El Vaticano en vilo ante la publicación de un
libro que destapa la red gay en la jerarquía
por Carlos
Esteban | 17 enero, 2019
El próximo 1 de abril aparecerá un
libro, Sodoma, del sociólogo francés Frédéric Martel, que desvela con nombres y
datos concretos el alcance de la red homosexualista dentro del Vaticano,
inmediatamente después de un encuentro episcopal para tratar el asunto de los
abusos que parte ignorando de entrada este ‘elefante rosa’ en la sala de estar.
Lo hemos
repetido hasta la saciedad: si en más del 80% de los casos de abusos sexuales
por parte de sacerdotes y prelados las víctimas son varones, es más que
asombroso que nadie en la jerarquía católica encuentre significativa esta
relación tan obvia. La proporción de homosexuales en casi cualquier sociedad
ronda, según los estudios más fiables, el 3%, con lo que la conclusión
inescapable es que, o los homosexuales tienen una tendencia muchísimo mayor al
abuso -lo que prácticamente nadie estaría dispuesto a defender-, o la presencia
de homosexuales en el sacerdocio se sale de las gráficas. No hay una tercera
opción.
Por eso
resulta que, tras el estallido de los escándalos de este verano pasado, ninguno
de los responsables de la Curia o la jerarquía haya puesto el dedo en esta
llaga, haya citado siquiera este dato tan llamativo sino, en todo caso, para
negar con vehemencia que exista relación alguna. Incluso el Papa, en su célebre
carta al pueblo de Dios, omite absolutamente el dato -e incluso la misma
palabra- y lo achaca todo a un vago ‘clericalismo’, que lo mismo sirve para un
barrido que para un cosido. Por último, nombrar como coordinador del encuentro
episcopal que tratará el mes que viene de los abusos al cardenal Cupich, pupilo
de McCarrick y uno de los obispos más ‘gay friendly’ de la Iglesia, ya indica
que la relación no se mencionará en absoluto.
Y es un
problema, porque está previsto para el 1 de abril la aparición de un libro que
promete ser una bomba atómica: ‘Sodoma’, del sociólogo francés Frédéric Martel.
Basado en cinco años de investigación, la obra incluye extensas entrevistas a
los más altos cargos del Vaticano, que describe como “el mayor armario de
la ciudad”, y en ella se destapa una camarilla gay en la Santa Sede que se
remonta al papado de Pablo VI.
La fuente de
Martel es impecable, los testimonios de autoridades de la propia Curia, y sus
propias credenciales hacen imposible acallar su testimonio como una maniobra de
‘tradicionalistas’ llenos de odio que conspiran contra el actual pontificado,
porque Martel tiene un irreprochable historial progresista, ha trabajado para
la Administración socialista francesa y es un decidido partidario del
‘matrimonio paritario’. Paradójicamente, Martel escribe esta ‘exposée’ en
nombre de quienes quieren una Iglesia como la que el propio Francisco dice
anhelar: una Iglesia inspirada en el Evangelio, una Iglesia para los pobres,
los marginados y los desposeídos.
De hecho, la
camarilla gay que denuncia -por hipócrita, no por gay- es solo uno de los
apartados más sensacionales del libro, donde también se denuncia la corrupción
en otras esferas del clero: relaciones ‘non sanctas’ de eclesiásticos con
regímenes totalitarios y torturadores, oscuros tejemanejes financieros e
inmobiliarios y una opacidad que permite encubrimientos, favoritismo y
vendettas de todo tipo.
Es probable
que alguno de los nombres desvelados provoque sorpresa, pero no puede resultar
asombroso para nadie que esté mínimamente atento la enorme influencia del
‘lobby’ en una Curia y una jerarquía donde brillan y prosperan Ricca,
McCarrick, Madariaga, Coccopalmerio, McElroy, Tobin o Cupich. Después de la
publicación de este libro va a ser difícil seguir ignorando la cuestión o, por
parte de los jerarcas eclesiales, seguir pretendiendo que ninguno sabía nada.
El libro lo
publica la editorial Roca, y en España lo distribuirá Penguin.
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