Analista y crítica de cine
Herir sentimientos
10/02/2018
ElHuffPost
Diez casos prácticos
1. Adela ama
perdidamente a Federico. Enrique opina que Federico es feo o tonto. Los
sentimientos de Adela sufren por la opinión de Enrique.
2. Adolfo adora
a Bernardo. Bernardo pasa olímpicamente de Adolfo, incluso se mofa de su
adoración. Bernardo está hiriendo los sentimientos de Adolfo.
3. Arturo ha
puesto mucha energía e interés en escribir un libro o en pintar un cuadro. Pero
Benito se burla de esa obra. Hiere gravemente los sentimientos de Arturo.
4. Una persona
aborrece el sadismo. Ve que pasean crucificados por las calles y oye que alaban
el sufrimiento porque lo consideran "redentor". Esa persona siente
profundamente heridos sus sentimientos de ternura.
5. Alguien cree
en la capacidad de raciocinio de los humanos. Se cruza con una panda de hinchas
de fútbol completamente exaltados. Sus sentimientos de amor hacia a la especie
humana sufren tremendos estacazos.
6. Una piensa
que todos los humanos merecen igual respeto y tienen igual derecho a la
justicia. Mira a tu alrededor y, desde que se levanta hasta que se acuesta, sus
sentimientos reciben heridas de manera masiva e inmisericorde.
7. Uno
comprueba que hay gente (verbi gratia, Amancio Ortega) apalancando millones a
cambio del trabajo e incluso del padecimiento ajeno. Tal cosa le duele y
destroza sus sentimientos.
8. Una mujer,
solo por serlo, corre mucho más peligro que un hombre y sufre, además, peligros
específicos que los hombres no han de temer. Sabe que va a ganar menos, que
servirá a los miembros de su familia, que va ser ninguneada y juzgada
continuamente por su aspecto, etc. etc. Ella, sin embargo, cree en la igualdad.
Sus sentimientos se verán, pues, profunda y radicalmente heridos.
9. Una persona
cree que las naciones son productos históricos muy discutibles y aleatorios.
Por encima de ellas sitúa, sin duda alguna, los valores humanos. Ve
constantemente a gente agitando banderas y enfrentándose por ellas, poniendo
toda su pasión en la patria. Eso hiere enormemente tus sentimientos.
10. Eres
católico. Amas fervientemente a Jesús del Gran Poder, a la Esperanza de Triana,
a la Moreneta o la virgen del Pilar. Unos ateos hieren tus sentimientos
haciendo burlas de esas imágenes.
Los del punto 10. Ahí no tienes
escape. Si la iglesia considera que has herido los sentimientos de los
católicos, que dios te coja confesado
En los casos 1,
2 y 3 cualquiera que no sea un desalmado tratará de atenuar el daño que sabe
que sus palabras o actos ocasionan. Intentará que su crítica o su desamor
hieran lo menos posible.
Me temo, sin
embargo, que los que están en los casos expuestos en los puntos 4 y 5
continuarán sufriendo.
Los que peor lo
tienen son aquellos a quienes los puntos 6,7 y 8 les causan tremendo dolor. Van
a seguir padeciendo, van a seguir comprobando como sus sentimientos sufren
mofa, befa y escarnio todos los días y a todas horas porque las sociedades
donde vivimos están basadas en esas arbitrariedades, desigualdades, injusticias
y horrores...
Su única
medicina será luchar por otro mundo... Pero "¡Cuán largo me lo
fiais!"... Mientras llega, sus sentimientos seguirán siendo heridos...
Los del punto
9, los que sufren viendo cómo una bandera obnubila el sentido, también lo
tienen crudo. Es más, si los enardecidos nacionalistas agitan el banderín de la
patria oficial, mejor no meterse con ellos ni con su trapo porque quien se
llevará las tortas no serán los patriotas, no. Si los trapos son periféricos,
la cosa cambia. Es muy improbable que la justicia te condene por quemar una
señera o una ikurriña. Aunque, ojo, no se te ocurra hacerlo en medio de una
manifestación nacionalista.
Pero, sin duda
alguna y de manera rotunda ¿cuáles son los únicos sentimientos que no puedes
herir a no ser exponiéndote a graves consecuencias?
Los del punto
10. Ahí no tienes escape. Si la iglesia considera que has herido los
sentimientos de los católicos, que dios te coja confesado (empleo esta expresión
por no desentonar).
La iglesia es,
en nuestro país, la institución más prepotente y chulesca. En comparación,
hasta el ejército parece humilde. Y la iglesia tiene a su servicio al poder
legislativo y al judicial.
Puedes reírte
del abominable hombre de las nieves, puedes mofarte del hada madrina, puedes
herir los sentimientos de quienes dudan que el hombre pisara la luna, pero como
te moques de las brujerías de la Iglesia, de sus pompas y sus obras, corres
grave peligro.
Y de la iglesia
no cabe esperar misericordia. Ser decente y creer en la iglesia debe resultar
una insoportable tortura moral. Algo así como ser feminista y saber que tu
padre es un violador...
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