12 Ene 2017
Público
Vicenç
Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Uno de los programas menos
edificantes de la televisión de este país (de los muchos que hay) es el mal
llamado programa de debate político de La Sexta Noche. Y digo mal llamado
programa de debate porque de debate tiene muy poco. En realidad es, en su mayor
parte, un intercambio de insultos y gritos con muy mala educación, procedentes
en su gran mayoría de los tertulianos de derechas (que en el abanico político
europeo se sitúan más en la ultraderecha que en el centro derecha), que
interrumpen constantemente y no permiten hablar a los que difieren de sus
posiciones, adversarios a los que tratan como enemigos. Entre ellos adquieren
gran protagonismo Eduardo Inda, pero también Francisco Marhuenda, dándoseles
gran exposición mediática al ser los únicos que están presentes toda la noche,
alcanzando, en el caso de Eduardo Inda, elevados niveles de mezquindad y
violencia verbal, con una nula capacidad de atenerse a la verdad y una extensa
exposición de mentiras y manipulaciones, insultando constantemente, no solo a
los tertulianos pertenecientes a sensibilidades políticas consideradas como
enemigas (con especial mala leche hacia Podemos y otras fuerzas de izquierda
afines), sino a toda una serie de personas con las cuales este señor tiene
especial inquina, que ni siquiera aparecen en su programa.
Ni que decir tiene que en ocasiones
uno puede ver comportamientos semejantes (contaminados por el estilo de las
derechas) en los tertulianos de izquierdas. Pero cualquier personaje
mínimamente objetivo puede ver que la gran mayoría de personas que insultan,
interrumpen, mienten y manipulan son los tertulianos de derechas, alcanzando,
como dije antes, niveles extremos en el caso de uno de los dos mayores
protagonistas del programa, el Sr. Eduardo Inda, produciéndose un espectáculo
poco edificante y que da una imagen pésima de la cultura política del país. Ni
siquiera en la Fox, en EEUU, he visto comportamientos tan desagradables y
bochornosos.
La falta de cultura democrática
aparece en todas las dimensiones del programa
Pero además de la falta de respeto y
educación que se debe a cualquier persona que participe en cualquier debate en
una cultura democrática, hay un sesgo liberal (tanto en su versión neoliberal
como en la socioliberal) en la elección de los economistas que aparecen, por
regla general alrededor de la 1 de la madrugada (cuando el tema económico se
saca a debate) y que reproducen la sabiduría convencional que aparece en los
mayores medios de información y persuasión. Solo de vez en cuando aparecen
economistas con una visión crítica con el pensamiento económico dominante,
siendo su aparición la excepción que confirma la regla. Un economista
representante de dicha orientación liberal fue el economista José Carlos Díez,
articulista de El País que analizó las causas, consecuencias y
soluciones del problema de la pobreza y de las desigualdades en España,
problemas mayores en este país sobre los cuales he trabajado intensamente (ver
mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias.
Anagrama, 2006). Sus análisis y propuestas, que encajaban con el argumentario
liberal, eran predeciblemente limitadas, cuando no erróneos, lo cual estimuló
que escribiera un artículo que adjunto en el que, además de criticar
el programa La Sexta Noche en general, por su espectáculo bochornoso,
denuncié el sesgo neoliberal de su sección económica.
Por lo visto, tal artículo creó
bastante atención, porque, sin yo saberlo, se generó una demanda generalizada
en España pidiendo a tal programa que se me invitara. Dicha demanda parece
haber sido tan extensa e intensa que determinó que recibiera una invitación
para que yo apareciera en él, invitación a la que predeciblemente La Sexta
Noche dio gran visibilidad para así intentar mostrar que, en contra de
lo que yo les criticaba, eran muy sensibles con la diversidad dentro del
programa. A partir de haberme enviado tal invitación, La Sexta Noche
respondió sistemáticamente a las peticiones que recibieron de muchos
espectadores del programa de que se me invitara diciendo que ellos ya lo habían
hecho, pero que era yo el que no había aceptado, lo cual no era verdad. Sí que
respondí y sí que acepté. Reproduzco la carta que envié el día 6 de junio de
2016 a La Sexta Noche.
Respuesta a la invitación de La
Sexta Noche
Querida Sexta Noche,
Disculpe que haya tardado en
contestar a su invitación pero he estado viajando y no he tenido la oportunidad
de responderle hasta hoy.
Permítame que le hable con
toda franqueza. Le adjunto un artículo que se publicó en Público, que
refleja mi opinión de su programa. (Adjunté el artículo al que hago mención en este
escrito). A lo largo de mi largo exilio –tuve que irme de España en el año
1962 por razones políticas- he vivido en varios países (Suecia, Reino Unido y
EEUU) y en ninguno de ellos vi un espectáculo mediático bajo el nombre de
“debate político” semejante al que ustedes han creado en La Sexta Noche.
Estoy seguro de que ustedes intentan enriquecer la cultura democrática del
país. Pero me temo que en la manera como han escogido hacerlo, están logrando
lo contrario. El producto final –que debería ser un debate político- es, en realidad,
un espectáculo poco edificante. Puede que refleje el debate político real
del país existente hoy en España, pero en lugar de debate, es un intercambio de
gritos e insultos, generados en su mayoría por los tertulianos de la derecha
que aparecen a lo largo de todo el programa, que alcanza su máxima expresión en
las intervenciones de los periodistas Eduardo Inda y Francisco Marhuenda.
Referente a su espacio
económico, que tiene lugar ya muy avanzada la noche, es una presentación de
economistas neoliberales, salpicado de vez en cuando por algunos más
progresistas. Y todo ello bajo la supervisión de los tertulianos, de los cuales
los eternos Eduardo Inda y Francisco Marhuenda siempre están presentes. Estos
señores me han insultado y calumniado, sin siquiera haber estado yo presente. Y
ustedes saben que el Sr. Inda ha mentido y calumniado repetidamente, haciendo
acusaciones graves, que han resultado falsas. Las acusaciones contra el ex
alcalde de Barcelona, el Sr. Trías, y contra Podemos, por financiación ilícita,
son dos, entre muchos ejemplos de ello. Esto que estoy diciendo está probado. Y
ustedes lo saben. ¿No creen que un periodista del que está documentada una mala
práctica profesional (y que en los países en los que he vivido estaría
sancionado) es impropio que continúe en su programa, y todavía peor, que se le
dé tal protagonismo? Verá usted, pues, que mi opinión de su programa no es tan
positiva como me gustaría.
Ahora bien, estaría encantado
de aceptar su invitación, siempre y cuando cambien tales tertulianos, de manera
que no tenga que interactuar con ellos, pues me ofendieron sus comentarios. Y
creo, además, que su presencia en los debates no solo no contribuye al
necesario debate, sino que lo embrutece. Estoy seguro de que pueden encontrar
periodistas de idéntica sensibilidad política, pero con mayor educación y
cultura democrática.
Y, a fin de no dar la
impresión que seguro no desean transmitir, de que estoy siendo utilizado para
mostrar una pluralidad que hasta ahora no ha existido, también les agradecería
que se comprometieran a diversificar su panel de asesores, incluyendo a
economistas más heterodoxos de los que hasta ahora han tenido. Si ustedes
pudieran satisfacer estas sugerencias, estaría entonces encantado de venir a su
programa en una fecha mutuamente conveniente.
Esperando su respuesta, le
saluda cordialmente,
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y
Políticas Públicas
Universidad Pompeu Fabra
Hasta hoy -12 de enero de 2017- no
he recibido ninguna respuesta. Es una lástima, pues me parece que las
sugerencias que yo hacía a La Sexta Noche hubieran enriquecido
notablemente tal programa, sustituyendo a los dos periodistas (cuyo
comportamiento falta a las mínimas reglas de profesionalidad y convivencia), y
sobre todo al Sr. Eduardo Inda, por dos que, teniendo la misma sensibilidad
política, supieran comportarse de una manera civil y democrática, sin insultos
ni gritos, y comprometiéndose a que mi presencia fuera el inicio de un deseo de
continuar invitando a voces de izquierdas, los llamados economistas
heterodoxos, que puedan mostrar las falacias y errores de la ortodoxia
dominante que se presenta con tanta frecuencia en aquel programa. ¡Qué lástima que
no aceptaran mis sugerencias!
Ahora bien, lo peor estaba por
llegar. Y llegó este último sábado.
Los insultos y manipulaciones
en contra del profesor Juan Torres
Este último sábado el economista
invitado fue el profesor Juan Torres, Catedrático de Economía de la Universidad
de Sevilla, uno de los mejores economistas que tiene este país, y con el cual
he tenido el gran placer de colaborar en varios trabajos. El motivo era la
presentación de su excelente libro, Economía para no dejarse engañar por los
economistas, en el que señala y denuncia, de un modo muy accesible y ameno,
la falta de rigor del pensamiento económico dominante.
Después de hacer la breve
presentación, se abrió el turno de preguntas tanto del público en general como
por parte de los tertulianos. Al llegar al Sr. Eduardo Inda, y de una manera
característica de este personaje, en lugar de ajustarse al tema de la sesión
intentó -como siempre hace- desacreditar al que considera su adversario (mejor
dicho, su enemigo) sin tener ningún reparo sobre la manera de hacerlo, y con la
mala leche, manipulación y mentira que siempre lo caracterizan. Identificó a
Juan Torres con el previamente demonizado Sr. Hugo Chávez, Presidente de
Venezuela, y también con el previamente demonizado partido político Podemos,
intentando relacionar, una vez más, a Podemos con el chavismo, utilizando al
profesor Torres como la prueba de esta relación. Deseaba con ello establecer
este vínculo, intentando mostrar que Podemos, cuyo programa económico había
sido supuestamente escrito por el profesor Torres, estaba aplicando la misma
política que el profesor Torres había aconsejado al Sr. Chávez, al cual el
profesor Torres supuestamente también había asesorado. Las mentiras y
manipulaciones son una constante en este individuo. Ni que decir tiene que nada
de lo que aparecía en esta acusación era relevante con el tema tratado.
En su
intento de presentar tal relación faltó a la verdad en cada uno de sus
supuestos. El profesor Torres es un académico que no milita en ningún partido,
asesorando a muchas instituciones. No es miembro del partido Podemos, y no fue
el que desarrolló el programa económico de Podemos como así lo presentó el Sr.
Inda. Él y yo preparamos un documento orientativo de los elementos que deberían
incluirse en un programa económico de un gobierno progresista, tal como el de
Podemos. Esto es distinto a escribir el programa económico de Podemos, que fue
realizado por un comité dirigido por el profesor Nacho Álvarez, del cual yo fui
miembro, pero no así el profesor Torres, entre otras razones porque estaba en
Oxford, en su universidad. Y el profesor Torres no fue asesor del gobierno
Chávez ni tampoco ayudó a desarrollar sus políticas económicas. La falta de
rigor en las declaraciones del Sr. Inda muestra la desfachatez que utiliza en
su presentación de datos, manipulándolo todo para que encaje en su falsificado
escenario. Era obvio, en contra de lo que afirmó el director del programa, el
Sr. Iñaki López, que el Sr. Inda estaba faltando al respeto al profesor Torres,
lo cual hace constantemente. Es sorprendente que el presentador del programa,
el Sr. Iñaki López, indicara (tras la salida del profesor Torres del programa)
que no entendía por qué había dejado el plató cuando “nadie le había faltado al
respeto”.
Es triste que parezca no darse cuenta de que la falta de respeto es
la característica de este señor en el programa hacia aquellos con los que
polemiza. Sí que le faltó al respeto. Y de ahí la nobleza del Sr. Torres de no
aceptar tal trato, dejando el programa. Le felicito por ello. Hizo un servicio
al país, frente a tanta mezquindad y mala educación. Yo rogaría al Sr. Iñaki
López, de cuyo compromiso en desarrollar un auténtico programa edificante y
educativo no tengo duda alguna, que diera mucha mayor atención al compromiso
que el programa debería tener con el objetivo de enriquecer y reforzar la
todavía muy insuficiente y limitada democracia en España, que no al aspecto
teatral, con groserías, sarcasmos, insultos y mala educación (cuando no mala
leche), de lo cual la cultura política española ya tiene una sobreabundancia.
Se me dirá (como ya se me ha dicho) que el programa refleja correctamente la
cultura política que existe en el país, pero sería importante que un programa
que se presenta como un debate político intentara mejorar, y no empeorar
todavía más, lo ya existente. La ciudadanía de los distintos pueblos y naciones
de España se merece un programa mejor.
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