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El hombre que cobra 5.400 euros por acostarse con
mujeres cuenta lo que desean
Las razones que llevan a las mujeres a recurrir al
sexo de pago son muy similares a las de los hombres, tal y como explican
testimonios como el de Ryan James
El Confidencial
06.09.2016
Pese a que los colectivos contra la criminalización de
la prostitución cuentan con cierta relevancia mediática en todo el mundo,tratando de visibilizara los trabajadores del sexo que
ejercen la profesión libremente, la prostitución masculina sigue siendo un tema
oculto.
Un informe realizado en 2015, llamado 'Radiografía de la prostitución en España',
reflejó un estudio en el que los clientes explicaban por qué acudían a la
prostitución femenina.Explorar su sexualidado disfrutar del sexo con gente
diferente fueron algunas de las razones más repetidas, pero ¿por qué se recurre
a la prostitución masculina?
Constituye un colectivo mucho más invisibilizado,
probablemente porque la huella de la explotación sexual no es tan agresiva como
en la prostitución femenina, donde se suele poner el foco. La ONU calcula que
unas140.000 mujeresson
secuestradas por redes deexplotación sexualcada año en Europa y los datos del
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad muestran que solo en
España la trata de personas mueve 3.000 millones de euros al año.
Tengo
clientas recién divorciadas o casadas, mujeres vírgenes y parejas que desean
hacer un trío
Lejos de esa polémica se encuentra la prostitución
masculina, que ha visto exponencialmente aumentada su
demandadesde que
empezó la crisis.
Ryan James, uno de estos acompañantes, lo tiene claro. Él
trabaja en Sydney, donde ofrece diversos servicios que cuestan entre 400$
(359€) y 6.000$ (5.380€), y que incluyen desde una hora de hotel hasta
fines de semana enteros.
Esa es una de las grandes diferencias entre
la masculina y la femenina: cuando la prostitución es heterosexual, según
los expertos, las clientas femeninas se mueven mayoritariamente dentro del
sector del lujo; un factor que -entre otros
más cercanos a las relaciones de género- alejael fantasma de la explotación. En el 'alto standing',
la prostitución suele ejercerse por voluntad propia tanto en el caso de hombres
como de mujeres.
¿Qué buscan las mujeres?
James
ha explicado en ‘Daily Mail’ lo que él considera que
realmente buscan las mujeres cuando recurren al sexo de pago: “Tengo
clientasrecién divorciadas o casadas,pero que no han tenido sexo en mucho
tiempo, también he tenido mujeres vírgenes y parejas que desean hacer un trío”.
Sus servicios son reclamados por mujeres de todas las
edades, y algunas buscan cosas sorprendentes. “Muchas de mis clientaspodrían ir a un bar perfectamente y ligar. Si fueran
allí y pidieran un masaje en la espalda, decenas de chicos dirían que sí; pero
cuando se quiere una experiencia sexual concreta, eso es más difícil
conseguirlo en unlocal cualquiera”, afirma Ryan, para quien
uno de los factores más importantes es saber darle a cada clienta lo que
quiere.
Uno de los servicios que ofrece es lo que él llama “la
experiencia 50 sombras de Grey”,una sesión de bondage suave que
causa sensación entre sus clientas, a menudo con el deseo de probar cosas
diferentes.
La
mayoría de las personas suelen buscar en la intimidad erótica a alguien que más
allá del sexo comprenda sus frustraciones
Algunas de esas mujeres tienen o pueden tener una vida
sexual bastante completa sin recurrir alsexode
pago, pero por una serie de circunstancias están descontentascon la frecuenciao
con las prácticas sexuales que llevan a cabo en su día a día, y prefieren
recurrir a la discrección de un desconocido.
No solo sexo
“La mayoría no quieren solo sexo, sino también
compañía”. Ese no es un requisito únicamente de las mujeres. La búsqueda dealgo de calor humano, aunque sea necesario pagar por él
es más común de lo que pensamos cuando la gente acude a servicios eróticos, como
ya ha publicado ‘El Confidencial’. Son personas que
suelen buscar en la intimidad erótica a alguien que además comprenda sus
frustraciones y no le juzgue por aquello de lo que se avergüenza.
Así
lo explicaba en ‘Business Insider’ una teleoperadora erótica que se hace llamar
Isabel, que cuenta que tieneclientes y clientas habituales con los que se
llega a estrechar lazos.
Aún existe un estigma importante en el caso de las
mujeres que pagan por tener relaciones íntimas. Todavía hay quien se muestraavergonzada por recurrir al sexo de pago, incluso en su
actitud con el propioprostituto, pero también hay algunas
mujeres que lo llevan con total naturalidad, tal y como explican los propios
trabajadores.
Pese a los clichés en torno a que ellos tienen más
necesidades sexuales o a que las mujeres solo quieren hablar y compañía, los
testimonios de los profesionales eróticos coinciden en que esas fronteras no
están más queen el imaginario colectivo, y que
las razones y necesidades de ambos géneros son bastante similares, a menudo
regidas por la incapacidad deintegrar socialmente sus gustos sexuales,
ya sea por vergüenza o miedo a la no aceptación, o un cóctel de soledad y falta
de sexo o intimidad en los entornos habituales.
El sexo en
la Iglesia siempre nos ha atraído de forma especial, pero pocos libros nos
cuentan con sumo detalle todo lo que deseamos saber de ello como lo ha logrado
Eric Frattini con su ensayo “Los Papas y el Sexo”.
¿Existe alguien que no se
interese por la historia de la Iglesia? Pues sí, ha de haber muchos que
pasáis de ello pero ¿a cuántos de vosotros os resulta muy atractivo conocer
conspiraciones, “mitos” o vicios de los Papas? Uno de los grandes temas que
más nos atrapa es el sexo en el Vaticano y hacia ese mundillo nos transporta Eric
Frattini con su nueva novela “Los
Papas y el Sexo“.
Si el título del libro ya media como
llamador para nosotros, lectores, el contenido del mismo no nos dejará con el
típico pensamiento de “otra novela más…”. Por el contrario, con gran calidad
literaria pero sobre todo, con una impresionante documentación histórica, Frattini nos
hará un repaso de todos los Sumos Pontífices, desde Pedro hasta
Benedicto XVI, y su relación con el sexo.
Todos sabemos que la gran mayoría
tenía hijos, no hace falta ser un experto para darnos cuenta de este dato pues
muchos estaban relacionados entre sí “quedando todo en familia” en muchas
ocasiones sean hijos o “sobrinos” (muchos de ellos hijos que no
“podían” reconocer). Familias como Borgia, Médicis o della
Rovere sólo en el Renacimiento, nos dan una clara idea de ello.
¿Pero todos los demás Papas? De los primeros, como de los últimos no se
habla demasiado y muchos suelen pasar desapercibidos para todos nosotros, pues
la literatura se ha encargado de mostrar a los más interesantes, o los más
influyentes en su tiempo, demonizando algunos como los Borgia (con
algo de injusticia si se quiere), o adorando a otros según la subjetividad
de cada autor.
En este caso, Eric Frattini más que una novela
ha escrito un ensayo de la forma más objetiva posible. Cada una de sus palabras
no se basan en “rumores” o “leyendas“, sino que ha buscado
fuentes que aseguraran todo lo que expresa. Así tras cada comentario sobre un Papa,
o nos menciona la fuente o bien la encontramos en cada pie de página.
“Los Papas y el Sexo” si bien ha sido
publicado el 5 de febrero de este año, ya hay decenas de controversias,
críticas y loas del mismo, algo que era evidente sucedería y Frattini lo
esperaba. Ha tocado con el sexo uno de los puntos débiles de la Iglesia
Católica. “Haz lo que yo digo más no lo que yo hago” podría ser su
frase de cabecera sobre todo desde sus inicios hasta el Renacimiento.
Un ensayo histórico es
la definición correcta sobre “Los Papas y el Sexo“, planteado de forma
que nos resultará imposible aburrirnos pese a su alto contenido histórico.
Claro que ayuda a su favor cuenta con tratar un tema demasiado interesante, más
en esta época contemporánea.
Eric Frattini ha dejado para vuestra lectura
en su sitio web el primer capítulo de “Los Papas y el Sexo“, el cual puedes leer desde aquí.
Los Papas y el
sexo.
Barcelona, Espasa Calpe, 2010. 317
páginas.
Una investigación sacude lo que
desde hace siglos se juzgó como inconcebible en la Iglesia: el sexo, puro y
duro visto a través de los ojos de los 261 sumos pontífices que ocuparon la
Silla de Pedro, desde el mismísimo Pedro al actual Benedicto XVI.
Patricia Rodón
"En el
Vaticano lo divino y lo humano libran una batalla permanente y lo que no es
sagrado, es secreto", dice el periodista e historiador Eric Frattini
quien a través de su ensayoLos
Papas y el sexonos
introduce en las oscuras estancias papales donde sus huéspedes escribieron
historias de conspiraciones, vicios y sexo.
"Hubo papas casados y
adúlteros; violadores y homosexuales; fetichistas y pederastas; travestis y voyeuristas;
masoquistas y sadomasoquistas; hijos de curas, padres de papas e hijos de
papas", afirma en su libro profusamente documentado.
En esta nota te ofrecemos algunas historias de los primeros papas, en cuyas
biografías abundan los matrimonios, las fiestas de amor y las espúreas
prebendas de todo tipo para los miembros de la Iglesia que desnuda la
investigaciónLos Papas y el sexo,
publicada por Espasa Calpe.
A través de sus páginas conocemos la trastienda de la disposición que obligaba
a las mujeres a usar el velo durante las ceremonias litúrgicas, de la práctica
de la castración para mantener el celibato y con el fin de no caer en la
tentación y de la costumbre de salvar el alma cambio de oro; la sorpresa ante
la condena de la zoofilia en el Concilio de Ankara en 314 que no era pecado
hasta entonces; los detalles de las llamadas fiestas del amor en los templos, las causas de por qué hasta el siglo
III solo se exigía castidad a los monjes pero no a los sacerdotes y cómo recién
la prohibición de casarse se extendió al todo el clero a partir del siglo XI.
Te contamos cómo fue el uso de anticonceptivos, llamados venenos de esterilidad
y sustancias del diablo, las claves de los decretos que obligaban a las mujeres
a mantener intacta su virginidad durante sesenta años para poder convertirse en
monjas y del permiso que tenían los obispos para casarse con la condición de
que tratasen a sus esposas como hermanas, quién fue el primer papa en ir solo
al baño ya que los sumos pontífices hacían sus necesidades acompañados por el
llamado caballero de baño, cuya labor era limpiar la parte trasera papal y
deshacerse de los sagrados desechos y cómo decenas de papas fueron canonizados
por el solo milagro de haber protagonizado todo tipo de excesos.
Pedro: su esposa, su suegra y su hija
Para la Iglesia católica, los papas son los sucesores de aquel a quien Jesús
consideró el primero de sus apóstoles. Según el Evangelio de Mateo, fue Jesús
quien le dijo a Pedro: Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de
los cielos y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos. Pedro sería elegido como el primer guía de la
Iglesia y, por tanto, el primer papa de la historia.
Los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas mencionan que Pedro estaba casado
cuando conoció a Jesús y que habitaba en Galilea con su esposa y su suegra. Por
esto mismo, Frattini afirma que fue el primer papa que practicó sexo, al menos
con su esposa. En los evangelios de Lucas y Mateo, Pedro afirma: Hemos dejado todo, nuestros hogares incluso, para
seguirte. Pedro abandonó su casa, pero no a su esposa. Es posible que Pedro
fuese también acompañado de sus hijos. El cuerpo de santa Petronila, sepultado
en Roma, es venerado como el de la hija de San Pedro.
Relaciones peligrosas: papas permisivos, corruptos y mártires
Pedro nombró a Lino como su sucesor; estaba casado y tenía dos hijas. A él se
debe la disposición que obligaba a las mujeres a usar el velo durante las ceremonias
litúrgicas. Poco más se sabe de este papa, apunta Frattini.
El siguiente papa fue Anacleto que también estaba casado y moriría mártir
durante el reinado de Domiciano, pues criticaba abiertamente los excesos de
este emperador, un libertino amante de las fiestas sexuales a las que él mismo
definía como luchas de cama.
Clemente fue el cuarto obispo de Roma y durante su época era una práctica
habitual que muchos jóvenes cristianos se castraran para mantener el celibato y
con el fin de no caer en la tentación, práctica que luego fue prohibida.
Del siguiente papa, Higinio, se sabe que era griego, que había viajado a Roma
junto a su esposa y sus hijos para ejercer de profesor de filosofía. Fue
elegido Papa y gobernó hasta el año 142. Los siguientes pontífices se
preocuparon más de afirmar y extender la nueva fe que de la salud sexual de sus
fieles y del clero, destaca el investigador.
Sobre el papa Sotero existen dos versiones, según Frattini. La primera, que era
un pontífice enemigo del sexo, y la segunda, que era muy aficionado a las
concubinas y que cuando fue elegido se negó a repudiar a Priscilla
y Maximilla, dos bellas jóvenes romanas que convivían con él y a las que Sotero
otorgó el título de discípulas, asegura el historiador.
El papa Víctor I siguió las aficiones y tendencias de Sotero. Fue el primer
pontífice en mantener vínculos con la casa imperial durante el reinado del
corrupto emperador Commodo. La relación entre Víctor y Commodo se realizaba a
través de Marcia, la amante del emperador. Se dice que la favorita vestía
túnicas transparentes que dejaban ver sus formas y con frecuencia mantenía
encuentros privados con el papa Víctor.
Calixto I tuvo que enfrentarse durante su pontificado con el antipapa Hipólito
que había llegado desde Oriente. Una de las mayores críticas era la de ser
demasiado permisivo en lo que a sexo se refiere. Pero Calixto era muy hábil
para atraer al cristianismo a nuevos seguidores. Indultaba
a religiosos acusados de delitos, ordenaba sacerdotes a hombres que habían
estado casados, incluso en varias ocasiones; permitía que los religiosos
pudieran contraer matrimonio y permitió, incluso, que algunos altos cargos de
la curia permaneciesen en sus puestos tras comprobarse que durante la
celebración de liturgias habían practicado sexo con algunas de las fieles,
relata Frattini.
Cuando el adulterio se castigaba en Roma con la muerte, él se dedicaba a
extender documentos de perdón absolviendo a aquellos culpables de adulterio y
fornicación a cambio de una severa penitencia y permitía a las mujeres libres
casarse con esclavos, algo prohibido en la ley romana. Esta medida atrajo al
cristianismo a muchas mujeres con alto rango en el Senado.
Tras el asesinato del emperador Heliogábalo, el pueblo
se volvió contra la comunidad cristiana y contra el papa Calixto, a quien
acusaba de haber sido un aliado silencioso del corrupto emperador. Calixto
apresado junto con dos sacerdotes, serían ejecutados, arrojados por una
ventana, apaleados y posteriormente, arrastrados. Su cuerpo sería apedreado
antes de ser abandonado en las calles, relata
el investigador.
A Calixto I le sucedería Urbano I, asesinado en 230, al igual que Ponciano en
237 por orden del emperador, tras someter a toda su administración a una purga
de cristianos. Luego Fabián asumiría como nuevo papa, bajo el reinado de Filipo
el Árabe, considerado el primer emperador cristiano. Fabián criticó la falta de
caridad de la comunidad cristiana, la soberbia y afán de riquezas del emperador
y la licenciosa vida sexual de la comunidad, prohibía el matrimonio de
cristianos con paganos, acusándolos de prostituir sus cuerpos cristianos. Esto
le llevó a un enfrentamiento abierto con el emperador. Persecuciones, tortura,
confiscación de bienes, penas severas de prisión y muerte para los cristianos
fueron las consecuencias. Fabián fue ejecutado en 250.
Salvar el alma llenando el bolsillo
El papa Silvestre, a cambio de perdonar los excesos sexuales del emperador
Constantino, consiguió oro, plata, joyas y propiedades para la Iglesia. Este papa intentó poner freno a los sacerdotes
concubinarios prohibiéndoles, mediante decreto, el segundo matrimonio a los
religiosos. Pero para salvar el alma, los sacerdotes que estaban ya casados en
segundas nupcias o cohabitando con una concubina, podían alcanzar el perdón a
cambio de un escudo de oro que debían entregar al mismísimo papa, detalla Frattini.
Silvestre también condenó la zoofilia en el Concilio de Ankara (314), algo que
no era pecado hasta entonces y que era muy practicado en los lejanos rincones
del Imperio.
Constantino abandonó Roma y trasladó su capital y su administración a Bizancio,
que sería rebautizada con el nombre de Constantinopla. Aquello supuso un duro
golpe para el poder de la Iglesia de Roma ante otras sedes. Tras su muerte en
el 337, el poder del Imperio comenzó a ser motivo de disputa.
Las fiestas del amor
Después de una batalla por toda Roma y 137 muertos Dámaso fue coronado nuevo
sucesor de Pedro. El nuevo pontífice afirmaba que un obispo debía anteponer su
paternidad espiritual a su paternidad carnal.
Pero Dámaso concebía esta paternidad espiritual de una manera muy especial: se
valía de su simpatía para obtener sustanciosos donativos y noches de pasión y
entrega carnal. Organizaba banquetes para agasajar a sus invitados y se dejaba
querer por la esposa de algún noble cuyo marido deseaba ascender en el círculo
eclesiástico; estaba rodeado de una corte de jóvenes sacerdotes, monjas,
vírgenes profesionales y viudas; dependía del alcohol y de las plantas
alucinógenas y participaba en fiestas del amor en el interior de las iglesias y
templos cristianos. Muchos sacerdotes cercanos al sumo pontífice aceptaban no
casarse pero se rodeaban de bellas esclavas y pasaban la mayor parte de su vida
eclesiástica rodeados de mujeres.
En el año 378 se acusó al papa Dámaso de mantener sexo con menores de catorce
años, de haber cometido actos de bestialismo con cabras y de haber cometido
adulterio. El papa Dámaso no solo fue exonerado por el emperador
y perdonado por los obispos, sino que incluso llegó a ser canonizado, en parte
por el hecho de haber convertido al cristianismo al emperador Teodosio I, quien
adoptó esta religión como la oficial del Imperio. Antes de morir, en el 384,
Dámaso tuvo tiempo de redactar un tratado sobre la virginidad. Estaba claro que
la Iglesia en el camino de la santidad, podía pasar por alto el adulterio,
incluso si este era llevado a cabo con una menor, si se conseguía convertir a
un pagano y mucho más, si este pagano era todo un emperador, ironiza Frattini en su libro.
Sacerdocio sí, casamiento también
Su sucesor fue Silicio. El nuevo papa criticaba a sus antecesores por su
liberalismo en cuestiones de sexo. La primera medida que adoptó fue obligar a
los sacerdotes a abandonar las camas de Roma y se indignó cuando supo que los
religiosos españoles continuaban gozando de sus esposas. En esta época y hasta
el siglo III solo se exigía castidad a los monjes, pero no a los sacerdotes,
quienes podían estar casados legalmente. La prohibición de casarse se extendió
al clero no monacal a partir del siglo XI.
Otro defensor de la moralidad sexual de la época fue san Agustín, quien dio
comienzo las largas polémicas de la Iglesia contra los anticonceptivos, a los
que él denominaba venenos de esterilidad. Durante los oficios dominicales, san
Agustín no se cansaba de repetir a las nobles que quien usase estas sustancias
del diablo, se convertía en una ramera de sus maridos. Este buen santo, amigo
de la moralidad, sabía de todo esto por experiencia propia, ya que cuando era
joven había visitado a prostitutas; con dieciocho era ya padre de un hijo y
durante once años convivió con una mujer sin estar casado y tuvo una amante
mientras esperaba que la elegida para ser su esposa tuviera edad suficiente
para contraer matrimonio, reseña Frattini.
El siguiente papa sería Anastasio que, rodeado de lujos y de esclavas, tuvo un
hijo con una noble romana y que con los años llegaría a ocupar la silla de
Pedro. Este sería Inocencio I, que fue preparado a conciencia para convertirse en
su sucesor en el año 401.
Los bárbaros de Alarico entraron a sangre y fuego en Roma en 410 y se dedicaron
durante días al pillaje y a la violación de mujeres y monjas. Muchas de ellas
fueron trasladadas a burdeles para saciar a las tropas bárbaras. Mientras esto sucedía, el buen papa, protector de los
cristianos, decidió buscar refugio en Rávena junto a la corrupta corte del
emperador Honorio. Allí, Honorio e Inocencio, se dedicaron a pasar sus días
acompañados de jovencitas hasta que el orden fuese restaurado en Roma 24.
Inocencio I fallecería el 12 de marzo de 417, siendo canonizado años después al
igual que su padre, Anastasio, ironiza el investigador.
Mirar pero no caer en la tentación
Con Sixto III llegaría el escándalo. Aficionado a las mujeres jóvenes, sería
acusado de haber violado a una religiosa durante una visita de este a un
cercano convento de Roma y, aunque confesó, fue canonizado después de su
muerte.
Pedro de León I tampoco trajo consigo la decencia. Experto en la utilización
del sexo como medio de alcanzar sus intereses fue testigo de las orgías del
emperador Valentiniano III a las que gustaba invitar a altos miembros de la
Iglesia. El papa León miraba y procuraba no caer en la tentación.
Pero cayó en otra: la de tomar la virginidad de la hermana de 14 años del
emperador, pero resultó que la joven ya estaba embarazada. La adolescente fue
enviada a un convento de por vida, pero logró enviar un mensaje a Atila
prometiéndole la mitad de Italia como dote si la rescataba. El rey de los hunos
aceptó y cuando llegó a la ribera del Tiber, León le salió al encuentro: lo que
hablaron sigue siendo un misterio. Atila se retiró, el papa fue considerado el
gran salvador de Roma, un héroe.
León I fue un hombre polémico. Radical con respecto a la virginidad de la
mujer, obligaba a la mujer, mediante decreto, a mantener
intacta su virginidad durante sesenta años para poder tomar los hábitos y
convertirse en monja, mientras que por el otro, permitió a los obispos más
cercanos a él, conservar a sus esposas con la condición de que las tratasen
como hermanas. Difícil trato si se acostaban con ellas, relata Frattini.
También practicaba el voyeurismo, pero solo cuando el hereje en cuestión era
una joven de cuerpo esbelto. A León le gustaba exigirles, mientras él mismo las
fustigaba en las nalgas, que reconociesen el consumo de semen en sus ritos. Fue
acusado de sadismo, pero se defendió diciendo que el papa es el único que tiene el derecho a matar
herejes. El investigador destaca que este pontífice fue canonizado
por sus buenas obras y por torturar herejes.
Santos desechos yLa
divina comedia
En 483, llegaría al papado Félix II, enemigo del celibato. Cuando fue elegido,
Félix II era viudo y tenía dos hijos de aquel matrimonio. Con este papa, amante
de las bacanales y de las jóvenes esclavas, sucedería uno de los primeros
cismas.
Hijo de cura como muchos de los anteriores pontífices, Anastasio II fue el
primero en ir solo al baño. En aquella época, los sumos pontífices se habían
vuelto tan exquisitos, que hacían sus necesidades acompañados por el llamado
caballero de baño, cuya labor era ayudarles a evacuar, limpiar la parte trasera
papal y deshacerse de los santos y sagrados desechos.
Anastasio II murió cuando se encontraba en plena faena con una esclava. Fuera como fuera la forma de morir, ya sea realidad o
ficción, el gran Dante Alighieri colocó a Anastasio II en el Infierno (XI, 6-9)
de su Divina comedia, junto a los herejes, indica Frattini.
El nuevo sucesor de Pedro fue Simmaco, un pagano que después se convirtió al
cristianismo. Accedió al trono gracias a que el rey Teodorico, quien poseía la
autoridad, tomó partido por él. Fue acusado de no celebrar la Pascua en la
fecha debida, de malversar las cuentas de la Iglesia y de cometer adulterio y pecados
contra la castidad. Alegaban que Simmaco solía dormir en su misma cama con
niñas impúberes y con esclavas a las que gustaba atar.
Tras una seguidilla de conspiraciones, asesinatos, disturbios en toda Roma,
juicios espúreos, Simmaco regresó al trono de Pedro. El 23 de octubre de 502 se estableció de forma
taxativa que ningún tribunal humano podría nunca juzgar a un vicario de Cristo,
una vez consagrado como tal. Solo Dios podía juzgarle. Lo más curioso de todo
es que el papa Simmaco, tras su muerte, sería canonizado, reseña Frattini.
A Simmaco le sucedería Hormisdas quien de ser ordenado sacerdote había estado
casado con una joven con la que tuvo un hijo. Este hijo, llamado Silverio, se
convertiría en papa en el año 536 32. Hormisdas defendió la cohabitación con
esclavas y permitió que los obispos tuviesen esposas, siempre y cuando las
tratasen como hermanas.
Las clases de burlesque, el
look porno-chic, las reuniones tupper sex, las operaciones de
blanqueamiento anal y las de rejuvenecimiento vulvar, los consejos para hacer
una felación deep throat, las campañas publicitarias que emulan
violaciones en grupo, los grupos musicales que lanzan su single a través de un vídeo porno...
La pornografía ya se ha convertido en algo tan cotidiano como tomar un café
pero ¿a quién beneficia realmente la proliferación de esta industria?
Fue el Dr. Alfred Kinsey quien
sugirió en 1948 a través de su libro El comportamiento sexual en el hombre
que la pornografía y cualquier tipo de comportamiento sexual debían ser
"normalizados". Un buen número de empresarios supieron sacarle
rentabilidad a esta idea que ya se aplica a todo tipo de campañas, soportes y
estrategias. El sexo es bueno para la piel, el sexo vende, ten sexo a todas
horas. Nadie se cuestiona la conveniencia de normalizar la sexualidad y de
tener acceso a una información variada, lo que sí genera dudas es si la
pornografía está contribuyendo o no a conseguir esa libertad.
En el movimiento feminista la
representación de la sexualidad es uno de los temas clave. En el cine, el porno
y los mass media el sexo es representado de una forma parcial y sesgada,
construida por y para el placer masculino y obviando el disfrute de las
mujeres. El cuerpo femenino se presenta como un objeto de deseo proveedor de
placer pero no como sujeto deseante y receptor del mismo. En la pornografía mainstream
este modelo genera aún más conflicto por la asociación del placer sexual
con la violencia hacia las mujeres.
Ante la pregunta de si un porno
feminista es posible, nos encontramos con opiniones muy diversas y encontradas.
Del lado de las mujeres que lo producen están las autoras que promueven un
"porno ético" como Erica Lust,
Anna Span
o Petra Joyy en España Amarna Miller. El discurso
de Amarna no acaba de convencer a muchas personas que ven en su trabajo las
mismas escenas de abuso y sometimiento de siempre aunque vayan acompañadas de
una estética más cuidada y la declaración de la artista de que ella disfruta y
lo elige libremente. El hecho de que alguien disfrute con su trabajo es
absolutamente respetable pero eso no implica que esté aportando un cambio hacia
la igualdad.
De la misma forma que exigimos a la publicidad, el
cine o la moda modelos más comprometidos con la desigualdad social también
deberíamos exigir un cambio en el imaginario sexual.
Repetir el mismo porno construido
por y para hombres y presentarlo como el súmmum de la liberación y modernidad
no sólo refuerza el imaginario de la desigualdad sino que incita a muchas
personas, hombres y mujeres, a imitar ese modelo para no quedarse fuera del
colectivo cool aunque no disfruten con ello. Gran cantidad de mujeres
confiesan en la intimidad que no les gusta el porno y que experimentan rechazo
al verlo. Pero también hay a hombres que reconocen no sentirse representados y
que consumirlo ha empeorado sus relaciones sexuales. Algunos,como Ran
Gavrieli, hasta se atreven a decirlo en público.
Diversos movimientos y
personalidades se han declarado abiertamente anti-pornografía. Documentales
como Pornlady plataformas como Stop a la cultura del porno denuncian el
enorme poder de esta industria aportando artículos y datos sobre los efectos
negativos la misma.
Yo soy una gran defensora de la
imagen como vehículo para el cambio social. No estoy a favor de prohibir la
libertad de expresión pero sí de ser conscientes de sus consecuencias y hacerse
cargo de ellas. También de buscar consensos comunes en los que no sólo se tenga
en cuenta el beneficio económico sino el beneficio social. De la misma forma
que exigimos a la publicidad, el cine o la moda modelos más comprometidos con
la desigualdad social también deberíamos exigir un cambio en el imaginario
sexual. La pornografía actual reproduce modelos que impiden, más que estimulan,
otras formas de relacionarnos sexualmente.
Todos sabemos que es una industria
difícil de cambiar porque su éxito reside en darnos más de lo que ya conocemos
para evitar el riesgo de perder adeptos. Es positivo que existan algunos
esfuerzos por cambiarla, aunque de momento ese material es escaso, desconocido
y difícil de encontrar. Para acceder a ese tipo de pornografía se tienen que
dar previamente unas reflexiones, hacer una búsqueda específica y pagar por
ello. Hay millones de adolescentes en todo el mundo que se educan con la
pornografía gratuita de internet y que no tienen acceso ni a estas reflexiones
ni a ese material.
¿Pensáis que otro porno es posible? ¿Dejaríais, cambiaríais o regularíais de
otra forma el que hay?
Un mujer de escasos recursos (Edna
Purviance), ha tenido un hijo siendo soltera, y al sentirse abandonada
por el papá del niño, decide también ella abandonar al bebé, con la
esperanza de que una familia rica lo tome en adopción. Pero el pequeño
terminará en manos de un vagabundo (Charles Chaplin), quien pronto se
encariñará con él y decidirá sacarlo avante a como dé lugar. Cuando el
niño, llamado ahora John (Jackie Coogan) llega a los cinco años, la
lucha por la sobrevivencia y por su permanencia juntos... será toda una
aventura. (FILMAFFINITY)
Cuando Millán-Astray fue un famoso del Sálvame
franquista
Sábado 24 de Septiembre de 2016
Público
No existía Sálvame
pero si Jorge Javier Vázquez hubiera conducido en aquellos años duros del
franquismo un programa similar, el fundador de la Legión hubiera aparecido por
allí. Ahora que Esperanza Aguirre sale en defensa de José Millán-Astray
(sublevado contra la República, antidemócrata convencido, amante de la
violencia) no está de más recordar su faceta de celebrity frívola. Porque en
los años 40, en aquella España a la que había llegado la victoria pero no la
paz, Millán-Astray ejerció de personaje de farándula.
Por ejemplo, cuando
actuó de padrino en la boda entre Celia Gámez y el médico José Manuel Goenaga. Millán-Astray
entrando en la iglesias de Los Jerónimos del brazo de Celia Gámez, quien había
sido su amante (o eso decían por todo Madrid).
Sucedió un 1
de julio de 1944 y fue todo un escándalo y las masas acudieron a las
inmediaciones de Los Jerónimos deseosas de ver a la vedette más célebre de su
época, entregada en cuerpo y alma al franquismo desde que, al término
de la guerra, escupiese Ya hemos pasao, canción que ridiculizaba el No
pasarán republicano. Tal era el
gentío que había en torno a la iglesia que, según cuentan las crónicas (o la
leyenda), Millán-Astray tuvo que lanzar el grito de ¡A mí la Legión! para
que sus soldados abrieran paso a la novia. Otras versiones
cuentan que ordenó la ayuda de sus legionarios porque el populacho se dedicó a
cachondearse de Celia Gámez, de su matrimonio y de que fuese al altar con
ademán de mujer virgen y pura habiendo tenido un extenso plantel de amantes
desde que a los 14 años se subiese a un escenario para representar Las
corsarias.
El último amor del legionario
También fue
muy comentado entre la sociedad madrileña de la época su repentino
enamoramiento, ya siendo un hombre bastante mayor, de una mujer más joven
con la que (¡pecado mortal!) se fugó a Lisboa. Millán-Astray
estaba casado con Elvira Gutiérrez de la Torre, hija de general, pero aquel
matrimonio no fue lo que se dice un manantial de pasión. La esposa de
Millán-Astray informó en la noche de bodas al fundador de la Legión que había
jurado conservarse casta de por vida. Así que mantuvieron una relación
fraterna y, claro, no es de extrañar que, ya sesentón, al militarote que era le
dieran ardores adolescentes.
Corría el
año 1941 y en una partida de bridge Millán-Astray conoce a Rita
Gasset (prima del celebérrimo filósofo), una treintañera de la que se
enamora perdidamente. La deja embarazada y ambos se marchan a Lisboa y Franco
monta en cólera porque la cosa (para la moral de la época) es muy fea. El caso es
que Millán-Astray regresa a España con su nueva mujer e hija
e, incluso, según contaba recientemente al diario El Mundo aquella niña nacida
en Lisboa, Peregrina Millán-Astray, todos son acogidos con cierta compresión
por Elvira, la casta esposa. Así que,
efectivamente, si hubiera habido un Sálvame franquista, Millán-Astray
hubiese sido un personaje para la controversia. Y si se hubiera limitado a ser
eso, España se hubiera ahorrado bastante. Pero en fin.
Así lo ha determinado un informe de la Unidad Central
Operativa (UCO) al que ha tenido acceso el diario El Mundo. El documento señala
que “utilizó fondos públicos de su Consejería para promocionar su figura personal
y política en la Red y para desprestigiar a otras opciones”.
Según los informes, “se estaban pagando con dinero
público trabajos que beneficiaban a la imagen personal y carrera política de la
titular de la Consejería, destinando a usos ajenos a la función pública
caudales para promocionar su figura política, dando pábulo a las informaciones
que hablaban favorablemente de su desempeño en la Consejería”. Una actitud que
según la UCO evidencia la “cuestionable honradez personal y política” de
una de las ranas de Esperanza Aguirre.
La empresa que recibió el encargo, contratada a dedo,
era la de Alejandro De Pedro, a quien se le atribuyen los delitos de
fraude, falsedad y tráfico de influencias.
Además, “habría beneficiado a De Pedro con otros
contratos públicos como el vinculado al proyecto Study in Madrid”,
según el informe. De hecho, la Guardia Civil mantiene que “se han hallado
también indicios de que se estaba articulando otra concertación en el año 2014
en el seno de la Consejería de Educación”.
Asimismo, se considera partícipes y conocedores de
este hecho a Manuel Pérez, a quien se le atribuyen los delitos de
fraude, prevaricación, malversación y falsedad; y Pablo Balbín, ex jefe
de Gabinete de Prensa de la Consejería de Educación de la Comunidad
de Madrid.