Buscar este blog

miércoles, 26 de julio de 2023

 


Reflexiones en un rincón de Génova de un veterano del PP: “Lo hicimos fatal, peor imposible”

Piensa para sí este viejo

lobo del PP que fue un

error, un craso error que el

candidato a La Moncloa

por el PP no fuera al

debate a cuatro



Juan Luis Valenzuela

ElPlural

25-7-23


Hemos ido de mal a peor, de poder gobernar a hundirnos en la miseria final”. Esa es la frase que un antiguo dirigente del Partido Popular, hoy relegado por la nueva guardia feijoniana a un triste y estrecho rincón de la inmensa sede de Génova, 13. Desde esa pequeña sala reservada para esas viejas glorias que visitan eventualmente la sede (esa que la Audiencia Nacional consideró probado que la formación pagó sus obras en negro), alguien que fue mucho en el partido, resume la valoración de la catástrofe electoral sufrida ya por el Partido Popular y Feijóo.

Recostado en el gastado y anticuado sillón de cuarta generación –los buenos, los de piel y ergonómicos, los tienen en sus despachos los jóvenes turcos de Feijóo- , oye, desde ese lugar, los fingidos gritos de pseudojúbilo que se está escenificando y teatralizando en ese momento en el balcón de la sede. Y esboza media sonrisa sarcástica, o incluso vengativa, cuando le resuenan los ecos de “Ayuso, Ayuso, Ayusoooo” que interrumpen al ¡¿líder?! al amigo de Marcial Dorado, como le denominan en sus partidas de dominó con otros veteranos compañeros.

Piensa para sí este viejo lobo del PP que fue un error, un craso error que el candidato a La Moncloa por el PP no fuera al debate a cuatro. “Huir es de cobardes”, dice. Cree que se le dio toda la pista a Abascal y un amplísimo espacio a Sánchez y a Yolanda, “un lucimiento para la izquierda”, concluye. Y en ese momento, recuerda como había precedentes de que eso podría ocurrir, como cuando el “Niño Arenas” perdió la oportunidad histórica de ser presidente de Andalucía, cuando perdió por incomparecencia al no ir al debate aquel fatídico 12 de marzo de 2012. “Es que no aprendemos, coño, no aprendemos”.

Sigue calentándose la cabeza y deduce que el haber puesto menú completo con posada, fonda y sueldo en Génova a Narciso Michavila, ha sido letal. “Ni con Pedro Arriola se estuvo tan enchochado”, recuerda. Con Arriola había debate y discusiones. Con Michavila ni mú, ni se le ha cuestionado que además de malasesorarnos, hiciera política por radios y televisiones. Se le dejó empoderarse, se creyeron a pies juntillas lo que decía. Sus análisis y propuestas se convirtieron en órdenes. A Bendodo solo le faltó construirle un altar en su despacho y poner velas diarias a “San Narciso”.

Y trayendo a colación a Elías Bendodo considera que igual que Feijóo se pensó que España era como Galicia, el malagueño creyó que este país era Andalucía. Censura nuestro viejo lobo, amigo en su momento de Manuel Fraga, que el tono entre chulesco y engreído del coordinador general del Partido Popular en sus comparecencias, ha sido entendido por el electorado como maleducado y frentista. Ni los malos chistes gustaron.

Pasado este “repaso” se centra en Vox y en la estrategia de campaña. “No puedes insultar ni ridiculizar a quien esperas que sea tu socio, es de cajón”. Además, vilipendiándolo, lo erosionas electoralmente y, luego, pasa lo que pasa, que no sumas ni de coña”. Cree que deberían de haber aprendido de la estrategia conjunta del PSOE y de Sumar, de los cariñosos elogios de Sánchez a Yolanda Díaz.

Pero donde su partido y los nuevos jóvenes turcos la cagaron fue en madrugar tanto para pactar un gobierno en Valencia, en tan solo dos horas, con Vox, mientras que dilataban y se enfangaban en insultos en Extremadura, para luego terminar pactando. ¿Y por qué ha estado callada o acallada, Isabel Díaz Ayuso? Madrid, piensa, que le podría haber aportado más votos y escaños cruciales. Pero el miedo de Feijóo a que hagan con él lo mismo que hicieron con Casado, o sea, fulminarlo, hizo que a la presidenta madrileña, la metieran en un armario sin altavoces durante toda la campaña.

No haberlo previsto, no haber parado (o no saber hacerlo), las burradas que gobiernos locales y regionales provocaron con sus acciones en campaña, tales como retiradas de banderas arcoíris, negar la violencia de género, declaraciones ultras o censuras, vetos y cancelaciones culturales, sumaron al capítulo de errores, inmensos errores, de campaña.

Y llega el momento de Alberto, el gallego, el candidato. Reflexiona el veterano militante y ex dirigente que ahí está la madre del cordero. Insolvente, equivocándose día sí y día también, mintiendo ante los periodistas, dudando ante preguntas, confundiendo Castilla La mancha con Castilla y León, el Mediterráneo con el Atlántico, a Manuel con Antonio… y así todo. Tenemos un bluff de candidato y presidente del partido. Alberto y sus jóvenes turcos feijonianos son una pandilla de…

Y de pronto paraliza sus reflexiones, deja de recostarse en el sillón, se pone de pie y deja sus críticas. Oye que por el pasillo vienen los jefes llegados desde el balcón. Vienen con los rostros cabreados, con el ceño fruncido, con cara de decepción y sin apenas hablarse. Y este viejo lobo de mar de gaviotas abandona su reflexión crítica y pone buena cara: “No vaya a ser que estos pseudosgurús me lean el pensamiento y, mañana, ni me dejen este desvencijado sillón de esta mínima salita de sillón”.

*Este personaje es pura invención, es imaginativo. Pero podría ser verídico. Como las meigas, en Génova 13, hoy, personajes como este de ficción, “haberlos haylos”.  Y son susceptibles de aumentar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario