Rufián no se corta al valorar el paso de Pedro Sánchez por 'El Programa de Ana Rosa'

El catalán ha asegurado que la izquierda ha

 sufrido el mal de "no ser capaces de ir a

 todos los sitios"

ElPlural

Jesús Rico

4-7-23

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido el entrevistado estrella de este martes en ‘El Programa de Ana Rosa’, después de que el pasado lunes pasase Alberto Núñez Feijóo en el marco de las entrevistas en diferentes medios de comunicación que los dirigentes políticos están realizando durante la precampaña de las elecciones del próximo 23 de julio. Sobre esta conversación entre Ana Rosa Quintana y Pedro Sánchez ha hablado Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados. Lo ha hecho en ‘Todo es mentira’, el programa de Risto Mejide, donde se ha abierto a valorar la cuestión asegurando que se ha salido del argumentario para dar a conocer su opinión.

“Siento empatía porque durante cuatro años yo también pensaba que no tenía que ir a según qué sitios y cuando han pasado cuatro años me he dado cuenta de repente la gente me decía ‘no, no es que tú has votado a cambio de nada. Has votado gratis”, ha explicado Rufián, para añadir que considera que las izquierdas han sufrido el mal “de no ser capaces de ir a todos los sitios”.

A continuación, Risto Mejide le ha enseñado el fragmento de la entrevista en el que Sánchez le aseguraba a Ana Rosa Quintana que lo que decía eran opiniones y no hechos. “El periodismo, el análisis de la realidad aséptico no existe. No pasa nada por decirlo. hay que respetarlo”, ha subrayado el líder de Esquerra, remarcando también que Quintana es una persona que “crea opinión” y que, a veces, “hay que intentar contrarrestarlo”.

Después, Rufián ha vuelto a insistir en que no se puede estar cuatro años sin ir al programa del prime time de España: “Lo digo también porque a mí me ha pasado”. “Tienes que intentar ir a todos los sitios porque es lo que hay”, ha rematado.

Sánchez planta cara a las “insidias” de la derecha

“No soy perfecto, pero lo que sí soy es una persona limpia”, ha espetado el presidente del Gobierno, adoptando la dualidad institucional subyacente al cargo y el perfil aguerrido que permite encabezar la papeleta del Partido Socialista para mantener una Administración que evite el “retroceso” y apueste por el “avance”.

Sánchez ha percutido en la diferenciación entre opinión y hechos, remarcando la “desproporción” en las tertulias de según qué programas de actualidad y que “en absoluto responde a la realidad del país”. Frente a Ana Rosa Quintana, ha ejemplificado el tacticismo de estos grupos mediáticos en el “bulo” del insomnio de un Gobierno con Pablo Iglesias. “Yo no dije eso”, ha reiterado el jefe del Ejecutivo, arrastrando hacia esa realidad a sus interlocutores y este caso no iba a ser una excepción. “Se lo agradezco”, ha verbalizado el presidente en numerosas ocasiones, convirtiéndose en una coletilla que evidencia la claudicación de, en este caso, la presentadora estrella de Mediaset. Como hiciera también con Carlos Alsina y Pablo Motos.

Entre el rosario de “insidias” que atribuye a la derecha mediática Sánchez encuadra el sambenito de “mentiroso”. “¿He cambiado de opinión? Sí, pero no he mentido”, ha despachado, especialmente en cuestiones relativas al procés y a los indultos. Una vez más, ha redundado en que su acción política con respecto a Cataluña y el independentismo no responde sino a la prioridad de “crear convivencia”, enterrando a gran profundidad el clima de hostilidad en la región. En más de una ocasión, de hecho, ha enfatizado que en 2019 el conflicto catalán era una de las principales preocupaciones de los españoles. En definitiva, Sánchez ha descrito su viraje como un “cambio de opinión” en pos de la cohabitación de los ciudadanos en la región.

Sánchez ha utilizado el cisma catalán como prólogo de una breve disertación sobre el concepto de “mentira”, momento en el que ha dado pie a los acuerdos de Gobierno del PP de Alberto Núñez Feijóo con la ultraderecha. Un asunto del que se ramifica, a su vez, la diferenciación entre acuerdo de Gobierno y un pacto puntual, en relación a las negociaciones con EH Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a lo largo de la legislatura. En primer lugar, ha destacado que una “mentira”, al contrario que un viraje opinativo, es señalar “que ETA estaba detrás del 11M” o que defender la invasión de un país (Irak) porque tiene “armas de destrucción masiva”, pero también lo es vincular un caso de corrupción como la Gürtel con una maniobra del Partido Socialista para desbancar a otra formación.

En este punto, ha “negado la mayor” cuando su interlocutora le habla de “gobernar con Bildu”. “No es cierto”, ha replicado de inmediato el jefe del Ejecutivo, aludiendo a que esa expresión entronca con un “acuerdo de investidura” de cuatro años, que es lo que “está haciendo el Partido Popular con Vox”. Sánchez ha resaltado que su acuerdo de Gobierno se circunscribe a Unidas Podemos, aunque con PNV o EH Bildu, entre otros, puedan existir “negociaciones puntuales” porque para que el Congreso de los Diputados dé viabilidad a un texto son necesarios 176 escaños (mayoría absoluta).