Fallece la abogada Lola González, superviviente de la matanza fascista de
Atocha
Habría muerto el pasado martes a consecuencia de un
cáncer terminal. Su cuerpo fue encontrado ayer junto al de su marido, que
supuestamente se habría suicidado
31-1-15
Público
JUAN ANTONIO BLAY
La abogada laboralista Lola González Ruiz, de 68 años,
ha fallecido a consecuencia del cáncer que padecía y que se encontraba en fase
terminal, según han informado a Público fuentes
del entorno familiar. Lola González fue una de las cuatro víctimas que lograron
sobrevivir al atentado fascista contra el
despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras de la calle Atocha de
Madrid el 24 de enero de 1977, un suceso que conmocionó a la sociedad española
en aquellos días.
El cuerpo de la letrada fue encontrado ayer viernes en su domicilio particular. La policía científica, según las citadas fuentes, ha determinado que el fallecimiento se produjo el pasado martes. Junto a ella se encontraba el cadáver de su marido, quien según los investigadores se habría suicidado dos días después tras consumir unos fármacos que se han encontrado en la estancia.
El cuerpo de la letrada fue encontrado ayer viernes en su domicilio particular. La policía científica, según las citadas fuentes, ha determinado que el fallecimiento se produjo el pasado martes. Junto a ella se encontraba el cadáver de su marido, quien según los investigadores se habría suicidado dos días después tras consumir unos fármacos que se han encontrado en la estancia.
La trayectoria profesional y personal de Lola González
Ruiz estuvo marcada desde joven por su militancia activa en
organizaciones de la izquierda, especialmente el PCE, que
combatieron contra la dictadura franquista. Su vida también estuvo rodeada por
sucesos trágicos que, a la postre, marcaron su carácter, según reconoció en las
escasas entrevistas que concedió.
En 1969 sufrió la pérdida de su novio, el estudiante Enrique Ruano, quien falleció al caer desde una ventana
en las dependencias de la dirección general de Seguridad – actualmente la sede
de la presidencia de la Comunidad de Madrid – mientras se encontraba detenido
por participar en unas protestas estudiantiles en la universidad madrileña.
La familia
siempre consideró que Enrique Ruano fue lanzado al vacío por los agentes
La policía franquista sostuvo que se había suicidado
lanzándose por la ventana pero la familia siempre consideró
que había sido lanzado al vacío por los agentes que le
custodiaban durante su interrogatorio. La muerte de Ruano nunca quedó
esclarecida ni estuvo bajo investigación oficial independiente.
En la matanza que realizó un grupo de pistoleros de extrema derecha, vinculados al sindicato vertical del régimen franquista, en el despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras situado en la madrileña calle de Atocha resultó herida gravemente, pero logró sobrevivir. Sin embargo, en el criminal acto fue asesinado su marido, el también abogado laboralista Javier Sauquillo, y otros cuatro compañeros del bufete.
En la matanza que realizó un grupo de pistoleros de extrema derecha, vinculados al sindicato vertical del régimen franquista, en el despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras situado en la madrileña calle de Atocha resultó herida gravemente, pero logró sobrevivir. Sin embargo, en el criminal acto fue asesinado su marido, el también abogado laboralista Javier Sauquillo, y otros cuatro compañeros del bufete.
Mujer de carácter reflexivo y muy meticuloso, en 1987 declaró en una entrevista que “a mí me han ido desbaratando los proyectos personales sistemáticamente”. “He sobrevivido gracias a mis amigos”, apostillaba también para describir cómo pudo superar las difíciles circunstancias personales que tuvo que vivir.
Fue militante del PCE – formación que abandonó y a la que regresó con posterioridad - y más tarde de Izquierda Unida, coalición por la que fue candidata al Parlamento Europeo en las primeras elecciones que se celebraron en España tras el ingreso en la Unión Europea un año antes.
Uno de los últimos actos en los que participó fue en el año 2011 con motivo de la colocación de una placa conmemorativa en el portal del número 55 de la calle Atocha de Madrid donde se encontraba el despacho de abogados laboralistas vinculados al PCE y al sindicato Comisiones Obreras.
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