¿A QUIÉN SIRVE HOY EL PP VALENCIANO?
Por Javier F. Ferrero
¿Qué queda realmente del PP valenciano después de la DANA de 2024, después de la dimisión de Mazón, después de la humillación pública de presentar candidata o candidato sin apoyos garantizados? ¿Qué partido es este que se dice hegemónico pero no puede moverse sin pedir permiso? ¿Quién gobierna realmente la Comunitat Valenciana?
Las preguntas importan porque retratan el fondo del asunto: el PP valenciano ya no es un partido autónomo, es un territorio intervenido políticamente por Vox. No solo en las votaciones. En la agenda. En el discurso. En la estrategia. En la identidad.
La investidura de Juanfran Pérez Llorca no es un trámite. Es el diagnóstico de una enfermedad crónica: dependencia política aguda.
¿POR QUÉ MANDA VOX?
Porque el PP llega desangrado.
Porque 229 muertes pesan más que cualquier argumentario.
Porque la gestión de la DANA fue tan caótica que destruyó la autoridad institucional del Consell.
Porque la dimisión de Mazón dejó un vacío que nadie sabía —ni quería— ocupar.
Y en política, los vacíos no duran. Los llena siempre quien tiene menos escrúpulos y más apetito. Vox tenía ambas cosas.
¿ES SOLO UNA NEGOCIACIÓN MÁS?
No.
Es la tercera entrega del mismo patrón:
• Pactaron investidura en 2023.
• Pactaron presupuestos en 2025.
• Pactan investidura en 2025 otra vez.
La repetición convierte lo excepcional en norma.
La norma convierte la dependencia en identidad.
Esto significa algo más profundo que un acuerdo parlamentario: la derecha valenciana ya no marca rumbo, administra el rumbo de la ultraderecha.
¿HAY OPCIÓN DEL PP DE RECUPERAR AUTONOMÍA?
Preguntémonos primero si la quiere. Porque el PP, en su versión valenciana, ha aceptado sin resistencia políticas que hace diez años habría considerado tóxicas:
• la ofensiva contra personas migrantes
• el negacionismo climático institucional
• presas como símbolo de poder y no de gestión
• el bloqueo de zonas de bajas emisiones
• la erosión de la Renta Valenciana de Inclusión
Estos no son peajes. Son decisiones asumidas.
Lo que sugiere algo que cuesta más admitir: el PP no está siendo obligado a virar. Está encontrando en Vox la coartada perfecta para avanzar donde antes no se atrevía.
¿Y QUÉ SIGNIFICA LA “MOCHILA EMPRESARIAL” DE PÉREZ LLORCA?
Significa que incluso Vox duda de un candidato nacido del propio PP. Una incomodidad que revela otra fragilidad: el nuevo presidente llega marcado antes de llegar. Y el 21 de noviembre declarará por la DANA.
No hay investidura posible que no arrastre ese peso.
¿QUÉ NOS ENSEÑA ESTE CASO SOBRE LA DERECHA ESPAÑOLA?
Que está atrapada en su propia geometría.
Que Feijóo pretende proyectar moderación en Madrid mientras en València su partido negocia supervivencia con quienes dinamitan políticas públicas, derechos ambientales y cohesión social.
Que el PP quiere gobernar como si siguiera siendo mayoritario, pero acepta pactar como si fuera irrelevante.
La derecha que presume de estabilidad está sosteniendo su poder sobre una cuerda que Vox tensa cada día un poco más.
¿QUÉ DEBERÍAMOS APRENDER DE TODO ESTO?
Que ninguna institución es inmune al desgaste,
que la debilidad política se paga siempre dos veces
y que cuando una tragedia se gestiona con soberbia,
el coste no se evapora, se acumula.
Lo que ocurre hoy en València no es una anécdota local.
Es una advertencia nacional:
cuando un Gobierno se arrodilla para mantenerse en el poder, deja de gobernar incluso antes de perderlo.
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Artículo completo:
El PP valenciano, reducido a un juguete en manos de la ultraderecha
https://spanishrevolution.net/el-pp-valenciano-reducido-a...
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