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lunes, 5 de junio de 2017

Ocho consejos para hacer una felación que nunca te dieron.

Ocho consejos para hacer una felación que nunca te dieron
Cuanto más aprendas...
03/06/2017
Huffpost
¿Alguna vez te has preguntado qué se hace en los talleres de felación? No te quedes con la duda. Descubre los mejores consejos que dan distintos educadores sexuales y otros expertos en los talleres de felación. (¡Que no te pillen en el trabajo viendo esto!).

1. Empieza lentamente.

"Es divertido empezar despacio. Deja que el pene se ponga duro en tu boca sin movimiento. Deja que disfrute primero de la calidez de tu aliento y la humedad de tu lengua antes de empezar a chupar. Si llevas la iniciativa, tu pareja se excitará aún más", asegura la sexóloga y consejera de relaciones íntimas Rebekah Beneteau.

2. No te cortes con el lubricante.

"Mucha gente piensa que con la saliva ya hay suficiente lubricación para hacer el trabajo, pero es mucho mejor añadir un poco de lubricante al empezar, a base de agua o de silicona. Cuando pasen unos minutos, puede que ya produzcas suficiente saliva para continuar la acción. Chupar caramelos duros también puede ser útil para estimular la producción de saliva", aconseja Melissa Jones, sexóloga y educadora sexual.

3. Las manos no están de adorno.

"Recuerda: una buena felación depende un 50% de las manos. Si coordinas bien la boca con las manos, aplicando un poco de presión y fricción, harás mucho más que solo con la boca. De tus manos depende el éxito o el fracaso de la felación", advierte la sexóloga y escritora Elle Chase.

4. Preg
úntale.

"Pregúntale antes de empezar o incluso durante la felación si no tienes claro si está disfrutando o no. Cada hombre es diferente. No a todos les gusta lo mismo. Nada de preguntas demasiado generales como '¿Esto te gusta?'. Hazle preguntas de sí o no más concretas como '¿Prefieres más rápido?", recomienda Trevor Jones, sexólogo y consejero de relaciones íntimas.

5. Adáptate al ángulo y la curva del pene de tu pareja.

"La técnica de la garganta profunda no está hecha para todo el mundo, pero si la quieres probar, te será más fácil si te adaptas al ángulo del pene de tu pareja. Si, por ejemplo, está curvada o apunta hacia arriba, quizás ponerte de rodillas bajo él no sea la mejor postura, ya que el pene tenderá a darte en la parte superior de la boca en lugar de introducirse suavemente en tu garganta. Si se da el caso, mejor haz que se tumbe en la cama, ponte de rodillas junto a él mirando hacia sus pies e inclínate hasta que estés cómodo. Desde esa posición, deja que se abra tu garganta como cuando bostezas. Ahora, el pene de tu pareja podrá deslizarse por tu garganta en una posición más cómoda y en un ángulo más natural", sugiere Amory Jane, coordinadora de educación sexual del sex-shop estadounidense She Bop.

6. Préstale atención solamente a él.

"Presta atención a tu pareja, no a su miembro. Déjale claro que quieres hacerle disfrutar lanzándole miradas, diciendo su nombre, preguntándole cómo lo quiere o si quiere algo en especial. El contacto visual también te sirve para leer su lenguaje corporal y ver cómo reacciona ante cada técnica", añade Melissa Jones.

7. No te olvides de "los pequeñines".

Para hacer una buena felación, no puedes olvidarte de los testículos. Métete uno y otro en la boca y muévete con cuidado hacia delante y hacia atrás, varias veces, lamiendo el escroto. De hecho, mi recomendación es empezar la felación así. Si le dedicas un poco de tiempo a 'los pequeñines', tendrá una erección más intensa antes de que empieces a subir y bajar por el pene, momento en el que es más probable que la mandíbula sufra", comenta Sasha Rene, fundadora del taller de felación Blow By Blow.

8. Disfruta de la experiencia.

"Te estás metiendo la parte más íntima de tu pareja en la boca, entre los dientes. Eso significa que tiene plena confianza en ti, así que disfruta de la experiencia y devuélvele la confianza poniéndole ganas, atención y cuidado a la felación", remata Elle Chase.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco


domingo, 4 de junio de 2017

Tres libros sobre la crisis socialista

Seguidores de Pedro: ¡ni se os ocurra leer estos libros!
Dos libros, de Jesús Maraña y Ainara Guezuraga, diseccionan sin piedad a Sánchez, mientras que el tercero, de Josep Borrell, retrotrae la crisis socialista a 2010


Dom, 4 Jun 2017
La lectura de libros sobre la crisis socialista publicados antes de conocerse el desenlace de las primarias es sumamente instructiva: es como ver un partido en diferido pero relatado en directo por varios narradores cuyo desconocimiento del resultado final permite al espectador hacerse una idea cabal de la agudeza de sus análisis, opiniones y presagios.
El partido del que hablamos son las primarias socialistas del pasado 21 de mayo que ganó Pedro Sánchez y los narradores en directo del mismo son dos periodistas y un político –Jesús Maraña, Ainara Guezuraga y Josep Borrell– autores de tres libros publicados poco antes de ese día 21, pero cuya distribución futura en un único lote editorial tendría muchísimo atractivo para militantes socialistas interesados en conocer la verdad. Otra cosa es que sean muchos los militantes que deseen conocer la verdad.
El desenlace de las primarias ha visibilizado –no sin cierta crueldad– los defectos, errores y debilidades de Susana Díaz tanto como ha encubierto sigilosamente los de Pedro Sánchez. El hecho no es nuevo: la derrota favorece la irrupción de la verdad mientras que la victoria tiende a propiciar si no la mentira, sí la ocultación o el olvido.
Perfil bueno, perfil malo
Los tres libros objeto de este comentario cruzado son muy recomendables, aunque por razones muy diferentes. El libro de Borrell lo es porque despliega, con habilidad de abogado defensor y precisión de ingeniero aeronáutico, los hechos y argumentos favorables a Pedro Sánchez, rehuyendo siempre su ‘perfil malo’. Esta última expresión es malintencionada pero no ociosa pues está directamente extraída de esta confidencia contenida en el libro de Guezuraga: “Pedro Sánchez es consciente de que su imagen es su mejor patrimonio. El control llega a ser obsesivo, y para muestra este botón: el PSOE –relata la periodista de Antena 3– contrata a un cámara profesional para que grabe al secretario general en su periplo norteamericano. La primera orden que le dan, la más importante, es la de que tiene prohibido filmar al líder socialista por el perfil izquierdo, su ‘perfil malo’. El motivo es que tiene unas imperfecciones en la piel a la altura del pómulo”.

Honestamente parcial
Borrell no engaña a nadie y proclama ya desde el propio título cuál es su tesis y cuáles sus querencias: ‘Los idus de octubre’ es una obra honestamente parcial, que no es lo mismo que parcialmente honesta, alineada no tanto con las tesis siempre cambiantes de Pedro Sánchez como con lo que, más allá de su conducta y sus promesas, el líder socialista representa: “También los conspiradores contra César –escribe el autor en la página 137– necesitaron justificarse con nobles razones patrióticas en aquellos idus de marzo que precipitaron a la Roma imperial a interminables guerras civiles”.
Confiesa el exministro de Felipe González que no habría escrito el libro sin la indignación que le produjeron las palabras del dirigente susanista Miguel Ángel Heredia en un encuentro con Juventudes Socialistas donde, creyendo no ser grabado, atribuyó a Sánchez un diabólico plan para ser presidente del Gobierno con el apoyo de Podemos y de los independentistas catalanes.
Google no engaña pero despista
Está justificada la indignación de Borrell: de hecho, al difundir aquel relato fantástico el dirigente malagueño se infligió a sí mismo una profunda herida que tardará mucho tiempo en cicatrizar. No está, en cambio, tan justificado el peso desmesurado que el autor otorga a la ‘hipótesis Frankenstein’ en el desarrollo de la crisis socialista que desembocó en la caída de Pedro/César Sánchez.
Es más: Borrell sugiere a sus lectores que “si se asoman a la red y teclean en Google ‘Sánchez conspiración independentista’, se quedarán pasmados de la profusión de declaraciones y noticias al respecto”. Pues bien: este cronista ha hecho esa operación y las declaraciones, en efecto, son bastantes, pero las noticias muy pocas, y de entre éstas las solventes aunque erradas –como la firmada por el periodista de La Vanguardia Enric Juliana– son excepción más que regla.
Certero diagnóstico
En todo caso, el exsecretario socialista clava el diagnóstico cuando reprocha a Susana Díaz haber defendido que los escaños del PSOE no alcanzaban para formar Gobierno pero tampoco debían servir para dárselo al PP vía abstención. La presidenta andaluza pensaba desde el principio que la mejor opción era abstenerse pero no tuvo la inteligencia o el coraje de defenderla. Lo que le falta a ese certero diagnostico es mencionar que el propio Pedro Sánchez también fue durante las semanas posteriores al 26J favorable a la abstención pero se abstuvo de proponerla al partido. ¿Sus razones? Están explicadas… en los otros dos libros.
En cualquier caso, la lectura del breve volumen de Borrell es altamente recomendable. Solo hay que tomar esta precaución: debe leerse antes que los de Maraña y Guezuraga, nunca después pues soportaría mal una lectura a posteriori.

Laberinto de pasiones
Por su parte, el libro de Ainara Guezuraga ‘El PSOE en el laberinto’ ha despertado pasiones entre el susanismo, tantas como reproches en el sanchismo. No puede decirse de él que sea una alabanza de Susana, pero sí es una prueba de cargo, y no pequeña, contra Pedro Sánchez. El retrato del ganador de las primarias que se desprende de las páginas de Guzuraga es demoledor. Más que el PSOE, es él, en realidad, el verdadero y casi único protagonista del libro, que habría ganado mucho si la autora hubiera prescindido de ciertos adjetivos que dejan entrever –innecesariamente para el buen fin del relato– un plumero que bien podría haberse guardado para sí misma.
‘El PSOE en el laberinto’ es una crónica lo suficientemente sólida, documentada y bien escrita como para no necesitar que se incluyeran en ella juicios de la autora como este: “Hay un Pedro Sánchez furibundo escondido tras la máscara de la sonrisa”.
Espejito, espejito…
Tiene mucha más eficacia narrativa que conclusiones de ese tipo las extraiga el propio lector, al que no le habría costado mucho sacarlas por su cuenta tras leer algunas de las confidencias que Guezuraga vierte en su libro.

He aquí algunas:
Eduardo Madina sobre Pedro: “El candidato ese que está todo el día mirándose al espejo”. A una de sus primeras novias: “Yo seré presidente del Gobierno”. Tras su visita a los Reyes: “Le impacta que doña Letizia le haya hablado de su mujer, Begoña, y de sus hijas, Ainhoa y Carlota, y que conozca sus nombres y la edad de las niñas, similar a la de las infantas”. Atribuido a Susana Díaz: “Pedro Sánchez no es mal político, lo que es es mala persona”. Sánchez sobre su futuro: “Una de las cosas que sí quiero hacer es abrir La Moncloa. Tú vas a la Casa Blanca, por ejemplo, y en la Casa Blanca la gente pasea por dentro, hay visitas guiadas”. La autora: “Sus colaboradores saben que la única forma de permanecer a su lado es dorarle la píldora”.
Una crónica bien trabada
Si para conocer en detalle el punto de vista del sanchismo más inteligente hay que leer el libro de Josep Borrell y para aproximarse al escalofriante perfil psicopolítico de Pedro Sánchez hay que leer el libro de Ainara Guezuraga, para tener la visión más global y mejor trabada de la crisis socialista hay que leer el libro del director editorial de Infolibre Jesús Maraña, ‘Al fondo a la izquierda’.
En ese imaginario ‘pack’ editorial que nunca verá la luz en las librerías, el de Maraña debería leerse el último porque en buena medida completa, matiza, documenta, contextualiza y redondea los otros dos libros, sobre todo el de Borrell. Aunque se exceda en el tratamiento de algunas hipótesis y ocasionalmente haya abusado de la confianza de algún interlocutor, es un trabajo periodístico de primer orden.
Contra los adjetivos
Entre los méritos de ‘Al fondo a la izquierda’ destaca el de ser un libro que prescinde de los adjetivos: estos solo llegan una vez acabada su lectura. La imagen que sus páginas proyectan del líder socialista es inquietante, pero inquietante de una forma que no es o al menos no parece ser deliberada: la impresión que se tiene al acabarlo es que si los militantes socialistas que votaron el día 21 lo hubieran leído sosegadamente antes de acudir a las urnas, Pedro habría tenido bastantes menos votos de los que tuvo, aunque no necesariamente esos votos perdidos habrían ido ni mucho menos a parar a Susana o a Patxi.
Al contrario que el de Guezuraga, el libro de Maraña contiene pocas referencias personales sobre Sánchez. No hacen falta: el relato pormenorizado de los cambios de criterio, las promesas incumplidas, los bandazos ideológicos, los cambiantes referentes internacionales, el ambiguo perfil de ciertos apoyos, las mentiras descaradas o las dificultades para atribuirle “un relato coherente” dibujan un Pedro Sánchez al que solo lo salva lo malamente que lo mataron sus adversarios.
Hablar por hablar
Aunque son numerosas las ocasiones en que el autor evidencia el desahogo con que Sánchez incumple su palabra, la primera y quizá más trascendente por las consecuencias que habría de tener fue la referente al compromiso con los barones, previo a las primarias de 2014, de no postularse como candidato a la Presidencia del Gobierno. Era la condición inexcusable que ponía Tomás Gómez para prestarle el apoyo que con tanta insistencia le pedía Susana Díaz. Gómez fue, por cierto, el único de los barones en advertir de las severas contraindicaciones de Sánchez para liderar el partido.
Tras ser ratificado como secretario general en el Congreso Federal de julio de 2014, el 13 de septiembre se celebra Comité Federal: “Lo que nadie espera –escribe el autor– es que Sánchez aproveche el momento (sin consulta previa) para anunciar que optará en primarias a la candidatura a presidente del Gobierno, recordando que es ‘el primer líder elegido por sufragio directo de la militancia’ (…) El mensaje va destinado muy especialmente a los oídos de Susana Díaz, Tomás Gómez, Ximo Puig (…) aunque no existiera un acta con fecha y firmas, el compromiso [para apoyarlo] se refería exclusivamente a la secretaría general (…) Susana Díaz se considera traicionada”.
La confianza quebrada
Ahí empieza a romperse todo. Ahí empieza a romperse algo que había empezado mal, pues en el ánimo de Díaz y de todos los demás estaba utilizar a Sánchez como regente provisional y con poderes vicarios hasta que llegara el momento de sentar en Ferraz a la persona idónea. Sánchez, como tantos en su caso, pensó que la persona idónea era él y ahí empezó todo.
Poco después de su proclamación, Sánchez creará un Gobierno en la sombra a su medida. “Distintas voces del partido –escribe Maraña– sitúan en ese momento un giro importante en Pedro, de fondo y de forma, que le lleva a quebrar la confianza generada en el trabajo de la Ejecutiva y a abordar una línea muy distinta, especialmente en políticas económicas”.
Banderas y matices
El hecho de que su primer fichaje para ese Gobierno en la sombra fuera Jordi Sevilla, ejecutivo de élite de Pricewaterhouse y situado en el ala más liberal de la socialdemocracia, no habría de ser obstáculo para que apenas un año y medio después Sánchez se envolviera en la bandera del ala izquierda del partido y miles de militantes dieran por buena su recién estrenada fe.
Eran los tiempos, recuerda el periodista, en que “el mantra” de Ferraz era “desde la izquierda tenemos que ganar el centro”. Este es el juicio que le merece a Maraña el cambio de rumbo de Sánchez: “Pasar de la crítica del artículo 135 de la Constitución a la defensa a ultranza de la estabilidad presupuestaria o de la exigencia de derogar la reforma laboral a proponer cambios parciales de esta… no son simples matices programáticos”.

Alguien miente
También queda retratado el líder socialista –esta vez personalmente, más que políticamente– en otro de los epígrafes del libro, cuando se relatan las conversaciones mantenidas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para la investidura del primero. El autor habla con ambos para conocer el contenido de su encuentro, pero las versiones que obtiene son diametralmente opuestas.
Le cuenta Pedro a Maraña: “Le he explicado a Pablo que lo que yo intento es avanzar en las conversaciones para que finalmente se abstenga Ciudadanos”. El autor llama a Pablo. ¿Eso es así? “Para nada. Eso es absolutamente falso. Vamos, es que ni lo ha insinuado”.
Maraña tiene la benevolencia de titular el epígrafe ‘Alguien miente, Pedro o Pablo’, pero lo que piensa al respecto queda bastante claro cuando a renglón seguido de resumir la conversación con los dos, escribe: “Colaboradores directos de ambos me aseguran desconocer que el plan consista en la abstención final de Ciudadanos”. Verde y con asas.
Hay que abstenerse. O no
No menos revelador de la habilidad de Sánchez para jugar con dos barajas y hacer creer a todo el mundo lo contrario, es su actitud sobre la abstención para permitir que gobernara el PP, de cuyo rechazo hizo el líder socialista su gran bandera para ganar las primarias y asfixiar con ella a Díaz.
Estamos en julio de 2016. El PP ha vuelto a ganar y las opciones socialistas de formar gobierno son remotas. Escribe Maraña: “Que Pedro Sánchez está en esos momentos inclinado hacia la abstención lo confirma el hecho de que esa misma semana encarga a Jordi Sevilla y a José Enrique Serrano que redacten un ‘papel breve’ que defina las condiciones para una ‘eventual negociación con el PP’. Lo cuenta Sevilla en su libro”.

Hablando con Begoña
Pues bien, esos días Sánchez se va de vacaciones a Mojácar con su mujer y vuelve a mediados de agosto con una opinión completamente distinta: “Dice a varios miembros de su núcleo más cercano que ha hablado mucho con Begoña 'y también con militantes', que ha dado muchas vueltas a la situación y cada día tiene más dudas de la conveniencia de dejar gobernar a Rajoy".
Más tarde, confesará los verdaderos motivos para desentenderse de una abstención que, a esas alturas del partido, la grada socialista reprobaba con todas sus fuerzas: “Lo que quieren Susana y compañía es que yo me coma el marrón de la abstención y después liquidarme”. Y no le faltaba razón. De hecho, quien al final se comió ese marrón no fue precisamente él. Genio y figura.
El debate que nunca existió
Aunque puede que el autor se exceda al evaluar el papel que tuvo el grupo Prisa en la batalla –el papel que, a la vista del desenlace del partido, efectivamente tuvo; no el que quiso tener– y aunque otorgue a la hipótesis de la Gran Coalición una verosimilitud que la militancia y la nomenclatura socialista nunca le otorgaron realmente, el verdadero meollo de la ‘guerra civil’ socialista tal vez sea este, que Maraña resume muy bien en la página 278: “En lugar de afrontar un debate a fondo sobre los argumentos a favor de la abstención de Rajoy y sus posibles consecuencias o de la negociación con Podemos y el cálculo de sus efectos, lo que hacen el pedrismo y el susanismo es maniatarse mutuamente. Falso nudo puesto que no es posible mantener a la vez el no al PP, un no a Podemos con apoyo o permiso independentista y un no a repetición de elecciones”.
¿Dónde está la izquierda?
Vayamos concluyendo. Aunque la narración periodística está centrada en Sánchez mucho más que en Díaz o en Podemos, no deja de ser paradójico, y tal vez esclarecedor de los extraños tiempos que nos ha tocado sufrir, que el tipo más nítidamente de izquierdas que aparece en todo el relato sea, adivina adivinanza… ¡¡¡César Alierta!!!
No es broma: en la página 365, Maraña relata una jugosa conversación con el presidente de Telefónica en la cual éste le expone su ‘programa’: “Se lo dije a Felipe y a Rajoy, tenéis que subir el salario mínimo un 20 por ciento, poner una renta básica a los hogares sin ningún ingreso, los números salen, se los mandé a Rajoy. Ni puñetero caso… que a quienes más ganamos se nos grave hasta con un 65 por ciento en la renta personal. Insisto, crecimiento y solidaridad”. Las primarias tendría que haberlas ganado él.


sábado, 3 de junio de 2017

10 razones por las que el PP amenaza nuestra democracia

10 razones por las que el PP amenaza nuestra democracia
De los ‘lobbies’ del Gobierno, a los ‘lobbies’ del Gobierno
ElPlural
ANDRÉS VILLENA
Sáb, 3 Jun 2017

El Partido Popular, cercado por la corrupción y definido en más de una ocasión como una “organización criminal”, continúa liderando las encuestas de intención de voto. Sus votantes potenciales admiran el orden, la estabilidad económica y la creación de empleo como prioridad absoluta. No obstante estos deberían tener en cuenta que el ejercicio del voto es una responsabilidad que exige hacerse cargo de las consecuencias que produce. Entre estas consecuencias cabe citar las siguientes:
  • Votar al PP ha permitido que en el 2012 Pedro Morenés, empresario de armamento (MDBA) y de seguridad privada, entre otras industrias, presidiera el Ministerio de Defensa acompañado por su número dos, el oligarca industrial Pedro Argüelles Salaverría (Boeing, Banco Alcalá).
  • Ha facilitado que durante mucho tiempo, los dos dirigentes más importantes del Ministerio de Economía, Luis de Guindos (Logista, Nomura, 'El Mundo'…) e Íñigo Fernández de Mesa (Barclays), provinieran de la banca de inversión quebrada Lehman Brothers que, además, había  incurrido en la venta de hipotecas basura a clientes españoles.
  • Que la directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, María Flavia Rodríguez Ponga -con su hermano en el consejo de Bankia-, proviniera precisamente de una mutua de seguros, Mutua Madrileña.
  • Que Ángela López, ex directiva de Coca-Cola, presidiese la Agencia Española Alimentaria, dependiente del Ministerio de Sanidad.
  • Que Fernando Benzo, director en el 2007 de la Oficina del imputado Santiago Calatrava, fuera designado en el 2012 como número tres de Jorge Fernández Díaz en Interior.
  • Que Miguel Arias Cañete, multimillonario empresario petrolífero, constructor y financiero, además de esposo de Micaela Domecq, aristócrata agraria investigada por los Papeles de Panamá, haya sido ministro de Agricultura y sea ahora el comisario europeo encargado de la lucha contra el cambio climático.
  • Que la actual ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, provenga de Fertiberia, empresa de fertilizantes perteneciente al consorcio OHL, propiedad del Marqués de Villar Mir, generoso contribuyente a las finanzas más privadas y menos transparentes del Partido Popular.
  • Que nuestro actual ministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, hombre de Rajoy, de Pastor y de Montoro, provenga de la patronal de las empresas del juego on-line y esté dando cobijo a una élite judicial que contiene a toda costa la explosión definitiva de los escándalos del PP.
  • Que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, encargado de resolver la crisis fiscal del Estado, crease en el 2006 una asesoría para la ‘optimización fiscal’, “Montoro y Asociados” (ahora, “Equipo Económico”), en compañía de su hermano Ricardo, del antiguo director de la Agencia Tributaria y de otros altos cargos del ministerio de Hacienda, como Pilar Platero, a la que ha vuelto a integrar en la misma cartera ministerial.
  • Que el número dos de Ana Patricia Botín en el Banco Santander, Jaime Pérez Renovales, haya introducido en el Gobierno de la nación a una trama de Abogados del Estado que van y vienen de empresas privadas, importando un modus operandi profundamente ideologizado a los asuntos de la Administración pública.
Estos ejemplos de lobbies incrustados en un Ejecutivo que toma decisiones que nos afectan de manera clara deberían ser suficientes para hacernos una idea de la gravedad del problema. Pensar que todos estos altos cargos van a ser sensibles con las necesidades de unos ciudadanos que pasan frío en invierno por falta de calefacción, que esperan horas en unos ambulatorios colapsados y que no llegan a fin de mes por ingresar solo 700 euros es del todo absurdo. Por eso, los votantes del PP –y, por extensión, de todos aquellos que favorezcan electoralmente gobiernos de este tipo–, deberían ser conscientes de la responsabilidad de su voto y de su connivencia con este tipo de agresores sociales. Esta última afirmación no es gratuita: en febrero del 2012, el ministro Luis de Guindos comunicó en voz baja al comisario de Asuntos Económicos de la UE que la reforma laboral del PP había sido “extremadamente agresiva”. Nuestra democracia está en riesgo: los privatizadores del Estado del bienestar la tienen bajo su mando y si el apoyo popular continúa, no tardarán en garantizarse que sea suya para siempre. De todos depende.

Andrés Villena es economista, periodista, doctor en Sociología y acaba de públicar '¿Cómo se gobierna España?' (Editorial Comares).


Ratus operandi

viernes, 2 de junio de 2017

El tabaco mata

Con más de 39 millones de visitas, este vídeo parece más eficaz que cualquier campaña antitabaco
Bastan un monigote, un filtro y un cigarrillo para demostrar los efectos del tabaco.
01/06/2017
Marine Le Breton Periodista, 'HuffPost Francia'

El dibujo de un monigote, un aparato para bombear, un filtro de algodón y un cigarrillo. Estos elementos han bastado a una asociación neerlandesa de prevención de adicciones para demostrar los efectos del tabaco en nuestros pulmones.

El vídeo, compartido en su ​​​​​​cuenta de Facebook el 21 de mayo, lleva casi 40 millones de visualizaciones. En él se ve cómo el monigote se fuma un cigarrillo con ayuda del aire que le bombea una chica. A modo de pulmones, el muñeco tiene una cajita con un algodón en el interior. Después de fumarse un solo cigarro, la conclusión es clara: el algodón ya no es blanco, sino marrón.

CliClic
https://www.facebook.com/voorlichtingverslaving/videos/645989815599418/

El HuffPost Francia ha contactado con la asociación, Stichting Be Aware, que ha "grabado este vídeo con el fin de enseñar a los niños lo que ocurre cuando te fumas un cigarrillo". "Normalmente, hacemos esta demostración en colegios, pero la semana pasada tuvimos tiempo para salir fuera con la clase y entonces decidimos grabar el proceso", explica el director, Pien Witteveen, sorprendido ante tal éxito.
¿Y qué valor tiene esta experiencia? Científicamente, no mucho. Sin embargo, en términos de prevención, es un modelo muy utilizado. El doctor Jean-Philippe Santoni, neumólogo y patólogo además de voluntario en la Fondation du souffle, cuenta que el experimento no podría utilizarse "en laboratorios o para fines de investigación" por falta de "rigor". En cambio, sí se trata de "un modelo educativo muy robusto". "La maqueta de un fumador o los fumadores mecánicos son muy expresivos y convincentes", sostiene.
Estos modelos ayudan a que los jóvenes entiendan el impacto del tabaco sobre los pulmones a largo plazo. Cabe destacar que después de un cigarrillo los pulmones no se oscurecen de forma instantánea, pero sí a largo plazo. "A diferencia de lo que ocurre con el algodón, nuestros pulmones están dotados de mecanismos de defensa", señala el doctor Santoni. Y al mismo tiempo reconoce que "hoy en día, la mejor forma de sensibilizar a los jóvenes es con fotos, vídeos y en las redes sociales".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano


Orgullo gay de Mariano Rajoy

miércoles, 31 de mayo de 2017

El Partido Popular está acojonado

Los jueces han decidido que Mariano Rajoy declare en calidad de testigo (no puede mentir lo cual le supondrá un gran sacrifico), pese a los titanes esfuerzos de sus correligionarios porque lo hiciese a través del plasma. Están aterrorizados porque se temen lo peor. Mariano, su presidente, no es de fiar porque puede salir en cualquier momento por peteneras. Su estulticia, estupidez, majadería…son imprevisibles.

Esta es la cara que se le quedó a Mariano cuando se enteró de que no podía declarar en el plasma. Debe hacerlo personalmente.


Desde que se conoce la noticia el sujeto en cuestión sufre una cagalera incontrolable. No se la pueden cortar por lo que han decidido hacer provisión de pañales en cantidades ingentes. Están convencidos de que los van a necesitar todos.

martes, 30 de mayo de 2017

La virgen, la puta y la medalla

Público
30 mayo 2.017
Cristina Fallarás
Periodista

Nunca me han insultado tanto como cuando me meto con la Virgen. Así que no voy a enrollarme, que luego se me lían. Voy concisa:
La iglesia católica (o sea lo que somos los/as españoles/as, incluso los rabiosamente ateos) maneja dos modelos básicos de mujer: Eva y la Virgen María.
Los dos modelos están construidos contra la mujer.
Eva somos todas. Y la Virgen, ninguna.
Eva es el paradigma del pecado y la tentación, la lubricidad y el daño al macho. Por culpa de Eva (que, insisto, somos todas), el macho cayó en el pecado. Él no quería, pero la muy puta le dio una manzana y ahí se fue todo al demonio. Eva es culpable. Todas las mujeres, según esa construcción, nacemos ya con el estigma de la culpa (de ahí que no tengamos cabida en las instituciones católicas, entre otras cosas). Y la culpa se castiga, se pena y se hace pagar.

Frente a Eva, la Virgen.
La Virgen es lo opuesto al sexo, al pecado, a la manzana y a la puta, que tienta. O sea, la Virgen es la que no copula, no como tú, marrana. Eso sí, en el colmo de lo rizado de su tirabuzón, pese a no copular, queda preñada. La Virgen es el modelo puro, la aspiración, aquello que no eres (porque eres la otra, so pecadora), pero deberías anhelar. Es lo contrario a la sangre, fuente de toda impureza. No necesita sangre ni sexo para ser madre, a ver si otras aprenden.

Nosotras, con nuestra sangre. Ella, con su paloma.
Así que, del mismo modo que mereces castigo por lo de la manzana, o sea por ser Eva, lo recibirás también por no ser la Virgen, como deberías. Por ambas razones, la mujer es la culpa andante. O sea, merecedora de toda condena, posterior castigo y denigración.


Puede usted ver o no ver relación entre todo esto y la violencia contra las mujeres. Allá su capacidad de conexión.

Ahora, señores de uno y otro lado, Kichis y Fernández Díaz de turno, pónganle una medalla a Santa María de Loquelesplazca.