Seis cosas sorprendentes que ocurren cuando tienes un orgasmo
Desde dolor de
cabeza hasta lloros o estornudos.
Orgasmo.
Clímax. Correrse. Llegar. Eyaculación. Aunque existen muchas palabras para
definirlo, hay algo que los une a todos: el placer.
Efectivamente,
el proceso de orgasmo es placentero pero a veces también predecible. Está el
desarrollo, las contracciones, y luego una sensación inmensa de bienestar y
relajación. No obstante, otras veces ocurren cosas que no son las esperadas,
como dolores de cabeza repentinos, estornudos o lloros (Las causas de algunos
de estos fenómenos siguen siendo un poco misteriosas porque no hay tanta información sobre orgasmos y los datos que tienen
los investigadores se basan en muestras
pequeñas.)
A continuación se explican algunas
de las cosas más sorprendentes que pueden suceder cuando tienes un orgasmo.
Algunas son raras, otras más comunes, pero todas nos recuerdan lo curioso e
interesante que puede llegar a ser nuestro cuerpo.
1. Puede que sientas dolor de cabeza
El estallido
de placer es evidente, pero es posible que también surja un dolor agudo de
cabeza. Las jaquecas post-orgasmo son más comunes entre los hombres y entre las
personas que sufren migrañas, según la Clínica Mayo. La mayoría de esas cefaleas duran sólo
unos minutos, pero pueden persistir hasta varias horas o incluso un par de
días.
"Mientras
que algunas personas sienten un leve dolor que se incrementa a medida que se
van excitando, la mayoría de quienes lo experimentan notan un severo y
repentino dolor de cabeza justo antes o durante el orgasmo", cuenta Laurie
Mintz, autora de Becoming Cliterate: Why
Orgasm Equality Matters—And How to Get It, a la edición estadounidense del HuffPost.
Se
desconoce exactamente por qué se producen estos dolores, pero algunos expertos
creen que tiene que ver con un pico de adrenalina que recorre el cuerpo
durante el sexo.
En general,
las cefaleas provocadas por el sexo no deberían preocuparte. No obstante, en
algunos casos pueden apuntar a algún problema subyacente, especialmente si
experimentas otros síntomas como vómitos y rigidez de cuello. Así que es mejor
consultarlo con algún médico para que descarte algo más serio.
2. Es posible que llores
Cuando todavía estás disfrutando del
placer post-orgasmo, de repente te das cuenta de que se te están cayendo las
lágrimas. ¿Qué pasa? Los expertos no están del todo seguros a la hora de
señalar por qué ocurre, pero no resulta tan sorprendente, teniendo en cuenta
todos los cambios psicológicos y fisiológicos que se producen durante el sexo.
Pero tranquilos: es bastante común.
El fenómeno
"se conoce como disforia poscoital", explica al HuffPost la
terapeuta sexual Vanessa Marin.
"Un buen número de personas dicen sentirse tristes, sobrepasadas, llorosas
o sensibles después del orgasmo".
Las personas que se ponen
lacrimógenas después del sexo pueden pensar que es señal de un problema
subyacente en la relación con su pareja, pero esto no es necesariamente cierto.
"La mayoría de las veces ocurre
en relaciones íntimas de amor, y lo cierto es que está asociado a emociones
felices", señala Mintz. "Aun así, si te sucede y sospechas que hay
otro motivo detrás —como que no eres del todo feliz en tu relación—, no está
mal hablarlo con alguien de confianza o con un terapeuta".
Algunas
víctimas de traumas sexuales experimentan disforia poscoital incluso
después de una relación sexual satisfactoria.
"También
merece la pena hablarlo con un psicólogo si sueles tener sentimientos de
vergüenza, culpa o tristeza después del sexo", afirma la psicóloga y terapeuta
sexual Rachel Needle. "[Un
terapeuta] puede ayudarte a entender esos sentimientos y de dónde vienen".
3. Puede que te sientas totalmente
eufórico
No es ningún
secreto: los orgasmos generalmente sientan muy bien. Pero para algunas personas, los
sentimientos positivos post-sexo se ven especialmente intensificados.
"Para
algunas personas, los sentimientos de euforia son muy, muy intensos",
señala Marin. "Su estado de ánimo mejora, se sienten más optimistas y se
les sube la autoestima. De nuevo, no se sabe muy bien por qué los orgasmos
desencadenan esas reacciones tan distintas en diferentes personas".
4. Es posible que estornudes
¡Aaaaa...
chús! Los
investigadores no aciertan a la hora de señalar por qué estornudar y tener un
orgasmo es algo consecutivo para algunas personas, pero sugieren que puede
tener que ver con cables que se cruzan en el sistema nervioso autónomo, que es
responsable de actos reflejos como los estornudos, así como de la excitación sexual.
"Todavía
no lo sabemos bien", reconoce el cirujano Mahmood Bhutta. "Algunas funciones que son
automáticas se confunden un poco en el cerebro".
5. Es posible que te tiemblen las
piernas
Algunas
mujeres afirman tener temblores de piernas después de un orgasmo. Durante el
clímax, crece la tensión en torno a nuestros músculos, y no sólo en los que
rodean al área genital. Cuando se acaba el sexo y se libera la tensión, pueden
surgir calambres, temblores o contracciones. Si te ocurre, prueba a beber agua
y a comer algo con potasio, como un plátano, aguacate o yogur, recomienda la ginecóloga y obstetra Jessica
Williams. "¡Y diviértete!", recuerda.
6. Quizá sientes síntomas similares
a los de la gripe
El síndrome de
la enfermedad post-orgásmica (POIS, por sus siglas en inglés) es un
trastorno raro en el que los hombres experimentan síntomas parecidos a los de
la gripe, como fiebre, fatiga y congestión nasal, después de eyacular.
No se sabe
mucho sobre las causas del POIS, pero algunos investigadores sostienen que
puede estar relacionado con un trastorno autoinmune o una alergia al semen, según el Genetic and Rare Diseases Information Center.
Una investigación
de la Universidad de Tulane (Louisiana, EE UU) apunta que el POIS
"afecta negativamente a la vida de los pacientes, limitando la actividad
social, enfriando las perspectivas románticas, creando luchas internas para
evitar el erotismo e influyendo en la agenda de los pacientes".
La Sociedad
Internacional de Medicina Sexual recomienda acudir al médico si experimentas síntomas de gripe
después de un orgasmo.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost EEUU y ha sido
traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
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