Cifuentes y Dionisio Ramos: dos amigos ‘populares’ con carreras sospechosas
Un repaso a sus más de 30 años de
trayectorias entrecruzadas en el mundillo universitario
Vie, 13 Abr
2018
Horas antes de que el eldiario.es hiciera público el Caso Máster,
en la mañana del 20 de marzo, Artemi Rallo, portavoz socialista en la Comisión de
Investigación del Congreso relativa a la presunta investigación ilegal del
Partido Popular preguntó nada más comenzar su intervención la
compareciente Cristina
Cifuentes si conocía a Dionisio
Martínez Ramos. La cara de desconcierto no exenta de desagrado
que puso Cifuentes al oír su nombre ponía de relieve que no esperaba la
pregunta. Su respuesta fue calculadamente ambigua limitándose a precisar
que “ (….) al señor Dionisio Ramos le conozco bastante, es compañero mío
de la Universidad Complutense”.
Y aunque a sabiendas se quedó corta
no le faltaba razón cuando afirmó que se conocían bastante, probablemente mucho
más de lo que con el paso del tiempo le hubiera gustado. Y es que a pesar de
que han pasado más de 30 años desde el inicio de su amistad, sus relaciones van
asociadas a episodios que al menos Cifuentes le gustaría pasar página. Y
como se verá no es para menos.
El PP y la
Complutense
Pero para que nuestros lectores
puedan entender el alcance de sus relaciones y sus derivadas de todo tipo y
condición, es necesario que retrocedamos en el tiempo hasta situarnos a
comienzos de la década de los 80. Por aquella epoca Cifuentes (1964)
llevaba afiliada desde los 16 años a las Nuevas Generaciones de Alianza
Popular y Dionisio (1959) había optado, según algunas crónicas, por
las Juventudes de la UCD de Castilla y León.
A los 18 años Cristina, tras
finalizar sus estudios de secundaria en el colegio Sagrado Corazón de Jesús
de Madrid, comienza la carrera de Derecho en la Complutense (UCM). Cuando
se incorpora a esta universidad pública acababa de ser elegido por mayoría
absoluta presidente del Gobierno Felipe González.
En este ambiente político, Cifuentes
convertida ya en una hiperactiva militante genovesa junto a un reducido
grupo de colegas conservadores, a través de minoritarias asociaciones
culturales, se cruza en el camino con Gustavo
Villapalos, catedrático ultraconservador que imparte clases de
“Historia del Derecho y de las Instituciones”. Cifuentes y su grupo le
apoyan primero en 1984 a su candidatura a decano de la Facultad de Derecho
cargo que obtiene y que mantiene hasta 1987 para tres años después,
coincidiendo con los años finales de carrera de la estudiante Cifuentes,
apoyarle para Rector de la UCM (1987-1995) que finalmente logra sustituyendo al
saliente Amador Schüller.
Unos años antes Dionisio Ramos
se había trasladado desde Astorga a Madrid para comenzar sus estudios de
Derecho, los primeros cursos en la Universidad Autónoma (UAM) y los
últimos en la Universidad Complutense (UCM). En un primer momento se
aloja en el Colegio Mayor “Antonio de Nebrija”. El caso es que una vez
en Madrid el estudiante Ramos acaba a mediados de los 80 cruzándose en
el camino con la también estudiante Cifuentes en torno a grupos
universitarios vinculados a Alianza Popular que, entre otras cosas,
además de oponerse a la política educativa de los primeros Gobiernos de Felipe
González, unieron sus fuerzas para promocionar al anteriormente mencionado
profesor Villapalos. En sus respectivos CV, con la dudas razonables que
sobre los mismos puedan ahora existir, una se atribuye haber formado parte del
Claustro Constituyente y del primer Claustro ordinario constituido de la UCM,
de su Comisión y Ponencia redactoras de sus Estatutos, así como de su Junta de
Gobierno, mientras que Dionisio, mucho más escueto, se limita a
mencionar su participación en la Junta de Facultad, Claustro y Consejo de
Gobierno.
El caso es que su amistad académica
y política va a más. Tanto que años después, en mayo de 1993, con motivo
de la boda de Dionisio con la farmacéutica Marta García Solano,
hija de un conocido constructor de Guadalajara y amiga de Rafael
Hernando, actual Portavoz del GPP en el Congreso, Cristina
firma como testigo del evento junto al ya rector Gustavo Villapalos.
Pero volvamos unos años atrás. Cifuentes,
tras finalizar sus estudios en 1987, entra a
trabajar en el GPP de la Asamblea de Madrid. Allí apenas está
dos años y en 1990 logra una plaza de funcionaria de la Escala de
Gestión (Grupo B) en la propia UCM de la que desde hacía
tres años era rector Villapalos. Un años después es elegida diputada en
la Asamblea de Madrid y en 1995 es nombrada también por Villapalos,
directora del Colegio Mayor “Miguel Antonio Caro” (1995-1999).
Por su parte, Dionisio Ramos
también continúa su camino paralelo con Cifuentes y como quien no quiere
la cosa en 1991 es nombrado director del colegio mayor “Antonio
Nebrija”. Un año después en 1992, al igual que Cifuentes, había
decidido opositar a funcionario de la UCM. Logra la
plaza de Técnico de Gestión (Grupo A) en unas oposiciones celebradas bajo el
mandato del Rector Villapalos.
Villapalos
asciende a Dionisio y a Cifuentes
Pero mientras ambos consolidan sus
trayectorias profesionales, en 1995 la Comunidad de Madrid pasa a ser gobernada
por Alberto Ruiz
Gallardón y un año después José María Aznar es
elegido presidente del Gobierno. Y es en este marco incomparable de
omnipresencia genovesa en las instituciones cuando sus carreras profesionales y
políticas reciben un nuevo empujón. Dionisio es nombrado en 1995 secretario
general Técnico de la Consejería de Educación y Cultura cuyo titular es,
casualmente o no, Gustavo Villapalos que acababa de ser nombrado por Ruiz
Gallardón. Años después, para ser exactos en diciembre de 1998, la tómbola
genovesa de nombramientos de Villapalos se hace extensible al arquitecto
Francisco
Javier Aguilar Viyuela que desde hacía unos años era el marido
de Cifuentes, por entonces portavoz del PP en la Comisión de
Educación y Cultura de la Asamblea de Madrid. Todo de lo más casero y familiar.
Pero no solo a Dionisio le
van bien las cosas, también a Cifuentes le sonríe la fortuna ascendiendo
en el escalafón genovés tras ser designada Portavoz Adjunta del Grupo
Parlamentario Popular en la legislatura del año 1995 a 1999 puesto que hace
compatible con la dirección del Colegio Mayor “Miguel Antonio Caro”.
Todo iba como estaba previsto mientras que su amistad se va reforzando.
Pero la historia de éxito tras éxito
continúa su curso y Dionisio que apenas está un año en la Consejería, pasa
en 1996 a ser nombrado gerente general de la UCM con un nuevo rector al
frente y además antiguo alumno del Colegio Mayor “Antonio Nebrija”: Rafael
Pujol Antolín. Su mandato que, duró mas de siete años, hizo que su leyenda
creciera por momentos. No se movía nada en la UCM sin que su gerente se
enterara. Tenía tiempo para todo, incluso para presidir en el año 2002 el
Tribunal que en nombre del rector ascendió a su amiga Cifuentes por promoción
interna pasando de la Escala de Gestión (Grupo B) a la Escala de Técnico de
Gestión (Grupo A).
Pero en honor a la verdad no todo
fueron alegrías tras verse envuelto en dos de los asuntos más turbios que se
produjeron en aquellos años en la Comunidad de Madrid y en la Complutense,
respectivamente. El primero es el Tamayazo y el segundo, la
existencia de una denominada Caja B que se gestionaba durante la época
en que Ramos fue gerente de la Computense. De su papel en el primero os
sugerimos que pinchéis en este enlace y
allí encontraréis toda la información sobre su papel que obviamente niega.
Sobre la Caja B también os sugerimos
este vínculo donde se resume bien lo que sucedió entonces en
torno a unos dineros públicos que tuvieron destinos multiusos.
Una,
presidenta de Madrid y otro, empresario de éxito
En el año 2003, tras varios años en
el cargo de gerente, Dionisio cierra su etapa como alto funcionario de
la Complutense. En su decisión no es ajena una circunstancia que piensa con
razón que no favorece a sus intereses: acababa de ser elegidorector el
progresista Carlos Berzosa. A partir de entonces pide la excedencia
voluntaria para convertirse en un empresario de éxito que está presente en
varias sociedades, entre las que destaca, R & A (RyA) ligada, entre
otras actividades a la Gestión Inmobiliaria y a la Dirección de Colegios
Mayores. Una vuelta por su página web os
ayudará a situaros sobre su cartera de clientes. No son ajenos en la expansión
de sus empresas sus conocimientos acumulados como gestor de centros
universitarios, tanto en su etapa como director de un Colegio Mayor, como la
de vicegerente de Obras y/o gerente del la UCM.
Por su parte, la entonces
diputada Cifuentes y funcionaria en servicios especiales espera su
oportunidad para continuar con su carrera ascendente tanto en el Partido como
en la Asamblea de Madrid. Dicho y hecho. La primera oportunidad se concreta en
el 2003 cuando la todopoderosa Esperanza Aguirre la nombra Secretaria de
Política Territorial de la Ejecutiva del PP regional. La segunda
se presenta dos años después y tampoco la deja pasar. Es designada vicepresidenta
1ª de la Asamblea de Madrid. Viento en popa a toda vela.
Y en esas estaban cuando unos años
más para tarde, allá por el otoño del 2011, el empresario Dionisio y la
genovesa Cristina vuelven a cruzar sus destinos. Esta vez en
la URJC donde se matriculan en un por entonces pacifico y desconocido máster.
Para Dionisio esta Universidad le era familiar ya que su empresa acababa
de ser adjudicataria de la residencia universitaria del Campus de Vicálvaro.
Pero tras matricularse en el citado
máster, al parecer tarde y mal, a Cifuentes le llega la gran oportunidad
que estaba desde hace años buscando. Mariano Rajoy, recién
elegido presidente del Gobierno, decide en enero del 2012 nombrarla delegada
del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Cristina tira la casa por la
ventana. Desde ese instante su ritmo para auto promocionarse, saltando de plató
en plató, le acaba situando en posición para competir por ser la número uno del
PP de Madrid. Para ello solo tenían que caer Esperanza
Aguirre e Ignacio
González. Y así fue. La primera dimite por partes. En
septiembre del 2012 deja la Presidencia de la Comunidad de Madrid; en febrero
del 2016 la Presidencia del PP de Madrid y en abril del 2017 en su puesto de
concejal en el Ayuntamiento de Madrid. El segundo, tras perder la confianza de
la dirección nacional, queda fuera de las listas electorales para las
autonómicas del 2015. Y es entonces cuando, despejado el camino, ahí estaba de
cuerpo presente la delegada Cifuentes que no duda en aceptar ser doblemente
candidata. En una primera entrega a la Presidencia de la Comunidad de
Madrid y en una segunda a la Presidencia del PP.
Y hasta aquí
el relato resumido de dos vidas paralelas que se conocieron un día cualquiera
de un año cualquiera por la década de los 80 y que tras 32 años de altibajos
son estos días noticia gracias a un desconocido y fatídico máster.
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