Política, religión, actualidad, cine, opinión, sociedad, humor, cultura, fotogalerías.....corrupción, corruptores, justicia, robos, fraudes, atracos, preferentes, rescate bancario, hambre, paro, miseria, desahucios, hipocresía, la verdad, mentiras y mas mentiras...crisis, ricos, pobres, muy pobres, muy ricos, miseria, niños hambrientos, familias que no pueden llegar a fin de mes, trabajadores esclavos...Santa Pederastia, Sagrada Pedofilia....
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sábado, 9 de agosto de 2025
La catastrofe previsible de la presa de Vega de Tera.
No sólo de fusilar vivía el franquismo. La presa de Vega de Tera, pantano en el río Tera, en la comarca de Sanabria, Zamora, inaugurado por el general en 1956, se había construido de mala manera. Cualquiera de los 1.300 trabajadores empleados en condiciones infrahumanas, más propias del esclavismo, podía verlo y decirlo, por lo bajini.
A la compañía Hidroeléctrica Moncabril, que sufragaba las obras porque iba a explotar la central, se la traía al pairo la calidad de los materiales. El presupuesto era poca cosa y eso reducía los beneficios a repartir. Un país que se construye sobre podredumbre y carcoma amenaza permanentemente con ruina moral y aquí llevamos aluminosis en las costuras.
A los dos años y poco de su inauguración, la madrugada del 9 de enero de 1959, ahora hace 60 años, las lluvias y las bajas temperaturas de -18º C, acaban reventando la presa, que lleva dos años con vistosas filtraciones por varios puntos.
Unos ocho millones de metros cúbicos de agua bajan en tromba por un desnivel de 400 metros que lleva al pueblo de Ribadelago. Los vecinos supervivientes aún recuerdan hoy aquel estruendo en la oscuridad. Una ola de diez metros de altura arrasa el pueblo y se lleva con ella las vidas de 144 de los 516 habitantes de Ribadelago. Sólo se recuperarán 28 cadáveres.
Ejército y Guardia Civil hacen lo que pueden. El Régimen está básicamente preocupado en controlar la información y la ayuda económica recogida en diversas campañas de solidaridad estatal e internacional. Buena parte de esa ayuda solidaria se pierde por el camino.
Las indemnizaciones fijadas son unas 90 mil pesetas por muerto, 60 mil pesetas por muerta y 25 mil pesetas en caso de niños y bebés. La mayoría de muertos son mujeres y niños, porque muchos hombres trabajaban y pernoctaban fuera. Gran parte de las indemnizaciones no se acaban pagando porque sus destinatarios, familias rotas, han ido a vivir a otros lugares.
Los muertos se los cargaron a un encargado de obra. A algunos de los máximos responsables de la chapuza, el director gerente, dos ingenieros y un perito de Hidroeléctrica Moncabril, empresa luego absorbida por Unión Fenosa, les cayó un año de cárcel. Nunca la pisaron, recurrieron y el general les indultó.
Eso sí, en un característico gesto de generosidad, Francisco Franco regaló a los damnificados un nuevo pueblo al lado del arrasado, encargando al Ministerio de Vivienda la construcción de Ribadelago de Franco, casitas prefabricadas con patios interiores y paredes encaladas en blanco radiante en el más puro estilo de pueblo andaluz, ideal para los inviernos zamoranos.
(Texto de Toni Álvaro)
Carta abierta a los bañistas de Castell de Ferro: sobre la obediencia y el odio
A quienes, entre sombrillas y olas, decidieron jugar a ser policías sin placa:
Lo que ocurrió en esa playa no es un incidente aislado. Es la fotografía más nítida de una sociedad enferma de obediencia, miedo y servilismo hacia el poder. El fascismo ya no se anuncia con botas y estandartes: ahora viste bañador, porta un móvil en la mano y corre tras pobres descalzos como si la dignidad humana fuera una mercancía perseguible.
El Mediterráneo, convertido en la mayor fosa común de Europa con más de 30.000 vidas devoradas por el mar, arrojó ayer supervivientes y la respuesta no fue socorro, sino cacería. El sol brillaba sobre la arena, pero lo que vimos fue una sombra oscura: la del odio inoculado que convierte a ciudadanos de a pie en verdugos improvisados.
Lo peor no es la escena, lo peor es la obediencia previa. Cada paso que dieron tras esas personas era la victoria de un discurso que les robó el corazón antes de moverles las piernas. Han cambiado la solidaridad por vigilancia, la compasión por sospecha, la hermandad por cacería. Creyeron estar defendiendo algo suyo cuando lo único que defendieron fue la mentira de los poderosos, ese relato que necesita enemigos pobres para que los ricos sigan reinando tranquilos.
Les habrán dicho que la frontera está en el mar. Se equivocan. La frontera real está en sus conciencias, domesticadas para levantar la mano contra sus iguales mientras besan la bota del que les oprime.
Y sí, hubo voces que se atrevieron a romper el guion del odio, que gritaron contra la policía y contra ese agente que, incluso en su tiempo libre, decidió ejercer la brutalidad como pasatiempo, como si la autoridad fuese un vicio que no se apaga al quitarse el uniforme. Hubo quien pidió humanidad, quien suplicó que soltaran a esos migrantes agotados, que se les tratara como personas y no como piezas de contrabando. Pero esas voces fueron pocas, ahogadas por el ruido del miedo y la obediencia ciega a un orden injusto que convierte las playas en cárceles improvisadas y a los ciudadanos en carceleros voluntarios.
La historia recordará días como este no por el calor, ni por las risas, ni por el agua salada. Los recordará como la prueba de que el fascismo no se decreta desde arriba: se inocula hasta que la víctima aplaude al verdugo y se ofrece a sustituirle.
Pregúntense, bañistas: ¿quieren ser recordados como humanos o como centinelas voluntarios de la barbarie?
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Vicente
MartinZarco
NI
PERDON NI OLVIDO
HONOR
Y MEMORIA A LAS TRECE ROSAS

El
5 de agosto de 1939, trece jóvenes mujeres fueron fusiladas en el
Cementerio del Este de Madrid por el régimen franquista. Su crimen:
ser mujeres valientes, republicanas, militantes de la libertad.
Última
carta de Julia Conesa a su madre:
“Madre,
madrecita… me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo,
pero ten presente que muero por persona honrada… Que no me lloréis.
Que mi nombre no se borre de la historia.”
Estas
fueron sus trece voces:
1.
Carmen Barrero Aguado, 24 años
2.
Martina Barroso García, 22 años
3.
Blanca Brisac Vázquez, 29 años
4.
Pilar Bueno Ibáñez, 27 años
5.
Julia Conesa Conesa, 19 años
6.
Adelina García Casillas, 19 años
7.
Elena Gil Olaya, 20 años
8.
Virtudes González García, 18 años
9.
Ana López Gallego, 21 años
10.
Joaquina López Laffite, 23 años
11.
Victoria Muñoz García, 18 años
12.
Dionisia Manzanero Salas, 20 años
13.
Luisa Rodríguez de la Fuente, 18 años
Fueron
torturadas, juzgadas sin garantías y asesinadas por un régimen que
temía la libertad de pensamiento y la fuerza de las mujeres
organizadas. Ninguna tenía delitos de sangre. Solo ideales.
Hoy,
más de 80 años después, recordamos sus nombres, sus rostros y su
lucha.
Que
la historia no las borre. Que la justicia algún día las alcance.
Que la memoria democrática se construya con sus pasos.
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#memoriademocrática
#niolvido
#niperdón
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#luchafeminista
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#justiciasocial
#republicanas
#honorymemoria
El 3 de agosto de 1939, trece mujeres fueron juzgadas en un procedimiento sumarísimo y a puerta cerrada. Pasarían a la historia como Las Trece Rosas. El tribunal franquista las declaró culpables de 'adhesión a la rebelión' y las condenó a muerte, fijando su ejecución en un plazo de setenta y dos horas. Ni olvido ni perdón.