Descarnado recado de Àngels Barceló
a la Iglesia Católica en plena cumbre sobre las violaciones a menores.
No sirve solo pedir perdón
No sabemos
qué conclusiones saldrán de la cumbre sobre abusos dentro de la Iglesia, que ha
empezado hoy en Roma. Pero, de momento, está sirviendo para que mucha gente
abra los ojos. Los testimonios de las víctimas, que haciendo un enorme
esfuerzo, cuentan su sufrimiento, los abusos, las violaciones pero también cómo
la Iglesia intentó silenciarlos, cómo protegió siempre a los abusadores. Hemos
oído solo a unos cuantos, desconocemos la verdadera dimensión de este drama,
que, en nuestro caso, la Iglesia española ha ignorado voluntariamente, cuando
no protegiendo a los curas acusados. Algo que no han hecho Iglesias de otros
países.
Solo en los
últimos días ha hecho algún movimiento para aparentar que llegaba a Roma con
los deberes hechos, pero no se deduce, de su actitud hasta ahora, ninguna
voluntad ni de reconocimiento, ni de condena, ni de reparación a las víctimas.
Cada historia es un horror. El sufrimiento de la víctima por el abuso y, sobre
todo, la soledad en la que se han sentido durante tanto tiempo, primero
sintiéndose culpables, sin querer compartir lo que pasaba, y el que se atrevía
a dar el paso la incredulidad o el chantaje como respuesta.
De la cumbre
de Roma debe salir un compromiso firme de la Iglesia para revisar su pasado,
para obligar a las diócesis que se resisten a hacer su trabajo, a investigar, a
denunciar, a acompañar y escuchar a las víctimas. Saber toda la verdad, y que
las víctimas que todavía guardan silencio se sientan tan arropadas, tan
comprendidas que hablen y cuenten y denuncien. Y que los abusadores rindan
cuentas ante la justicia ordinaria, la que juzga y condena este tipo de
crímenes. No sirve solo pedir perdón, eso que lo hagan en sus púlpitos, deben
responder ante la justicia como cualquier otro individuo que forma parte de la
sociedad a la que ellos también pertenecen. Si no es así no habrá servido de
nada.
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