El papa Francisco expulsa del sacerdocio al excardenal McCarrick por abusos
sexuales
El Vaticano aplica un castigo
ejemplar días antes de la importante cumbre contra la pedofilia
La Vanguardia
Anna Buj, Ciudad del Vaticano
16/02/2019
Para crímenes
monumentales, castigos ejemplares. Esto es lo que parece decir el papa
Francisco al haber firmado la retirada del estatus clerical al excardenal
Theodore McCarrick, la figura que más representa la gravedad de la lacra de los
abusos sexuales clericales a menores en Estados Unidos. Al reducirlo al estado
laico, el Vaticano le aplica la pena más severa que contempla la ley canónica,
con lo que el estadounidense se convierte en el perfil de más rango en la
Iglesia católica que recibe este castigo en la historia reciente.
Después de días de rumores, la
Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado un comunicado este sábado por
la mañana donde dice que ha confirmado el decreto por el cual hallaba culpable
al arzobispo emérito de Washington de “pecados contra el sexto mandamiento con
menores y con adultos, con el factor agravado de abuso de poder”. La pena
impuesta ha sido la retirada del estatus clerical, y así le fue comunicado al
excardenal este viernes. “El Santo Padre ha reconocido la naturaleza definitiva
de esta decisión tomada de acuerdo con la ley, publicándola como res iudicata,
es decir, que no admite más recursos”, concluye la nota.
McCarrick
El primero en cerca de un siglo en perder el estatus de
cardenal
Con esta
decisión Francisco demuestra que quiere que el caso de McCarrick esté zanjado
días antes de la importante cumbre contra la pedofilia en el Vaticano, que
reunirá desde el jueves a todos los presidentes de las conferencias episcopales
del mundo, y que ha suscitado una gran expectativa mediática. Sin embargo,
algunas voces dentro de la Iglesia creen que la cabeza del estadounidense no
bastará para contener la ira de la opinión pública si el domingo que viene la
Santa Sede no sale de la reunión con grandes progresos encima de la mesa por
este asunto.
Para crímenes
monumentales, castigos ejemplares. Esto es lo que parece decir el papa
Francisco al haber firmado la retirada del estatus clerical al excardenal
Theodore McCarrick, la figura que más representa la gravedad de la lacra de los
abusos sexuales clericales a menores en Estados Unidos. Al reducirlo al estado
laico, el Vaticano le aplica la pena más severa que contempla la ley canónica,
con lo que el estadounidense se convierte en el perfil de más rango en la
Iglesia católica que recibe este castigo en la historia reciente.
Después de días de rumores, la
Congregación de la Doctrina de la Fe ha publicado un comunicado este sábado por
la mañana donde dice que ha confirmado el decreto por el cual hallaba culpable
al arzobispo emérito de Washington de “pecados contra el sexto mandamiento con
menores y con adultos, con el factor agravado de abuso de poder”. La pena
impuesta ha sido la retirada del estatus clerical, y así le fue comunicado al
excardenal este viernes. “El Santo Padre ha reconocido la naturaleza definitiva
de esta decisión tomada de acuerdo con la ley, publicándola como res iudicata,
es decir, que no admite más recursos”, concluye la nota.
McCarrick
Arzobispo de Washington entre 2001 y 2006
El excardenal
fue arzobispo de Washington del 2001 al 2006, y sus múltiples acusaciones
abusos se remontan a décadas atrás, cuando estaba escalando en la cumbre de la
jerarquía eclesiástica estadounidense. Varios sacerdotes y exsacerdotes
aseguran que les forzó sexualmente cuando estaban en el seminario. El caso se
convirtió en una bomba de relojería dentro de la curia cuando el exnuncio en
EE.UU. Carlo Maria Viganò aseguró sin pruebas que Francisco conocía de primera
mano los crímenes de McCarrick.
La acusación de
Viganò llegó en el peor de los momentos, en forma de una carta de once páginas,
firmada por uno de los personajes más tradicionalistas de la Iglesia y que
tenía sed de venganza porque el Papa había puesto fin a sus ambiciones de
convertirse en cardenal. Hizo mucho daño, ensombreció el importante viaje
apostólico a Irlanda del pasado verano y demostró que existe una dura oposición
conservadora al Pontífice dispuesta a utilizar la crisis de abusos para mermar
su autoridad.
Aunque Francisco ha pedido
rebajar las expectativas para la cumbre de la semana que viene, lo cierto es
que el formato de la reunión, inédito en la Santa Sede, ha hecho que algunos
vaticanistas la consideren una cita clave que podría marcar su entero
pontificado. Acudirán unas 170 personas –de ellas, sólo 12 mujeres– con el
objetivo arrojar luz sobre cómo prevenir la pedofilia clerical y las
consecuencias que podría sufrir un obispo que ha encubierto crímenes en su
diócesis.
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