La
Iglesia gasta casi tanto en publicidad como en sus universidades
La Conferencia Episcopal española se prepara para
convencer a los contribuyentes de que marquen la X en la casilla del IRPF.
Público
29-1-17
ANIBAL
MALVAR
MADRID.-
Comienza febrero y, como todos los años, la Iglesia española se prepara para
una de sus liturgias más esforzadas: la de convencer a los contribuyentes de
que marquen la X en la casilla del 0,7% del IRPF para la Iglesia Católica. La
Conferencia Episcopal se gastará en publicidad para este fin alrededor de
cuatro millones de euros (Público se puso en contacto sin éxito con
la CEE para afinar el dato).
En 2014, último ejercicio que las autoridades
eclesiales tuvieron a bien incluir en la memoria explicativa a la que están
obligados por ley, los obispos declaran haber destinado a esta campaña 3,6
millones. Una cifra muy cercana a los 4,2 millones que invierten en sus
facultades eclesiásticas (al margen de la Pontificia de Salamanca, que recibe
otros 1,6M€). En total, la iglesia gastó, en aquel 2014, 4.651.000 euros
procedentes de la declaración de la renta en anuncios.
El total de
recursos recibidos por la curia desde la asignación tributaria asciende en
aquel ejercicio a 250,2M€. Un dato que requiere matización, dado que entre
el 30 y el 40% de la casilla destinada a ‘otros fines’ (casi 300M€) se deriva
también a entidades de titularidad nazarena. Baste decir que tanto Cruz Roja
(40M€) como Cáritas (27,6) recogen sus óbolos tributarios desde este otro
concepto, que muchos ciudadanos escogen distinguiendo falsamente entre el
dinero destinado a la caridad y el que va a solidaridad, términos bien
diferentes. Desde que los contribuyentes tienen derecho a decidir el destino de
su 0,7%, alrededor de siete millones de españoles optan por la casilla
confesional. Teniendo en cuenta las declaraciones conjuntas, esta cifra se
eleva a nueve millones.
Juanjo Picó
es portavoz de la asociación Europa Laica, que desglosó las distintas
contribuciones estatales que recibe la Iglesia Católica de distintas
administraciones arrojando la espeluznante –en un estado aconfesional- cifra de
11.100 M€. “Es una vergüenza que esta memoria justificativa la publicite la
Iglesia y no la Agencia Tributaria. Como es una vergüenza que las cuentas estén
firmadas por Price Waterhouse Cooper (una de las cuatro grandes auditoras del mundo),
cuando se limitan a dar fe de lo que se les enseña. No es una verdadera
fiscalización”, denuncia Picó.
La opacidad
de las cuentas de la iglesia es una de las peculiaridades más singulares de
nuestra democracia. Ni siquiera está obligada a declarar las donaciones que
recibe, sean un limosna calderillera, una herencia millonaria, el palacio
regalado por cualquier marqués en arrebato místico, o los 20 millones que hace
dos años Amancio Ortega donó a Cáritas. “Son aportaciones económicas con
doble exención”, denuncia Picó. “Por una parte desgravan al donante y, por
otra, la Iglesia no tiene que declararlas”.
También la
exención de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es otra aportación a
los obispos que pagan tanto los devotos como los ateos. Incluso si esos bienes
son utilizados por la curia para fines lucrativos, como los dos parkings que
tiene alquilados en Almería, o uno en Lugo, a distintas empresas privadas. Y no
son casos aislados.
También se
incluyen en este apartado otras donaciones más peculiares, como las que se
obtienen de las entradas que se cobran en catedrales o en la mezquita de
Córdoba. “Estos tiques se contabilizan como donaciones voluntarias. Pero no
pagues esa donación voluntaria, a ver si te dejan entrar”, bromea Picó.
Desde la Conferencia
Episcopal han declinado explicar a Público cuánto dinero tienen previsto
invertir este año en la campaña del IRPF, cómo va a ser esta campaña y qué
facilidades y ventajas (o no) recibe la iglesia a la hora de adquirir espacios
publicitarios. Cáritas, sin embargo, sí ha accedido a reconocer un gasto de
30.000€ para promover la campaña que insta a colocar la cruz en ambas casillas.
Una cantidad que puede parecer insignificante. Pero que se ve compensada por
la devoción de los medios: “Nos ceden gratis los espacios. Solo invertimos
en producción”, señala la responsable de campaña Beatriz García.
Juanjo Picó
pide a Público una matización final a sus declaraciones para este
periódico: “Me gustaría que se dejara claro que nosotros no tenemos nada en
contra de las creencias católicas ni de la Iglesia. Pero sí buscamos una
separación neta entre lo público y las creencias privadas”. Amén.
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