orden o Asociación de fieles en los que la influencia del
Fundador fuese tan determinante como en el Opus. Sus miembros están convencidos de que
la idea fundacional surge en la mente del Padre por inspiración divina. Nada de lo que él dice o
hace se discute y todos sus actos, por nimios que sean, resultan significativos. Los "hijos" llevan
siempre una fotografía suya en la cartera y, periódicamente, escriben su "carta al Padre".
Monseñor, en vida, se comunicaba con ellos a través de unas circulares que firmaba con su
tercer nombre de pila, Mariano. Sus apariciones públicas eran auténticos baños de multitud,
con aclamaciones de "¡Padre, Padre, Padre!". Personas que en estos años han visitado la cripta
del palacio romano de la calle de Bruno Buozzi, sede generalicia del Opus Dei, donde reposan
sus restos, han contado que los responsables de la Obra obligan a los visitantes a avanzar
de rodillas desde la puerta de la cripta hasta la tumba de mármol verdinegro sobre la que se
lee EL PADRE.
Comencé a trabajar en la semblanza de Monseñor con la idea de que el conocimiento de la
vida, la obra y la personalidad del fundador era el mejor camino para conocer el Opus Dei. Me
encontré entonces con que la Obra no había publicado biografía alguna de Escrivá de
Balaguer. Entre el material de propaganda que el Opus Dei distribuía no había más que una
muy breve semblanza del fundador escrita por don Florentino Pérez Embid para el libro
"Forjadores del mundo contemporáneo" y un Perfil biográfico publicado por el periodista Carlos
Escartín para "Diario de Navarra" y reeditado en un folleto. Ambos trabajos pertenecían más al
género de la hagiografía que al de la biografía propiamente dicha y daban muy pocos detalles
sobre la vida de Escrivá. Se limitaban a reseñar sus datos biográficos más esenciales y se
extendían en cambio en sus rasgos espirituales y en la importancia de su actividad apostólica y
de su obra.
Debo decir que me extrañó esta parquedad informativa sobre el hombre que en la Obra de
Dios lo era todo. Pensé que había en la Obra y en su Fundador cierta voluntad de ocultación,
que quizá para ellos era "santa ocultación", con esa capacidad que el opusdeismo tiene de
santificar las cosas más corrientes; un cierto deseo de mantener alejada y rodeada de un halo
de santidad, la figura del Padre sin entrar en detalles, que debía parecerles "nimios", sobre la
vida terrenal de quien había sido instrumento divino para la gestación del Opus Dei.
Conocí por entonces alguna anécdota de personajes eclesiásticos que demostraba que el
Fundador se ocultaba, santamente quizá, pero se ocultaba. En una ocasión, por ejemplo, el
padre Arrupe, general de la Compañía de Jesús, le preguntó al que por entonces era el Nuncio
de Su Santidad en España, Monseñor Riberi, si había visto a Josémaría Escrivá de Balaguer,
fundador y presidente general del Opus Dei. "No, no", contestó el Nuncio con el gesto de extrañeza
del superior que espera en vano una obligada visita. Y, al parecer, así lo cuentan, el padre
Arrupe ladeó canónicamente la cabeza para decir al oído del prelado en tono de amistosa confidencia:
"Yo, señor Nuncio, a veces dudo de que exista".