Sodoma
Poder y corrupción en el Vaticano
Este brillante y perturbador trabajo, basado en cinco
años de investigación rigurosa, incluye extensas entrevistas a los más altos
cargos que ostentan el poder en el Vaticano. El libro revela la existencia de
una camarilla gay en el Vaticano, en la que Frédéric Martel argumenta
que sus origines vienen del papado de Pablo VI (1963 – 1978). Martel describe
al Vaticano como "el mayor armario de la ciudad" y da pruebas de que
un alto número de cardenales son homosexuales. Aun cuando estos mismos cardenales
están entre la gente proponiendo decretos en contra del matrimonio homosexual y
muchos otros temas relacionados con la moralidad sexual. Pero este libro
también habla sobre corrupción en otras esferas del clero: el choque entre
oficiales de la iglesia con regímenes fascistas que persiguen y torturan a
gente inocente; turbios negocios inmobiliarios; la hipocresía al defender y
proteger a curas pederastas; y, por encima de todo, la predominante cultura del
clericalismo, a través del cual muchos escándalos son ignorados y dejados de
lado.
Sodoma es un libro con un claro mensaje al Vaticano de parte
de todos los que anhelan una Iglesia inspirada en el Evangelio, una Iglesia
para los pobres, los marginados y los desposeídos.
La
crítica ha dicho...
«La Iglesia está homosexualizada. Cuando tienes un
problema, necesitas ser más homófobo, para demostrar en un mundo cada vez más
liberal que no eres gay. Con Juan Pablo II y Ratzinger esta era la clave.»
Entrevista a Frédéric Martel en La Vanguardia
«El libro que incomoda al Vaticano.» La Repubblica
«Sexo, secretos y mentiras en el armario del Vaticano.» The Times
«Sodoma, el libro sobre la homosexualidad en el Vaticano
que genera escándalo.» Le Figaro
«En Sodoma, Frédéric Martel describe un verdadero
"sistema gay" en las altas esferas de la Iglesia. Su investigación
será un hito.» Le Point
«Un libro que generará muchas discusiones.» La Stampa
«Un libro que promete ser una bomba para el Vaticano.» La Tercera
El obispo de Alcalá de Henares, Juan
Antonio Reig Plá hace unas declaraciones homófobas ya que afirma que la
homosexualidad se puede curar (luego ser homosexual es ser un enfermo), o que
si eres homosexual, lo más probable es que acabes corrompiéndote de prostituto.
A este señor habría que decirle varias cosas: - La homosexualidad no se puede
curar. Primero porque no es una enfermedad. Además... es como si a una persona
la gusta la carne y deja de comerla y se hace vegetariano. Si ve un plato de
carne en la mesa y le llega su aroma de recién hecho ¿no va a querer probarlo
al recordar cuando comía de eso?. ¿No le gustaría su sabor si lo probara?. Pues
lo mismo pasa con la gente que es "curada" de su homosexualidad, que
no son curaciones reales. Todo se traduce a gente que quiere intentar dejar de
sentir atracción por su mismo sexo por miedo a ir al infierno, o por tener
sentimientos de culpa de que "lo suyo no es normal", de que es
antinatural o de enfermos: sentimientos de culpa que vienen precisamente de la madre
iglesia que de no existir, nadie se sentiría mal siendo homosexual. - La
homosexualidad se ha dado desde que el mundo es mundo, es más vieja que la tos,
y ha tenido sus épocas donde ha podido florecer como en los tiempos de los
griegos, y otras donde se ha tenido que esconder por dictaduras o regímenes
políticos, pero no por ello por prohibirla ha dejado ni dejará de existir. Es
más, la homosexualidad ni siquiera es antinatural ya que la homosexualidad se
da en infinidad de especies animales: bonobos, perros, cervatillas, buffalos,
etc... (en youtube hay unos cuantos documentales sobre esto, recomiendo que se
vean, si no sabéis cuales son, preguntadme). - Es triste que a estas alturas
del siglo XXI se quiera meter miedo a la gente una vez más con el infierno,
para que el pueblo haga lo que la iglesia quiere ("si haces o no haces tal
irás al infierno". Juan Pablo II dijo que no existía, que era más bien un
"estado del alma". Ratiznger dice que sí existe, entonces ¿en qué
quedamos?. Lo que pasa es que eso de que exista o no el infierno ni ellos
mismos, los católicos, lo saben, y me explico. El infierno, como los ángeles,
etc, no es más que una invención literaria, símbolos que expresan el bien, el
mal, pero no son reales, y si hay otra vida, no se sabe cómo es, ya que nadie
tiene línea directa con dios para decirnos que nos espera más allá. Las reglas
de dios, los mandamientos, no son "palabra de dios" sino del hombre
porque la biblia ha sido escrita por hombres y como dije antes, nadie tiene línea
directa con dios para que le dicte al oído todas las cosas que dice la iglesia,
no solo los mandamientos, sino el rechazo a lo homosexual, al sexo, al placer,
etc. Si existiera dios lo mismo sus preceptos no serían esos, vaya usted a
saber quién o qué es dios, si es una entidad de otro mundo, es energía, etc.
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