El rey Juan Carlos ha recorrido más de 55.000 kilómetros en viajes de
placer desde que abdicó
El monarca emérito disfruta de un retiro de lujo, que
choca con la imagen que su hijo pretende dar. Ha recorrido medio mundo con
destinos tan dispares como el Caribe u Oriente Próximo
Público
SERGIO LEÓN
MADRID.- La vuelta al mundo muleta en mano. No parece
que la jubilación del rey emérito esté siendo especialmente dura. Desde que
abdicara en su hijo en junio del año pasado, Juan Carlos de Borbón ha
recorrido miles de kilómetros en multitud de viajes. Algunos
tenían aún cierto carácter oficial, pero la mayoría de ellos no han sido más
que por puro placer.
Restaurantes de lujo, toros, partidos de la Premier, Fórmula 1. El Caribe, Oriente Próximo, Nochevieja en Beverly Hills. Y sin contar lo que no ha trascendido de las vacaciones infinitas del que fuera jefe de Estado durante 39 años. Apenas ha habido continente que Juan Carlos no haya pisado en estos meses a pesar de sus problemas de salud y de movilidad. Haciendo un recuento rápido, el padre del rey se ha echado a las espaldas más de 55.000 kilómetros. Una cifra que ni siquiera tiene en cuenta los posibles regresos a Madrid y que no puede ser más precisa ni puede tener en cuenta todos los destinos ante la falta de información detallada sobre sus actividades.
Restaurantes de lujo, toros, partidos de la Premier, Fórmula 1. El Caribe, Oriente Próximo, Nochevieja en Beverly Hills. Y sin contar lo que no ha trascendido de las vacaciones infinitas del que fuera jefe de Estado durante 39 años. Apenas ha habido continente que Juan Carlos no haya pisado en estos meses a pesar de sus problemas de salud y de movilidad. Haciendo un recuento rápido, el padre del rey se ha echado a las espaldas más de 55.000 kilómetros. Una cifra que ni siquiera tiene en cuenta los posibles regresos a Madrid y que no puede ser más precisa ni puede tener en cuenta todos los destinos ante la falta de información detallada sobre sus actividades.
El “lo siento,
me he equivocado, no volverá a ocurrir” nunca se hubiera
producido de no haberse roto la cadera durante un
viaje a Botsuana que no se había comunicado. Ahora, Juan
Carlos, que goza de una asignación de 187.356 euros al
año, ha dejado plantada a su familia o ha faltado a actos
oficiales para irse de vacaciones a la playa. Una actitud que choca con la
imagen de sobriedad y rectitud que pretende imponer Felipe VI, que en sus
presupuestos como monarca se bajó el
sueldo un 20%.
La cantidad de euros destinados a todos estos viajes son incalculables. El Gobierno se negó a detallar los costes de los desplazamientos de Juan Carlos en los últimos meses de su reinado, incluyendo una gira para ver a sus amigos del Golfo Pérsico. El Ejecutivo rechazó aclarar las circunstancias de los viajes que le había reclamado el entonces diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón. Una transparencia que se ha tornado aún más oscura ahora que el rey se siente totalmente libre para no rendir cuentas a nadie.
La cantidad de euros destinados a todos estos viajes son incalculables. El Gobierno se negó a detallar los costes de los desplazamientos de Juan Carlos en los últimos meses de su reinado, incluyendo una gira para ver a sus amigos del Golfo Pérsico. El Ejecutivo rechazó aclarar las circunstancias de los viajes que le había reclamado el entonces diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón. Una transparencia que se ha tornado aún más oscura ahora que el rey se siente totalmente libre para no rendir cuentas a nadie.
El primer destino en el extranjero de Juan Carlos tras
ceder la corona fue Colombia. La Casa Real aún lo cataloga de “viaje oficial”.
El rey emérito llegó a Bogotá el 5 de agosto de 2014 para
participar en los actos de investidura del segundo mandato del presidente
colombiano, Juan Manuel Santos, con quien también se reunió en privado.
Durante ese verano se mantuvo discreto y fuera de los
focos. Sólo se le vio comiendo en Madrid o de visita en Granada junto a su hija
Elena. A finales de agosto y principios de septiembre también estuvo presente
en un par de partidos del Mundial de baloncesto que se celebró en España. Algunos argumentaban que no quería robar protagonismo a su hijo, aunque
desde Italia se apuntaba otra razón. La revista del corazón Oggi, de los dueños de Il Corriere della Sera,
aseguraba que había pasado 21 días en Tánger con Corinna en
una villa junto al mar propiedad de Felipe González.
Festines gastronómicos
Tras los meses de mayor calor, el padre del rey retomó con fuerza sus apariciones públicas en diferentes actos y, sobre todo, su vida privada. Juan Carlos no ha tenido reparo alguno en dejarse ver junto a su círculo más íntimo en restaurantes de alto standing como el Celler de Can Roca, Arzak o el Bohío de Toledo.
Tras los meses de mayor calor, el padre del rey retomó con fuerza sus apariciones públicas en diferentes actos y, sobre todo, su vida privada. Juan Carlos no ha tenido reparo alguno en dejarse ver junto a su círculo más íntimo en restaurantes de alto standing como el Celler de Can Roca, Arzak o el Bohío de Toledo.
Las rutas gastronómicas de Juan Carlos han sido algo
constante durante estos meses. No ha sido, sin embargo, el único placer del que
ha gozado. El 20 de octubre estuvo en la tribuna del Etihad Stadium para presenciar el Manchester City 4 – Tottenham 1 aprovechando
la amistad que mantiene con el dueño de los citizens, el jeque
Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan. Un mes después viajó a Abu
Dhabi para presenciar la última carrera de la temporada de Fórmula
1 y, ya de paso, hacer de portavoz improvisado. Ni corto ni perezoso, el monarca
desveló en televisión el futuro de Fernando Alonso cuando el
piloto asturiano todavía pretendía guardarlo en secreto: “Me ha dicho que se va
a McLaren y que está muy contento".
Para descansar de tan ajetreada agenda, el rey emérito decidió
iniciar 2015 por todo lo alto y celebrar su 77 cumpleaños en
California, EEUU. Una fotografía mostró a un relajado Juan Carlos comiendo en
uno de los restaurantes más lujosos de Beverly Hills,
The Ivy, donde se congregan el mayor número de famosos por metro cuadrado del
barrio californiano.
A finales de enero emprendió un viaje privado a Arabia
Saudí para saludar al
nuevo rey Salman Bin Abdulariz y darle su pésame tras la muerte
a los 90 años de Abdalá bin Abdulaziz, hermano y anterior monarca saudí. La
presencia oficial de España al funeral ya corrió a cuenta de Felipe VI y el
ministro de Defensa, Pedro Morenés. La visita de Juan Carlos a Riad fue a
título personal, sin utilizar "medios del Estado" y sin "ningún encargo" de su hijo, tal y
como reconoció la Casa Real.
Varias comilonas después en diferentes restaurantes
españoles, en febrero acudió a Uruguay para la toma de posesión de Tabaré
Vázquez, que sustituye en la presidencia a José Mujica. Eso
sí, tras pasar
una semana de lujo en el Caribe. El padre del rey estuvo seis
días en el complejo hostelero más exclusivo de República
Dominicana, según recogió la prensa local. Durante su estancia
estuvo acompañado en todo momento de los miembros del clan Fanjul, magnates del
azúcar caribeño y dueños del recinto.
De Montevideo a EEUU. A principios de marzo participó en varios actos en Washington durante tres días. Ya de vuelta en España, el 13 del mismo mes viajó a Vitoria para ser sometido a una revisión médica privada con su amigo traumatólogo Mikel Sánchez, conocido por tratar a deportistas de élite como Rafa Nadal.
Abril, un mes de lo más ajetreado
Su estancia en España duró más bien poco. Apenas diez días después, y tras recuperar fuerzas con tu visita al médico, el rey emérito fue visto y fotografiado en un todoterreno en una de las zonas más exclusivas de Londres, donde, según la prensa italiana, convive con Corinna. Antes había pasado unos días en Barcelona para disfrutar de otra ruta gastronómica con su hija Cristina. Una vez más, Juan Carlos aparecía en un titular por sus actividades privadas.
De Montevideo a EEUU. A principios de marzo participó en varios actos en Washington durante tres días. Ya de vuelta en España, el 13 del mismo mes viajó a Vitoria para ser sometido a una revisión médica privada con su amigo traumatólogo Mikel Sánchez, conocido por tratar a deportistas de élite como Rafa Nadal.
Abril, un mes de lo más ajetreado
Su estancia en España duró más bien poco. Apenas diez días después, y tras recuperar fuerzas con tu visita al médico, el rey emérito fue visto y fotografiado en un todoterreno en una de las zonas más exclusivas de Londres, donde, según la prensa italiana, convive con Corinna. Antes había pasado unos días en Barcelona para disfrutar de otra ruta gastronómica con su hija Cristina. Una vez más, Juan Carlos aparecía en un titular por sus actividades privadas.
Para Semana Santa decidió plantar a los reyes Felipe y
Letizia en Mallorca y pasar unos días en Barbados,
una vez más acompañado por los Fanjul. Viaje que le ‘impidió’ estar presente en
el funeral del príncipe Kardam de Bulgaría celebrado en Madrid y al que sí
acudió Sofía de Grecia.
Abril, sin duda, está siendo un mes ajetreado para el monarca emérito. A pesar de tener que cumplir con un acto en Madrid el lunes 13, Juan Carlos recorrió unos 700 kilómetros el fin de semana anterior para presenciar una corrida de toros en Brihuega, Guadalajara, y marcharse después a La Rioja a darse un nuevo festín culinario.
Su última foto es del pasado sábado. En Bahein, junto a los pilotos españoles que participaban en el Gran Premio de Fómula1. Otro avión, otro viaje privado, a la espera de seguir completando su retiro de oro con un nuevo destino.
Abril, sin duda, está siendo un mes ajetreado para el monarca emérito. A pesar de tener que cumplir con un acto en Madrid el lunes 13, Juan Carlos recorrió unos 700 kilómetros el fin de semana anterior para presenciar una corrida de toros en Brihuega, Guadalajara, y marcharse después a La Rioja a darse un nuevo festín culinario.
Su última foto es del pasado sábado. En Bahein, junto a los pilotos españoles que participaban en el Gran Premio de Fómula1. Otro avión, otro viaje privado, a la espera de seguir completando su retiro de oro con un nuevo destino.
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