9-6-16
Público
Por Vicenç
Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y autor del libro ‘Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante’ (Anagrama, 2015)
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y autor del libro ‘Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante’ (Anagrama, 2015)
He escrito
extensamente que la transición de la dictadura a la democracia en España no fue
nada modélica, pues el equilibrio de fuerzas entre las derechas (que
controlaban los aparatos del Estado y los grandes medios de información) y las
izquierdas (que habían liderado a las fuerzas democráticas), que acababan de
salir de la clandestinidad, era tan desigual que era prácticamente imposible
que el producto de tal proceso fuera equilibrado y modélico. De ahí que las
instituciones democráticas continuaron estando altamente influenciadas por las
fuerzas conservadoras, próximas a los intereses financieros y económicos que
dominaban la vida económica, política y mediática del país (ver mi libro Bienestar
insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país.
Anagrama, 2002).
Como consecuencia de ello, la democracia española se
ha caracterizado por su escasa calidad, y como indicador de ello, la diversidad
ideológica de los mayores medios de información ha sido siempre muy limitada en
España. Todavía hoy, no hay un mayor medio de información que pudiera
considerarse de izquierdas. Lo más próximo que hubo tiempo atrás fueron los
rotativos de centro, como El País, que cuando estuvo dirigido por
Joaquín Estefanía estuvo abierto a colaboradores de izquierdas. Pero tal
abertura desapareció, transformándose en un rotativo de derechas bajo la
dirección del actual director Antonio Caño, profundamente conservador. Su
reportaje sobre Podemos carece de cualquier sentido de balance o equilibrio,
destacando por su hostilidad y agresividad. Un tanto igual ocurre con la Radio
Televisión Española (RTVE), que se ha ido derechizando más y más. Hay una
diferencia notable entre la RTVE en la época de Iñaki Gabilondo, y la de ahora
de Alfonso Nasarre, director de Radio Nacional de España (RNE). La discusión
sobre Podemos en la tertulia de RNE de hoy, 8 de junio, era mucho peor que la
discusión que había tenido lugar en la cadena de ultraderecha estadounidense Fox
el día anterior sobre Bernie Sanders, el candidato socialista en las primarias
del Partido Demócrata de aquel país.
Todos ellos
mienten a sabiendas, sin el más mínimo reparo en su comportamiento
Veamos los datos. Todos los medios,
liderados por El País, han reproducido extensamente las declaraciones
del vice coordinador del Comité Electoral del PSOE, Óscar López, en las que
acusaba a Unidos Podemos de querer nacionalizar toda la banca, señalando esta
medida como ejemplo del extremismo de tal partido, algo impropio de la
socialdemocracia, acusación que se ha repetido muchísimas veces en artículos y
tertulias a lo largo del territorio español, sin nunca dar la oportunidad de
ser respondida, mostrando la falsedad de tal acusación y tal presunción.
Miremos en primer lugar lo que dice
el programa de Unidos Podemos sobre la banca. En la sección sobre la banca se
dice lo siguiente: “En esta nueva política industrial cobran un mayor peso
los instrumentos financieros públicos para crear sinergias entre las capacidades
innovadoras y financieras del sector privado y del sector público. Con el fin
de que España cuente también con una importante red de banca pública para
llevar a cabo estas políticas, el Gobierno renegociará los términos del
Memorando de entendimiento firmado con la UE para poner en marcha una potente y
eficaz banca pública a partir de las entidades ya nacionalizadas Bankia y Banco
Mare Nostrum, que no serán reprivatizadas, y del ICO“.
Puede verse
que lo que Unidos Podemos está proponiendo es que los bancos que se han
rescatado con dinero público (bancos que habían colapsado por la incompetencia,
cuando no corrupción, de su gestión privada) se mantengan en el sector público
para desarrollar una función pública proveyendo crédito a las familias y a las
empresas (sobre todo pequeñas y medianas empresas) que lo necesiten. Esta
propuesta es opuesta a la del PSOE, que pretende privatizar de nuevo tales
bancos, poniéndolos otra vez en manos de banqueros y accionistas que
consideraran su objetivo principal el optimizar sus intereses, es decir, sus
beneficios, a costa de los intereses de la ciudadanía, medida que va
precisamente en contra del principio socialista de anteponer el bien común
sobre el beneficio privado. Es un indicador más del abandono del proyecto socialista
por parte del PSOE que critique ahora a Unidos Podemos por hacer lo que la
socialdemocracia hizo siempre. Es un indicador más de la renuncia del PSOE al
ideario socialista.
Las
propuestas que hace Unidos Podemos, que ahora ridiculiza el PSOE, las llevaron
a cabo partidos socialistas cuando gobernaron
Otra propuesta que hace Unidos
Podemos es utilizar el ICO, el Instituto de Crédito Oficial, como institución
bancaria pública que expandiría sus responsabilidades crediticias, propuesta
muy necesaria que ya hicimos el Profesor Juan Torres y yo cuando apuntamos las
líneas generales de un programa económico progresista, que Podemos hizo suyo.
De nuevo, es importante señalar que cuando hicimos tal propuesta, el economista
del PSOE y también gurú mediático de El País (y de La Sexta), el
Sr. José Carlos Díez, la ridiculizó, ignorando que lo que estábamos proponiendo
era una práctica común en muchos países de Europa, incluidos países de
tradición socialdemócrata, como son Noruega, Suecia y Dinamarca. En realidad,
España es uno de los países con uno de los sectores bancarios público más
pequeños, siendo ello causa de que exista en España una hipertrofia del sector
bancario privado (tres veces mayor que en EEUU, en términos proporcionales).
Este intento
de ridiculizar una medida tradicionalmente socialdemócrata es un indicador más
de la renuncia del PSOE a sus principios socialdemócratas, renuncia que es
constante en su discurso y práctica política. Léanse los textos del director
del equipo económico del Sr. Pedro Sánchez, el Sr. Jordi Sevilla. En su libro De
nuevo socialismo, Jordi Sevilla, que se define explícitamente y sin tapujos
como liberal, utiliza frases como “¿Quién a estas alturas quiere aumentar el
gasto público?” y “¿Alguien puede defender a estas alturas del siglo que
un programa socialdemócrata debe estar a favor de más impuestos y más gasto
público e introducir rigideces normativas en la economía?”, dicho y escrito
en el país que tiene uno de los gastos públicos (incluyendo el gasto público
social, que financia los servicios públicos del Estado del Bienestar como
sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios,
servicios sociales, vivienda social, entre otros) más bajos de la UE-15 (el
grupo de países de semejante nivel de desarrollo al de España). Siguiendo esta
mentalidad, Jordi Sevilla fue el inspirador del famoso dicho del presidente
Zapatero de que “bajar impuestos es de izquierdas”, creando un agujero en el
presupuesto del Estado de nada menos que de 27.000 millones de euros. Los
recortes de gasto público que inició el presidente Zapatero fueron precisamente
para reducir el déficit público que tal recorte de impuestos había generado en
las cuentas públicas. Ni que decir tiene que estos recortes debilitaron
enormemente al ya insuficientemente financiado Estado del Bienestar español. A
la luz de estos datos, hay que añadir a las preguntas que se hacía el Sr.
Sevilla la más importante, que no cita: “¿Quién a estas alturas estaba
renunciando al proyecto socialista en democracia, es decir, al proyecto
socialdemócrata?”. Pero crean que la dirección del PSOE nunca se hará esta
pregunta. La falta de autocrítica de la dirección de este partido y la
continuación de sus políticas neoliberales tiene poco que ver con tal proyecto
político.
El miedo al
comunismo: otra movilización en contra de Unidos Podemos
Donde las tertulias y artículos
alcanzan un nivel casi histérico es al anunciar la implantación de “la
dictadura del proletariado” que tendría lugar en el caso de que gane Unidos
Podemos. En este punto, me temo que más que ante una mentira, estamos ante una
enorme ignorancia debido al enorme conservadurismo en la enseñanza, sobre todo
privada, gestionada por la Iglesia, donde gran número de tertulianos parecen
haberse educado. El desconocimiento en España de los escritos de Marx, con la
constante confusión entre lo que es marxismo, lo que es socialismo y lo que es
comunismo, es enorme, incluso, por cierto, en los centros universitarios.
Como indiqué en otro artículo
reciente (“Contestación a Susana Díaz: ¿qué es la socialdemocracia?”, Público,
08.06.15), el PSOE tiene en sus escritos oficiales el reconocimiento de la
utilidad del marxismo como instrumento intelectual, crítico con el capitalismo.
Y como subrayé en aquel artículo, las dos tradiciones basadas en el marxismo,
tanto la socialdemocracia como el comunismo, tenían históricamente el mismo
objetivo: alcanzar la sociedad socialista. Eran los medios para alcanzar tal
objetivo lo que diferenciaban las dos sensibilidades. En los países
capitalistas desarrollados, la vía revolucionaria no ha sido considerada
posible, siendo la vía democrática la seguida no solo por los partidos
socialdemócratas sino también por los partidos comunistas. Y cuando los
partidos comunistas han gobernado, y lo han hecho, por lo general, en coalición
con los partidos socialdemócratas, sus políticas han sido típicamente
socialdemócratas. En realidad, en Italia, las regiones mejor gobernadas, con
mejor desarrollo de las políticas públicas de sensibilidad socialdemócrata,
fueron las gobernadas por el Partido Comunista Italiano, el mayor partido de
prácticas socialdemócratas en Europa, después del SPD alemán. En realidad, lo
mismo está pasando en gran número de países subdesarrollados. En la India, por
ejemplo, el Estado que ha alcanzado mayores logros socialistas en democracia ha
sido el gobernado por el Partido Comunista. Esta amplia experiencia, bien
conocida a nivel internacional (y desconocida, ignorada y ocultada en España),
muestra que la diferencia en la aplicación de políticas públicas entre partidos
de distintas tradiciones socialistas ha ido desapareciendo.
En Europa,
sin embargo, la característica más preocupante ha sido el creciente abandono de
la socialdemocracia por parte de los partidos socialdemócratas, al incorporar
estos partidos elementos muy importantes del neoliberalismo. La Tercera Vía,
liderada por Blair y seguida también por Schröder en Alemania, por Zapatero en
España y por Hollande en Francia, ha ido abandonando la socialdemocracia,
convirtiendo a sus respectivos partidos en partidos socioliberales en los que
dominan las políticas públicas neoliberales (véase mi libro Ataque a la
democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante.
Anagrama, 2015). En realidad, algunos de los responsables de imponer tales
políticas neoliberales en el establishment europeo han sido y continúan siendo
personas pertenecientes a partidos socialdemócratas. Ahí está la causa de su
deterioro electoral.
El por qué
del abandono de la socialdemocracia por parte de los partidos socialdemócratas
Este abandono está documentado, y
algunos personajes del PSOE así lo han reconocido (en privado). Los argumentos
que se han dado por parte de intelectuales de tal partido para explicar su
descenso electoral no son creíbles. Uno es que la globalización o el
establecimiento del euro (o cualquier elemento externo) no permiten llevar a
cabo el proyecto socialdemócrata. Pero el hecho de que Zapatero congelara las
pensiones para obtener 1.200 millones de euros para cubrir el déficit, en lugar
de mantener el impuesto de patrimonio (con lo cual hubiera conseguido más
dinero), no puede atribuirse a ningún factor externo. En realidad, todos los
recortes podrían haberse reducido y disminuido mediante un gravamen de las
rentas del capital al mismo nivel que las rentas del trabajo, propuesta que ha
estado en la oferta electoral del PSOE en varias ocasiones, sin que ello se
aplicara nunca. Hoy las rentas del capital (como porcentaje de todas las
rentas) son las más altas de los últimos treinta años, a costa de que las
rentas del trabajo sean las más bajas. Ni que decir tiene que el
establecimiento de la Eurozona bajo el dominio del establishment neoliberal que
controla la gobernanza del euro dificulta y obstaculiza la aplicación de
políticas socialdemócratas de carácter redistributivo y de expansión de la
protección social. Pero como ha mostrado la coalición de izquierdas del
gobierno portugués, se pueden revertir las políticas de recortes que han
causado tanto daño, si hay voluntad política.
Otro
argumento utilizado por intelectuales afines al PSOE es que la clase
trabajadora, la base electoral de la socialdemocracia, está desapareciendo, y
por lo tanto el voto socialdemócrata también está bajando. Pero no hay
ninguna evidencia que apoye esta tesis. En realidad, la clase trabajadora
existe, y en algunos países vota a la ultraderecha (decepcionada y enfadada con
los partidos que renunciaron a la socialdemocracia), y en otros como en España
vota a Podemos, y ahora votará a Unidos Podemos. De ahí surge el pánico del
establishment político-mediático. El abandono de la socialdemocracia por parte
de los partidos socioliberales se debe predominantemente al dominio de los
aparatos de tales partidos por parte de profesionales (consecuencia de la
profesionalización de la política), la mayoría de clase media de renta alta (la
clase profesional) que hacen de la política su profesión y su modus vivendi,
desarrollando unos intereses corporativos que dan pie a estas complicidades
entre tales aparatos y los grupos financieros y económicos que dominan la vida
económica, política y mediática del país. Este maridaje los aleja de la clase
trabajadora y otros componentes de las clases populares, que quedan cada vez
más distantes, anteponiendo en muchas ocasiones (como en la reforma laboral del
presidente Zapatero) los intereses de aquellos grupos sobre los del mundo del
trabajo. Esta realidad, fácilmente documentable, se da con particular
intensidad en los equipos económicos de tales partidos, tradicionalmente muy
próximos al mundo del capital. Y de ahí deriva el problema.
La nueva
socialdemocracia
El aspecto más novedoso del
surgimiento de nuevas izquierdas a lo largo de todo el territorio español y la
radicalización de otras ya existentes (con la excepción del PSOE) es que sus
inicios fueron el movimiento 15-M, cuya demanda central no fue la revolución o
el socialismo, sino la democracia, señalando como el motivo de su protesta la
no existencia de esta democracia en las instituciones representativas. El
eslogan del 15-M “No nos representan” resume muy bien dicha denuncia. Y el
otro, “No hay pan para tanto chorizo” también definió las raíces del problema
de falta de democracia: el maridaje entre los grupos económicos y financieros y
el establishment político (incluyendo el PSOE) y mediático (la gran mayoría de
los medios).
Pero tal demanda exigiendo
democracia entra en conflicto con la enorme concentración de la riqueza en
España y en la mayoría de países capitalistas avanzados, puesto que poder
económico se traduce en poder político. Y es ahí donde encontramos una clara
contradicción entre las exigencias de mayor democracia, por un lado, y la
lógica de la acumulación de capital vigente en el capitalismo de hoy por el
otro. De ahí que las políticas redistributivas deban ser esenciales en un
programa que exige la democratización de este país, puesto que las
desigualdades (a cuyo crecimiento han contribuido las políticas del PSOE) han
alcanzado unos niveles inaceptables para cualquier persona con sensibilidad
democrática. La enorme hostilidad que la coalición Unidos Podemos está
recibiendo se basa precisamente en este hecho. Los grandes centros de poder
financiero y económico se sienten amenazados por Unidos Podemos y temen perder
sus privilegios. De ahí que movilicen sus instrumentos políticos y mediáticos
para intentar destruir a dicha coalición. Y esto es lo que está pasando en este
país. Así de claro.
Última observación
Agradecería
al lector que si ve mérito en lo que estoy diciendo, distribuya este artículo
ampliamente, puesto que por desgracia no tengo acceso a los mayores medios de
información, en los cuales estoy prácticamente vetado.
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