Miss Islas Canarias 1936,
Doña Francisquita, Franquito el Cuquito, Gallina mayor, Paca la Culona y…
Paquito el chocolatero.
(Apuntes de la biografía del
rebelde dictador Franco. Algunas de las barbaridades que dijo, o que dijeron
otros. ¿Qué opinaba su padre?)
Y parece que fue ayer pero hace ya muchos
años que murió el dictador en una cama de la Seguridad Social sufriendo una
interminable agonía que su yernísimo el señor Martínez junto con la
aquiescencia de políticos, médicos, la iglesia católica y estómagos agradecidos
alargaron al máximo mientras esperaban un milagro que no se produjo. Creían que
era inmortal y se resistieron todo lo
que pudieron para que subiese al cielo rápidamente. Algunos esperan que pueda
resucitar, otros lo quieren hacer santo. Ahora yace bajo una losa de más de mil
kilos en un mausoleo faraónico que mandó construir a su imagen y semejanza.

Antes de convertirse en el
“Enviado de Dios” era un ambicioso militar que, como hizo durante toda su vida,
nadaba y guardaba la ropa. Se sublevó en nombre de la República (a la que había
jurado fidelidad) con una carta al
Presidente, ambigua y llena de posibles interpretaciones futuras, para el
hipotético caso de que fallase la sublevación, poder decir donde dije digo,
digo Diego... Rizar el rizo de la felonía.
Las cosas salieron a pedir de boca cuando
la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana le proporcionó el Nihil Obstat y
santificó su guerra, pasando a llamarse desde ese momento La Cruzada de
Liberación, prohibiendo el término
Guerra Civil. De Glorioso Alzamiento pasó a ser Glorioso Movimiento, porque
alzamiento es un eufemismo de traición y ese era el delito y a la vez
indignante paradoja, por el que fusilaba a los republicanos en cuyos
certificados de defunción (cuando existían) los médicos diagnosticaban infarto
o derrame cerebral, según lo destrozado que quedaba el cadáver. (La muerte de
Federico García Lorca quedó inscrita en el Registro Civil de Granada en 1.940:
“…a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra.”)
Fue ascendido a Excelentísimo Caudillo de
España por la Gracia de Dios, Generalísimo (General Superlativo) de los
Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Su Excelencia el Jefe del Estado entrando en
las iglesias bajo palio, dejando en la puerta la fantástica, espectacular y
colorista guardia mahometana montada a caballo, como sacada de un cuento de las
Mil y Una Noches, lo que no producía la menor alteración en su innata y súper
alabada (por sus hagiógrafos) modestia.

Se comprende que los obispos, la Iglesia
católica, aceptase, o hiciese la vista gorda mirando hacia otro lado ante
semejante parafernalia, que no dejaba de ser una incongruencia y una paradoja,
considerándolo un simple pecado venial (¿de soberbia o complejo de
inferioridad?) pero que alimentaba la tremenda egolatría del dictador. Ahora,
después de tantos años que murió el general rebelde, en plena democracia, con
una Constitución que el militar sátrapa nos robó, salen a la calle a pedir,
(¡nada más ni nada menos!) libertad. Entre otros calificativos menos
cristianos, eso se llama Santa Desvergüenza señores obispos.
Su controvertida figura fue engalanada
durante cuarenta años por los turiferarios y hagiógrafos que en un afán
desmedido por elogiarle no dudaron en blasfemar, ni en utilizar todos los
adjetivos grandilocuentes habidos y por haber.
A lo largo de su vida se le comparó con el
arcángel San Gabriel, con Alejandro el Grande, con Julio César, con Carlo Magno, con el Cid,
con Carlos V, con Felipe II, con Napoleón, Fernando el Católico,
el Gran Capitán, Agamenón (?), Almanzor, Federico II de Prusia, Recaredo...
Sus detractores tampoco dudaron en
adjudicarle algunos epítetos que han pasado también a la historia (Enano
Mantecoso), aunque, quizás, no tan duros como los de sus propios compañeros de
armas: Paca la Culona, calificativo que le puso el también traidor general Queipo de Llano, Franquito, Miss
Islas Canarias, Franquito el Cuquito, Doña Francisquita...Cuando era muy joven
le llamaban el “Cerillita” porque tenía un
cuerpo muy delgado y la cabeza gorda.Y su padre lae llamaba "marica"
Y por último sus declaraciones, sus
contradicciones, algunas de las muchas barbaridades que dijo a lo largo de su
vida y lo que dijeron otros…
Veamos algunos ejemplos.