29-6-16
Juan Tortosa
Público
1.
Podré montar una empresa y explotar inmigrantes sin problemas, putear becarios,
contratar en precario pagando sueldos de miseria y obligar a los empleados a
trabajar más horas de las estipuladas sin rechistar, si no quieren que les eche
a la calle sin contemplaciones y sin indemnización.
2. O quizás monte un colegio en el que podré cobrar un
pastón a indocumentados horteras que no quieren que sus hijos compartan pupitre
en un centro público con niños magrebíes, subsaharianos o hijos de familias con
problemas para sobrevivir.
3. Podré montar una clínica privada con médicos
mileuristas en la que atender, mal pero pronto y en salas de espera
minimalistas y fashion, a esos esnobs más preocupados por no cruzarse con
inmigrantes en la seguridad social que por la calidad de la atención médica que
reciben.
4. Podré especular en bolsa invirtiendo en empresas
amorales pero eficaces, contaminantes pero rentables.
5. O quizás me dedique a comprar pisos a precios
ridículos en las subastas, arreglarlos un poco, esperar un tiempecito y luego
venderlos por el cuádruple de lo que me costaron.
6. Puedo montar cualquier tipo de empresa que se
convierta en proveedora de una institución pública. Una imprenta, una
ferretería, una proveedora de agua mineral o de bolígrafos de punta fina, da
igual. El caso es saber tener contento al cliente ya sea concejal, consejero,
director general o diputado provincial soltándole la correspondiente mordida
convenientemente incluida en el montante inflado de la factura pertinente.
7. Podré comprar acciones de bancos rescatados cuyas
cotizaciones subirán como la espuma gracias a la falta de pudor con la que
continuarán desahuciando hipotecados con dificultades para pagar las cuotas y
chupándole sin piedad la sangre a sus ingenuos y desamparados clientes.
8. O no, mejor apuesto por esas constructoras que
obtienen suculentos contratos gracias a su desvergüenza para pagar comisiones
millonarias a los políticos corruptos que tanto nos gusta votar, o por esas
empresas de gas, petróleo o electricidad que tienen en sus consejos de
administración ex ministros y ex presidentes de gobierno. Eso sí que es negocio
seguro.
9. Contra Rajoy se vive mejor. Podré ponerme ciego
criticando la gestión del gobierno, despotricaré, les llamaré de todo y al
mismo tiempo aprenderé a que mi mano izquierda no se entere de lo que hace la
derecha. Así, mientras me escandalizo con sus medidas de gobierno y denuncio su
falta de sensibilidad social, podré aprovecharme de sus medidas prevaricando,
moviendo dinero negro, malversando o practicando el tráfico de influencias, lo
que haga falta.
10. Y si todo sale mal, ningún problema. Como la
política del PP es posible que repercuta en una más rápida independencia de
Catalunya, así tendré un país amado en el que pedir asilo político.
En resumen, loado sea Mariano Rajoy y bendito sea este
PP nuestro, benefactor de los hipócritas, los desprejuiciados y los amantes de
lo ajeno. Y gracias sean dadas a sus dilectos votantes.
J.T.
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