Por qué los
hombres se masturban delante de mujeres sin su consentimiento
Una psicoanalista y una terapeuta
analizan este comportamiento tan denigrante a la luz de las acusaciones
surgidas contra Louis C.K.
14/11/2017
ElHuffPost
El cómico
estadounidense Louis C.K., acusado de abusos sexuales por cinco mujeres.
Cinco
mujeres acusaron a Louis C.K. de conducta sexual indebida
en un reportaje del New York Times publicado el pasado jueves. De
acuerdo con la mayoría de las acusaciones, el cómico se habría masturbado
delante de ellas sin su consentimiento.
Las
cómicas Dana Min Goodman y Julia Wolov cuentan cómo les invitó a la habitación
de su hotel en 2002, donde presuntamente Louis C.K. se desnudó y comenzó a
masturbarse mientras las mujeres le observaban "paralizadas". La
actriz y escritora Abby Schachner recuerda cómo Louis C.K. se masturbaba
ruidosamente al teléfono con ella en 2003, de nuevo, sin su consentimiento. La
cómica Rebecca Corry contó a The Times que Louis C.K. le preguntó si
podía masturbarse delante de ella en 2005, a lo cual ella se negó. Otra mujer,
que compartió su historia de manera anónima, asegura que el cómico se
masturbaba mientras ella miraba en los 90 en el set de rodaje de The
Chris Rock Show. Después, la mujer "cuestionó su
comportamiento".
Estos
no son los primeros testimonios que narran cómo un hombre de poder hace de la
masturbación un arma de acoso sexual. La reportera de televisión Lauren Sivan
cuenta a la edición estadounidense del HuffPost que hace 10 años Harvey Weinstein la atrapó en un pasillo y comenzó
a masturbarse frente a ella, eyaculando en una maceta. La modelo Angie Everhart
contó a TMZ que Weinstein se tocó de pie mientras la
observaba dormir.
A
lo largo del mes pasado, un gran número
de mujeres ha alzado la voz
para compartir experiencias de acoso y agresiones sexuales por parte de hombres
muy poderosos en sus respectivos negocios. Algunos de estos encuentros incluían
masturbación no consensuada, una manifestación de acoso sexual de la que no se
habla tanto.
En
una entrevista con HuffPost, Quandra Chaffers, una terapeuta especializada en
áreas de comportamiento sexual problemático, señala que la masturbación no es inusual
ni dañina para la salud. "La masturbación [en sí misma] únicamente
consiste en que reconozcamos que nos gusta tocarnos, al igual que comemos
cuando tenemos hambre. Nuestra sociedad sigue siendo muy puritana y reticente
al placer. Yo no quiero contribuir a demonizar la masturbación", añade.
Solo
porque entren en juego los genitales no implica que sea 'sexual'. Esa persona
ha empleado la masturbación como un arma; es violencia.Quandra Chaffers
No obstante,
Chaffers afirma que la necesidad de masturbarse frente a una persona sin su
consentimiento debería entenderse como una expresión de violencia, y no como un
acto de perversión.
"Siempre lo
explico a través de una metáfora: si el atacante te propina un golpe en la
cabeza con una sartén, no lo llamarías 'cocinar'. Solo porque entren en juego
los genitales no implica que sea 'sexual'. Esa persona ha empleado la
masturbación como un arma, al igual que una pistola. Es violencia",
plantea Chaffers.
Además, la
especialista hace hincapié en que el consentimiento lo es todo cuando estamos
tratando temas de acoso sexual. Una conducta inapropiada expresada mediante
masturbación no consensuada no dista tanto del acoso físico o verbal.
Chaffers apunta que,
en ocasiones, los infractores deciden masturbarse en lugar de agredir
físicamente a la víctima; esto es una forma premeditada para evitar cargar con
la responsabilidad. "Están intentando que no les pillen. Igual que un
ladrón que lleva una máscara. Ellos piensan: 'Si no la toco o no termino, eso
borra mis huellas", explica.
Chaffers también
contempla otro factor que puede impulsar a los depredadores sexuales, y es su
escaso conocimiento de lo que es la violencia sexual. "Algunos hombres
perpetran una violación y no son conscientes de lo que han hecho", señala.
"Piensan que está bien, por ejemplo, darle a una mujer una copa de más con
la esperanza de que surja algo. Solo enseñamos a los hombres a pensar: 'Bueno,
en ningún momento la he retenido'. Tenemos una concepción muy limitada de lo
que es la violencia", añade.
SI ES SIN CONSENTIMIENTO "EXPLÍCITO", ES AGRESIÓN
La agresión sexual,
según el Departamento de Justicia, se define como
"cualquier tipo de contacto o comportamiento sexual que ocurre sin el
consentimiento explícito del receptor".
La psicoanalista
Dayle M. Kramer cuenta al HuffPost que el ansia de masturbarse
obligando a la gente a verlo no solo procede del deseo de poder y de control,
sino también de los sentimientos de ira, debilidad, humillación y vergüenza.
"No existe
término clínico, es solo vergüenza", apunta Kramer. "No es un tipo
particular de vergüenza; la gente puede sentirla de muchas formas diferentes.
No sabemos si esa persona sufrió bullying o humillaciones en su
infancia; no sabemos qué fue lo que les hizo querer avergonzar a los demás y a
sí mismos".
Cuando preguntamos a
Kramer si el trastorno de
exhibicionismo ―alguien que actúa con la necesidad de toquetearse o
estimularse delante de un desconocido— podría ser un factor motivante, la
psicoanalista responde con cautela.
"Conviene
observar lo que significa en realidad el trastorno de exhibicionismo",
sostiene. "¿Por qué se exhiben? ¿Cuál es el beneficio? ¿Y qué es lo que
intentan hacer? Hay que hablar realmente con la persona en cuestión para
descubrirlo, no se puede etiquetar a la gente sin más. No soy fan de poner
etiquetas a las personas sin hablar con ellas, creo que es peligroso. Enseguida
solemos decir que la persona es narcisista, que es obsesiva. Con estas
etiquetas, pensamos que conocemos a alguien sin conocerlo".
La terapeuta sexual
Alexandra Katehakis, que fue entrevistada por The Cut, describe la
masturbación sin consentimiento como una manifestación de "hostilidad
sexualizada" contra sus víctimas, que a menudo se remonta a un
trauma o a un abuso de la infancia. Kramer secunda esta posibilidad.
"Todos
atravesamos diferentes fases en nuestro desarrollo", afirma. "La
masturbación estaría asociada a una fase del desarrollo de esta persona que no
fue capaz de completar o acabar. Vemos diferentes partes de nosotros mismos
atascadas en diferentes fases y nuestro comportamiento lo refleja".
Si
pudiera identificar un motivo de quienes perpetran ofensas sexuales sería la
falta de empatía. Ni traumas ni preocupación por la masturbación. Es falta de
empatía.Quandra Chaffers
No obstante,
Chaffers matiza que, en su opinión, quienes han sufrido abusos sexuales durante
su infancia tienen más probabilidades de convertirse en acosadores sexuales de
adultos.
"Algunos análisis
recientes apuntan a que una combinación de acontecimientos
traumáticos en la infancia pueden estar asociados a (y no ser predictivos
de) un abuso sexual; el abuso físico es incluso más indicativo",
puntualiza.
Con todo, Chaffers
opina que la historia personal no es el principal factor para un comportamiento
depredador. "Si pudiera identificar un motivo por el que la gente perpetra
ofensas sexuales sería la falta de empatía. Ni las historias de traumas ni la
preocupación por la masturbación. Es falta de empatía", argumenta la
experta, que añade:
"Con bastante
frecuencia veo que los agresores tienen una percepción deformada de sus
víctimas. Creen que el niño que disfruta de los abrazos y la atención
disfrutaba de o quería el abuso, pese a las pruebas que hay en contra de ello.
Piensan que sus compañeras de trabajo quieren en realidad que un hombre
poderoso las persiga con fines sexuales, en vez de hacerse un nombre por sí
mismas por sus propios méritos, igual que haría un compañero hombre. Del mismo
modo, cuando he trabajado con maltratadores, estos creían que sus víctimas se
merecían el maltrato, principalmente porque la mujer no le respetaba, le
respondía con gritos a sus gritos o hacía algo parecido que le daba permiso
para pegarla.
Algunos agresores
sexuales se parecen en el sentido de que escogen a víctimas vulnerables, luego
crean una historia falsa sobre la conformidad de la víctima con el abuso. Y
cuando se les presentan las pruebas que demuestran que a la víctima le dolió el
abuso, ellos usan tácticas de negación como la justificación, la mentira,
olvidar lo que ocurrió, omitir información y culpar a la víctima para
convencerse a sí mismos y a los demás de que el acoso era aceptable".
Varios hombres
poderosos, entre ellos Louis C.K. y Harvey Weinstein, han generado numerosos
titulares por usar sus privilegios y su estatus para deshumanizar, acosar y
silenciar a mujeres sin recursos. Sin embargo, los patrones de la violencia
sexual no se limitan a los ricos y famosos.
Después de que la
historia de Louis C.K. saliera a la luz el jueves, muchas mujeres recurrieron a
Twitter para
compartir sus experiencias en las que les han obligado a mirar a un hombre
masturbarse. "¿Cuándo es la primera vez que un hombre se ha hecho una paja
delante de ti sin tu consentimiento?", lanzó Eve Peyser, que escribe en Vice. "Lo
pregunto porque creo que esto le ha pasado al menos una vez a la mayoría de
mujeres que conozco".
Vas
en el metro y alguien se restriega contra ti o se mete la mano en los
pantalones. Ambas son formas de masturbación; no solo consiste en sacarse el
pene.Dayle M. Kramer
En ese hilo
surgieron respuestas como: en el metro, en una parada de autobús, en una pista
de tenis, en un puente por la noche. Además, la mayoría de mujeres era menores
de edad cuando esto ocurrió por primera vez.
"Piensa en lo
que ocurre en el metro, en el autobús, en el tren", plantea Kramer.
"Alguien se restriega contra ti empalmado o se mete la mano dentro de los
pantalones. Ambas son formas de masturbación; no solo consiste en sacarse el
pene".
Kramer precisa esto
porque se habla tan poco de la masturbación en la cultura popular,
especialmente en relación con el acoso sexual, que da a la víctima un impulso
adicional para quedarse callada y ofrece a los depredadores una capa adicional
de protección.
Cuanto más ambiguo y
oculto sea el acto de violencia sexual, menos probable es que la víctima dé un
paso al frente y lo cuente, señala Kramer. "A la gente se le da
tremendamente bien decir: 'Bueno, miraremos un poco para otro lado', en vez de
mirar al frente y señalar lo que ocurrió", apunta.
Si un depredador
sexual elige masturbarse en vez de abusar físicamente de su víctima suele ser
por cuestión de preferencia, opina Chaffers. "Puede ser simplemente un
tipo particular de fantasía de la que la persona disfruta", dice.
"Como en el sexo consensuado, todos tenemos preferencias. Pero, a
diferencia de estos casos, parte del placer de los depredadores recae en que la
otra persona no recibe placer. Les parece excitante coger a alguien
desprevenido o hacérselo a alguien que no puede ejercer control sobre la
situación".
El abuso sexual no
tiene que ver con el sexo, sino con el control, recalcan tanto Chaffers como
Kramer. En todo caso, el deseo de masturbarse delante de otra persona sin su
consentimiento no hace más que enfatizar esta distinción.
"Este
razonamiento no es tan diferente del de alguien que quiere robar a una persona
a punta de pistola pero no gastarse el dinero", resume Chaffers.
"Todo se basa en en el poder; en el poder sobre alguien".
Este artículo
fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del
inglés por María Ginés Grao y Marina Velasco Serrano
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