Rebelión
en las cloacas
24-6-16
Público
Manuel Monereo
Politólogo
Politólogo
El nuevo escándalo protagonizado por Jorge Fernández
Díaz, todavía ministro de interior en funciones, pone en evidencia algo que ya
se sabía y que he denunciado muchas veces: que “las cloacas” del Estado están
funcionando a tope y que una parte de ellas están dirigidas por el propio
gobierno. Lo nuevo no es esto. Lo más significativo es que estamos en una
guerra entre las distintas cloacas del Estado, es decir, estamos en un proceso
de descomposición de las instituciones y de una lucha muy dura por su hegemonía
en ellas. Como he insistido muchas veces, la clave en un Estado capitalista
como el nuestro es saber cómo mandan los que no se presentan a las elecciones.
He hablado de trama y de tramas. La crisis del régimen
del 78 ha desencadenado una proliferación de tramas. En el centro de las
mismas, grandes monopolios, una clase política cerrada y medios de comunicación
proclives a ser actores de la vida política. Se puede decir que hay una trama
en sentido general que se descompone en pequeñas tramas, muchas veces
enfrentadas entre sí. Parecería que una parte significativa del poder económico
querría ver fuera de la política a Mariano Rajoy y propiciar la implosión del
PP.
Los que mandan y no se presentan a las elecciones se
preparan para el día 27 e intentan influir en el día 26. El problema central de
estas elecciones no es otro que la regeneración de la vida democrática. Esto
significa que aquí y ahora, es necesario derrotar a la vieja clase política,
limitar sustancialmente el poder de las grandes corporaciones y que llegue al
gobierno del país una nueva clase dirigente comprometida con las mayorías
sociales y dispuesta a construir un nuevo proyecto de país. Que las cloacas del Estado se enfrenten entre sí es la
principal señal de que Unidos Podemos puede y debe gobernar este país.
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