Memoria Pública
Isidora Márquez Herrador.
Causa: rebelión militar. Edad: 97 años
La anciana juzgada en Consejo de
Guerra Sumarísimo en el pueblo de Hinojosa del Duque (Córdoba) narra la
evidencia del terror vivido por la represión franquista en la provincia, donde
hubo durante toda la guerra un frente estable republicano. Cinco mil fusilados
en la capital y alrededor de 18.000 procesados por tribunales militares en
Consejos de Guerra.
Público
Sevilla 3/2/18
María Serrano
En un pueblo de apenas
5.000 habitantes durante la guerra, Hinojosa del Duque (Córdoba), vivía Isidora Márquez Herrador. Era una más de aquella
lista, una de las condenadas por rebelión militar que dejó casi una treintena
de fusilados en el pueblo y cientos de procesados en el Juzgado Militar
instalado en el municipio. El 7 de junio de 1939, Isidora es denunciada por una
vecina. No se trata de un caso aislado. Es una historia sangrante.
Isidora es anciana y tiene 97 años de edad. Su delito de adhesión a la rebelión
por el ‘chivatazo’ de su vecina doña Jesús Ramos la condenó a un periplo
carcelario hasta los 100 años de edad durante los primeros años de posguerra.
“Podríamos hablar con
pruebas documentales de una de las provincias más represaliadas por el franquismo,
de Andalucía e incluso del resto de España”. Julio Guijarro, investigador de
los crímenes cometidos durante la dictadura y la represión judicial militar en
Córdoba es contundente con las cifras que maneja.
Desde el inicio de su
investigación, en el año 2013, ha localizado más de 3.600 procedimientos
judiciales militares solo de esta provincia. La mayoría Consejos de
Guerra. “El caso de Isidora me llamó muchísimo la atención, demuestra los odios
y rencillas que había entre los vecinos de un pueblo que había tenido un papel
destacado para los dos bandos”, destaca a Público.
Guijarro lleva más de
un lustro investigando entre legajos y documentos judiciales históricos. El
número de procesados, vecinos de la provincia de Córdoba
-y del resto de la geografía nacional- que ha podido localizar hasta el momento
supera las 5.000 personas, de las que 432 son mujeres. “De otras provincias
llegaron a ser procesados en Córdoba 685 personas; 2.115 resultaron condenados:
952 a muerte y 1.163 a prisión”. Y aclara que se podrían llegar a los 18.000 procesados
en Córdoba capital y provincia, tal y como afirma el catedrático de la
Universidad de Córdoba Antonio Barragán Moriana.
Además, Barragán aclara
que existen unos 11.000 vecinos a los que se les aplicó la Ley de
Responsabilidades Políticas a partir de 1939, una norma que atentaba contra el escaso patrimonio que poseían los encausados.
Por su parte, el historiador Francisco Moreno Gómez ha declarado en una
reciente entrevista que las víctimas enterradas en las fosas comunes de la
capital podrían superar la cifra de 5.300, frente a los 4.000 que se suponía
hasta el momento.
Informaciones, diligencias previas, causas, consejos de guerra sumarísimos
de urgencia y ordinarios, correspondientes a la represión ejercida por los
golpistas y la dictadura durante la guerra, la inmediata postguerra y los años
40 y 50, los procesados por la guerrilla. Es la ingente documentación que se
encuentra depositada en el Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial
Segundo de Sevilla.
“Los últimos fusilados
cordobeses localizados hasta el momento están relacionados con la resistencia guerrillera antifranquista en esta
provincia, vecinos de Hinojosa y Villaviciosa, juzgados y fusilados en Sevilla
en el año 1953”. Pero sin duda el caso más espeluznante hallado hasta el momento
por Guijarro ha sido el de Isidora Márquez, sometida a un Consejo de Guerra en
su mismo pueblo, Hinojosa del Duque.
Viuda, sin instrucción, 1,52 metros de estatura y 97 años
Hinojosa estuvo
dividida por la línea del frente durante los tres años de guerra. En 1938 la
aviación franquista sometió a la comarca de los Pedroches a un incesante ataque
de la aviación golpista. A principios de 1939, se libra la última batalla de la República para la recuperación de este
territorio. El frente se estabiliza entre Hinojosa y Villanueva del
Duque. Y las rencillas no se hacen esperar. En Hinojosa son fusiladas 30
personas en 1939, desde abril a diciembre. Entre los Consejos de Guerra
abiertos en el mismo pueblo se encuentra el de la anciana Isidora.
Guijarro relata a Público que “la generalización de los consejos de
guerra sumarísimos provoca la proliferación de la conocida justicia invertida o
justicia al revés. Los militares golpistas acusan de rebelión
a los defensores del orden democrático”. En estas graves circunstancias se
encuentra el caso de Isidora, condenada a los 97 años de edad.
Carmen Jiménez,
profesora de Historia de la Universidad de Córdoba, afirma en su investigación ‘Pasionarias en Córdoba. Mujer y represión franquista’
cómo la tipología de delitos es variada en los procesamientos a mujeres en la
provincia de Córdoba, que van desde “la filiación política, la participación
activa en la vida política del pueblo, la presencia en el frente como
milicianas, actos anticlericales, el espionaje, el amancebamiento o los
relacionados con hombres cercanos a las mujeres juzgadas”.
Sin embargo, la investigadora aclara que “para que el proceso militar
se iniciara bastaba una denuncia de alguna persona de derechas o bien de la
propia Guardia Civil”.
En medio de aquella sed
de venganza, Isidora Márquez, conocida como la Peperreta, según
consta en el procedimiento, es denunciada por una vecina cercana a su vivienda.
Doña Jesús Prados, que la acusa de haber informado en julio de 1936 a un grupo
de milicianos de la columna minera llegada desde Pueblonuevo, pueblo central de
la comarca. La vecina revelaba que Isidora había comunicado la presencia de un
fascista en su casa. El falangista sería detenido por la columna minera y
fusilado en una zona del pueblo conocida como Cruz de la Torrecilla.
La instrucción describe
los rasgos físicos de la anciana: “Ojos color zano, pelo blanco, estatura 1,52
y estado civil viuda” Tras las diligencias previas, la anciana ingresa en la
cárcel de Hinojosa el mismo día de su detención, el 7 de junio
de 1939. Tres meses más tarde, la Auditoría Delegada de la Segunda
Zona de Justicia de Pueblonuevo emite orden para el procedimiento sumarísimo de
urgencia. Fernando Hens Dugo es el juez militar que instruye la causa en
febrero de 1940. Mientras tanto, Isidora sigue en prisión por un mero
chivatazo.
La anciana no recibe
declaraciones de ningún testigo a favor. Sin informes contrastados por parte de
las autoridades locales militares, el escrito de oficio ratifica su “filiación
izquierdista y gran propagandista de estas ideas, y que intervino en infinidad de saqueos en casas de personas de derechas”.
Isidora no presta declaración antes del auto de procesamiento por parte del
juez Dugo.
Condenada a reclusión perpetua, una pena de 30 años
El 1 de marzo de 1940,
Isidora es procesada por el delito de rebelión militar
“en base a los artículos 237 y 238 del Código de Justicia Militar y al Bando
Declarativo del Estado de Guerra”, tal y como aclara el investigador Guijarro,
que dio con la causa en el archivo.
El Consejo de Guerra la condena a una pena de reclusión perpetua (30
años de prisión, en la práctica) el 29 de marzo de 1940. Su delito, adhesión a
la rebelión militar.
La anciana no es solo condenada a la pena de 30 años de cárcel. Guijarro
señala que “como es habitual, la pena lleva añadida la inhabilitación absoluta
durante el tiempo de condena y la declaración de responsabilidad civil en la
cuantía que estime el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas”. Una
pena añadida para los condenados, por cuanto supone despojarles de una parte de
sus bienes. Gracias a la investigación de Antonio Barragán, se conoce el
expediente de responsabilidades políticas de Isidora Márquez Herrador.
El 9 de julio de 1940
la sentencia se hace firme. Isidora reanuda su recorrido carcelario ingresando en la Prisión Provincial de Córdoba. Más
tarde es trasladada a la Prisión de Mujeres de Gerona y posteriormente a la
Prisión de Mujeres de Málaga.
En aquellas viejas
cárceles saturadas de condenadas, la vida cotidiana de las presas se encontraba
marcada por un fuerte ejercicio de limpieza psicológica por parte
de las autoridades franquistas, ya que eran calificadas como seres
inferiores y perversos, tal y como destacaba en los informes el psiquiatra
Antonio Vallejo Nágera, jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares del
aparato franquista, que trabaja en la cárcel de Málaga.
Además, en la prisión
provincial de Córdoba, las mujeres estabas sometidas a una dieta estricta de menos de 800 calorías diarias. La
anciana soportó estas pavorosas condiciones hasta que se redujo su pena y pudo
salir en libertad condicional. Guijarro aclara que “se dictan normas que
favorecen la excarcelación de los prisioneros: indultos y conmutación de penas;
con lo que finalmente muchos rematados no cumplirán en su totalidad las penas
establecidas”.
Isidora vuelve a su pueblo a los cien años, de vuelta a Hinojosa
El 26 de junio de 1943, la Comisión Central de Examen de Penas, en
Madrid, propone la conmutación de la pena de la anciana Isidora, de 30 a 15 años.
Es a partir de 1940,
cuando la justicia militar empieza a revisar los procedimientos ante
el hacinamiento en las prisiones. Aunque muchas mujeres fueron
condenadas a cadena perpetua, sus penas fueron muy rebajadas. El problema
persistió después, en sus pueblos, donde fueron humilladas y señaladas por sus
vecinos.
Isidora volvería a su
pueblo. El comandante de puesto de la Guardia Civil de Hinojosa informa que la
Prisión de Mujeres de Málaga le ha concedido la libertad condicional. El 28 de octubre de 1943 Isidora logra volver de nuevo a Hinojosa,
ya cumplidos los cien años de edad. A pesar de la búsqueda de
documentación, no se conoce la fecha de defunción de esta mujer, que resistió
con vida hasta el último momento.
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