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de El HuffPost
Cifuentes suspende el examen
4/4/2018
Tan amiga de
utilizar las redes sociales, de pisar los platós de televisión y de manejar con
maestría la comunicación, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina
Cifuentes, ha permanecido 14 días escondida en la sede de la Puerta del Sol. La
Comunidad de Madrid como parapeto donde resguardarse ante el bombardeo de las
noticias en las que se cuestionaba la obtención de un máster en la Universidad Rey Juan
Carlos.
Cristina
Cifuentes tenía mucho que ganar y también mucho que perder en su comparecencia de este miércoles. Que la balanza se inclinase
hacia un lado o hacia otra dependía de ella. Sólo de ella. Y lo ha perdido
todo. Lo tenía bien fácil: bastaba con presentar el Trabajo de Fin de Máster.
No era
necesario nada más.
En vez de cerrar una polémica,
Cifuentes ha sembrado más dudas
La
presidenta de la Comunidad de Madrid no ha explicado cómo pudo matricularse en
el máster tres meses después de que se cerrase el plazo, o cómo es posible que
nadie de los que sí hicieron el máster la conociera. O cómo se explica que no
haya hecho una sola mención al acta con dos firmas falsificadas. "Algo no funciona bien
en nuestro sistema", se ha quejado Cifuentes. Y tanto.
Cifuentes se
ha limitado a sacar una retahíla de documentos —de los que, visto lo visto,
habrá que analizar su veracidad— que no demuestran nada y sí alargan aún más la
sombra de la duda sobre el dichoso máster. "La característica de la verdad
es que no necesita otra prueba que la verdad", escribió el filósofo
británico Jeremy Bentham.
En vez de
cerrar una polémica, Cifuentes ha sembrado más dudas al utilizar argumentos
que, de tan manidos, ya no son creíbles. Por ejemplo exponer la vieja excusa de
que todo se trata de campaña en su contra ("es una operación de descrédito
contra mi persona para ganar en los medios y en las redes lo que no han logrado
ganar en las urnas"). O, rizando el rizo, de que su comparecencia se ha
producido en "claro fraude parlamentario de ley". Nada menos
El máster,
asegura Cifuentes, es "real" y "legal". Pero todo lo que se
ha sabido hasta ahora de su título es aparentemente tan irreal, tan poco legal,
huele tan mal, que las sospechas se convierten en certezas por la debilidad de
su defensa. Ante las pruebas presentadas, no es ni verosímil ni acertado ni
decente replicar con un discurso victimista y una ristra de documentos que no
cierran ninguna sospecha. Máxime cuando el documento que daría la polémica por
zanjada, el Trabajo de Fin de Máster, ni está ni, a estas alturas, se le
espera.
Porque del
TFM Cifuentes no ha presentado nada; ni el trabajo en sí, ni los archivos
personales de los que tuviera copia, ni siquiera los mensajes que se pudiera
haber intercambiado con la directora por las correcciones. No hay nada. O sí:
un argumento que da tan surrealista provoca sonrojo. Asegura la popular que en
los últimos años ha tenido que hacer varias mudanzas y el Trabajo de Fin de
Máster debe estar en una de las cajas de los traslados. "No descarto que
el trabajo esté [por casa] pero no lo he encontrado. Lo he buscado pero tampoco
sé si lo he guardado". No descarto, pero, tampoco sé...
Cristina
Cifuentes, adalid de la transparencia y del buen Gobierno, ha perdido todas sus
oportunidades. A falta de una respuesta verosímil, lo único que le queda por
hacer, si es que tiene un mínimo de decencia, es dar un paso atrás.
Porque el
examen final lo ha suspendido.
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